domingo, 23 de diciembre de 2012

TRILOGÍA POLICÍACA (3/3): “LOS CRÍMENES DEL MUSEO DEL PRADO” DE TOMÁS GARCÍA YEBRA


Queridos Cinéfilos:

Cierro la “Trilogía policíaca” con este comentario sobre el tema, cambiando completamente el escenario, el tono y la actitud ante la vida: lo que en “Asesinos sin rostro” era gris pesimismo e infelicidad generalizada en un entorno sueco, crecientemente nihilista pero con genes calvinistas heredados, que compagina un alto nivel de vida y bienestar social con una elevada proporción de suicidios, en “Los crímenes del Museo del Prado” (2007) es un ambiente, ¿como lo calificaría?, católicamente carnavalesco, restallante de color en el que, camuflados en una delirante trama policíaca (en la que sólo falta la “TIA”, aunque no la aparición de una imagen de Mortadelo, no es broma) edulcorada con hispánico sentido del humor, se nos suministran, como el que no quiere la cosa, gotas de amarga reflexión sobre nuestros más profundos vicios patrios, todo ello trufado, que diría el Sr. Guerra, de múltiples guiños culturales sobre Pintura (se nota que el autor es un muy buen conocedor, incluso enamorado, del Prado: nos habla desde Van der Weiden, El Bosco, Rafael, Patinir, El Greco  y Velázquez, a Goya y otros muchos llegando a … Federico Madrazo, contemporáneo éste del protagonista de la novela, ¡ya en el siglo XXI(!?), pero mejor no dar demasiadas pistas) y Literatura e Historia de España en el periodo romántico del XIX (por ejemplo, yo no tenía ni idea de quién era Patricio de la Escosura, que en la trama también hace su cameo como amigo del protagonista, pero constaté su realidad histórica consultando wikipedia, como sospeché desde que sale a escena).

Una breve sinopsis de la novela: Madrid, primera década del presente siglo. Un joven y anacrónico periodista, Mariano Larra, sin “de”, y su compañero, reportero gráfico, el mujeriego Fran Kapa, que han realizado un reportaje sobre el enorme éxito de público de una exposición monográfica de Velázquez en el Museo del Prado, son testigos de un asesinato en una de sus salas cuando la víctima se extasiaba delante de “El triunfo de la Muerte” de Brueghel y, como perfectos buitres de presa de la prensa amarilla, azuzados por su director para obtener una serie de reportajes exclusivos, no cejarán en su investigación hasta desentrañar el misterio con todas sus retorcidas ramificaciones y desenmascarar al asesino. La guinda de la narración está compuesta por un par de sorprendentes guiños finales: uno para concordar con la Historia (¡Ay, Dolores Armijo!, yo no sabía de ti, “cherchez la femme”, dicen los franceses) y una boutade que, me imagino, le hubiera encantado a Woody Allen o a Tim Burton si hubieran podido realizar una película sobre esta novela … pero para eso era condición necesaria que tuvieran un buen conocimiento del entorno madrileño en que se desarrolla (un ejemplo de localización puntual: paso varias veces a la semana por delante de “La tienda del espía” donde los protagonistas compran unos gadgets) y del carácter celtibérico de los personajes que en ella aparecen. Si alguno tenéis trato con Alex de la Iglesia, avisadle; a él, responsable de “La comunidad” o “El día de la bestia”, sí que le vendría como anillo al dedo esta novela como base para el guión de una de sus películas más típicas o mucho me equivoco.

Voy a hacer una confesión: tras dejar pasar unas semanas después de haber devorado “Los crímenes del Museo del Prado” y tratando de ser honesto, puedo asegurar que no soy capaz de recordar ningún libro que al leerlo me haya producido una explosión tal de endorfinas, serotonina o lo que sea que dictaminen los biólogos como causa de una pura y dura mejoría de estado de ánimo. El caso es que, en varias ocasiones, llegué a estallar en carcajadas en solitario, cuando creo que esto sólo me había ocurrido leyendo “Sin noticias de Gurb” de Eduardo Mendoza, en menor grado en otras dos novelas suyas, “El laberinto de las aceitunas” y “El misterio de la cripta encantada”, y también en algunas páginas de “La conjura de los necios”, el magnífico pulitzer y bestseller póstumo de John Kennedy Toole. Y sin hacer estúpidas comparaciones, he de decir que Tomás García Yebra me ha recordado en no pocos detalles al Mendoza de esas novelas, lo que estimo que es una gran alabanza para aquél cuando consideramos que este último estaba en el nº 12 de la lista de posibles ganadores del Nobel de Literatura de este año que elaboraron las casas de apuestas inglesas.

Un par de pequeños “peros” a la trama: el artefacto homicida me parece demasiado avanzado tecnológicamente hasta para 007 (bueno, mucho mayores licencias se tomó Allen en "La Rosa Púrpura del Cairo", para él y para mí su obra maestra,… y nos encantó)  y la aparición de la imagen de Mortadelo, como cachondez, sublime, pero un poco pasada de rosca y perfectamente prescindible para la historia, claro que comparada con “Sin noticias de Gurb”, la novela de García Yebra resulta hiperrealista (mi siguiente lectura, cuando consiga acabar la plomizamente profunda novela que estoy leyendo, va a ser “El enredo de la bolsa y la vida”  de Eduardo Mendoza, al que le debemos en este Foro un comentario específico, que preferiría que escribiera  Ana Díaz, que me consta que lo ha leído bastante más que yo) y ofrece, al menos para mí, una divertidísima, imaginativa y original farsa policíaca, con toques de crítica social, excelente documentación, algunos chistes espléndidos e, incluso, un par de recetas gastronómicas que Fran Kapa cocina cuando trata de alcanzar a través del mantel las sábanas de la joven danesa a la que ha invitado a cenar en su casa.

Pero debo reconocer que tengo un defecto, bienintencionado, pero grave: cuando algo me gusta tiendo a extrapolar que le debería gustar a todo el mundo, pero puedo prometer y prometo que es porque no imagino disfrutar de ningún placer en solitario y, por ello, no puedo dejar de aconsejaros leer esta novela que me ha hecho pasar unas horas deliciosas.  

Por último, en plan contraportada, la presentación del autor: Conocí literariamente a Tomás García Yebra (1956, licenciado en Historia del Arte y periodista) ya que pertenece a una familia navera y publicó “Historia secreta de las Navas del Marqués” hace más de una década, absoluto bestseller en ese pueblo, al que siguió una segunda parte en 2005, y como algunos sabéis allí veraneo desde hace casi 40 años, por ello leí ambas misceláneas (hechos históricos, recuerdos vividos, anécdotas, personajes naveros…) que me resultaron entrañables e interesantes. 

Este verano me enteré de que había instalado una especie de museo-librería en el barrio de la estación, abierto los fines de semana. Lo visité y le conocí personalmente. Tras charlar con él no más de un cuarto de hora, me di cuenta de que es una persona extrovertida, de amena conversación y ¡cinéfilo!: Ya en un capítulo de “Historia secreta de las Navas del Marqués” narra su no superado terror infantil al ver la primera película que recuerda, “El cebo”, inusual y excelente coproducción hispano-suiza-alemana del director húngaro Ladislao Wajda, en cuyo guión coparticipaba nada menos que Friedrich Dürrenmat (es pecado mortal que no hayamos publicado nada sobre ella en el Foro). Y allí, entre libros, carteles de películas, carátulas de vinilos, una gran maqueta de tren eléctrico pasando por Las Navas, etc., compré el ejemplar de “Los crímenes del Museo del Prado” que he leído. 


Siento a la vez ganas y temor, por el respeto y admiración que tengo por la película original de 1958, de leer la nueva novela, “El cebo”, que ha publicado recientemente García Yebra, adoptando como portada  la imagen de un dibujo infantil similar a uno esencial que aparecía en la película de Vajda y creo que la acción se desarrolla en Las Navas (cuyos amplios pinares recuerdan a los bosques suizos de la película). ¿Habrá salido bien el experimento?. Desde luego en el Ateneo ya han presentado la novela el mes pasado, como en uno de los enlaces que anexo podéis comprobar. Ya lo veré. Lo que no hay duda es que García Yebra es un cinéfilo de pro.

Reseña y datos del autor en la Editorial Funanbulista:

Sinopsis de “Los crímenes del Museo del Prado” en:

Larra es presentado a Dolores Armijo:

Reportaje sobre la tienda-museo del Autor en Las Navas del Marqués:

Artículo de García Yebra “El Museo del Prado que no se ve” publicado en El Ideal de Granada:


Perdonadme el rollo, pero he creído necesario avisaros de la existencia de esta novela no promocionada en absoluto (cuando algunas auténticas basuras copan los mejores puestos de las listas de ventas) que divierte, divulga cultura y mejora el bienestar mental del lector, al menos a mí, Amigos.

Y de paso, os deseo que mañana tengáis una entrañable Nochebuena, seguida de una familiar Navidad y que 2013 no se comporte como sus dos últimos dígitos amenazan. ¡Al menos el mundo no se acabó el viernes!. Algunos lo celebraremos viendo la siempre maravillosa “¡Qué bello es vivir!”

Manrique

domingo, 9 de diciembre de 2012

TRILOGÍA POLICÍACA (2/3): “ASESINOS SIN ROSTRO” DE HENNING MANKELL



Queridos Cinéfilos:

Continuo mi anterior entrada, ahora ya en la segunda parte de la “Trilogía policíaca”, aconsejando una muy buena novela del autor sueco Henning Mankell (1948), del que tuve la primera noticia a través de un comentario en El Cultural de ABC con ocasión del tsunami de ventas de la trilogía Millenium, del también sueco Stieg Larsson, hace cinco  años, en el que más o menos se decía que “el autor de esa nacionalidad, realmente bueno en novela policíaca, era Henning Mankell”, con su personaje Kurt Wallander, inspector de policía en Ystad, pequeña ciudad del extremo sur de ese país, situada cerca de Malmö, en la costa y al este, zona en la que se desarrollan sus “casos”.

Este verano me llevé en la maleta “Asesinos sin rostro”, la primera novela de las once protagonizadas por Wallander (Henning Mankell ha sido fundamentalmente un autor dramático, que sólo empezó a escribir novelas policíacas, y de otra temática, en su madurez) y al terminar la primera página ya me pareció que “aquello” prometía mucho y, cuando la terminé, tenía claro que le “daba sopas con honda” a las de la trilogía Millenium. Seamos honestos: sólo he leído la primera de ésta (“Los hombres que no amaban a las mujeres”, en sueco “Män som hatar kvinnor”, literalmente traducido al español sería “Hombres que odian a las mujeres”) un tiempo después de ver la película del mismo nombre, que aquí os comenté, únicamente porque durante unos pocos días fuera de casa no tenía nada a mano más apetecible que leer. Con esta limitada experiencia a lo mejor no debería opinar del conjunto de la breve obra novelística de Larsson (que yo sepa, sólo la trilogía citada), pero para mi gusto, comparando novela contra novela, “Asesinos sin rostro” es mucho mejor porque:

·                Mankell no cae en el error del explícito didactismo político militante de Stieg Larsson, que manifiestamente emplea su obra como medio para “ilustrar” la aseveración de sus principios, con personajes blancos y negros muy prototípicos.
·                Mankell es mucho más autocrítico “de verdad”, ya que, al menos en esta novela, todos sus personajes se pintan/manchan de gris más o menos oscuro, hasta el mismo Wallander que, por ejemplo y de memoria: confiesa un notable desagrado cuando descubre que la pareja de su joven hija Linda es, seamos políticamente muy correctos, un inmigrante africano de color; o cuando bebe en exceso tras un fallido encuentro con su ex mujer, a la que parece que casi maltrató físicamente en el pasado, y al volver  conduciendo por la noche es detenido por policías de su misma comisaría … que le acompañan a casa y “tapan” la muy grave falta de su superior (parece ser que en Suecia implicaría la expulsión del cuerpo de policía); o cuando descubrimos que su hermana, que vive en la distante Estocolmo, se ocupa mucho más que él mismo de la incipiente demencia senil de su padre… cuya casa está a sólo 20 o 30 Kms de Ystad… Mientras escucha ópera en su piso y bebe un whisky de malta, su vicio más confesable, Kurt se mira en su espejo interno y no se gusta, que es para mí la actitud más honesta que empieza a tomar cualquier persona para mejorar. Nada de esto le pasaba a su equivalente de Millenium, el periodista de investigación Mikael Blomkvist, trasunto obvio del mismo Larsson, ni tampoco a su colaboradora, la antisistema Lisbeth Salander, casi con licencia para tomarse la justicia por su mano. Cada vez me fío menos de los “puros” ungidos por la razón.
·                Los personajes de “Asesinos sin rostro”, gente de la clase media y media-baja, me parece que son más representativos de la sociedad sueca real que los de “Los hombres que no amaban a las mujeres”, donde había un tinglado de familia de la clase muy alta (clase cuyos miembros, tras n décadas de gobiernos socialdemócratas con unos impuestos ultraprogresivos, se deben contar con los dedos de una oreja) familia en la que se ramificaba un grupo de nazis con un sádico criminal al frente (el final de la película, parecía un calco del de “Tesis”). ¡Menudo topicazo!.
·                Lo que denuncia Mankell es mucho más realista y, consecuentemente, grave: el mal no está individualizado en un grupúsculo de seres demoníacos, sino mucho más repartido en amplias capas de la sociedad, lo que destroza el ideal que nos vendieron a los Space Cowboys (y nos lo creímos a pie juntillas) hace cuarenta o más años de que Suecia era el paraíso terrenal, pleno de ciudadanos demócratas, honestos y solidarios. La discrepancia de Bergman con este enfoque le costó más de un disgusto, como cuando estrenó “La vergüenza”, por ejemplo, y se tuvo que exilar un tiempo.

Creo que el objetivo fundamental de las novelas de Mankell no es resolver un crimen y descubrir al asesino, que es lo que pasaba en las novelas de Agatha Christie donde se montaba un ingenioso sudoku, con todos los personajes principales pertenecientes a la clase medio-alta o alta (casi siempre había un “rico y excéntrico lord” en la relación de personajes que figuraba al comienzo de sus libros de la mítica editorial Molino). Mankell aprovecha los casos que le toca resolver a Wallander para pintarnos un cuadro impresionista y, me temo, sumamente realista del ahora y aquí de la Suecia actual. Bueno, esta primera novela de la serie me parece que se desarrolla a finales de los 80, justo cuando la escribe, y descubro hasta qué punto esa sociedad era todavía diferente de la española, pero también me parece detectar que nos acercamos inexorablemente a ese modelo y en algunos aspectos empezando a perder algunos puntos fuertes de nuestra idiosincrasia, por ejemplo, el concepto de familia como grupo de autoayuda (aspecto que se ha evidenciado con ocasión de la nefasta presente crisis).

Las primeras páginas de “Asesinos sin rostro” son terribles en su fondo: el marido de una pareja de ancianos granjeros que, naturalmente, viven solos en el campo en el distrito de Ystad, se despierta como todos los días y su primer pensamiento es interrogarse sobre qué pasaría si su esposa hubiera fallecido esa misma noche sin él enterarse. Media hora más tarde descubrirá que a sus amigos y vecinos de la granja de al lado les han asaltado con la máxima violencia para robarles (¿qué?), han matado al hombre y dejado muy malherida a la mujer… Es el crimen que resolverá Wallander.

Termino con tres de acotaciones, las dos primeras reveladoras de que no soy el descubridor de Mankell - Wallander entre los “Cinéfilos”:

·                Hace como un mes, visitando el COIN, hablé unos minutos con Belén y le comenté mi descubrimiento de Wallander al leer su primer caso. Me respondió que había leído todas (o casi todas) las novelas que protagoniza. Automáticamente le eché la consabida bronca paternal (space cowboynal sonaría fatal) por no haber escrito nada al respecto. Como penitencia, le rogaría que complemente en este Foro lo que he opinado o corrija mis errores (su experiencia en Mankell es n veces superior a la mía).
·                Hace 10 días, tomando café con Rogelio y un, digamos, “Cinéfilo mudo” (porque saber escribir sabe, pero debe ser que como no pagamos … nunca nos ha escrito nada) charlando sobre nuestras últimas lecturas hablé de Mankell – Wallander. Nuestro común amigo “mudo” confesó haber leído varias novelas de Mankell, que le gusta mucho, no sólo de las protagonizadas por Wallander. Incluso nos aconsejó una de ellas: “Zapatos italianos”. Si Rogelio lo estima oportuno, le ruego que le ruegue que nos escriba algo. A mí no me hace el mínimo caso…
·                La TV sueca realizó una o dos temporadas de la serie “Wallander”, protagonizada por Krister Henriksson (al que sólo me consta haberle visto en la muy notable "Infiel" (2000) dirigida por Liv Ullman con guión del mismísimo  Ingmar Bergman, seguramente su último trabajo; por favor: no confundir con la americana(da) del mismo título dirigida por Adrian Lyne protagonizada por Diane Lane, Olivier Martinez y un Richard Gere ... con cuernecillos), serie que dieron en TVE2 (sin ninguna propaganda previa, naturalmente, esos anuncios los reservaban para “Aguila Roja” y cía) hace como dos años, y que actualmente están reemitiendo los miércoles por la noche (mejor dicho, el jueves ya) a las 00:00 (90 min sin interrupciones) repitiendo el capítulo semanal el domingo a las 01:30 +-, dependiendo de la programación (yo lo grabo y lo veo al día siguiente). Aunque no leo sueco, me ha parecido entender en los títulos de crédito del comienzo que los guiones están escritos especialmente para la serie, las 11 novelas originales no darían para dos temporadas. Desde luego, salvo un par de ellos, los casos no son tan interesantes como el de “Asesinos sin rostro”, pero muchísimo mejor que cualquiera de los tres que soporté de la policíaca española “Los misterios de Laura”, que me resultaron absolutamente infantiloides.  Belén, amante de las series británicas, me ha comentado que la BBC (o la cadena inglesa que sea) también realizó su “Wallander” protagonizada nada menos que por Kenneth Branagh, serie que ha visto total o parcialmente. ¡Pues que nos la comente!

Conclusión: “Asesinos sin rostro” me parece una novela muy interesante, especialmente al ilustrarnos sobre cómo es la Suecia real de una pequeña ciudad, con una honesta, profunda y constructiva visión autocrítica. Eso sí, al terminarla me quedó una pesimista sensación: de todos los personajes de la novela, ninguno parece ser feliz. A los amantes del “sudoku policíaco” no es novela que les vaya a satisfacer, me parece.


Para una referencia básica y relación de las obras de Henning Mankell, podéis entrar en:

Su página web, muy bien organizada:

Reseña de “Asesinos sin rostro”:

Otra más amplia en:

En el link adjunto podéis ver el trailer de un capítulo de la serie de TV sueca que os he comentado, lo he elegido porque es uno de los que más me gustaron cuando la dieron hace dos años (su título era “Luftslotted”, la mujer joven que baja de un coche al principio es Linda Wallander, hija de Kurt, que anteriormente acabó diplomándose policía pasada su primera juventud, en uno de los primeros capítulos de la serie ella era destinada a Ystad y pasaba a estar a las órdenes de su padre, lo que crea algunos problemas; Wallander es el hombre con cinturón se seguridad sentado como copiloto en un coche y cuello desabrochado que aparece en el segundo 9 del trailer), aún no lo han repuesto en el pase actualmente en curso en TVE2:

Como despedida un aviso esperanzador: esta presente trilogía de comentarios terminará con el último de forma mucho más optimista. Os lo prometo. Palabra de Space Cowboy.

Buena LITERATURA POLICÍACA sueca actual, amigos.

Manrique

sábado, 8 de diciembre de 2012

El Capital

Chicos, conocéis mis limitaciones para colgar cosas en el foro pero a pesar de ello os quiero recomendar "El Capital".

Un progre de toda la vida como yo no podía dejar pasar una película de Costa Gavras ¿os acordáis de "Z"? a mí me impresionó y todavía me acuerdo de algunas escenas.

La película está contada con un buen ritmo y muchas imágenes de lujo: top models, jets privados, espectaculares sedes bancarias, uso de tecnologías punta, etc., lo que hace muy llevadero que gentes ignorantes, como yo, no se enteren de la misa la mitad de la trama financiera, de OPAS, columpios entre compañeros, despidos masivos, etc.

El resumen es que los banqueros son tan malos como parece pero que, como para todo, hay que ser profesionales, no como el Blesa y demás especímenes que padecemos a nivel nacional y que se van de rositas y forrados.

La película también tiene algunas sorpresas y contrapuntos típicos del cine francés que a mí me encantan.

Lo dicho, seguro que os va a gustar la película aunque los entendidos la aprueben sin entusiasmo.

Si os animáis a verla contadme qué os parece.

Un abrazo.


Josechu.

domingo, 2 de diciembre de 2012

TRILOGÍA POLICÍACA (1/3): “AGATHA CHRISTIE”


Queridos Cinéfilos:

Por casualidad he leído consecutivamente tres novelas policíacas, absolutamente diferentes entre sí, y me ha parecido, a lo peor egocéntricamente, que las tres merecían un comentario individualizado, comentario que, a estas alturas, podría ser útil como recomendación de una sociológicamente profunda novela, la segunda, y de un excelente (y divertidamente inteligente) reconstituyente para el ánimo en tiempos revueltos, la tercera. Empecemos por la primera con el pago de una deuda:

Si hablamos de novela policíaca, creo que, en cualquier encuesta, al menos en el mundo occidental, la autora más citada sería Agatha Christie.

De adolescente estaba convencido de que era la más inteligente e interesante escritora del mundo. Devoraba sus novelas en los tres meses de vacaciones al ritmo de dos por semana, con la única competencia de las de Julio Verne y de otras pocas, como “La Isla de Coral” de R.M. Ballantyne, paradigma de clásica novela británica del siglo XIX orientada a los adolescentes, que, 100 años más tarde, inspiró a William Golding para escribir su excelente e impactante “El Señor de las moscas”, esta vez dirigida a los adultos, mostrando el simétrico lado oscuro de aquella ejemplar historia. ¡Y vaya si lo hizo bien!. Se puede decir que con ella ganó el Premio Nobel de Literatura.

Ya con algo más de edad, ¿dieciséis años?, empezaron a gustarme bocados más agridulces, cambio que, seguro que me repito, comenzó con el deslumbramiento de “Un mundo feliz” de Aldous Huxley.

Pero, volviendo a Dª Agatha, sería injusto por mi parte no rendirle en este Foro un pequeño homenaje, que pienso suscribiríais mayoritariamente los Space Cowboys y, a lo mejor, hasta bastantes miembros del Brat Pack. Recuerdo varios títulos que me gustaron especialmente: “La casa torcida”, “El asesinato de Rogelio Ackroyd”, “Muerte en el Nilo” … y la sorprendente solución (aunque, fríamente analizada, difícilmente verosímil) de “Asesinato en el Orient Express”, novela que Sidney Lumet llevó al Cine con sobresaliente resultado a mediados de los 70 (y que Kenneth Branagh cometó el inmenso error en 2017 de hacer una nueva versión que nada aportaba a la anterior) cuya historia se desarrolla en un cerrado ambiente, especialmente atractivo para los enamorados de los trenes, como yo (un paso detrás de los barcos, aclaro). Ni que decir tiene, que entre todas las adaptaciones de sus obras al cine, además de la citada, sobresale “Testigo de cargo” con un deslumbrante duelo entre el juez (Charles Lawton) y la acusada (Marlene Dietrich). ¡Memorable!.

Hace unos cuatro años leí “Cinco cerditos”, que no conocía, y me gustó, pero este verano he leído otra también nueva para mí, “El hombre del traje color castaño” (de 1924, vamos de las más antiguas) y su trama me ha parecido bastante inverosímil, no bien engranada, pero, sorprendentemente, con acción muy “cinematográfica”, vamos, la antítesis de las novelas de Poirot, y, cosa curiosa que no había encontrado en ninguna otra novela de Dª Agatha, la protagonista, personaje que parece inspirado en la propia autora, proclamando opiniones muy poco conservadoras sobre asuntos varios, entre ellos las relaciones de pareja. Curioso. Se ve que estaba empezando. De todas maneras, me ha resultado muy pesada, aunque algo menos que las últimas que leí de jovencito, “Pasajero para Francfort” y “Los elefantes pueden recordar”, que no pude acabar.

Ahora que ya “peino canas”, por utilizar una expresión nada literal, tengo que admitir que Dª Agatha ya no es mi escritora favorita, ni siquiera en el campo de la novela policíaca, pero antes de recomendar otros autores (el objeto de esta “trilogía”) sería un malnacido, como establece la equivalencia castellana, si no dejara aquí constancia de mi agradecimiento hacia ella por cientos de tardes de lectura y, todavía de vez en cuando, por poder rememorar el proustiano olor como de plumcakes con mermelada de naranja amarga (nada de magdalenas francesas de D. Marcelo) cuando recuerdo sus novelas que más me impactaron o aún descubro, a estas alturas, alguna que me retrotrae a  una época en que el futuro era prometedor .

Pero como aquí hablamos fundamentalmente de Cine, termino, cómo no, aconsejando una película (no porque sea excepcional, aunque sí más que digna y con excelente ambientación y fotografía del multioscarizado Vittorio Storaro) de la que nunca hemos hablado en este Foro, creo: “Agatha” de Michael Apted (1979), protagonizada por Vanessa Redgrave (en el papel  de AC) y Dustin Hoffman, donde el guión desarrolla una posible explicación para el misterio real, que la escritora nunca nos desveló, de su misteriosa desaparición de 11 días en 1926, a raíz de que su primer marido le solicitara el divorcio para casarse con su amante.

Tenéis un trailer de la película en:

y un resumen de su trama en:

Como muchos sabréis, años después, AC se casó con su segundo y definitivo esposo (Max Mallowan, arqueólogo, aunque ella artísticamente siempre conservó el apellido de su primer marido) y su consecuente vida, con múltiples largas estancias en excavaciones en el Oriente Medio, le proporcionó una sólida base para varias de sus futuras novelas (“La venganza Nofret”, ¡se desarrolla en el Antiguo Egipto!) y para poder declarar ya en su ancianidad (no literal, lo escribo de memoria) haciendo gala del sentido del humor inglés que tanto me gusta: “Lo bueno de casarse con un arqueólogo es que, mientras más envejeces, más te aprecia”. ¡Chapeau!, Dª Agatha.

Buena mente la suya, amigos.

Manrique

domingo, 18 de noviembre de 2012

CARLOS LATRE. YES, WE SPAIN IS DIFFERENT



No soy muy aficionado a los espectáculos de humor. En general,  estos intérpretes que  basan su éxito en la imitación humorística de políticos y artistas me aburren, incluso peor, a menudo me recuerdan a parásitos de pocos escrúpulos que viven de chupar la sangre de personajes de éxito mediático.

Sin embargo, este fin de semana he decidido ir a ver a Carlos Latre y su espectáculo “Yes, we Spain is different” con el que ya ha recorrido España con notable éxito. No pensaba escribir sobre él, pero al haber leído la crónica que Rogelio publicó ayer en este nuestro foro sobre el espectáculo de Pedro Ruiz, me he animado a hacerlo.

Carlos Latre es un castellonense de 33 años educado en Cataluña (lo cual tal y como están las cosas no deja de tener importancia) y que ha adquirido fama como imitador, participando en programas televisivos de éxito limitado en TV3, T5, la Cuatro y A3 y, desde hace unos años, en el programa radiofónico “Herrera en la Onda” de Carlos Herrera. Aquí es donde yo le he oído y tengo que reconocer que muchas de sus intervenciones me han provocado alguna sonrisa y respeto por su agudeza.

“Yes, we Spain is different” es un show bastante entretenido y los espectadores se ríen, en algún momento a carcajadas. Carlos Latre lo estrenó en Barcelona a principios de 2012 y la publicidad afirma haber sobrepasado ya los 100.000 espectadores. El Teatro Alcalá Palace de Madrid estaba ayer ocupado en sus 2/3 partes en la sesión de tarde. La edad media de los  espectadores podía ser alrededor de los 40 años y se nota que son fieles seguidores del artista al que aplauden con ganas.

Carlos Latre es incisivo, pero, en mi opinión,  no hiere ni hace sangre. Sacude a derechas e izquierdas, pero no creo que nadie se sienta excesivamente molesto por sus críticas. Desde el Rey hasta Torrente, pasando por Rajoy, Esperanza Aguirre, Rubalcaba, Obama, la duquesa de Alba, Lady Gaga y 100 personajes más son pasto de sus caricaturas. Pero, además, Carlos Latre canta y baila acompañado de coreografía filmada, porque él es el único personaje vivo sobre el escenario. Hora y media de show sin pausa, que te hacen pasar un rato agradable y olvidarte de la cruda realidad.

Recordando ahora el comentario de Rogelio sobre Pedro Ruiz, tengo la impresión que hay una diferencia de alguna década en la edad de los artistas y los espectadores y en el planteamiento del show. Los años, que no perdonan a nadie. La casualidad ha hecho que nuestros comentarios aparezcan en nuestro foro al mismo tiempo. A lo mejor esto les da algún valor añadido adicional.

JRL (18-11-2012)

sábado, 17 de noviembre de 2012

No Estoy Muerto. Estoy en Callao

Pedro Ruiz nos anuncia que tiene un nuevo espectáculo y llena el cine Callao. Edad media de la audiencia sesenta años, difícil encontrar localidades para los próximos días.
Pedro Ruiz se sube durante dos horas a un escenario con una pantalla detrás en la que se proyectan imágenes de apoyo a su actuación. Partimos de un corto protagonizado por él mismo que no se entiende, mucho volumen del sonido y muy poca calidad de la grabación.
Pedro Ruiz continúa siendo el mismo analista agudo de la actualidad socio política, despiadado con el poder, incisivo, valiente, pero... el problema es que el valor necesario para hacer crítica política en los setenta no es el mismo que hace falta para criticar hoy al gobierno, el problema es que el "ni Dios, ni Patria, ni amo" en aquellos años escandalizaba a muchos, pero hoy suena casi casi al programa de la ESO.
La fórmula es sencilla, Pedro Ruiz no apuesta por ninguna idea ni por nadie y procura repartir sus diatribas a diestra y a siniestra para no caer excesivamente mal a nadie, mientras tanto pone en solfa sin ningún respeto todo lo sagrado pero, por supuesto, lo sagrado de toda la vida. No vaya a pensar alguien que desde los años 70 hasta ahora han aparecido algunas nuevas vacas sagradas en la sociedad, los causantes de nuestros problemas continúan siendo los mismos.
Pedro Ruiz nos habla de bastantes cosas, de su madre a la que no tuvimos el gusto de conocer, de Cristina Kirchner a la que tenemos el disgusto de conocer, aunque solo sea por referencias. ¿por qué nos cuenta tantas cosas de la Argentina?
Pedro Ruiz canta, digamos que con decisión y también hace imitaciones, bastante buenas aunque un poco histriónicas, igual de buenas que las que hoy se hacen casi en cualquier programa de radio o televisión. Por cierto que para reforzar los aplausos, a veces escasos, del público también hay aplausos grabados, como en la televisión ¡qué difíciles se han puesto los tiempos Pedro!
Digamos para terminar que Pedro Ruiz deja entrar gratis a los parados para rellenar el aforo. Todo esto lo hace él, con la sola ayuda de un pianista y una señorita, sin duda lo mejor del espectáculo.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Lo Imposible

Lo imposible se convirtió en posible. Alguien lo hubiese achacado a una mano divina y es curioso que no tomaran el nombre de dios en ningún momento, ni se exclamara que lo sucedido fuese producto de un milagro.

Lo impactante consistió en el hiperrealismo de las imágenes.

Lo mejor ha sido la fotografía, los efectos especiales, la interpretación, la capacidad de emocionar, el doblaje con unas voces tremendamente oportunas, los tiempos, la densidad de una historia de un día contada en noventa minutos. En fin, lo mejor es la película, que no sé qué tiene de española.

Lo desconcertante fue entrar en la sala y ver que estaba llena a rebosar. Mi curiosidad fue más fuerte que mi discreción y me dispuse a cotillear qué tipo de gente había abarrotado la sala más grande del multicine. Cómo diría yo… no sé… a ver… quisiera no ser mal pensada… pero sospecho que no voy a poder evitarlo. Digamos que la gente que poblaba la sala hasta las trancas no eran los habituales de otras películas. Vaya, pensé, será que le han dado mucha publicidad, será que quieren sufrir (con la que está cayendo), será que… en fin…

Lo natural, siendo los protagonistas españoles, era que sus cabellos fuesen morenos, como en la realidad son, pero no. Lloramos más si el niño es rubito, vaya.

Lo agobiante era mantener la mirada en la pantalla mientras veía cómo alguien se estaba ahogando y los segundos pasaban con la angustia de sentir que cada vez la ahogada era menos ella y más yo. Uff… casi me sentía ahogada.

Lo emotivo lo encontré en el instante en el que cada miembro de la familia ya está fuera de la situación, observa algún objeto que perteneció a la pesadilla y lo observa ya con otros ojos. Sólo han pasado dos minutos, pero la realidad ahora es otra. El objeto se observa y ya no tiene el significado que tenía minutos antes.

Lo popular debió ser ese momento a tres bandas cuando se encuentra el hijo mayor con sus hermanos pequeños y todos ellos, a su vez y uno a uno, con su padre. Eso no hay pueblo que lo resista sin echar una lágrima.

Lo inesperado no existe. Todos hemos asistido a una película de la cual lo sabemos todo: presentación, nudo y desenlace. Aun así, han llenado salas.

Lo duro era oir aquélla tremenda frase “soy lo único que le queda a este hijo, ¿lo ha entendido?”. De esa forma, una mujer suplicaba por su vida a un médico, por el futuro de la vida de su hijo. Ahí me ahogué en mis lágrimas subterráneas.

Lo inconcebible era que sólo dos protagonistas estuviesen en las imágenes de la gran ola arrasadora de todo. ¿Nadie más compartía la lucha por la vida en esos instantes? Al parecer, todos ya estaban ahogados. No sé, eso no me cuadró. Hubiese estado bien que algún que otro turista hubiera aparecido intentando asirse a algún tronco, no sé… se me hace difícil verles solos en esas secuencias, a no ser que insertar más gente en las magníficas composiciones de NextLimit elevasen el presupuesto de Zurich Travellers.

Lo deseable hubiese sido que las consecuencias del tsunami de aquélla Navidad no hubiesen sido las que ahora vemos en las imágenes aéreas. No hubo mecanismos para alertar a la población, nadie se acordó de miles de asiáticos y entre ellos cayeron turistas, claro. De ellos se hace la película.

Lo tremendo siempre será recordar con esa película que hubo islas enteras que fueron engullidas por las aguas, que nadie se salvó en infinidad de aldeas, que la fragilidad de la vida alrededor del lujo asiático es un insulto para la dignidad.

Lo irrepetible debería ser para mí ir a un estreno de una película comercial. No lo volveré a hacer, lo prometo.

Lo gracioso es que nuestro ministro Soria dijese, meses antes del estreno, que los españolitos debíamos viajar dentro de España haciendo un turismo seguro y de calidad porque fuera de nuestras fronteras, por ahí, sólo nos esperaban mosquitos, desastres e infortunios. Qué oportuno, tiene su gracia el Soria.

Lo oculto pudieran ser esos instantes en los que, al principio de la película y cuando todos se prometían unas vacaciones felices, aparece sobre la mesa un sobre con documentos de ‘Zurich Travellers’. Ya nada oculto, un miembro de la compañía de seguros suiza se presenta ante la familia siniestrada y ya él se encarga de todo, ya no han de preocuparse por nada. No en vano, Zurich Travellers es patrocinadora de la película y por un módico precio de 3 euros al día te garantiza volver sano y salvo a tu casa, con tu familia entera, si te sucede la peor de las tragedias en el lugar más devastado del planeta. En fin… no sé si alegrarme de haber detectado el detalle, porque eso me hace carne de cañón de anunciantes, o envidiar a todos los miles de espectadores que ni se coscaron. No lo pensaré.

Lo agradecido fue poder observar la película, las imágenes tenían los tiempos suficientes como para poder mirar donde quería. Agradezco al director que me haya dejado ver la película.

Lo incomprensible es que una madre dé a un hijo por muerto. Aún viéndolo... No sé... no lo comprendo.

Lo posible se me antoja que, independientemente del carácter comercial de la película, la familia española haya accedido a recordar el horror para retomar, rencontrar, a los que con ellos sufrieron tanto y cuyos nombres no recuerdan, casi ni rostros. No se me escapa que son incapaces de recordar nada más del niño Daniel ni del padre desesperado que se une en la búsqueda de su familia ya dada por perdida al ver a nuestro protagonista decidido a buscar a los suyos hasta la muerte. Esos personajes aparecen en las imágenes casi diluídos, difusos, en segundos planos, siempre detrás… ¿qué habrá sido de ellos, quiénes serán? Me preguntaría yo siempre. Y quién se abstrae de la tentación de saber. Seguro que los protagonistas verán la película y se sentirán identificados y habrá un email a una productora, o…, eso, un mensaje en una botella en forma de película, es posible.

lunes, 5 de noviembre de 2012

SPAIN FOREVER. MICHEL CAMILO Y TOMATITO


Michel Camilo y Tomatito, piano jazz y guitarra flamenca, comenzaron su relación profesional hace 15 años. Hace 12 publicaron su primer disco, “Spain”. Hace 6, publicaron su segundo disco, “Spain again” y próximamente publicarán su tercer disco, “Spain forever”. Para el lanzamiento de este su tercer disco han emprendido una gira mundial que les ha llevado hoy al Auditorio Nacional en Madrid. El Auditorio estaba casi lleno y cerca de 2300 personas han disfrutado de un magnífico concierto.

Michel Camilo y Tomatito forman una  pareja de éxito. Camilo es un extraordinario pianista, dominicano de nacimiento y residencia en Nueva York, especializado en música de jazz. De él hemos hablado ya con entusiasmo en este foro con motivo de algún concierto de la ONE en el que ha intervenido como solista. Su calidad, su espontaneidad y su facilidad para interpretar a los grandes compositores americanos del Siglo XX le convierten en uno de las grandes pianistas mundiales del momento. Tomatito, José Fernández Torres, es un guitarrista almeriense que lleva el flamenco en lo más profundo de su alma y lo interpreta con su guitarra como nadie desde la muerte de Camarón, su gran amigo y maestro.

Lo curioso es que la unión Camilo-Tomatito funcione a pesar de la disparidad de sus dos componentes, sus estilos y sus instrumentos. Camilo es extrovertido, le gusta hablar, envuelve al público en una música épica que brota de un piano desbocado con acordes de jazz. Tomatito es introvertido, casi tímido, no habla nada durante el concierto y la música de su guitarra tiene un espíritu intimista con profundas raíces flamencas. Componentes distintas, incluso dispares, y, a pesar de ello, un conjunto que suena bien y entusiasma a sus seguidores.

El concierto de hoy fue de menos a más. Como siempre que se utiliza la electrónica en el Auditorio, la interpretación empezó con algún problema de audición y los músicos un poco descoordinados. Resueltos los problemas, la música de Chick Corea, Charlie Haiden, Mike Mainieri, del propio Tomatito, de Astor Piazzola y hasta de Erik Satie sonó vibrante  ante un público y unos intérpretes entregados. Hubo vises y el público despidió a los dos concertistas puestos en pie.

En conclusión, una buena tarde de música que se repetirá dentro de unos días en Barcelona y en Gijón para trasladarse después por otros países y continentes. Bien por Michel Camilo y Tomatito.


JRL (04-11-2012)

domingo, 4 de noviembre de 2012

La Verdad

Vuelve Flotats a las carteleras de Madrid, esta vez con algo muy alejado de los temas históricos a que nos tenía acostumbrados.

La Verdad, teatro Cofidis antiguo Alcalá, es una comedia del francés Florian Zeller, nacido en el 79, casado con una modelo y aparentemente estrella de la actualidad francesa.

La obra se presenta como un análisis mas o menos filosófico sobre el tema que exhibe en su título. ¿Debe conocerse la verdad? ¿Sobreviviría alguna pareja a la verdad? y la verdad es que lo intenta, pero a mi juicio se queda en una divertida, sorprendente y ligera comedia de enredo basada en un profundo cinismo que al final no sabemos si compadecer o aplaudir y la filosofía es de andar por casa.

Los actores están muy bien: Maria Adanez y Kira Miró atractivas y convincentes, Aitor Mazo crece a medida que transcurre la trama y Flotats es Flotats.

Por cierto que en esta obra se ven algunas "peculiaridades" de este gran actor. La primera, que no es su culpa, es que está un poco pasado de años para el papel.

La segunda es una ligera sobreactuación, que si bien se le puede perdonar a Talleyrand o a Descartes, porque ¿quién sabe cómo se expresaba essa gente?, pero que para un ejecutivo de hoy día resulta un poco ampulosa.

La tercera y última es conocida: Flotats sigue perfeccionando un acento inventado por él mismo y que pretende ser de-ninguna-parte pero creo que esta vez se lo he pillado: es una mezcla de finlandes y madagascareño.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Submarinos de película

Desde hace unos meses, en la web de Ingeniería Naval solemos hacer unos "top10" todas las semanas sobre distintos temas marítimos. Esta semana hemos recopilado 10 películas de submarinos.

Destino Tokio
Os invito a leer la recopilación y, si queréis, a sugerir aquellas películas que no deberían faltar en la misma. Como en la lista de las 10 canciones relacionadas con el mar ha sido complicado reducir las películas a sólo 10, pero no faltan ni "20.000 leguas de viaje submarino", "Das boot", ni "La caza del octubre rojo".

domingo, 21 de octubre de 2012

“The Deep Blue Sea” (El profundo mar azul) de Terence Davies (GB 2011)


Queridos Cinéfilos:


Hace unos días fui a ver esta película de Terence Davies (director que no conocía y del que parece que sus más valoradas películas anteriores han sido “Voces distantes” y “El largo día acaba”), basada en una obra teatral de Terence Rattingan, yo diría que “inglesa hasta los tuétanos”, remake de la del mismo título de 1955, de Anatole Litvak, protagonizada entonces por Vivien Leigh y Kenneth More. Ahora los intérpretes principales son Rachel Weisz, Tom Hiddleston, Simon Russell Beale y Ann Mitchell.

Lo primero que quiero aclarar es que ya me he enterado del por qué del título: La expresión inglesa "Between the devil and a deep blue sea" es la equivalente a la nuestra "Entre la espada y la pared", que se puede aplicar al caso de Hester Collyer (Rachel Weisz, actriz que me gusta cada vez más desde que dejó de flirtear con momias), aburridamente casada con un encumbrado juez, amable y educado, por el que siente el típico cariño-rechazo propio de una hija adolescente respecto a su padre (lo que el citado Sir William Collyer podría ser para ella por la edad) cuando conoce a Freddy, ex piloto de la RAF incapaz de encontrar un buen trabajo tras la guerra, que, la verdad, tiene el atractivo mental de un portero de fútbol, no titular, de 3ª regional. Como el amor es "loco", se convierte en su (servil) amante. El escándalo está montado (la acción se desarrolla en la Inglaterra  de los últimos 40’s) y en sí no es exactamente el tema de la película, sino, más bien, la tormenta interna que Hester alberga, de ahí su título.

¿Qué es lo que me ha gustado?. Pues lo previsible en el típico cine inglés con el que tan fácilmente conecto: La película está muy bien realizada; las interpretaciones son muy buenas, con magníficos secundarios, como siempre; una fotografía que, a base de extremada calidez, polvo en el ambiente o lo que sea, da la sensación de rimar en consonante con la historia; la excelente ambientación, destacando las tres o cuatro secuencias del pub con los parroquianos cantando tras la tercera pinta de cerveza (ellos, ellas, yo diría, que parecen tomar martini blanco dulce, cosas de los 40’s, I guess). Y, como me comentó Belén (le paso el turno de inmediato, que para eso la ha visto), la extraordinaria acidez del peor yogur británico posible en algunas conversaciones (especialmente la de nuera-suegra en la escena en que toman el té de las cinco, memorable).

¿Y qué hay de la música?: Dejando aparte las canciones citadas, el fondo musical proviene del Concierto para violín y orquesta Opus 14 de Samuel Barber (que conste que lo sé por que lo leí al final, no porque lo conociera), un tipo de música que puede espantar a la mayoría de los del Brat Pack, pero que encaja a la perfección con las bandas sonoras de aquella época (y a mí no me disgusta en ese contexto). Para ilustrar lo que os comento, podéis, si os apetece, escuchad el concierto en: 

Mov. I Allegro (creo que es el único que se inserta en la BSO):
Mov. II Andante:
Mov. III Presto:

Concluyendo: Si os gustan las películas de esa época y estilo, como “Breve encuentro” (a Rogelio creo que mucho), id a ver “The Blue Deep Sea” (en Madrid, creo que ahora únicamente la dan en el Renoir Pza de España; aconsejo vivamente verla en VO a poco que uno entienda inglés, algunos diálogos son una delicia y suenan como si hablara Thatcher).

Más información en:

Trailer subtitulado en español:

Trailer con canción en el pub:

Buen Cine clásico inglés, amigos.

Manrique


domingo, 14 de octubre de 2012

Lo Imposible

La película me ha gustado, podría estar firmada por cualquier grande, desde Coppola a Eastwood, mantiene el interés e incluso la tensión y hasta podría ser una más de las diez mejores de la temporada.

La película reproduce la historia real, a mi me parece que de una forma muy verosimil, de una familia madrileña de vacaciones en Tailandia y que sufre el famoso tsunami del año 2004. Básicamente es una historia de sentimientos humanos y de la fuerza insuperable de los lazos familiares, es también una historia del comportamiento de las personas ante las catástrofes.

Segunda obra de Bayona, la primera "El Orfanato". Hay que felicitar a este cineasta por su madurez y por el acierto y originalidad en la elección de los temas, en este caso sacado de un programa radiofónico en el que se entrevistaba a la protagonista en la vida real.

Solamente una pega que probablemente es debida a la versión española. Resulta que en Tailandia todo el mundo habla español, aunque a veces hay que hablar despacito para que te entiendan. La película hubiera quedado mucho mas creíble con los diálogos en inglés entre personas de distinta nacionalidad y en español dentro de la familia, aunque espero que se haga una versión catalana que deje claro que lo que de verdad se habla en Tailandia es el catalán.

¡Ah! y como siempre un diez para Next Limit y su Real Flow sin el cual las imágenes del tsunami no serían sobrecogedoras, como realmente son.

LA VIDA ES SUEÑO


Ficha técnica:
  • Año 2012
  • Autor: Pedro Calderón de la Barca
  • Versión: Juan Mayorga
  • Directora: Helena Pimenta
  • Intérpretes: Blanca Portillo (Segismundo), Marta Poveda (Rosaura), Joaquín Notario (Basilio), Fernando Sansegundo (Clotaldo), David Lorente (Clarín)
  • Teatro: Teatro Pavón ( Compañía Nacional de Teatro Clásico)
  • Género: Drama
  • Duración 115 minutos

Comentario

La Compañía Nacional de Teatro Clásico representa en el Teatro Pavón de Madrid, desde el 18 de septiembre al 16 de diciembre de este año, la obra cumbre del barroco español: “La vida es sueño” de Pedro Calderón de la Barca, estrenada en 1635,  hace ya casi  400 años. La gran novedad de esta representación es que el papel de Segismundo lo interpreta una mujer, la actriz Blanca Portillo, que ya había  interpretado algún otro papel masculino, Hamlet por ejemplo,  con anterioridad. El Teatro Pavón tiene vendidas todas sus localidades de fin de semana hasta el final de las representaciones y ya hay problemas  para encontrar localidades en algunos días de diario. Éxito, en fin, por el que hay que congratularse y que me gustaría comentar brevemente.

La  impresión que tiene el espectador que asiste a la “vida es sueño” del Teatro Pavón estos días es que ve un gran espectáculo y que sigue la obra con muchísima más facilidad que otras  de nuestro repertorio clásico. Yo no sé si eso es debido a la versión de Juan Mayorga sobre el complejo tema central de la obra, la concepción de la vida como un sueño, la belleza de sus versos o la familiaridad de algunas de sus décimas más famosas, pero es un hecho que el espectador sigue la trama con mucho interés y disfruta con los filosóficos diálogos de los protagonistas y con la excelente música que los acompaña.

Temas más complejo es valorar la interpretación de Blanca Portillo en su papel de Segismundo. Por un lado, Blanca lo borda. Es difícil sentir mayor emoción que la que ella transmite recitando los famosos soliloquios de Segismundo. El público lo agradece y aplaude a rabiar su representación. Pero por otro, a mi me dio la sensación como que Blanca Portillo iba un poco a su aire, como alejada de los restantes intérpretes, mucho más clásicos en su ejecución. No se si ahí hay algún problema de coordinación que resolver.

Buen espectáculo en suma. Gran obra, gran interpretación y gran puesta en escena. En mi opinión merece la pena ver esta obra, uno de los grandes dramas del barroco español y europeo.


sábado, 29 de septiembre de 2012

Mi imprevisto encuentro con Lady Brandon


Mi ejemplar

Queridos Cinéfilos:

¿Cuántos de vosotros habéis tenido alguna vez un encuentro imprevisto que os haya dejado un recuerdo “perdurable”?. Rogelio ya nos confesó en estas páginas el suyo con Scarlett Johansson. Mi caso es mucho menos llamativo, pero, por si os pudiera interesar vivirlo en primera persona, lo que está al alcance de vuestra mano, paso a relatároslo:

Hace dieciséis años, el Día del Libro entré a comprar uno en un Vips donde, como gentileza por la fecha, regalaban por cada compra otro libro a elegir entre una selección de restos de ediciones. Tardé en escoger, ya que no parecía haber nada demasiado apetecible en aquel montón, decidiéndome finalmente por una novela que supuse era medio policíaca (incluía, en sus primeras páginas, el ramificado esquema de una noble familia inglesa de finales del siglo XIX y un croquis de una mansión victoriana) y, por la reseña de la contraportada, supe que su autor, totalmente desconocido para mí, era un sobrino de Virginia WoolfQuentin Bell, que ahora sé que era uno de los adolescentes que aparecían en la película “Las horas” cuando Virginia Woolf se reunía con su hermana Vanessa en una casa de campo en verano). La novela era “El secreto de Lady Brandon” (mucho mejor su título original: “The Brandon Papers”, 1985).

Edición inglesa
Pasado un tiempo, me animé a leer aquel libro “no buscado” y me gustó mucho, muy mucho, desde luego infinitamente más que el que entré a comprar aquel día en el Vips … que ni siquiera recuerdo cuál fue. Conocí la extraordinaria vida de Lady Mary Brandon y me maravilló la educadísima e inmisericorde crítica de la farisea alta sociedad inglesa que se hacía en la novela, plena de frases de doble sentido y toques de humor británico, por más que, desde las cloacas, debajo de los elegantes trajes de las ladies y fracs de los gentlemen, estrictamente requeridos para las cenas, se filtrara un trasfondo de depravación nada ejemplar. Me imagino que esta visión crítica entroncaba muy bien con la asunción por Quentin Bell del espíritu reinante en el Círculo de Bloomsbury en sus años de juventud. Sin en absoluto ser un experto en literatura inglesa, yo diría que a Oscar Wilde le hubiera encantado esta novela.

Como sabéis, mi gran defecto es convertirme en divulgador incansable de los “hallazgos” que descubro y, por ello, me atreví a tomar la iniciativa de prestar el libro, entre otros, a varios de vosotros hace años y, el último junio, a José Ramón. Como siempre que dejo un libro le pido al lector que lo firme, puedo confirmar que este ejemplar lo han leído quince personas, al menos.
Quentin Bell

Este verano lo he releído y me ha encantado de nuevo, lamentando no haberlo podido hacer en inglés, ya que me imagino que, si se tiene un muy buen conocimiento de esa lengua, se podrá detectar matices que, seguro, yo no capté (a pesar de que la traducción de Montserrat Serra Ramoneda es muy buena). Me ha comentado Belén que lo ha conseguido en su versión original. Estoy seguro de que, con su dominio del inglés y afición a la lectura, nos dará una opinión más profundamente basada sobre esta novela, que hoy os aconsejo como una pequeña joya escondida.

Podéis encontrar una crítica inglesa a la publicación de la novela en:

una referencia biográfica de Quentin Bell:

y, en el New York Times, un muy bien elaborado obituario del autor:

Buena Literatura, Amigos

Manrique

PD: De todas maneras, he de confesar que hubiera preferido encontrarme a Scarlett Johansson, como le pasó a Rogelio, …especialmente si hubiera tenido (yo) 30 años menos. 

viernes, 3 de agosto de 2012

“Ultimas tardes con Teresa” y “El embrujo de Shanghai” de Juan Marsé


Queridos Cinéfilos:

La mítica portada que cito
El curso prácticamente se ha acabado. Quedaría la repesca de septiembre, pero antes de que nos demos cuenta llegará un nuevo curso … si es que para entonces no nos han intervenido ya y nos aplican el calendario alemán y en un par de décadas más … el chino (parece que inexorablemente “La China è vicina”, como Marco Bellocchio tituló su entonces famosa película, un año antes de la movidilla del 1968).

¡Seamos optimistas!: Los Cinéfilos seguiremos aquí y yo seguiré perorando en el desierto contra los Farrelly, los Wachowski, los albóndigas y Telecinco (si algún día me despierto al otro lado del espejo, a lo peor descubro que soy insoportable). Bueno, hoy trataré ser discreto con este “hasta mañana” en una noche que durará 30 días.

Entre los miles de recomendaciones de lectura que os bombardean, por si os apetece leer este verano, me permito añadir a mis blue chips predilectos (Vargas Llosa, Auster, Muñoz Molina y otros que os he metido por las orejas) un autor del que, me parece, nunca hemos llegado a hablar en este Foro (une vez, escribiendo sobre “El Sur”, sí hice una referencia sobre él): Juan Marsé, entre otras cosas, Premio Cervantes 2008.

Cuando los Space Cowboys éramos jovenzuelos no había prácticamente librerías donde te dejaran hojear un rato los libros que, la mayoría de las veces, no ibas a comprar (salvo en la Casa del Libro, El Corte Inglés, Galerías Preciados o en las casetas de Feria del Libro). En 1965 Juan Marsé publicó “Últimas tardes con Teresa” que consiguió el premio Biblioteca Breve de ese año y, la verdad no sé si entonces o, posiblemente, un par de años más tarde, ya con 17,  cuando entré en la Escuela, quedé prendido de ella en los escaparates de las librerías, donde indefectiblemente siempre me paraba a verla, por su magnética portada y atrayente título: no era para menos la imagen en “picado” de una seductora chica al volante de un inusual descapotable blanco (¿un Triumph 4?) que con la cabeza levantada te miraba directamente a los ojos. Creo que los franceses le llaman un “Coup de foudre”, aquí flechazo, que suena más carpetovetónico.

Leí la novela pocos años después, lamentablemente en una edición del Círculo de Lectores cuya portada tenía el sex appeal de un cuadro de Mondrian, y entonces descubrí la (¿neo?)realista versión de la España social que me contaba Juan Marsé. Hasta entonces no había leído nada semejante (sí, ya conocía varias obras “adultas”, desde el primer KO con “Un mundo feliz” a los 15 años, pero nada de “ahora y aquí”, como luego dijo Llach). En el 84, Gonzalo Herralde la llevó al cine, con resultado mediocre, aunque visualmente atractivo (eso sí, se reproducía al milímetro la famosa foto de la portada, con Maribel Martín en el papel de “Teresa”). La novela era mucho mejor.

Marsé y su novela
Vicente Aranda ha llevado al cine otras tres obras, que no he leído, de Juan Marsé, en mi opinión con muy flojo resultado: “La muchacha de las bragas de oro”,  “Si te dicen que caí” y “El amante bilingüe”. Otro director rodó “La oscura historia de la prima Montse”,  peor aún.

Pero hoy nos centramos en la Literatura y, en esta área, aconsejo vivamente “El embrujo de Shanghai” (Premio de la Crítica 1993), novela que tanto por su estilo y trama, como por su muy original construcción, me encantó. Y la boca se me hizo agua cuando posteriormente me enteré de que mi director español favorito, Víctor Erice, un perfeccionista nato, estaba escribiendo un guión sobre esta novela, guión que publicó con el título “La promesa de Shanghai”.

Guión, no rodado, de Erice
Entonces llegó el tremendo fiasco: como Víctor Erice quería hacer una muy buena película, como siempre ha hecho, su presupuesto no fue aceptado por el productor, que la fastidió con “j” encargando nuevo guión y dirección a Fernando Trueba, responsable final de un bodrio del que únicamente cabe salvar la actuación de Fernando Fernán Gómez (aunque un poco tópica), la fotografía y la ambientación barcelonesa de los finales 40, eso sí, con una pésima dirección de los actores adolescentes y peor actuación del ¿protagonista? Antonio Resines.

Mucho mejor: ¡la leéis!, … si os apetece, claro.

Por último un dato no superfluo: Marsé (con otros escritores catalanes, principalmente junto con Eduardo Mendoza) tienen para mí el mérito de no haber actuado servilmente con el gobernante nacionalismo catalán, atreviéndose a escribir en castellano, lo que les ha valido que la horda de aquél señor que jugaba y hacía bromas con una corona de espinas en Jerusalén, cuando ha estado en el poder les ha negado el derecho a presentarse en ferias internacionales de Literatura dentro de la representación catalana. Claro que Marsé no es de los que se calla y así ha escrito:

“No me fío de los nacionalismos ni de sus banderas, no me fío de los himnos, ni de la historia oficial, ni de sus monumentos, ni de su mística patriotera; me parecen formas larvadas de racismo, petulancia y desdicha. En su nombre se dicen sandeces, cuando no se cometen atrocidades.” Más en:

Reportaje en Informe Semanal de TVE (07.04.1984) con motivo del estreno de la película (Dir. Gonzalo Herralde) sobre su más famosa novela “Ultimas tardes con Teresa” (1965):

Un comentario sobre “El embrujo de Shanghai” en:

Amplio, ilustrado y muy bien documentado comentario de Celia Romea Castro en Cine de Literatura:

Entrevista con motivo del premio Cervantes:

Bueno, chicas y chicos cinéfilos, tanto Space Cowboys como del Brat Pack o de la tercera vía intermedia: que paséis unas magníficas vacaciones con buen Cine, Música y Literatura (y viajes, playa, montaña, tute, ajedrez, gastronomía, etc.).

Manrique