martes, 21 de abril de 2009

The Reader


Si tuviera que buscar un sólo adjetivo para definir esta película (http://www.imdb.com/title/tt0976051/) probablemente sería compleja. O quizá densa. Densa por la cantidad de temas que giran y se entremezclan alrededor de los dos personajes protagonistas. Dos protagonistas o, pensándolo mejor, dos individuales y un tercero colectivo, de trasfondo, que es la propia Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. La historia, que comienza en apariencia como la iniciación sentimental de un joven de quince años, va descubriendo a medida que avanza un complejo tapiz donde se entrecuzan temas como la sexualidad, la diferencia de edad, la literatura, el paso a la madurez del protagonista y la repercusión emocional posterior de su relación, el amor, la vergüenza, la traición, la reciente historia colectiva de un pueblo, su culpa y el ansia de las nuevas generaciones por exorcizar los demonios desatados por sus progenitores.
Todo esto encarnado en un trío actores protagonistas que van tejiendo el devenir de la vida de sus personajes a lo largo de cuarenta años de historia de la Alemania contemporánea. Por un lado una Kate Winslet en estado de gracia (recordad su interpretación en Revolutionary Road), que otorga una gran profundidad y humanidad, con todos sus extensísimos claroscuros, a su personaje, una mujer que huye de su pasado. Su interpretación, por cierto, le ha valido un Óscar en la última ceremonia de entrega de los premios de la Academia. Qué retorno el de esta mujer. Por otro, un debutante David Kross que a pesar de su juventud (tuvo que esperar a cumplir 18 años para rodar las escenas de sexo de la película) transmite convincentemente la montaña rusa emocional en que se convierte su vida desde que conoce a la protagonista y que dejará profundas secuelas en su corazón. Finalmente, un actor ya consagrado como Ralph Fiennes, que es capaz de traspasar al espectador todo el peso de la historia que arrastra desde su adolescencia, su angustia, su desazón, con una gran delicadeza. No creo que nadie se pueda sentir impasible sobre este argumento, basado en una novela autobiográfica de Bernhard Schlink, ni que pueda dejar de reflexionar sobre los múltiples senderos del alma humana que se entrecruzan en esta película. ¡Excelente para la tertulia de las cañas posteriores! Creo que no se puede decir nada mejor de una película, y no cuento nada más para no desvelar el misterio del argumento (¿hasta dónde llegarías por guardar un secreto...?)...¡Voy a buscar ya mismo la "Señora del Perrito" de Chéjov!

Waltz with Bashir. Platoon en Beirut


Imaginad que uno llegara tarde al cine, sentándose a trompicones en la butaca, a oscuras y con la proyección de esta película ya empezada. Podría llegar a tener la impresión de estar viendo una versión de Platoon pasada por la mano de Ralph Bakshi. Y, en cierto modo, creo que no estaría muy errado. Waltz with Bashir cuenta el trayecto personal de un antiguo soldado israelí, el propio director Ari Folman, al intentar recuperar la memoria de su paso por el ejército durante la campaña de la primera guerra del Líbano en 1982. El protagonista, que siguió con su vida después de su servicio de armas, se encuentra al cabo del tiempo con un único recuerdo de aquella etapa de su vida, una extraña escena a la que no encuentra sentido. Así empieza un largo peregrinaje en pos de médicos, amigos y antiguos compañeros, que poco a poco ayudaran a rescatar de la censura de su propia mente las atrocidades vividas durante aquella etapa, en especial la masacre de los campos de refugiados palestinos de Sabra y Shatila. Esta cinta, a partes autobiografía a partes documental, nos muestra un punto de vista sobre el conflicto árabe-israelí poco habitual, desde la lucha por no olvidar de un soldado de las fuerzas de defensa israelíes y contada desde el marco de la propia sociedad israelí. La comparación con las vivencias de los soldados estadounidenses en Vietnam, como apuntaba al principio, creo que es fácil de reconocer y pueden encontrarse numerosos paralelismos con muchas de las historias que nos ha mostrado el cine de Hollywood sobre aquel conflicto. Las desgracias de la guerra no conocen fronteras.

Esta película me parece muy recomendable tanto por su argumento como por lo original de su factura, una lograda mezcla entre animación tradicional, animación Flash y 3D. He localizado por internet el pressbook de la película (www.sharmillfilms.com.au/Film/Press/Kits/WaltzWithBashir_PB.pdf), donde el propio director describe el proceso de producción de la película y su propia experiencia personal al realizarla. Esta cinta es una interesante visión tanto sobre el propio tránsito personal del protagonista por la experiencia de la guerra, como por su lucha por recuperar la memoria de lo que pasó en aquellos campos, que me parece en el fondo una metáfora por la que llama a la sociedad israelí en particular y al mundo en general a no dejar en el olvido aquellas atroces matanzas. Personalmente, esta película me ha revelado algunos detalles que desconocía sobre aquellos acontecimientos, lo que siempre es interesante para entender en un conflicto tan complejo y con tantos intereses diferentes como este. Para los curiosos, algunos enlaces en la red:
http://en.wikipedia.org/wiki/Sabra_and_Shatila_massacre, http://web.archive.org/web/20041009200930/http://www.littleredbutton.com/lebanon/,
http://www.counterpunch.org/fisksabra.html.

Slumdog Millionaire: La peor medicina, con azúcar pasará...


Aunque acertadamente comentada ya en este foro por José Ramón y Pedro y no siendo, desde luego, una gran novedad a estas alturas, me gustaría no obstante compartir en este foro mis impresiones sobre esta cinta, ya coronada a lo más alto del estrellato hollywodiense con sus 8 premios de la academia en su edición de este año.

La frase del título (sí, es de Mary Poppins, no darle más vueltas) se me antoja una descripción ajustada a la sensación con la que salí del cine después de ver esta película. Estoy de acuerdo con José Ramón acerca del marcado estilo "made in hollywood" de Slumdog Millionaire. Los medios, la producción y claramente en el final feliz con el que debe terminar una película que quiera hacer taquilla. Danny Boyle, un veterano director, no es precisamente ajeno a estas lides (La playa, 28 días después, aunque también la destacable Trainspotting). Sin embargo es el comienzo de la historia, la de los niños y después adolescentes en esos arrabales de Bombay (ahora Mumbai) míseros hasta desafiar la cordura, la que en mi opinión otorga cierto valor, digamos testimonial o documental, a la película.

La India es un país fascinante para occidente, probablemente porque sea difícil encontrar otro lugar donde se entremezclen tan indisolublemente la más profunda miseria, el dolor, la desesperanza y la corrupción humanas y la mayor espiritualidad, riqueza, progreso, alegría y esperanza en el futuro. Desde el punto de vista de alguien que no ha estado allí nunca (aunque si cuente con testimonios de primera mano), la India me parece un epítome no solo de la condición humana sino del propio mundo en que vivimos. Los conflictos religiosos y étnicos, la desigualdad extrema entre ricos y pobres, el abuso infantil, la violencia sin sentido, el crimen, las mafias, la violencia de género, el abuso de la autoridad, la tortura, las más modernas tecnologías y las comunicaciones, la contaminación ambiental, la amistad, el amor, la esperanza, la avaricia, el poder de la tevisión como bien de consumo de masas y un largo etcétera que cualquiera podría continuar, todo esto es lo que se va mostrando ante nuestros ojos desde el comienzo de la película. Sin embargo el director, sabedor de que lo que tiene entre manos es un producto de entretenimiento que debe siempre mostrar la revindicación de un mundo mejor y un final feliz para los protagonistas, va envolviendo lentamente la crudeza de su realidad en finas capas de almíbar hasta llegar a su alegre conclusión. Pero si uno es capaz de deshacerse del almíbar creo que se puede llevar algo más enriquecedor, en el fondo, a casa. Más allá del espectáculo made in Hollywood (o Bollywood), creo que es una película que nos muestra la cara más desagradable de nuestra propia condición. Como anécdota, decir que en la propia India la película ha sido un fracaso y es que allí, al sentarse en la oscuridad de una sala de cine, creo que prefieren que Bollywood les proporcione todo el azúcar y almíbar posible con el que sobrevellevar el día a día. Algunos medios Indios incluso acusaban a la película de "pornografía de la pobreza" y de repetir estereotipos occidentales de la pobreza en aquel país (por ejemplo http://www.usatoday.com/life/movies/news/2009-01-22-slugdog-mumbai-protest_N.htm). Quizá tengan razón, pero aunque sea de vez en cuando, creo que nos conviene no olvidarnos de esa amarga medicina que representan algunas secuencias de la película.

miércoles, 1 de abril de 2009

Dudas


La duda

¿Qué es la compasión?
¿Por qué la practicamos tan poco?
Ser compasivos. ¿Nos hace débiles?
“La duda” o “Doubt” es una película que plantea esta cuestión magistralmente.
Más vale una reflexión a tiempo que no tener que lamentar el daño que puedan hacer nuestras palabras o nuestros gestos, porque son como plumas lanzadas al viento imposible de recoger. Y es que otra cuestión que se plantea aquí, es la difamación. Por no hablar del sentido de justicia, generosidad y perdón.
Demasiadas virtudes para contenerlas en un sólo individuo. Así que los personajes de esta historia se enfrentan con situaciones conflictivas difíciles de resolver, mejor no juzgarlos severamente.
Doubt presenta el problema de los curas pederastas dentro de la iglesia católica como un problema que atormenta a quién lo padece, frente al religioso que se cree “más papista que el Papa” y de fondo la jerarquía intenta “salvar los muebles”. Es una visión como otra cualquiera, aceptable porque no es demagógica. Por lo tanto, consigue crear un ambiente complejo de enfrentamiento entre la hermana Aloysius, interpretada por Meryl Streep, intransigente y severa, y el capellán del colegio padre Flynn, Philipp Seymour Hoffman, de naturaleza invertida y victima después de todo. Entre ellos se encuentra la hermana James, Amy Adams, con otra visión más moderna de la enseñanza y precisamente la que desencadena el drama por no reflexionar a tiempo.
El dramatismo que encierran algunas escenas, el dolor que padecen las religiosas, al final, y el sufrimiento del padre Flynn, todo esta tan maravillosamente expresado, que convierten a esta película en una de mis favoritas.


Ana Mª Díaz