lunes, 27 de julio de 2020

Juan Marsé

El 18 de julio fallecía Juan Marsé, uno de los grandes escritores de las Letras españolas y autor indispensable para conocer la sociedad de la postguerra. Pero Juan Marsé fue mucho más que eso. Creó un personaje genuino de Barcelona, su ciudad natal, un personaje que convirtió, a su vez, al escritor en un genio revelador de la sociedad que le tocó vivir. Es decir, como cuando decimos que Don Quijote y Cervantes se confunden en celebridad.
Estoy refiriéndome al Pijoaparte, protagonista de Últimas tardes con Teresa
El Pijoaparte es el personaje marginado del barrio de El Carmelo, que aspira a cambiar de vida gracias a su amistad con Teresa. Teresa es el prototipo de  la burguesía catalana que vive en  San Gervasio, el barrio del ensanche barcelonés, va a la Universidad, tiene amigos tan desocupados como ella y esta en una etapa de su vida de cambios.
He seleccionado una de las portadas más sugerentes de esta novela por su originalidad y porque explica de una forma sencilla al personaje de Teresa. Es la joven que se mueve por Barcelona en un descapotable, mira hacia arriba, porque se sabe observada, quizás también admirada.
Teresa y el Pijoaparte se acercan y se separan varias veces hasta que el azar resuelve o disuelve la relación.

La oscura historia de la prima Montse, es otra de sus grandes creaciones. ¿Qué ha pasado con Montse? ¿Por qué se guarda silencio en la familia sobre su existencia? Estas y otras preguntas se hará el protagonista.

El embrujo de Shanghai, sorprende por la originalidad de su trama. Sin salir de Barcelona se tiene la sensación de viaje, de distanciamiento.
Puedo seguir repasando las novelas de Marsé que siempre hallaré personajes femeninos perfectamente definidos, caracterizados y, por consiguiente, explicados y comprendidos.

A lo largo de su vida, Marsé fue renovando temas y personajes, aunque nunca abandonó las consecuencias de una guerra que trastornó la sociedad española. Si te dicen que caí, 1973. Ronda del Guinardó 1984 o Un día volveré, son claros ejemplos.

En el 2002 publicó un libro de Cuentos, que merece la pena leer, ya que en el relato corto el escritor dejó auténticas joyas.

De todos los premios que recibió en vida, el más importante fue el Cervantes que recibió con un discurso de evidente agradecimiento y seriedad.

Todos debemos estar agradecidos a este escritor que se hizo a sí mismo, solamente con intuición, observación y dedicación.

Descanse en paz.










jueves, 9 de julio de 2020

Gases innobles

     En la química, en la física y en las matemáticas hay una poesía difícil de encontrar en otras ramas del saber. Frases como “La solución de la completa es la suma de la general de la homogénea y la particular de la incompleta” son un paradigma perfecto del concepto de “lectura difícil”, en clara contraposición al de “lectura fácil”, tan bien explicado por Cristina Morales.

     ¿Qué decir de la entropía, magnitud que pretende medir “el grado de desorden del universo”? Lo más preocupante es enterarse de que, según la termodinámica, en todo proceso físico la entropía tiende a crecer, hasta alcanzar su máximo valor, instante que coincidirá con el del fin del universo.

     En la geometría, una de las partes más hermosas de las matemáticas, encontramos conceptos tan atrayentes como el de “momento de inercia”. No se refiere, como podríamos pensar en una lectura apresurada, a esos instantes en que no dejamos llevar por los acontecimientos, incapaces de tomar una decisión que pueda cambiar nuestra trayectoria vital. Mucho más fascinante es la definición real del momento de inercia como, en un cuerpo en rotación, la suma de los productos de las masas de sus partículas multiplicadas por el cuadrado de la distancia de cada partícula al eje de giro.

     Así comprendemos que Platón, el de las anchas espaldas, ordenara grabar en las puertas de la Academia la famosa inscripción: “Que no entre aquí quien no sepa geometría”.

     Si pasamos ahora al álgebra, preciosa palabra árabe que designa a la parte de la aritmética que estudia los números, nos encontramos con conceptos tan curiosos como el de número primo, con una definición decididamente esotérica: “Número que solamente es divisible por sí mismo o por la unidad”. La extrañeza aumenta cuando nos enteramos de que los números no son primos unos de otros, sino de manera aislada, algo difícilmente comprensible para una mente normal. Sería fácil comprender que el diecisiete es primo (casi hermano, diría yo) del diecinueve, pero ¿decir que el veintitrés es un número primo? ¿primo de quién? Solo añadiéndole el artículo indeterminado cobraría sentido, si bien muy diferente del matemático: “el veintitrés es un primo”. Y, para colmo, resulta que no hay números hermanos, hijos, tíos ni cuñados. Toda posible relación numérica de parentesco se limita a la condición de primo, aunque sea de sí mismo.

     Otro ejemplo de literatura de lo absurdo lo tenemos en los números imaginarios. ¿A quién se le ocurriría imaginarse un número? De hecho, los números con los que podemos soñar, incluso durante la peor de nuestras pesadillas, no dejan de ser reales, según la terminología matemática. La definición canónica de número imaginario no consigue añadir claridad, antes al contrario. Un número imaginario es un número complejo cuya parte real es igual a cero. ¿Y? O sea que para poder imaginar un número debe ser complicado —complejo— y su parte real tiene que ser cero. ¿No es posible, por tanto, imaginarse un dos, un siete o un mil novecientos cuarenta y dos?

     No voy a dejar el álgebra sin mencionar otro concepto, el de transfinito, definido como el conjunto de todos los números infinitos. ¡Qué minúsculos se quedan lugares comunes como odio infinito o hastío infinito! El transfinito llega mucho más allá. Cuando le digamos a otra persona “mi amor por ti es transfinito”, solo le quedarán dos opciones: darnos una bofetada o caer rendida en nuestros brazos.

     Miremos ahora hacía la química. Ya la tabla periódica de los elementos es pura poesía conceptual, con grupos fácilmente comprensibles, como los metales nobles o las tierras raras, junto a otros que hacen volar nuestra imaginación. Uno de ellos es el de los elementos transuránicos, a los que suponemos errando por los confines más lejanos de nuestro sistema solar. O los llamados gases nobles, no por utilizarse para la joyería, sino por ser incapaces de mezclarse con ningún otro elemento. Algunos muy conocidos, como el helio de los globos aerostáticos, el neón de los tubos fluorescentes o el kriptón que asociamos con Superman; otros son menos obvios, como el argón, el xenón y el radiactivo radón.

     Siguiendo con los gases, nos podría entusiasmar el concepto de gases perfectos, hasta que nos enteramos de que son un mero artificio de cálculo y que no se encuentran en el mundo real. Son, por tanto, imaginarios.

     Habrá quien se pregunte si existen, en contraposición con los gases nobles, también gases innobles. Pues sí, existen, aunque este sea un término más escatológico que científico. Por cierto, en la composición de estos gases innobles entra un porcentaje significativo de los conocidos como gases aromáticos, cuyo aroma no es, exactamente, a rosas.

miércoles, 1 de julio de 2020

SPQR por Mary Beard

SPQR. Una historia de la antigua Roma. Editorial Crítica.

Mary Beard es catedrática de Clásicas en el Newnham College de Cambridge. Es miembro de la Academia Británica y de la Academia Américana de Artes y Ciencias. Entre sus libros publicados se incluye: The Parthenon (2003), El triunfo romano (Crítica 2008), Pompeya (Crítica 2009) y La herencia viva de los clásicos (Crítica 2013).

Mary Beard ha investigado durante 20 años para reconstruir esta Historia de Roma. Lejos de ser una historia convencional o superficial, Beard ha escrito una historia con nuevos puntos de vista resaltando aquellos episodios más importantes y de mayor significado; aquellos que  han cambiado el curso de la Historia. Basado en restos arqueológicos, manuscritos y datos nuevos, la autora escribe fielmente sin reinventar la Historia.

Ella misma explica en el prólogo que la historia de Roma está aún en desarrollo y que este libro es su contribución a ese inmenso proyecto ofreciendo una versión de por qué es importante SPQR. La Historia se reescribe constantemente y siempre ha sido así; en cierto modo sabemos hoy más sobre la Antigua Roma que los propios romanos.

Roma nos ha legado ideas de libertad, ciudadania y explotación imperial combinados con un vocabulario de política moderna como "senadores" y "dictadores". Por eso es importante leer su Historia.

Esta obra trata de cómo creció y mantuvo Roma su posición durante tanto tiempo, no cómo declinó y cayó. Por eso, la autora elige el año 212 d. C. para terminar su historia. Momento culminante  cuando el emperador Caracalla adoptó la medida de convertir a todos los habitantes del Imperio Romano en ciudadanos de pleno derecho. ¿Fue este hecho el empiece de la decadencia? esta pregunta queda en el aire.

Este magnífico e interesante libro se completa con mapas e ilustraciones necesarios para comprender mejor los hechos históricos. También con un indice cronológico para no perdernos y saber, en cada momento donde estamos. Si ustedes tienen interes en saber algo más sobre Roma, con una lectura amena y fiel a la Historia este libro es una buena opción.