viernes, 23 de octubre de 2015

Pride

Aunque la mayoría de las críticas que he leído sobre esta película la clasifican como “cine LGTB”, en mi opinión va mucho más allá. Se interpreta el título (Orgullo) en relación con el Orgullo Gay, cuando en mi opinión se refiere a una de las muchas escenas que me impresionaron: La marcha que hacen los mineros galeses cuando se reincorporan al trabajo, vencidos pero no humillados, después de una larguísima huelga en lucha contra las reformas neo conservadoras de Margaret Thatcher. Cuando esperábamos un desfile silencioso, humillado, con las cabezas bajas y lágrimas en los ojos, nos encontramos con una solemne marcha, precedidos por el estandarte del sindicato y acompañados por la banda sindical y la solidaridad de sus vecinos. Y lágrimas sí, pero de orgullo. En las duras circunstancias en que se mantuvo la huelga, estaban orgullosos de haber resistido y mantenido la unidad durante cuatro meses.

Basado en una historia real, cuenta una historia de solidaridad entre dos colectivos, que aparentemente no tenían anda en común: Los mineros del carbón y los homosexuales, lesbianas, transexuales y bisexuales. Y más en concreto, entre un pequeño pueblo galés de nombre impronunciable, Onllwyn, y un colectivo activista de Londres. No la voy a contar aquí, os animo a ver la película y os reto a que contengáis las lágrimas durante la proyección. Yo no lo conseguí.

La ambientación, como en casi todas las películas del cine social inglés, es impecable. Tanto los barrios degradados de Londres como la campiña y la aldea galesa. Los actores, contenidos, incluso aquellos cuyo papel de “loca” les podría haber inducido a la sobreactuación.

El guion introduce a la perfección temas tan complicados como la salida del armario, las relaciones de poder dentro del sindicato, la integración de forasteros en una pequeña comunidad, las relaciones machistas en las familias mineras, la aparición del SIDA o las divisiones dentro del propio movimiento LGTB.

Los diálogos no tienen desperdicio: Los de un joven homosexual vergonzante con sus padres conservadores, los de una abuela galesa con dos lesbianas militantes (¿Dónde están mis lesbianas?), los de las mujeres de los mineros entre ellas o los de algunos mineros con los chicos de Londres (Hay una cosa que siempre quise saber de las parejas gays…), por poner solo algún ejemplo.

Como datos técnicos, apuntar que el guion es de  Stephen Beresford y la dirección de Matthew Warchus. Se estrenó en el Festival de Cannes de 2014, donde obtuvo la “Palma Gay”.

Y para los amantes de la ingeniería, me han parecido magníficas las tomas en el puente sobre el Severn, muy parecido al recién inaugurado de La Pepa. El de Cádiz es más corto, pero el gálibo es casi el doble, y la longitud del vano algo mayor. Y mucho más bonito.

Más información:

http://www.filmaffinity.com/es/film412425.html

http://www.fotogramas.es/Peliculas/Pride/

http://www.labutaca.net/peliculas/pride/

lunes, 12 de octubre de 2015

Homenaje a Henning Mankell

Homenaje a Henning Mankell

Empecé a leer “Asesinos sin rostro” en enero del 2013 sin estar convencida de que merecía la pena. Pero me encontré con un personaje que dudaba. Wallander duda de  todo lo que le rodea, familia, casos policiales… duda hasta de sí mismo (echa de menos a su amigo y mentor) y esto es precisamente lo que le hace más interesante. Tiene que escuchar, insistentemente, como su padre le recuerda el gran error de haberse convertido en un policía. Desbordado por el abandono de su mujer y el alejamiento de su hija, su casa es un caos. No lleva armas, paga las multas por estacionamiento indebido. No lleva linterna, por lo que va a ciegas al entrar en un barracón donde se ha producido un incendio, lesionándose. Bebe demasiado y le pillan borracho conduciendo. Le grita precisamente a la mujer que más le gusta y con la que desea tener una relación. Resuelve los casos por intuición, con bastante buena suerte. Pero Wallander no es insensible a un escenario de crimen y horror. Kurt Wallander hace como algo personal descubrir al asesino o asesinos por encima de cualquier otra consideración, porque se lo debe a las víctimas.  En la investigación se deja literalmente la piel, si hace falta.
Henning Mankell creó un anti héroe y los anti héroes no suelen ser felices, son desgraciados, inseguros, patéticos. En los sucesivos libros que he leído de la serie Wallander, el autor ha mejorado significativamente las relaciones de éste con su padre, con su hija e, incluso, le ha buscado una compañera en la distancia, relación difícil de mantener, porque Mankell no se decide a convertir a Wallander en un hombre feliz. Desde luego, si lo hubiera hecho, hubiera destruido al personaje. Tampoco creo que Wallander se merezca terminar  enfermo de Alzheimer.
Wallander ama su país y le duele profundamente la  pérdida de seguridad, la inestabilidad política y social.
Aquella Suecia que era la suya, en la que se había criado, el país construido después de la guerra, no estaba tan firmemente anclado en la roca como habían creído. Debajo de todo había un tremedal.
Estas palabras del narrador explican la preocupación de los actuales ciudadanos suecos que deben aceptar los nuevos cambios sociales y adaptarse a ellos. Probablemente desde nuestro punto de vista del sur de Europa, cueste entender este sentimiento, pero parece que es así.
Henning Mankell nos ha dejado una interesante serie de libros del comisario Wallander y, dijera lo que dijese, algo del autor se debió trasmitir al personaje. Libros que habría que leer todos seguidos, por orden de aparición, porque constituyen así una gran novela en la que zambullirse, con personajes secundarios no desdeñables y tramas tan bien urdidas que hace difícil aplazar su lectura.
Se habla del parecido de Wallander con otros comisarios de autores sumamente interesantes, como Maigret de Simenon o Martin Beck de la pareja sueca Maj Sjöwall y Per Wahloö, sencillamente no existe tal parecido; lo que es similar es la idea de un policía como hilo conductor de una trama que desvela la estructura social de la época en que le ha tocado vivir.
Todos esos comisarios, subcomisarios o simples policías tienen psicologías diferentes, personalidades a veces opuestas que si pudiéramos juntar acabarían odiándose.
Creo que Henning Mankell se merecía un homenaje en este foro, en el que tantos contribuyentes han leído y disfrutado con sus lecturas, sobre todo, ahora que nos ha dejado.

Descanse en paz aquel que utilizó su habilidad con la escritura para hacernos la vida más interesante.

sábado, 10 de octubre de 2015

EL CLUB

Animado por unas críticas excelentes y buscando el cine independiente y con mensaje me he ido a dar de bruces contra esta película.

Reconozco mi parte de culpa por no hablar "chileno" pero la verdad es que más del 40% de los diálogos me ha resultado indescifrable. Es ridículo pensar que en España se pueda entender este lenguaje.

No es que esté en contra del realismo en el cine  y de las variedades del español que tanto nos enriquecen a todos. Algún progre dirá encima que no se dice español que se dice castellano, simplemente pido SUBTITULOS. Mientras tanto mi recomendacion es NO se te ocurra ir a verla.

Y es una pena porque el tema es interesante y es probable que la película sea buena.

PD. esta crítica está escrita en caliente y mi sensación es la de haber pisado una gran mierda de perro que  no consigo quitarme de encima

lunes, 5 de octubre de 2015

LEJOS DE LOS HOMBRES

Me ha gustado esta película por dos razones.

Primero porque está ambientada en el periodo histórico de la guerra de Argelia (años 54-62), periodo que no escapa a mi curiosidad y sobre el que la filmografía es muy escasa. Tras esta arriesgada afirmación no puedo pasar por alto la excelente "La Batalla de Argel (La Battaglia di Algeri)" de Gillo Pontecorvo, película de no perder y de la que han aprendido mucho ETA y sus amigos.

La segunda razón es que es una película en la que los valores humanos son primordiales. Viggo Mortensen ha hecho una apuesta arriesgada, participando incluso en la producción y nos sorprende gratamente a los pocos minutos de comenzar el film. Lo que parece que va a ser un drama rural se convierte en una especie de "road movie a pie" y al poco rato pasa a unas escenas bélicas de un realismo sorprendente.

Las contradicciones aparecen, los que han luchado juntos contra los nazis unos años antes, ahora se encuentran separados por nuevas ideas nacionalistas; el éxito de los nacionalistas es que nadie puede ser neutral ( a mi me suena).

Si me permitís una última disgresión  más, a mi juicio Viggo hace una concesión demagógica  al antibelicismo en una escena que reconoceréis todos los que veaís el film. Un ex comandante no se puede "escandalizar" por cosas que él ha hecho con toda seguridad unos pocos años antes. La guerra debe ser combatida antes de que empiece, después hablar de guerras sucias y limpias es perder el tiempo.

Viggo toma partido y yo estoy con él: a favor de la VIDA


"Irrational Man" de Woody Allen: elegir mujer y ser dios.



Queridos Cinéfilos:

Casi con adelanto, solamente 10 meses después de “Magia a la luz de la Luna”, nos llega la correspondiente película de la última añada de Woody Allen, “Irrational Man”, que, como en la mayoría de las suyas, me ha parecido interesante y más que eso, notable, aunque no pueda considerarla como sobresaliente, opinión que voy a tratar de justificar.

Como referencia de su trama, puedo desvelar que esta película está estructurada en dos partes bien diferenciadas:

  • En la primera, Abe Lucas (Joaquin Phoenix), un ya cuarentón profesor de Filosofía, intelectual “liberal” (en el sentido americano de la palabra), con fama de seductor, prepotente y, al mismo tiempo, sumido en una fase depresiva vital que únicamente combate con el permanente recurso de su petaca de whisky, se incorpora con el nuevo curso a una universidad en el más pequeño estado USA, Rhode Island, en la costa NE. Rita (Parker Posey), profesora de química en dicha institución, más o menos de su edad, se ofrece como "introductora social", con miras a una más íntima colaboración vital. Al poco tiempo, Jill (Emma Stone), atractiva e inteligente alumna, empieza a centrar la atención del nuevo profesor que, sin embargo, no parece querer interesarse por ella más allá de una académica amistad. Y ya tenemos al trío ante su triple disyuntiva: Jill entre seguir con su correctísimo, pero poco estimulante, novio (Jamie Blackley) o el nuevo profesor; Rita decidiendo que pasará de su ya muy conocido esposo al audaz recién llegado; y Abe dudando entre las dos, pero, esto es lo novedoso, sintiéndose incapaz de jugar un buen papel en cualquiera de sus dos alternativas por su depresivo y decadente estado anímico y hasta físico. Planteamiento muy woodiano, aunque, al menos para mí (no lo he detectado en ninguna crítica o comentario ajeno hasta la fecha) hay un posible antecedente que puede haber sido adaptado por Allen y que posteriormente comento.
  • En la segunda, al descubrir por azar Abe una presunta injusticia, no en su entorno cercano ni que le afecte, aclaro, decide actuar irracionalmente, digamos que "convirtiéndose en dios" para ello (o en Superman, si Woody rechaza el anterior concepto) y mejorar el mundo, notando tan pronto se vuelca en la tarea que su vida ahora ya tiene sentido y casi milagrosamente (o azarosamente, si Allen rechazara el anterior calificativo) sale de su depresión y empieza a gozar de la vida en todos los aspectos (cambio sagazmente mostrado en cómo disfruta ahora de sus desayunos, por ejemplo). Y no cuento más, porque no debo…

Abe con Rita
Las dudas en cómo encontrar la pareja adecuada han impregnado muchas de las tramas del más típico Woody Allen, pero el antecedente al que antes he hecho referencia es, desde mi punto de vista, la película de James Gray "Two Lovers" que en este Foro recomendamos hace cinco años José Ramón, Rogelio y yo mismo, cuando tuve la osadía de escribir en dicho comentario: Me da el tufillo de que Woody puede haber pensado: "¡Maldición!. Mientras yo hacía el highlypollas en Barcelona, este arribista James Gray rueda una cosa tan buena en mi New York y, encima, con cuatro $". Pero es que, además, en ambas películas el protagonista masculino es el mismo, Joaquin Phoenix, también sufre depresión (hasta el nivel de intentar suicidarse al comienzo de aquélla y jugar a la “ruleta rusa” en ésta) y tiene que decidir entre dos alternativas amorosas, en ambos casos una rubia y una morena; aquí se acaban las similitudes, salvo, quizá, la moraleja final, que no califico para no dar más pistas. Si yo llevara razón en esta presunción, me gustaría saber si, consecuentemente, Woody Allen tenía ya en mente a Joaquin Phoenix como actor cuando escribía el guión de “Irrational Man” (aquél puede elegir al que quiera, que seguro aceptará) que borda su papel, siempre es muy bueno, al igual que Emma Stone con el suyo, por algo repite como protagonista femenina consecutivamente en dos películas de Allen.


Abe y Jill
Respecto a segunda parte, los antecedentes más claros son (opinión unánime de la crítica, con la que coincido) las excelentes “Delitos y faltas” y “Match Point” de Allen (incluso hay una repetida referencia común a la obra maestra de Dostoievski “Crimen y castigo”), a las que la presente se acerca pero no iguala en calidad ni en estructuración, ya que su guión queda como “más deslavazado”.

No quisiera acabar sin hacer, de nuevo en esta ocasión, una reflexión sobre el pesimismo de Allen, que insufla en sus protagonistas más recientes. Ya José Ramón señalaba en su crítica a "Magia a la luz de la Luna" en este Foro el pasado diciembre: Y me parece que el pesimismo que ya se podía vislumbrar en “Blue Jasmine” y al que hacíamos referencia al principio de este comentario, se acentúa en “Magic in the moonlight”. No recuerdo ningún personaje tan negativo como Stanley en las películas de Allen y, aunque, al final, hay un pequeño arabesco lateral que invita al optimismo, resulta poco creíble. Su (negativo) carácter impregna la película.

Jill y su novio
En un comentario mío anexo a dicha crítica, inserté la siguiente respuesta de Allen a una pregunta en una entrevista relatada por David Martos, que titula “Hago películas para no pensar en la muerte” en el ABC del 5 de diciembre (incluyo enlace al final para el que quiera leerlo completa):

Y usted, ¿qué piensa del más allá?
Yo soy un ateo estricto y no creo en esas cosas. Tengo una visión freudiana del mundo. Una vez coincidí en televisión con Billy Graham, el gran evangelista, y estuvimos discutiendo acaloradamente. Me dijo: «Cuando yo muera, aunque Dios no exista, habré vivido una vida mejor que la suya». Y eso es lo triste, que tiene razón. Yo he llevado una vida muy triste, sin esperanza, aterrorizado, una vida sin significado. Sin posibilidades de que haya un Dios o una vida después de la muerte. Dentro de no mucho tiempo el Sol se consumirá y el Universo entero se esfumará.

Pues bien, 10 meses más tarde en una entrevista en Metrópoli-El Mundo, que la titula Fracasas o tienes éxito según tu talento o tu instinto”, opina (también incluyo enlace):

¿Hacer cine es su manera peculiar de lidiar con las grandes preguntas que nos plantea la vida?
No hay ninguna respuesta positiva a la hora de afrontar la horrible realidad de la vida. No importa lo mucho que hayan escrito filósofos, sacerdotes o psiquiatras... Al final, la vida tiene su propia agenda y ésta te pasa por encima. Todos terminaremos mal, tarde o temprano y de la misma manera (risas). Lo único que puedes hacer como artista es crear algo con lo que puedas explicar a la gente por qué merece la pena vivir la vida. Pero tienes que dibujarlo, porque al final no tiene ningún significado. Vivimos en un universo cualquiera, vivimos vidas insignificantes y todo lo que creas o realizas en tu vida terminará desapareciendo con el paso del tiempo. Es lo que hizo Shakespeare, pero también Miguel Ángel o Beethoven. Todo desaparecerá sin importar cuánto lo atesoremos. Mi conclusión es que la única manera posible de seguir adelante es a través de las distracciones. Todos los grandes pensadores han estado siempre de acuerdo en que demasiada realidad resulta difícil de soportar. En mi caso, me distraigo haciendo películas o viendo a Fred Astaire bailar en el cine durante una hora y media para no pensar en mi muerte, el decaimiento de mi cuerpo o que algún día seré viejo... Eso sí, en un futuro lejano (risas).

Abe y Jill descubren una (presunta) injusticia
Sin salirme del ámbito cinematográfico (desde luego no suficiente para tratar profundamente este tema, medio tabú en la sociedad actual) yo le aconsejaría a Woody, si pudiera oírme y, a lo mejor, quisiera escucharme, que viera de nuevo la célebre discusión entre el protagonista (Jean-Louis Trintignant) y su amigo marxista sobre la llamada “Apuesta de Pascal”, que Eric Rohmer incluyó en su muy famosa película "Mi noche con Maud" (“Ma nuit chez Maud” 1969, 7,7 de calificación en Filmaffinity, que literalmente se traduce “Mi noche en casa de Maud”, que no es lo mismo; Rogelio la citó en este Foro escribiendo sobre las Matemáticas en el Cine) y que así estudie un poquito la teoría de juegos. A lo mejor, de esa manera tan “matemática”, podría ser algo más optimista, o por lo menos, no inequívocamente pesimista, y dejaría de pasarlo tan mal como él dice (y yo le creo) que lo pasa. Definitivamente la apuesta más prometedora siempre es ser optimista.

Por si fueran de vuestro interés, os incluyo los siguientes enlaces:

Tráiler en castellano:

Presentación de “Irrational Man” en el programa “Días de Cine” de TVE 2 (6 min):
http://www.rtve.es/alacarta/videos/dias-de-cine/irrational-man/3298960/ 

Crítica de Oti R. Marchante en ABC
Apuntes filosóficos sobre el asesinato perfecto:

Comentario de Jordi Costa en El País “La licitud del crimen”:

Comentario de Carlos Boyero desde el Festival de Cannes para El País “Allen, en forma; y los raros, a lo suyo”:

Entrevista a Woody Allen en en el ABC en diciembre de 2014 “Hago películas para no pensar en la muerte”
http://hoycinema.abc.es/noticias/20141205/abci-woody-allen-entrevista-magia-201412041445.html 

Entrevista a Woody Allen en Metrópoli-El Mundo en septiembre de 2015 “Fracasas o tienes éxito según tu talento o tu instinto”:

Buen CINE, Amigos.

Manrique