jueves, 18 de julio de 2019

Andrea Camilleri


Andrea Camilleri
Porto Empedocle, 1925-Roma, 2019
Una vez leí a un crítico literario comentar: ¿Qué tienen las novelas de Camilleri que se venden rápidamente desde hace unos años? Escogí una al azar, no recuerdo cuál fue la primera que leí, pero siguieron una tras otra, hasta que dije, basta, debo leer a otros autores. Pero, al cabo de un tiempo volví con Camilleri, esa vez con las novelas históricas y fue un nuevo descubrimiento.

Camilleri tardó diez años en encontrar un editor para su primera novela: El curso de las cosas (1978). En mi opinión es una obra maestra. Los lectores vamos viendo cómo se van desarrollando los acontecimientos de la peor manera posible. El policía (todavía no había creado a Montalbano) se siente impotente para impedir un crimen que se veía venir. Posteriormente, introduciría un cambio importante: el punto de vista lo situó en el comisario y no en un narrador omnisciente que lo ve todo y lo sabe todo. Según el propio Camilleri, con este cambio le llegó el éxito. Los lectores se sentían mucho más cercanos a la investigación.
Escribió veintiséis  novelas de la serie Montalbano, casi todos saben que el nombre se debe a su amistad con Vázquez Montalban, otro gran escritor, que yo admiro muchísimo. No las he leído todas, pero sí  muchas, más de diez, así que todavía puedo deleitarme con algunas.

El otro Camilleri, el de las novelas históricas como La conexión del teléfono o La ópera de Vigata, nos sumerge en la Sicilia rural, inculta y obtusa. Esa Sicilia que él amó pero, que también, le dolía.
Estas últimas son de una calidad extraordinaria. En realidad, cuando se trata de un ambiente rural no hay grandes diferencias de un país a otro (estoy pensando en el nuestro). Entonces me pregunto qué es lo que le hace diferente en este caso. La respuesta es relativamente sencilla, el carácter terco de los habitantes de dicha isla. Terquedad hasta unos límites insostenibles, mientras que en el ambiente flota el deseo de venganza. En La voz del violín pero también en otras, aparece la Mafia más o menos indirectamente. Cada cierto tiempo aparecía un muerto de una familia o de otra. Tan acostumbrados estaban los policías a estas situaciones que no les daban mayor importancia. Esta ironía en temas tan dramáticos nos puede  sorprender a veces, aunque no para los habitantes de la isla. De esta manera no se justifica pero se desdramatiza.
El mejor homenaje que se le puede hacer es leer sus libros, más de uno y más de una vez. Desde luego es lo que yo estoy haciendo desde que me he enterado del fallecimiento del autor.
He leído que dejó escrita una novela con la muerte de Montalbano, prohibiendo a su editora publicarla. Me parece una gran idea no hacer desaparecer a un personaje tan carismático. Es posible que ahora se publique pero  no me gustaría leerla.

Gracias a Camilleri que me ha hecho pasar unos maravillosos ratos de lectura. Espero que también a todos ustedes y  si no le conocían les ánimo a probar con uno cualquiera.
En este foro se ha hablado de las series de TV que se han hecho con sus novelas, así que no voy a mencionarlas. Cada uno que elija lo que más le guste.