lunes, 21 de febrero de 2005

Rompiendo las Olas

Desde el Sur, rompiendo las olas.

Rompiendo las Olas, rompiendo los esquemas, rompiendo lo establecido, rompiendo una mujer. Quizás el título pudiera haber sido 'La Mujer Rota' si no fuera porque se adelantó con acierto Simone de Beauvoir. De todas formas, quizás el título sea lo de menos. Aparentemente en la película el que se rompe es un hombre pero realmente quien queda rota es una mujer. También aparentemente sea la actitud sexual de ella la que llame la atención cuando realmente sea la vivencia a cualquier precio y de cualquier modo de la sexualidad de él aunque ésta esté ya inservible. Creo que ví hace ya unos años un capítulo de una serie que creo que se llamaba 'Anillos de Oro' en la que un señor muy entrado en años y muy enamorado de su joven esposa le ofrecía a ella que viviese su sexualidad con otros hombres con tal de no perder su amor (su vida). De eso hace años pero creo recordar que para él no era ningún problema, más bien era una solución. Ella, en cambio... lo vivía con un destrozo en sus esquemas. También recuerdo cuando mi amiga Marta me contó cómo también se le rompían los esquemas cuando comprobaba que su marido, además de no importarle que ella viviese su sexualidad con otro hombre, lo sentía como un estímulo. Qué lejos están estos hombres de esos otros que las matan porque creen que son suyas aunque quizás no estén tan lejos de matarlas... al fin y al cabo... todas estas mujeres también terminan muertas aunque vivan. Luego dirán que se mataron ellas. Que dios las castiga. Y lo peor... que están LOCAS. Y es que, claro, sólo una mujer loca puede llenarse los bolsillos de piedras y adentrarse en un río. Hay muchas formas de romper una mujer y quedar impune incluso salir victorioso, revitalizado, renovado... curioso. La cámara en mano de 'Rompiendo las Olas' hace que el espectador se introduzca en la escena pero escenas como esas no están solamente en las pantallas, están mucho más cercanas de lo que la gente se cree pero es difícil entrar en ellas. De todas formas... tampoco creo que tenga mucha importancia, son historias que cuando se conocen siempre se plantean las mismas cuestiones: 'Ella estaba loca', sólo así puede haber una explicación, y siempre serán los hombres quienes las condenen o santifiquen. A pesar de todo, y afortunadamente, a la mujer que se vuelve loca por amor, poco le importa nada, absolutamente nada, y nada la para, o sí. Marga. (Gracias, Manrique.)