miércoles, 23 de enero de 2013

Margarita Recio Montillet

Margarita nació un 10 de Julio de 1924 en Cádiz, en la Calle General Luque nr. 8, antigua posada y casa de vecinos que regentaba su padre del cual ella decía que, cuando fue al Registro a notificar su nacimiento, le ofrecieron los nombres del santoral y dijo: “Ya tengo una Victoria, una Emilia, una Pilar y una Gloria, así que tiene que ser también un nombre grande y bonito, Margarita”.

Ha vivido una vida larga, completa, aprovechando las oportunidades que la vida le presentó y vivió cada etapa de su vida con elegancia. Las calles de Cádiz recordarán durante muchos años cómo Margarita caminaba por ellas con paso firme y decidido, siempre adecuadamente arreglada, siempre correcta y educada, repartiendo saludos y luciendo presencia discreta de mujer recia criada bajo la educación de una familia disciplinada. Miraba a los ojos. Le gustaba el color, la luz, los olores y los sabores, los tactos y los besos. Ella se obligaba a estar bien, disfrutaba de su ropa hecha por ella, de costureras de casa de toda la vida, de sus collares de cuarzo y de su pulsera de plata vieja y azabaches, de sus labios pintados y su poquito de sombra en los ojos.

Margarita se alegraba de todo lo bueno que le sucedía a los que a su alrededor estaban, se le veía en la cara, y se entristecía con el dolor ajeno, no lo podía evitar. Quiso estar al lado de todos en los momentos buenos y en los malos nunca faltó. La vida le puso dificultades antes de que ella pudiera saber salvarlas y aun así lo hizo. También la vida le dio sonrisas y satisfacciones y un gusto por la pintura, la gimnasia, la playa, la amistad y las manualidades. Leyó libros. Escribió pensamientos. Siempre intentaba hacer las cosas mejor. Enseñó a sus tres hijos a leer. Dio su tiempo a todos los que la quisieron y nunca pedía nada a cambio. También hacía la sopa de tomate mejor que nadie y disfrutaba apuntándose a todo siempre que podía. Alguna vez decía que ella se apuntaba a “estos tiempos” y realmente Margarita era de estos tiempos.

En su casa todo el mundo era bienvenido y disfrutaba sentándolos en su cocina “qué cocina más hermosa tengo” haciéndolos sentir más cercanos aún. Era buena anfitriona, siempre dio lo que tuvo. Buena conversadora, sabía de todo, coherente y curiosa por todo lo demás, aprendía. Mantuvo su mente siempre activa y controló su cuerpo con rigor y autodisciplina hasta en los momentos más difíciles cuando las fuerzas se marchaban.

Margarita era una mujer buena que nos quiso y a la que tanto quisimos y que siempre tendremos en nuestro recuerdo porque fue nuestra madre, nuestra abuela, nuestra tía, nuestra vecina, nuestra amiga, nuestra compañera, porque fue nuestra.

El día 3 de enero de 2013 en Cádiz, acostada en su cama y mientras dormía, Margarita se nos fue, pero sólo un poquito.

Era mi madre.

sábado, 19 de enero de 2013

“Blancanieves” de Pablo Berger

Queridos Cinéfilos:


La verdad es que hace mucho, mucho tiempo, que no comentaba favorablemente una película española y hoy tengo el placer de hacerlo con “Blancanieves” de Pablo Berger (muy original su anterior “Torremolinos 73”, que vi en el “ejecutado” Cine Dúplex, al que le dediqué un humilde responso en estas páginas, en “Obituario Cinéfilos”, hace años, ¡sentimentalismo de cinéfilo terminal!), que me ha encantado. Por situarla en el escalafón: me ha gustado aún más que “The Artist” ya que, técnicamente (dirección, interpretación, montaje, fotografía, música, compuesta por Alberto Iglesias, varias veces nominado al óscar, etc.), la española es absolutamente comparable, pero su guión, al menos a mí me lo parece, es claramente superior al de la francesa y rebosa inteligencia a la hora de exprimir las posibilidades del cuento original de los Hermanos Grimm (que tiene el fondo de sadismo típico de muchos cuentos infantiles tradicionales, ¡menudo es “Hansel y Gretel”!, vamos que, con las teorías actualmente en práctica para temas educativos de la infancia, serían considerados totalmente inaceptables) trasladado a la España de primer cuarto del siglo pasado. Suscribo plenamente lo que opinó el crítico Oti Rodríguez Marchante
Blancanieves crecida.

“Para ser de Bilbao, o precisamente por ello, Pablo Berger, el director de "Blancanieves", tiene bien claro la estética, el poso cultural y sentimental, el universo tan español, valleinclanesco, buñueliano y hasta orteguiano en el que habita su gran película.”


No hace falta que gaste más tiempo en redactar este comentario, salvo para no dejar pasar la oportunidad de apostar a que Maribel Verdú ganará el Goya a la mejor actriz con su magistralmente diabólica interpretación de la pérfida Madrastra y quizá pase lo mismo con Macarena García como Blancanieves joven, de niña la actriz es Sofía Oria, que también lo hace muy bien. Igualmente perfecto José María Pou en su secundario papel 

La pérfida Madrastra
También apostaría que, si unos hollywoodianos, perfectos ignorantes del hispánico sentido del humor negro, no hubieran prevaricado eliminando “Blancanieves” del quinteto final de candidatas al óscar a la mejor película de habla no inglesa (error, o maldad, sólo comparable en prevaricación a premiar hace años la, para mí, nefasta “Todo sobre mi madre”, la insulsa "Volver a empezar", en mi opinión de las más flojas y melifluas de Garci, o la simplísima "Belle Epoque", todas ellas infinitamente peores que  “Blancanieves”), Tim Burton y Woody Allen hubieran votado por ella como ganadora. ¡Seguro!.

Os aconsejo verla. Pasaríais un rato excelente.

Buen CINE, Amigos.

Manrique

miércoles, 9 de enero de 2013

El pequeño Templo del Gran CINE: La “SALA DORÉ” en Madrid


Queridos Cinéfilos: 

Querría haber empezado 2013 con una crítica positiva y optimista de una película reciente, pero de momento no la he visto y, en cambio, sí me ha parecido oportuno (a lo peor es la enésima indeseada cháchara de un cinéfilo terminal, difícil de soportar, ¡que horror!; en tal caso, perdonadme) daros algunas pistas para posibles planes cinematográficos en las próximas semanas, aunque lamentablemente (afortunadamente, pensaréis más de uno, no contaminados por el Cine) son sólo útiles para los que vivís o visitéis Madrid. De cualquier manera me ha parecido preferible dároslas insertadas en el marco físico donde se van a desarrollar algunos de ellos: El Cine Doré (originalmente la “Sala Doré”) sede actual de las proyecciones de películas (desde los inicios del Séptimo Arte al día de hoy, que nadie crea que son sólo “antiguallas”) del archivo de la Filmoteca Española. 


Confieso que no voy más de tres o cuatro veces al año al Doré, aunque durante los seis cursos de mi lejano bachillerato (10.60-06.66, ¡que mal número!), como mi Colegio, el entonces nada presuntuoso San Estanislao de Kostka (SEK), se encontraba en la misma acera, a menos de 100 mts de ese cine, yo pasaba por delante de él cuatro veces al día y, hasta tercero, cerró en el 63, siempre me fijaba en las carteleras de sus programas dobles, a los que creo que sólo fui una o dos veces, ya que estaba en completa decadencia y mis padres no me dejaban ir a él porque no tenía buena fama. Mis cines de referencia eran el entonces recién estrenado Consulado (desaparecido en combate), el Monumental (ahora sede de conciertos de la Orquesta de RTVE), el Ideal (activo como Yelmo-Ideal), el Progreso (ahora teatro Nuevo Apolo), el Pavón (actualmente sede temporal de la CNTC), el San Carlos (ahora ¿Sala Capital?) y algunos otros del entorno, por lo que no asocio al cine Doré con mi descubrimiento de las películas preferidas de mi preadolescencia: “El Cid”, “A 23 pasos de Baker Street”, “Hatari”, “Moby Dick”, “Misión de audaces”, “Misterio en el barco perdido”, “Hundid al Bismark”, "La conquista del Oeste", “Solo ante el peligro”, “Los tramposos”, “La última noche del Titanic”


No es cuestión de que os cuente la historia del Doré, sí de que os anime a conocerlo, aunque sea una sola vez, renovado completamente hace unos 10 años pero recuperando su atractivo sabor art decó, entre kitsch y progre (entrada única 2,50 €, no numerada, proyección y sonido buenos, sin 3D, claro; para bases con miedo a que les marque un pívot, aconsejo subir al entresuelo), con programas que cambian a diario y en que este mes de enero incluyen varias películas muy interesantes, desde las magníficas “Blade Runner” (ya mañana, jueves) o “All About Eve”, a la escandalosa, en mi juventud, “Último tango en París”, la curiosa “Pandora y el holandés errante”, la mítica “Gilda”, la “maldita” y excelente española “El extraño viaje”, la clásica “Las cuatro plumas”, mejor lo descubrís en:
http://www.mcu.es/cine/MC/FE/CineDore/Programacion.html


El segundo aviso es que mañana comienza un ciclo (“Cine de vanguardia: Una aproximación”) en el Cine-Estudio anexo al Círculo de Bellas Artes (entrada para no socios 5,50 €) que incluye, entre otras como “El gabinete del Dr. Caligary” o “El Golem”, una auténtica joya de 69 minutos, muda pero con música, un extraordinario documental que, realmente, es una ácida y nostálgica visita al Berlín de finales de los felices 20s, justamente antes de la gran depresión y lo que siguió, “Berlín, sinfonía de una ciudad” (Die Symphonie der Großstadt), Walter Ruttmann (1927), para mi gusto, imprescindible:
http://www.circulobellasartes.com/cine.php

Por último, avisaros de que en la generosísima Fundación Juan March, en el ciclo mensual de cine mudo, proyectan los días 18 y 19 “Asfalto” Alemania 1929:
 http://www.march.es/conferencias/detalle.aspx?p1=6&p3=2867

Buen CINE, Amigos:

Manrique