Continuo mi
anterior entrada, ahora ya en la segunda parte de la “Trilogía policíaca”,
aconsejando una muy buena novela del autor sueco Henning Mankell (1948), del
que tuve la primera noticia a través de un comentario en El Cultural de ABC con
ocasión del tsunami de ventas de la trilogía Millenium, del también sueco Stieg
Larsson, hace cinco años, en el que más
o menos se decía que “el autor de esa
nacionalidad, realmente bueno en novela policíaca, era Henning Mankell”, con
su personaje Kurt Wallander, inspector de policía en Ystad, pequeña ciudad del
extremo sur de ese país, situada cerca de Malmö, en la costa y al este, zona en
la que se desarrollan sus “casos”.
Este verano
me llevé en la maleta “Asesinos sin
rostro”, la primera novela de las once protagonizadas por Wallander
(Henning Mankell ha sido fundamentalmente un autor dramático, que sólo empezó a
escribir novelas policíacas, y de otra temática, en su madurez) y al terminar
la primera página ya me pareció que “aquello” prometía mucho y, cuando la terminé,
tenía claro que le “daba sopas con honda” a las de la trilogía Millenium. Seamos
honestos: sólo he leído la primera de ésta (“Los hombres que no amaban a las mujeres”, en sueco “Män som hatar kvinnor”, literalmente
traducido al español sería “Hombres que
odian a las mujeres”) un tiempo después de ver la película del mismo
nombre, que aquí os comenté, únicamente porque durante unos pocos
días fuera de casa no tenía nada a mano más apetecible que leer. Con esta
limitada experiencia a lo mejor no debería opinar del conjunto de la breve obra novelística de Larsson (que yo sepa, sólo la trilogía citada), pero para mi gusto, comparando novela
contra novela, “Asesinos
sin rostro” es mucho mejor porque:
·
Mankell
no cae en el error del explícito didactismo político militante de Stieg
Larsson, que manifiestamente emplea su obra como medio para “ilustrar” la
aseveración de sus principios, con personajes blancos y negros muy prototípicos.
·
Mankell
es mucho más autocrítico “de verdad”, ya que, al menos en esta novela, todos sus
personajes se pintan/manchan de gris más o menos oscuro, hasta el mismo
Wallander que, por ejemplo y de memoria: confiesa un notable desagrado cuando
descubre que la pareja de su joven hija Linda es, seamos políticamente muy
correctos, un inmigrante africano de color; o cuando bebe en exceso tras un
fallido encuentro con su ex mujer, a la que parece que casi maltrató
físicamente en el pasado, y al volver conduciendo por la noche es detenido por
policías de su misma comisaría … que le acompañan a casa y “tapan” la muy grave
falta de su superior (parece ser que en Suecia implicaría la expulsión del
cuerpo de policía); o cuando descubrimos que su hermana, que vive en la
distante Estocolmo, se ocupa mucho más que él mismo de la incipiente demencia
senil de su padre… cuya casa está a sólo 20 o 30 Kms de Ystad… Mientras escucha
ópera en su piso y bebe un whisky de malta, su vicio más confesable, Kurt se mira en su espejo interno y no se gusta, que es para mí la actitud más honesta que empieza a tomar cualquier persona para mejorar. Nada de esto le pasaba a su equivalente de
Millenium, el periodista de investigación Mikael Blomkvist, trasunto obvio del
mismo Larsson, ni tampoco a su colaboradora, la antisistema Lisbeth Salander,
casi con licencia para tomarse la justicia por su mano. Cada vez me fío menos
de los “puros” ungidos por la razón.
·
Los
personajes de “Asesinos sin rostro”,
gente de la clase media y media-baja, me parece que son más representativos de
la sociedad sueca real que los de “Los
hombres que no amaban a las mujeres”, donde había un tinglado de familia de
la clase muy alta (clase cuyos
miembros, tras n décadas de gobiernos socialdemócratas con unos impuestos
ultraprogresivos, se deben contar con los dedos de una oreja) familia en la que
se ramificaba un grupo de nazis con un sádico criminal al frente (el final de la
película, parecía un calco del de “Tesis”).
¡Menudo topicazo!.
·
Lo
que denuncia Mankell es mucho más realista y, consecuentemente, grave: el mal
no está individualizado en un grupúsculo de seres demoníacos, sino mucho más
repartido en amplias capas de la sociedad, lo que destroza el ideal que nos
vendieron a los Space Cowboys (y nos lo creímos a pie juntillas) hace cuarenta
o más años de que Suecia era el paraíso terrenal, pleno de ciudadanos
demócratas, honestos y solidarios. La discrepancia de Bergman con este enfoque
le costó más de un disgusto, como cuando estrenó “La vergüenza”, por ejemplo, y se tuvo que exilar un tiempo.
Creo que el
objetivo fundamental de las novelas de Mankell no es resolver un crimen y
descubrir al asesino, que es lo que pasaba en las novelas de Agatha Christie
donde se montaba un ingenioso sudoku, con todos los personajes principales pertenecientes
a la clase medio-alta o alta (casi siempre había un “rico y excéntrico lord” en
la relación de personajes que figuraba al comienzo de sus libros de la mítica
editorial Molino). Mankell aprovecha los casos que le toca resolver a Wallander
para pintarnos un cuadro impresionista y, me temo, sumamente realista del ahora
y aquí de la Suecia actual. Bueno, esta primera novela de la serie me parece
que se desarrolla a finales de los 80, justo cuando la escribe, y descubro
hasta qué punto esa sociedad era todavía diferente de la española, pero también
me parece detectar que nos acercamos inexorablemente a ese modelo y en algunos
aspectos empezando a perder algunos puntos fuertes de nuestra idiosincrasia,
por ejemplo, el concepto de familia como grupo de autoayuda (aspecto que se ha
evidenciado con ocasión de la nefasta presente crisis).
Las
primeras páginas de “Asesinos sin rostro”
son terribles en su fondo: el marido de una pareja de ancianos granjeros que,
naturalmente, viven solos en el campo en el distrito de Ystad, se despierta
como todos los días y su primer pensamiento es interrogarse sobre qué pasaría
si su esposa hubiera fallecido esa misma noche sin él enterarse. Media hora más
tarde descubrirá que a sus amigos y vecinos de la granja de al lado les han
asaltado con la máxima violencia para robarles (¿qué?), han matado al hombre y
dejado muy malherida a la mujer… Es el crimen que resolverá Wallander.
Termino con
tres de acotaciones, las dos primeras reveladoras de que no soy el descubridor
de Mankell - Wallander entre los “Cinéfilos”:
·
Hace
como un mes, visitando el COIN, hablé unos minutos con Belén y le comenté mi
descubrimiento de Wallander al leer su primer caso. Me respondió que había leído
todas (o casi todas) las novelas que protagoniza. Automáticamente le eché la
consabida bronca paternal (space cowboynal sonaría fatal) por no haber escrito
nada al respecto. Como penitencia, le rogaría que complemente en este Foro lo
que he opinado o corrija mis errores (su experiencia en Mankell es n veces
superior a la mía).
·
Hace
10 días, tomando café con Rogelio y un, digamos, “Cinéfilo mudo” (porque saber
escribir sabe, pero debe ser que como no pagamos … nunca nos ha escrito nada) charlando sobre nuestras últimas lecturas hablé de Mankell – Wallander. Nuestro
común amigo “mudo” confesó haber leído varias novelas de Mankell, que le gusta
mucho, no sólo de las protagonizadas por Wallander. Incluso nos aconsejó una de
ellas: “Zapatos italianos”.
Si Rogelio lo estima oportuno, le ruego que le ruegue que nos escriba algo. A
mí no me hace el mínimo caso…
·
La
TV sueca realizó una o dos temporadas de la serie “Wallander”, protagonizada por Krister Henriksson (al que sólo me consta haberle visto en la muy notable "Infiel" (2000) dirigida por Liv Ullman con guión del mismísimo Ingmar Bergman, seguramente su último trabajo; por favor: no confundir con la americana(da) del mismo título dirigida por Adrian Lyne protagonizada por Diane Lane, Olivier Martinez y un Richard Gere ... con cuernecillos), serie que
dieron en TVE2 (sin ninguna propaganda previa, naturalmente, esos anuncios los
reservaban para “Aguila Roja” y cía) hace como dos años, y que actualmente están
reemitiendo los miércoles por la noche (mejor dicho, el jueves ya) a las 00:00 (90 min sin interrupciones) repitiendo el capítulo semanal el domingo a las 01:30 +-, dependiendo de la
programación (yo lo grabo y lo veo al día siguiente). Aunque no leo sueco, me
ha parecido entender en los títulos de crédito del comienzo que los guiones
están escritos especialmente para la serie, las 11 novelas originales no darían
para dos temporadas. Desde luego, salvo un par de ellos, los casos no son tan
interesantes como el de “Asesinos sin
rostro”, pero muchísimo mejor que cualquiera de los tres que soporté de la policíaca
española “Los misterios de Laura”, que me resultaron absolutamente infantiloides.
Belén, amante de las series británicas, me ha comentado que la BBC (o la
cadena inglesa que sea) también realizó su “Wallander” protagonizada nada menos que por Kenneth
Branagh, serie que ha visto total o parcialmente. ¡Pues que nos la comente!
Conclusión: “Asesinos sin rostro”
me parece una novela muy interesante, especialmente al ilustrarnos sobre cómo
es la Suecia real de una pequeña ciudad, con una honesta, profunda y constructiva visión autocrítica. Eso sí, al terminarla me quedó una pesimista sensación: de todos
los personajes de la novela, ninguno parece ser feliz. A los amantes del
“sudoku policíaco” no es novela que les vaya a satisfacer, me parece.
Para una
referencia básica y relación de las obras de Henning Mankell, podéis entrar en:
Su página
web, muy bien organizada:
Reseña de “Asesinos sin rostro”:
Otra más
amplia en:
En el link
adjunto podéis ver el trailer de un capítulo de la serie de TV sueca que os he
comentado, lo he elegido porque es uno de los que más me gustaron cuando la
dieron hace dos años (su título era “Luftslotted”, la mujer joven que baja de
un coche al principio es Linda Wallander, hija de Kurt, que anteriormente acabó
diplomándose policía pasada su primera juventud, en uno de los primeros
capítulos de la serie ella era destinada a Ystad y pasaba a estar a las órdenes
de su padre, lo que crea algunos problemas; Wallander es el hombre con cinturón
se seguridad sentado como copiloto en un coche y cuello desabrochado que
aparece en el segundo 9 del trailer), aún no lo han repuesto en el pase
actualmente en curso en TVE2:
Como
despedida un aviso esperanzador: esta presente trilogía de comentarios
terminará con el último de forma mucho más optimista. Os lo prometo. Palabra
de Space Cowboy.
Buena
LITERATURA POLICÍACA sueca actual, amigos.
Manrique