lunes, 31 de diciembre de 2018

"Canadá", novela de Richard Ford: La dura forja de una vida a los quince años.


Queridos Cinéfilos:

Un sábado de septiembre de 2013, devorando el Cultural semanal de ABC, leí una muy elogiosa crítica sobre “Canadá”, obra ganadora del prestigioso Prix Femina a la mejor novela extranjera publicada en Francia, del escritor norteamericano Richard Ford (Misisipi 1944), con anterioridad ganador de los Premios Pulitzer y PEN/Faulkner por “El día de la Independencia”, de otros menos conocidos en España y destacadamente lo sería del Princesa de Asturias de las Letras, en 2016, por el conjunto de su obra.

Ya me impactó el comienzo de la novela, aspecto en el que siempre me fijo y aprecio:

"Primero contaré lo del atraco que cometieron nuestros padres. Y luego lo de los asesinatos, que vinieron después. El atraco es la parte más importante, ya que nos puso a mi hermana y a mí en la senda que acabarían tomando nuestras vidas. Nada tendría sentido si no contase esto antes que nada."

Como comprenderéis, después de este arranque, huelga que yo añada una palabra más sobre el tema de "Canadá".

Impactado por la crítica de Rodrigo Fresán, cuyo enlace insertaré al final de este comentario, decidí incluir “Canadá” en mi creciente lista de libros que debía leer, cosa que hice la primavera pasada y, tras concluirlo, llegué a la conclusión de que era/es la mejor novela norteamericana “no clásica” que he leído en mi vida (debo confesar que no soy en absoluto un experto en esa categoría literaria, ni siquiera he leído todavía a Philip Roth, que ya se ha muerto, del que hizo una sentida elegía la Cinéfila Ana Díaz en mayo pasado en este Foro), razón por la que quiero aconsejárosla, sintiéndome respaldado para ello tanto por el curriculum de Ford como por la muy positiva opinión del Cinéfilo José Ramón, al que le rogaría que completase o corrigiese mi comentario, y también por las tres referencias que inserto a continuación, como suelo hacer, de la crítica profesional:


Richard Ford recibiendo el Premio Princesa de Asturias
  • La citada crítica de Rodrigo Fresán en ABC Cultural (16.09.2013),«Canadá», de Richard Ford: madurez que deslumbra y conmueve”
"Las páginas de «Canadá» se cuentan entre lo mejor de Richard Ford. Una novela que fascina tanto como nos conmueve, una historia de la que nos sentimos cómplices, un diez absoluto.”

http://www.abc.es/cultura/cultural/20130916/abci-canada-richard-ford-madurez-201309161125.html 
  • Comentario de Borja Hermoso en El País (20.10.2016) en un encuentro público en Oviedo con lectores días antes de recoger el Premio Princesa de Asturias de las Letras, “Leemos para saber que hay otros ahí fuera”
  • Entrevista a Richard Ford con motivo de la edición española de “Canadá” en 2013, en el programa semanal de Literatura en La 2 “Página Dos” (11 min)
http://www.rtve.es/alacarta/videos/pagina-dos/pagina-2-entrevista-richard-ford/2050129/

Este es mi último consejo en 2018, Amigos: leed "Canadá", novela paradigmática de la muy buena Literatura actual y que, por terminar con un guiño al Cine, confesaré que, en mi imaginación,  "visualmente" me recordó en varios momentos a la formalmente espléndida película "Camino a Perdición".

¡¡Feliz año 2019 y pedídsela a los Reyes Magos!!

Manrique

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Fallados los premios del XXVIII concurso de creación literaria "El Drag"

Las buenas noticias nunca llegan solas. Mientras estaba en Cartagena recogiendo el premio de Torre Pacheco, me han avisado de la Universidad de Cádiz de que he vuelto a ganar este premio, en la modalidad de microrrelatos a través de teléfono móvil, con el texto que inserto a continuación:

UNA VEZ LLOVIÓ
Una vez llovió, insistían las voces grises de los ancianos cuando notaban que la atención se desvaía. Agua, nube, lluvia, palabras vírgenes, bengalas en la noche.
Una vez llovió, aunque nadie sabía cuándo. Ni dónde. Ni cómo.
Una vez llovió, escuchaban los niños con la boca abierta, reflejos de llamas en las mejillas, orejas atentas al soniquete amargo del cuentista.
Una vez chispeó, llovió, diluvió. Hasta que un mundo recién nacido estrenó su llanto.
Una vez llovió. No dos, ni tres. Solo una.

domingo, 9 de diciembre de 2018

Calígula


Calígula
Albert Camus
Se está representando Calígula de Albert Camus en el teatro María Guerrero de Madrid desde el 4 de diciembre. La dirección es de Mario Gas. Los interpretes son: Pablo Derqui en Calígula, Borja Espinosa en Quereas, Mónica López en Cesonia, Bernat Quintana en Escipión, Xavier Ripoll en Helicón y Pep Ferrer, Pep Molina, Anabel Moreno y Ricardo Moya son el Corifeo.

 El Calígula histórico fue un emperador romano entre los años 37 y 41 d. de J. C. cruel, tirano y, probablemente sufrió un tipo de esquizofrenia o de disociación de la personalidad. Pero en su niñez era simpático al que adoraban los soldados de su padre, Germánico, cuando se encontraba en campañas, y que apodaron por este nombre que quiere decir Botita por el tipo de calzado   militar que usaba, pero su nombre era Gayo o Cayo. Al principio de su reinado era generoso con los pobres, restituyo a la Asamblea sus poderes y era conocido como soldado valeroso y concienzudo. Pero la rápida transformación hace pensar en la alteración de la personalidad de la que hablaba antes. En los raros momentos de lucidez era cordial, ingenioso y tenía el sarcasmo fácil y la respuesta pronta. Comenzó a tener crisis nocturnas de terror y a recorrer el palacio pidiendo auxilio. Fue apuñalado por el comandante de los pretorianos, Casio Quereas, cuando le acompañaba por el pasillo de un teatro. Los pretorianos también acabaron con la vida de su mujer, Cesonia, y de su hija pequeña.
Esta introducción me parece necesaria porque decir que Calígula esteba loco es simplificar demasiado. Ahora debo hablar de la obra de Albert Camus. Además de ser una crítica al poder tirano es un estudio de caracteres psicológicos. Calígula sufre y quiere que los demás también sufran, para ello emplea una lógica implacable a los demás hombres, se muestra integro pero quiere lo inalcanzable, la Luna. Quereas es un sofista, dialoga con Caligula en una de las escenas más interesantes de la obra de Camus, en la que ambos demuestran gran habilidad dialéctica. Helicón es el esclavo liberado, representa la lealtad. Escipión es el poeta, el que sufre y no se queja. Cesonia es la fidelidad a Calígula pero es condenada. Los demás patricios se lamentan de las decisiones de Calígula, de las humillaciones a las que los someten, pero no son capaces de tomar la decisión de eliminación del tirano y, ante su presencia se muestran cobardes y hacen todo lo que les pide, por cruel que sea.

Ahora voy con la representación que vi hace unos días, en el teatro María Guerrero en Madrid. Es complicado interpretar un personaje como Calígula, que es cómico y melodramático a la vez, que cuando se enfada hace temblar a todos. Resumiendo, que es histriónico. Pero no nos hace reír, porque sus decisiones no tienen nada de graciosas. Pablo Derqui no sabía transmitir esta complejidad de personalidad, hizo sólo un aspecto, la tiranía. Pero olvidó que Calígula también era un líder. Tampoco los demás actores lo tienen fácil. ¿Cuál debe ser su comportamiento? No todo está en el texto; son contradictorios como seres humanos que son. Pero no deben parecer marionetas sino transmitir credibilidad.
Dicho todo esto, no fue demasiado mala, tampoco buena, pero se dejaba ver si no somos muy exigentes. Hay que agradecer que Mario Gas fuera fiel al texto de Camus, aunque se ponga especial énfasis en la sentencia: el gobierno siempre roba. Sin embargo derrocho imaginación, no siempre acertada, cuando Calígula se transforma en Venus. Un número musical de Bowie, Let`s dance acompañado por Joker y La Máscara. Resultó patético y se distanciaba del sentido de la obra de Albert Camus. Para salir de semejante extravagancia y volver al texto original, no se le ocurrió, ni más o menos, que montar un baño turco en el escenario  con un Calígula desnudito mirándonos como si los raros fuéramos nosotros.

Aconsejo leer el libro antes de ir a verla, o después, también vale, pues conviene tener nuestro propio juicio y compararla con la versión de Mario Gas. Al final el diálogo entre Cesonia y Calígula cierra la obra, ya sólo queda la llegada de Quereas y los patricios para consumar la ejecución. Ejecución que se espera desde el principio, pero no sólo se mata al tirano sino que se mata a quién se ha reído de nosotros, al que nos ha puesto en ridículo.
Hasta el 30 de diciembre se puede ir a verla y sería muy provechoso leer otras opiniones. Las que han salido en prensa son más o menos acertadas. De las mejores son la de La Vanguardia y la de El Confidencial.

viernes, 7 de diciembre de 2018

"Crematorio", serie basada en la novela homónima de Rafael Chirbes, dirigida para la televisión por Jorge Sánchez-Cabezudo


Queridos Cinéfilos:

En mi comentario sobre la película “El Reino”, que aquí publiqué hace unos días, tras señalar lo que en mi opinión son fallos importantes en el guión de esa película puse como ejemplo de obra mucho más conseguida sobre la corrupción a la serie española para televisión "Crematorio", muy bien dirigida por Jorge Sánchez-Cabezudo, que trata del tema de los negocios sucios urbanísticos que en las últimas décadas han dado lugar a la construcción masiva en las zonas costeras que atraen a millones de veraneantes, basada en la novela homónima de Rafael Chirbes, ganadora del Premio Nacional de la Crítica de 2007, que yo no he leído.

De entrada justo es que le dé las gracias públicamente a mi amigo Daniel, que sigue fielmente este Foro pero, maldición, no se anima a dar el paso de enrolarse en el mínimo equipo de Cinéfilos activos que tratamos de mantenerlo a flote, por ser la persona que hace dos o más años me aconsejó que viera “Crematorio”, cosa que hice a través de DVDs prestados por la biblio-videoteca Eugenio Trías, la que se encuentra situada en la antigua Casa de Fieras de El Retiro, pero que ahora constato está disponible sin cargo extra para cualquier usuario de Movistar+, razón por la que procede aún más que os la recomiende.

Exactamente, ¿de qué va la trama?: En un pueblo costero levantino, imaginariamente bautizado como Misent, un constructor ambicioso y sin el mínimo escrúpulo ciudadano, Bertomeu, ha ido construyendo urbanización tras urbanización sobre antiguos naranjales a lo largo de los años y pretende que la siguiente sea su auténtica “joya de la corona”, para lo que tiene que resolver posibles incompatibilidades con normas urbanísticas vigentes, obstáculos que está seguro resolverá siguiendo una similar hoja de ruta a las exitosamente empleadas en parecidas ocasiones anteriores, no en vano ha establecido concienzuda y previsoramente una red de contactos colaborativos con poderes económicos y políticos locales, amén de contraer alianzas con mafias criminales extranjeras asentadas en la zona.

Con estos materiales en manos inhábiles se podría haber rodado una telenovela mejicana pero, gracias a Dios, no es el caso porque el guión, elaborado a partir de la citada obra de Rafael Chirbes por Alberto Sánchez-Cabezudo, Laura Sarmiento y Jorge Sánchez-Cabezudo, en combinación con la ágil y precisa dirección de este último y con el trabajo actoral muy realista y perfectamente creíble de José Sancho, Alicia Borrachero, Juana Acosta, Aura Garrido, Montserrat Carulla, Pau Durá, Manolo Morón y el siempre eficacísimo Vicente Romero, dieron lugar a un relato subyugante que “engancha” desde su primer a su octavo y último capítulo.

En palabras del actor José Sancho, que interpreta excelentemente a Rubén Bertomeu, éste "no juega a ser un personaje popular, juega a acaparar lo que se ponga al alcance de la mano. Lo único que persigue es hacerse dueño de todo. Es alguien que piensa que el futuro de esta zona está en sus manos, e intenta transformarlo para su bienestar y el de los suyos. Dará trabajo a mucha gente y por el camino algunos se llevarán su parte. Por supuesto, él se llevará la mayor. No estoy diciendo que sea un santo, sino que es uno de tantos. Su familia está desarraigada. Y él es el culpable. Sabe que por perseguir sus grandes logros se ha olvidado de la familia: de su madre, de la que era su mujer, de su novia, de su hija y de su nieta. Precisamente con su nieta intenta recuperar el tiempo perdido, pero Rubén ya tiene edad suficiente para saber que no se recupera una familia que nunca has tenido del todo. Sabe que es culpa suya." 

Pero pasemos a escuchar la voz de los críticos profesionales: 

Alberto Rey en El Mundo: “Después de «Crematorio»”

“Ayer, tras ver el final de la «Crematorio» de Canal Plus, no pude sino volverme a quitar el sombrero (por octava vez, una por episodio) ante el estupendo trabajo de Laura Sarmiento y los hermanos Sánchez-Cabezudo, guionistas de la serie. Conscientes de la imposibilidad de reproducir televisivamente la escritura de Chirbes, han logrado mantener todos los elementos existentes en la novela, intensos e intencionalmente estáticos, y convertirlos en componentes dinámicos. Así, el texto literario ha sido, más que el esqueleto o el plano maestro del televisivo, su pista de despegue. Lo conceptual y esencial (y tortuoso, y demasiado hermético, solemne) de Chirbes ha mutado en material dramático de primera calidad, sin perder su entidad, gracias a una estrategia de ataque valiente y decidida. ‘Evolución forzada’, podríamos llamarla.

‘¿Y ahora qué?’ Vuelve la pregunta cuando nos confirman una y otra vez que «Crematorio» es una serie de una única temporada, la que ayer terminó. Finaliza tras haber pintado su propio gran lienzo (con los inconfundibles colores del previo y generador, el de Chirbes) y convertirse en otro contenedor de sugerencias poderosas, de tramas brutales (y esta vez sí indiscutiblemente televisivas) y de personajes fantásticamente diseñados. ¿Será verdad que «Crematorio» termina aquí? ¿Su continuación estará, como estaba en principio la de la novela, en la imaginación de todos los que la hemos visto, disfrutado y esperado semana tras semana? 

Cuesta escribir este post sin desvelar la trama de «Crematorio», los giros y las sorpresas que nos ha dado, sobre todo en su último episodio. Con su acertadísimo título, «No dejamos nada», este último capítulo ha sido una muestra de elegancia narrativa y una sucesión de cliffhangers de personaje que piden a gritos esa continuación que no se hará, esos spin-offs que yo quiero (pero no sabría) escribir y un futuro brillante para todos los que han participado en la producción de Canal Plus. Ha sido ésta una season finale de confirmaciones y sobresaltos, de emociones básicas y, sobre todo, de esos claroscuros morales que la ficción televisiva española suele evitar. Efectos conseguidos no sólo gracias a un estupendo guión, sino a una producción sobresaliente (iluminación y sonido de nivel, variedad de escenarios, manejo de las cámaras…) y a una dirección de actores muy buena, que consigue que actores (y sobre todo actrices, y sobre todo una) generalmente sobreactuados, no se desmadren.”

Guillermo Altares en El País: "Crematorio”

"Cuando vimos «The Wire», muchos pensamos que ojalá alguien hiciese algo parecido sobre España, una disección salvaje y sin concesiones de la España actual con una trama policíaca. Crematorio es lo más parecido que hemos tenido a eso. Desde que comienza a sonar la canción de Loquillo que acompaña a los títulos de crédito – «Cruzando el paraíso»: ‘…nada permanece, todo se desvanece…’–, el espectador percibe que se encuentra ante algo diferente a lo que ha ofrecido hasta ahora la ficción televisiva en España.”

David Suárez en La Voz de Galicia, su blog "Fuera de Serie «Crematorio”

“Canal+ está apostando fuerte por las series. Emite muchas de las mejores producciones internacionales y ahora también destaca con sus productos propios. «Crematorio» es una de ellas. Basada en la novela Rafael Chirbes, la serie desgrana una historia de corrupción urbanística en la que también se mezclan narcotráfico y prostitución. La localidad de Misent, donde transcurre todo, no aparece en ningún mapa pero bien podría estar en muchos puntos de la costa de Levante, aunque en ocasiones nos transporte inconscientemente hasta Marbella. El protagonista de la trama, una auténtica joyita, es el empresario Rubén Bertomeu, que interpreta un rigidísimo y soberbio Pepe Sancho, al que no se le escapa ni una sola sonrisa. El actor borda de tal manera el papel que te convence de que sería capaz de sobornar a cualquiera para conseguir sacar adelante uno de sus macro complejos de hoteles y centros de bienestar, como no, a escasos metros del mar.

La investigación sobre el círculo de Bertomeu, en el que figuran la mafia rusa y un concejal de Urbanismo, va avanzando al mismo tiempo que se descubren las flaquezas de sus relaciones familiares. Su novia es más joven que su propia hija, su nieta es la típica adolescente malcriada que siempre tiene a quien recurrir para conseguir lo que quiere y su madre una terca viejecita que no aprueba los negocios especulativos del menos idealista de sus hijos. De ahí que haya ocasiones en que la serie recuerda a un «Falcon Crest» entre naranjos, los pocos que quedan entre tanta macrourbanización y torres frente al mar.”

Después de los argumentos señalados, no puedo concluir de otra manera que aconsejándoos ver esta muy buena e instructiva serie en vez de la película “El reino”, de similar tema pero mucho menos conseguida, como opiné razonadamente en este Foro.

Y termino incansablemente rogando que publiquéis vuestra más libre opinión sobre esta serie si ya la habéis visto o la veis por confiar en el presente comentario.

¡Animaos, Cinéfilos!

Manrique

lunes, 3 de diciembre de 2018

Aute, o la sensual y desnuda ternura.


―Hay que ver cómo eres  ―le dijo y ella esperó a que él terminase la frase―. Siempre me sorprendes dándole un giro a lo que parece evidente y eres capaz de mostrarme otro lado de las cosas que antes no veía.

Ella dejó pasar unos segundos para asegurarse de que él no continuaba hablando y entonces respondió apartando la mirada de sus ojos y dirigiéndola a cualquier parte.

―A veces se olvida, se te olvida, que me hice mujer con Aute y con Sabina, con Rafael Amor y con Silvio Rodríguez, con Pablo Milanés y con Rosa León y también con Cecilia y con Serrat en aquel Madrid de los ochenta.

De todas esas letras con las que convivió en esos años de juventud quizás las que se impregnaron en su piel fueron las de Aute. Ella le había oído en vinilos, sabía de memoria muchas de sus canciones, se había quedado siempre inmóvil viendo sus actuaciones en televisión, pero la impresión que tuvo cuando le vio y oyó cantar por primera vez en directo fue excepcional. Sucedió en la Plaza de Santa Ana una tarde anochecida de sábado en algún mes de aquél invierno de 1984. Era un sencillo escenario y, en medio de aquella plaza, apenas había una tarima sobre una estructura de tubos, una escueta escalera también de madera y sobre ella dos taburetes, uno para Aute y otro, a su izquierda, para el acompañamiento de guitarra. Ella solía adentrarse por las calles centrales de aquél Madrid en donde se respiraba aire compuesto de contaminación y de libertad y no le era extraño, cuando paseaba, hacer descubrimientos espontáneos de artes alternativas, nuevas faunas urbanas, eran aires de libertad.

Siento que te estoy perdiendo cantaba Aute al frío aire mientras desmenuzaba el sentimiento de pérdida incomprensible y describía cómo cada instante le distanciaba más y más de lo que había sido su compañera. Nada más comenzar los primeros acordes, ella se hizo un hueco entre la gente, se acercó a la tarima todo lo que pudo y quedó inmóvil. Se entregó en aquél instante desnudo a una letra dulce y dura que estrofa a estrofa la retrataba en lo que había sido su deriva hasta que la pérdida había sido real. “Viví las sensaciones de cómo él me perdía, pero no se dio cuenta. Sentí cada paso del desgarro, del inevitable y necesario adiós” pensaba ella en los años ochenta y entre recuerdo y recuerdo, entre estrofa y estrofa oyendo la canción. Todo era conocido, todo lo desmenuzado en cada acorde era ya sabido y allí se describía entre fusas y corcheas.

No te desnudes todavía oyó antes de que el deseo estallara, antes de que le quitase el vestido y la cubriera de amor. Y ella accedió, no había ni quería ninguna otra opción. La maestría de la sensualidad se le brindaba ante sus ojos. En aquéllas palabras de la vibrante canción se vislumbraba el deleite del placer pleno que ella conocía y que conducía a la entrega, a la comunión de los cuerpos. Nunca se desprendió de esa sensualidad que tantas veces la acompañó a lo más alto, tan alto que llegó a tocar el cielo con las manos cuando los planetas se conjugaban, cuando los cuerpos vibraban.

Dos o tres segundos de ternura son suficientes para no tener otro deseo más que estar entre sus brazos. Era mentira, sí le hacía falta la Luna y nunca le bastaron dos o tres segundos de ternura y fue por eso por lo que aprendió a atrapar la ternura, la hizo suya y la llevó con ella durante toda su vida. Con el paso de los años aprendió a esconder la ternura antes de que se le escapara de entre los dedos y se lamentó cada vez que no encontró con quién compartirla. Y pintó su sonrisa de plata cada vez que tuvo con quién sacarla a escena. La ternura no necesita la Luna, se decía, solamente dos cuerpos que vibren como la espuma.

―No te entiendo ―le dijo y ella volvió a dejar pasar unos segundos hasta saber que él no diría nada más.

―Lo sé ―respondió dulcemente y le tomó la cara con sus manos suaves, le besó con ternura y sintió que, hacía tiempo, él la estaba perdiendo.

Marga.
[Querido Aute, gracias siempre. Ojalá todo sea broma y superes este bache. ]


sábado, 1 de diciembre de 2018

"Todos lo saben", de la alegría familiar a la angustia en un pueblo toledano, escrita y dirigida por el dos veces oscarizado Asghar Farhadi



Queridos Cinéfilos

Por haber prestado mi dedicación prioritariamente a redactar otras entradas, he dejado pasar demasiado tiempo para comentaros "Todos lo saben", notable película de nacionalidad y ambientación española pero escrita y dirigida por el iraní Asghar Farhadi, uno de los escasísimos directores que ha ganado más de una vez, dos en su caso, sendos Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa correspondiente a los años 2011 y 2016 (obviamente los Oscar no son la Biblia y menos infalibles, pero son un razonable indicador de calidad y, en toda la historia de estos premios, a Farhadi sólo le superan en esa categoría Fellini y De Sica, con cuatro premios, y Bergman con tres).

En este Foro publiqué una muy positiva crítica sobre la obra de Asghar Farhadi en junio de 2017 y de la que ahora recuerdo, para darle la categoría que merece, la relación de los principales premios por él conseguidos como director y también guionista de sus dos más conocidas películas (los concedidos a otras suyas, también muy notables, ya los relacioné en el anterior enlace insertado) obviamente las que recibieron el citado Oscar, así:
  • “Nader y Simin. Una separación" (“Jodaeiye Nader az Simin” Irán 2011), Oscar y Globo de Oro a la Mejor Película de Habla no Inglesa. También estaba nominada al Oscar al Mejor Guión. En Berlín el Oso de Oro a la Mejor Película, y los premios al Mejor Actor y Mejor Actriz. Bastantes otros galardones no tan conocidos.
  • "El viajante” (“Forushande” Irán 2016), Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa. En Cannes los premios al Mejor Guión y Actor, y otros varios en festivales menos sobresalientes.
¿Y qué diablos puede escribir y rodar un iraní sobre una familia en un ambiente rural de la España actual? Pues mucho porque el comportamiento humano básico y esencial es común para todas las gentes y edades, como nos demostró palmariamente Shakespeare y otros cien genios de la Literatura. Lo que puede cambiar y lo hace de manera dramática a veces, son las reglas sociales de conducta pero no los sentimientos, pasiones y ambiciones humanas, no en vano Agatha Christie, enamorada de la Arqueología y supongo que de su segundo esposo, arqueólogo, hasta se atrevió a desarrollar su novela policíaca “La venganza de Nofret” en el Antiguo Egipto.

Debe ser la herencia genética arborícola la que hace que me vaya por las ramas con tanta frecuencia. Perdón por ello.

Vuelvo a "Todos lo saben" para opinar que globalmente la considero una película de calidad muy notable y creo que a una gran mayoría de público le habrá gustado mucho. No voy a afirmar que sea una obra maestra ni que tenga el atractivo “exótico” de los problemas éticos que se planteaban en las dos suyas arriba citadas, porque las raíces de ellos estaban fuertemente “irrigadas” por los principios morales propios de una sociedad gubernamental y socialmente islámica, como lo es la iraní, lo que en absoluto ocurriría en un supuesto pueblo de Toledo (aunque la cinta esté realmente rodada en Torrelaguna), habiendo acertado plenamente el guionista-director al plantear una trama perfectamente asumible en un ambiente español, incluso con algunas características o defectos nacionales desgraciadamente habituales por estos lares.

Considero excelente la labor del realizador en el rodaje de la celebración de la boda, que ocupa no menos de un 20% del metraje, a cuyo final se desencadena “el problema”, que es realmente el nudo gordiano (¡¡qué bien rima el calificativo persa en este caso!!) de la trama.


Darín, Farhadi, Cruz y Bardem
Respecto a la interpretación, casi todos sabéis que ni soy ni he sido un fan de Penélope Cruz, pero creo que en esta película hace muy bien su lucido personaje, al igual que el resto del reparto, todos sobresalientes o notables, Bárbara Lennie, Inma Cuesta, Elvira Mínguez, Javier BardemRicardo Darín, Eduard Fernández, Ramón Barea… La dirección de actores es excelente y el mismo calificativo hay que aplicarle a la fotografía del siempre eficaz José Luis Alcaine
Entonces, ¿por qué no concederle un sobresaliente a la película? Porque considero que la resolución de la trama al final es algo apresurada y no especialmente brillante, aunque esta película no se debe ver como un simple caso policíaco, como parece que va a ser en una fase de ella, sino más bien, en mi opinión, como un análisis casi sociológico de las relaciones entre los seres humanos que eventualmente coinciden en un pueblo de Toledo para celebrar una boda con la natural alegría y que… Mejor no cuento más.

Como suelo hacer siempre, paso la voz a los críticos profesionales:

Oti R. Marchante en ABC: «Todos lo saben»: Sutileza iraní en el pisto manchego” 
“Farhadi atrapa de forma cristalina unos ambientes y personajes que la trama irá oscureciendo, mancheguizando”

Luis Martínez en El Mundo: “«Todos lo saben»: la transparencia como enfermedad”
“De nuevo, el director iraní vuelve a librarse de dramaturgias y gestos impostados para construir la realidad desde dentro”

Carlos Boyero en El País: “Las facturas del pasado”
“Es una narración dura, tensa y realista de la que no puedo desentenderme en ningún momento, en posesión de clima y misterio”

Sergi Sánchez en La Razón: “«Todos lo saben», otra Cruz para Cannes”
“«Todos lo saben» podría titularse, en honor a Renoir, «Todos los hombres tienen sus razones». O «Todos guardan secretos», otra gran máxima a la que obedece el universo de Asghar Farhadi.”

Concluyo aconsejándoos verla cuando podáis. Creo que os gustará. A lo mejor más que a mí, que la calificaría globalmente con un 8.

Buen Cine, Amigos.

Manrique