lunes, 16 de septiembre de 2013

Maribel y la Extraña Familia. Reposición

A la vuelta de vacaciones he visto en la prensa que reponen "Maribel y la Extraña Familia" y me han entrado ganas de escribir alguna nota sobre la obra animando a ir a verla. Mientras mis buenos deseos se desperezaban, José Ramón, que es un hombre de raciocinio y voluntad, aparte de un amigo que te invita y luego habla bien de ti. Bueno pues lo ha hecho y como es costumbre en él lo ha hecho de forma tan completa que deja muy poco que añadir y nada que rectificar.

La obra se plantea como una comedia ligerita pero de pronto te encuentras con que el autor te ha llevado de la mano a asomarte a balcones que dan un poco de vértigo y que te encojen un poco el alma. La dirección y los actores demuestran que en ocasiones como esta vale la pena ir al teatro. Si alguien ha visto una película del mismo título, por favor que abomine de ella y la olvide

Miguel Mihura y Enrique Jardiel Poncela son para mi dos grandes figuras de la literatura y el teatro en español con el valor añadido de ser maestros en un género tan escaso por estos pagos como el humor.

Solo dos notas biográficas para completar lo publicado. Miguel Mihura fue el fundador de "La Codorniz" y el guionista de "Bienvenido Mr. Marshall" junto con Juan Antonio Bardem. Nunca había oido que Miguel Mihura hubiera pertenecido a Falange Española - ya ves, con lo simpático que parecía.

Rogelio

domingo, 15 de septiembre de 2013

MARIBEL Y LA EXTRAÑA FAMILIA

Ficha técnica:

  • Fecha: 14-09-2013
  • Sala: Teatro Infanta Isabel de Madrid
  • Autor: Miguel Mihura
  • Dirección: Gerardo Vera
  • Intérpretes: Lucia Quintana (Maribel), Markos Marín (Marcelino), Alicia Hermida (Doña Paula),  Sonsoles Benedicto (Doña Matilde), Chiqui Fernández (Pili), Elisabet Gelabert (Rufi), Macarena (Niní).
  • Duración 120 minutos

Comentario

Estaba este verano tomando una “relaxing cup of café con leche” con Rogelio, mirando a la bonita bahía de Santander, cuando me comentó que había visto “Maribel y la extraña familia” y que le había dejado tan gratamente impresionado que, solo por falta de tiempo, no había podido escribir una pequeña nota en nuestro foro para recomendarla. Como me fío mucho de las recomendaciones de mi amigo, la he visto en cuanto he tenido oportunidad para ello. Como no me fío tanto de que vaya a escribir algún sabio y original comentario, lo hago yo, pero con mi humilde reconocimiento de que el humor y la inteligencia de Mihura casan mucho mejor con la fina ironía de Rogelio que con mi espartana literatura.

Pues tengo que reconocer que Rogelio tenía razón. “Maribel y la extraña familia” es una comedia extraordinaria, llena de humor ácido y sensibilidad humana, que narra la historia de un joven provinciano que llega a Madrid en busca de una “novia moderna” y acaba enamorándose de una prostituta de barra americana. La tesis de la obra es que todo el mundo tiene derecho a ser feliz, dejando de lado, si es necesario, el orden burgués establecido, que, por otra parte, no es tan fiero en su defensa como podía haberse pensado.

Miguel Mihura estrenó esta comedia en 1959, en plena dictadura; políticamente estuvo adscrito a la Falange Española durante la guerra. Sin embargo, su teatro se caracteriza por representar el ansia de libertad del individuo frente a los convencionalismos sociales, la emancipación de la mujer  frente a su sometimiento al hombre, el humor, la sátira, el surrealismo y lo absurdo. Como dice Gerardo Vera en la presentación de esta obra, “este autor, soltero, perezoso y sentimental, nos hace reconciliarnos a todos con el mejor teatro.”

Miguel Mihura fue un avanzado de su tiempo y solo hay que ver como, 54 años después de su estreno, obras como “Maribel y la extraña familia” siguen estando de actualidad y los espectadores siguen disfrutando viéndola. Obra muy recomendable.


JRL (15-09-2013)

domingo, 8 de septiembre de 2013

“El cebo” (película, 1958) de Ladislao Vajda / “El cebo” (novela, 2009) de Tomás García Yebra


Queridos Cinéfilos:

Cartel alemán de la película para el DVD
El cebo” (1958,Es geschah am hellichten Tag”, traducción literal del título original: Sucedió a plena luz del día) es una película de culto, al menos en España. Desde luego, creo que lo es para la gran mayoría de los Space Cowboys. A  poco que busquéis en otros foros de cine, comprobaréis que también lo es para la generalidad de los aficionados al Cine (votada por más de 3.200 personas, su nota media en Filmaffinity es nada menos que 7,8, a pesar que la gran mayoría de los comentarios sobre esta película en ese Foro parecen corresponder a personas que no habían nacido cuando se estrenó).

En diciembre pasado, cuando comenté la novela “Los crímenes del Museo del Prado” e introduje a su autor, Tomás García Yebra, escribí de él, respecto a El cebo:

“Ya en un capítulo de su libro “Historia secreta de las Navas del Marqués” narra su no superado terror infantil al ver la primera película que recuerda, El cebo”, inusual y excelente coproducción hispano-suiza-alemana del director húngaro Ladislao Wajda, en cuyo guión coparticipaba nada menos que Friedrich Dürrenmatt (es pecado mortal que no hayamos publicado nada sobre ella en el Foro)”

Hoy trato de redimirme de dicha falta con este comentario.

La pregunta es: ¿Merece El cebo ser considerada una película mítica?. Racionalmente no puedo dar una respuesta aséptica; como cualquiera, soy un observador subjetivo. Para mí, sí lo es, porque:
  • Me gusta la dirección de Ladislao Vajda (nombre completo correcto, László Vajda Weisz). Húngaro, inicialmente director expresionista  en la senda de Fritz Lang, también montador con Billy Wilder (antes de que éste abandonara Austria), escapó a Italia y luego pasó a España huyendo de la Guerra Mundial. Aquí rodó, entre otras, dos películas muy notables, “Marcelino pan y vino” (1955) y “Mi tío Jacinto” (1956), premiadas respectivamente en Cannes y Berlín, donde posteriormente “El cebo” estuvo nominada para el Oso de Oro.
  • Considero muy bueno su guión (magnífico detalle, por ejemplo, la utilización del dibujo infantil de la última víctima del asesino) y con personajes muy verosímiles: el inspector Matthäi (por el actor alemán Heinz Rühmann; solamente recuerdo haber visto otra película suya, ya que casi no llegaban cintas alemanas a España en los finales 50s); el asesino Herr Schrott (Gert Fröbe, creo que en su papel más importante, inolvidable su expresión cuando, en una escena con espléndido enfoque, coge su cuchilla de afeitar “profesional” del estante de su cuarto de baño, arma con la que se venga en el género femenino, en las niñas, siendo preciso, de las permanentes ofensas que recibe de su rica y despótica esposa; esto se desvela pronto, no me estoy “cargando” la película); la pequeña Annemarie, ignorante del terrible peligro que corre actuando como cebo para el “Señor Mago”, que la embelesa con su marionetas y le regala riquísimos erizos de chocolate; su madre, la recatada, pero atractiva, viuda Frau Heller (la actriz española María Rosa Salgado); el buhonero Jacquier (el actor francés Michel Simon, muy bien en su secundario papel) falsamente acusado de los crímenes...
  • Encuentro magnífica su fotografía en blanco y negro.
  • En mi admiración existe, sin embargo, una excepción: no me gusta nada la música original de la película, que pretende ser descriptiva de la acción e incluye varios muy desafortunados “sobresaltos” para subrayar momentos de tensión o peligro, cosa muy normal en las películas de aquella época.

El inspector Matthäi con Frau Heller
Recuerdo que fue un auténtico éxito popular desde su estreno hasta que consumó su exhibición comercial, entonces en los cines de reestreno de programa doble y sesión continua, por lo que ocupa un lugar destacado en la galería de películas de mi infancia.

Por completar sus referencias, quiero señalar que el coguionista y autor de la idea original, el famoso dramaturgo suizo Friedrich Dürrenmatt (recuerdo un fastuoso montaje de su famosa obra “La visita de la vieja dama” en el María Guerrero hace una década o más), parece ser que no quedó muy conforme con el desenlace del guión y que, poco después del rodaje de la película, escribió una novela sobre el mismo tema, con el título “La promesa”, obviamente con un final distinto, que ha dado lugar a un par de películas, desconocidas por mi parte. La última, reciente, he leído que es la primera de Sean Penn como director: “The Pledge”.


Dibujo realizado por la última niña asesinada
Si no habéis visto “El cebo”, aconsejo que lo hagáis tan pronto la repongan en TVE2. También la dan con cierta frecuencia en el Canal 8 Madrid (creo que propiedad del productor, y presidente del Atleti, Enrique Cerezo).

Pero como anuncia el título de este cometario y señalé en el que he citado sobre “Los crímenes del Museo del Prado”, Tomás García Yebra se embarcó en 2009 en escribir su versión novelada de “El cebo”, película que le seguía fascinando, trasladando la acción a su querido pueblo, Las Navas del Marqués, manteniendo la trama fundamental, con bastante libertad en cuanto a los detalles, retrasando la historia a mediados de los 60 y ¿manteniendo al asesino original?.



El Sr. Mago embelesa a Annemarie
Y para esta reescritura se olvida del inspector Matthäi, que no pegaría nada en la España en los años del desarrollo, pero lo sustituye por Samuel González, Jefe de la Guardia municipal de Socuéllamos y primo del alcalde de Las Navas, al que éste llama para que trate de resolver los asesinatos de niñas que la Guardia Civil no consigue aclarar. Para cerrar las referencias hispanas, Samuel González se supone que es hermano de Manuel González, alias Plinio, probablemente el más famoso policía español con anterioridad al detective Pepe Carvalho, todo ello con permiso del creador literario de los casos de Plinio, Francisco García Pavón, que con dos de ellos, “El reinado de Witiza” y “Las hermana coloradas”, ganó respectivamente los premios de la Crítica y Nadal.




Portada de la novela
De la trama no voy a desvelar nada más, para pasar a lo más complicado en este caso: opinar sobre la novela, porque, como advertí en mi citado comentario sobre “Los crímenes del Museo del Prado”, “siento a la vez ganas y temor, por el respeto y admiración que tengo por la película original de 1958, a leer “El cebo” que también ha escrito García Yebra”.

En la historia de la Literatura (tanto en el teatro como en la novela), de la Música, de la Pintura, de la Escultura y, no digamos, del Cine, hay múltiples casos de nuevas versiones de una obra preexistente o la incorporación a una nueva creación de elementos de una anterior ajena. Tales antecedentes autorizan que García Yebra reelabore, convertiéndolo en novela, con los significativos cambios antes señalados, el guión de la película “El cebo”. Y aquí llegamos al quid de la cuestión: Habrá cinéfilos que sentencien: ¡ANATEMA!. Nos han destrozado nuestro querido Cebo, como si fuera el celebérrimo caso del Ecce Homo de hace un año. Habrá otros que, en cambio,  sientan interés por conocer esta nueva adaptación de la misma trama y se acerquen a ella honestamente, esto es, sin prejuzgarla negativamente de forma inquisitorial.

Desde esta segunda actitud, yo señalaría que el desarrollo de la trama está muy bien adaptado a sus nuevas peculiaridades, pleno de anécdotas y guiños que, por haber vivido esos tiempos, serán mucho más comprensibles para los Space Cowboys que para los del Brat Pack, y muchos de ellos resultarán impagables para los que, además, conocemos Las Navas del Marqués, mientras que alguno, como, por ejemplo, el berlanguiano e inapropiado uso de un melón, a mí me parece demasiado "atrevido" hasta para la pluma de Azcona.

Desde luego García Yebra no da puntada sin hilo y es habilidosísimo para sacar provecho de todos los elementos nostálgicos de ese tiempo y lugar, llegando en su desparpajo hasta incluir su personal cameo con unos 10 años de edad en una escena. Y ya en el desenlace intentar un triple “looping” de alternativas que alguno considerará excesivo, pero que sería razonable en la boca de Poirot cuando al final de sus casos explicaba a todos los participantes en la trama las posibles soluciones y eliminaba razonadamente las falsas hasta llegar a la verdadera.

De lo que no cabe duda es que Tomás García Yebra ama al CINE en general y a “El cebo” en particular, película a la que rinde su muy particular homenaje en su homónima novela. Creo que en esto estaréis de acuerdo todos los Cinéfilos que os animéis a leerla, tanto los que la apreciéis mucho como los que la consideréis como una variación innecesaria para una obra maestra preexistente.

Buen CINE, amigos.

Manrique

Enlaces de interés:

Trailer alemán de la película:

Opinión en Filmaffinity de “Neathara” (la persona que ha escrito el mayor número de críticas en ese Foro, generalmente muy interesantes):

Comentario en el blog “Esculpiendo el tiempo” sobre la película:

Un comentario sobre la novela de García Yebra:

Anuncio de presentación de la novela en el Ateneo el 16.11.2012:
http://www.ateneodemadrid.com/index.php/esl/Agenda/Actividades/Presentacion-de-la-novela-El-cebo

lunes, 2 de septiembre de 2013

O' SISTER

Ficha técnica:

  • Fecha: 31-08-2013
  • Sala: Clamores
  • Intérpretes: Paula Padilla, Helena Amado y Marcos Padilla, voces; Matías Camino, guitarra; Pablo Cabra, batería; Camilo Bosso, contrabajo. Artista invitado Angel Andrés Muñoz, piano
  • Nacionalidad: Española
  • Estilo: jazz
  • Duración 120 minutos

Comentario

La música de jazz en España es claramente minoritaria. Pocos son los compositores, los intérpretes e, incluso, los locales dedicados a este tipo de música, que han sobresalido y sobrevivido en nuestro país, dedicados a esta música tan típicamente americana. En Madrid yo recuerdo los míticos locales  “Balboa Jazz”, “Bourbon street” y “Whisky Jazz”, fatalmente desaparecidos, el “club de jazz del Colegio Mayor  San Juan Evangelista” y el “Festival de jazz de San Isidro” por el que pasaron los mejores músicos de jazz europeos de los años 70. En cuanto a los músicos, es difícil que nadie mencione a alguien más que a Pedro Iturralde, Tete Montoliú, Juan Carlos Calderón o Vladimiro Bas, el único español que llegó a tocar con Louis Armstrong, según se decía en aquellos años.

En este panorama tan poco atractivo surgió en el año 2002 el grupo sevillano O’ Sister, liderado por las melómanas Paula Padilla y Helena Amado, que interpretan, como auténticos ángeles, acompañadas espléndidamente por el tenor Marcos Padilla, la música americana de los años 20 y 30 del siglo pasado. Su referente son las Boswell Sisters, una banda de tres mujeres americanas de segunda fila que compusieron e interpretaron grandes composiciones de jazz sin el reconocimiento que merecieron. O’ Sister las divulga ahora con entusiasmo, arreglando sus antiguas composiciones, vibrando a ritmo de swing y haciendo justicia a su calidad.

El día 31 de agosto, sábado, O’ Sister actuó en la Sala Clamores de Madrid y yo pude asistir al concierto, cosa que no había podido hacer en el Café Central, donde ya habían actuado con anterioridad con gran éxito. Durante dos horas interpretaron música de Cole Porter, las hermanas Boswell, Lewis and Young y muchos otros grandes compositores de jazz americanos. Lo hicieron muy bien todos, no solo las voces, sino también los instrumentos. El contrabajo me fascinó. Angel Andrés,  artista invitado al concierto, mostró un dominio asombroso del piano. En resumen, un éxito del que, para mi, es la mejor banda de jazz española del momento, que los espectadores que llenaban la sala, en su mayoría maduritos, reconocieron con fuertes aplausos.

Si hay que poner un pero a O’Sister es, que en mi opinión, se han estancado. La música que hacen en 2013 es casi la misma que hacían en 2002 y casi, también, con la misma calidad. El tercer CD del Grupo, del 2012, suena muy parecido al primero de 2004. No se si ha llegado la hora de algún replanteamiento que impida que su público se canse.



JRL (02-09-2013)

domingo, 1 de septiembre de 2013

Feliz 40 cumpleaños, John (carta a John Ford)

Buenas noches, John:

John Ford, dirigiendo a John Wayne
Ayer se cumplieron 40 años desde que pasaste a mejor vida y, tras ver el reportaje que con ese motivo te han dedicado en "Días de Cine" (benditos sean los mejores programas de La 2, aquí tienes el enlace para verlo, dura sólo 12 minutos), he decidido enviarte esta carta para trasmitirte mi devoción por tu obra, misiva breve ya que he leído que en cierta ocasión dijiste que a ti lo que te gustaba era hacer películas, no hablar de ellas. 

Te doy las gracias primeramente por las tuyas que disfruté en mi infancia y adolescencia, no en vano eres el único director de Cine que ha recibido cuatro óscar.

Recuerdo que me gustó "Misión de audaces", cuando la vi yo debía tener 10 u 11 años, (tú la llamaste "The Horse Soldiers") y ya entonces empecé, someramente, a detectar los mensajes morales subyacentes habituales en tu Cine. Me gustó y gusta ahora mucho más, tanto que le he dedicado un comentario específico en este mismo Foro, accesible aquí, al que te remito.

No voy a entrar en algunas de tus archiconocidas y celebérrimas películas del Oeste, como "La diligencia", "Fort Apache" o "Centauros del desierto", sobre las cuales se han escrito decenas de libros y miles de artículos, pero lo que no puedo dejar de hacer es darte las gracias por el inmenso placer que me produce ver una y otra vez "El hombre tranquilo", con el personaje de la orgullosa y digna irlandesa Mary Kate Danaher (maravillosa Maureen O'Hara) que tras su boda no se amilana un milímetro frente a su más pragmático, americanizado y tranquilo marido Sean Thornton (muy bien John Wayne, como hombre calmado y pacífico) cuando trata de hacer valer su derecho tradicional a obtener su dote matrimonial, que le racanea su bruto hermano mayor (excelente Barry Fitzgerald) y cabeza visible de la familia Danaher, todo ello en la encantadora localidad imaginaria de Innisfree (el pueblo en donde se rodó esta película en 1952 es uno de los más visitados en Irlanda por miles  de turistas aficionados al buen Cine). Confieso que estoy bastante convencido de que, si tuviera que dejar de ser español, elegiría ser irlandés. Como tú, John, como tú.

Yo no era un niño genio precoz, ni superdotado, y por ello no aprecié justamente, con 12 o 13 años, "El hombre que mató a Liberty Valance", pero ya con 14 o 15  vi "El gran combate" y fui capaz de captar la inmensa dignidad de los jefes indios frente al incumplimiento por parte de los comisionados del Gobierno de los acuerdos de paz que se habían visto obligados a firmar años atrás tras su inevitable derrota. 

Pero para que seas consciente de lo que opino sobre ti, salté a la arena a defenderte ante la liga de falsos progresistas de salón que, no sé si por pura ignorancia o por seguir ciega y fielmente obtusas directrices políticas, te acusaban de ser:
Cartel de "Las uvas de la ira"
  • Derechista radical: ¿Hay alguna otra película que denuncie más vivamente el trato recibido por los humildes granjeros desahuciados en los Estados Unidos durante la gran depresión de 1929 que tu espléndida "Las uvas de la ira" sobre la obra de John Steinbeck?, comentada aquí por Ana Díaz. ¿Y de la explotación de los mineros galeses en tu no menos buena, "¡Qué verde era mi valle!"?
  • Racista: ¿No se han enterado de nada o es que no han visto, ni querido ver, tu "Sargento negro" ("Black Sargent")?, que tiene un mensaje antirracista muy similar al de la obra maestra de Robert Mulligan "Matar un ruiseñor", nada menos. Pero ante esa falsa acusación, hay otra defensa no menos potente: la inequívocamente honesta toma de posición  por tu parte a favor de los jefes indios de una reserva esperando horas, de pie y bajo un sol de justicia, a las autoridades del Gobierno Federal norteamericano, que  no llegan a la cita prevista, en tu excelente "El gran combate" ("Cheyenne Autumn") . El desarrollo posterior de la trama es apabullantemente favorable a las razones de los indios frente a las del establishment USA.
  • Machista: En la Irlanda campesina de los años 40, no olvidemos el contexto, ¿puede negarme razonadamente alguien que la triunfadora de la diatriba sobre su dote es Mary Kate frente a su botarate hermano, llegando incluso a forzar a su marido, Sean (recordemos que había prometido nunca más pegarse con nadie, traumatizado por haber matado a un hombre en un combate cuando era boxeador profesional) para que llegue al extremo masculino de la pelea física para defender sus derechos como hermana casamentera en la mítica "El hombre tranquilo"?
  • Pero vamos a la defensa de la primacía de la ley frente al poder de los grupos criminales: Desafío a cualquiera a que me cite una película que supere a tu magistral "El hombre que mató a Liberty Valance" ("The Man Who Shot Liberty Valance") en la defensa de la Ley y la prensa libre. 
 Y adicionalmente a mis contundentes argumentos, en su apoyo no quiero dejar de insertar una copia del comentario que el director de "Días de Cine" de La 2 de TVE, Gerardo Sánchez, ha incluido en el programa de esta semana, que yo suscribo, sobre tu "cine social", aunque he de confesar que no he visto la tercera película que cita: 

Es curioso como alguien a quien años más tarde algunos desorientados (por decirlo suavemente) llamarían "fascista" filmó algunas de las películas más comprometidas socialmente de la historia, las emotivas e indispensables, "Las uvas de la Ira", "Que verde era mi valle"(su segundo y tercer óscar respectivamente) y "La ruta del tabaco". Si la primera (basada en la novela de John Steinbeck) estaba ambientada en el éxodo de los campesinos de Oklahoma acuciados por la gran depresión, la segunda en las minas de Gales, y la tercera, bajo la forma de una comedia bufa, en el fin de una familia pobrísima de granjeros, en realidad, en las tres estaba omnipresente la destrucción del núcleo familiar como unidad vital. 

Bueno, John,  quedamos para tomarnos unas pintas ahí donde estés. Previsiblemente ya no me faltan muchos años para ello. Avisa a los otros Paddys que tengan que ver con el CINE.

Always  Yours!, Master

Manrique