MAESTRAS
Del el 31 de octubre de 2023 al 4 de febrero de 2024, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza ha organizado una exposición de obras de arte, realizadas exclusivamente por artistas mujeres, desde finales del siglo XVI a las primeras décadas del siglo XX.
Rocío de la Villa, comisaria de
dicha exposición, presenta MAESTRAS, como un recorrido feminista por la
historia del arte. Pero también se exploran aspectos estéticos, sociales y
políticos, en palabras de la propia Rocio.
La exposición abre el recorrido con tres
versiones de Judit decapitando a Holofernes. Judit y su criada de Artemisa Gentileschi, Judit con la cabeza de Holofernes de Lavinia Fontana y Judit y Agra de Fede Galizia. No se
puede dejar pasar por alto el mensaje de estas artistas eligiendo el tema, en
el que una mujer, por venganza, decapita a un hombre. Consideración aparte es
que Judit fuera una heroína bíblica o que la víctima fuera rey o no. La misma
Artemisa fue violada por su maestro de pintura, poco antes de la creación del
cuadro.
En la siguiente sala seguimos con cuadros
históricos como Jael y Shara también
de Artemisa, un tema igualmente violento en el que Jael mata a Shara clavándole
un clavo en la sien o Porcia hiriéndose en el muslo de Elisabetta
Sirani.
De Susana y los viejos también de Artemisa hay dos versiones. En una,
Susana es acosada por dos viejos que la descubren bañándose. En la segunda,
Susana aparece desnuda mientras que uno de los viejos le exige silencio, señalando
un dedo sobre el labio. En ambas la
expresión de Susana es de indefensión.
En la siguiente sala veremos los bodegones del siglo XVII de Centroeuropa, como María Moninckx, Sibylla Merian y su hija Johanna Helena Herolt. Flores, frutas, insectos. Sí, pero manzanas a punto de marchitarse, moscas sobre una raja de melón, mariposas sobrevolando flores para chupar su néctar. No son cuadros bonitos, son cuadros que reflejan el paso del tiempo. Algunas de estas pintoras no pudieron firmar sus obras, como Clara Peters que recurre a un subterfugio, se pinta su propio rostro como un reflejo en el cuadro. Otras tuvieron que aceptar que sus obras fueran firmadas por varones de su entorno.
En el siglo XVIII, con la Ilustración la mujer adquiere más independencia y aparecen los retratos de mujeres. Pintoras como Elisabeth Vigeé-Le Brun, Adélaide Labille-Guiard, Angelica Kauffmann, y esculturas como Marie-Anne Collot y Anne Seymour Damer. Todas representan mujeres cultas que buscan su identidad en escenarios como las ruinas arqueológicas al pie del Vesubio de Lady Hamilton. Merece la pena destacar a una española, Victoria Martín, única mujer que fue admitida en la Real Academia de Bellas Artes Santa Cristina de Cádiz.
Con el Romanticismo se va
buscando el exotismo: pastores, gitanas y campesinos habituales en la pintura
costumbrista española serán interpretados en clave orientalista en Paris. La gitana de Marie Blanchard. Muchacha española apoyada en un alfeizar
de Mary Cassatt, Cabeza de campesino de Gertrude Vanderbit- Witney,
son algunos ejemplos, que merecen la pena verse en la exposición.
Mujeres y trabajo, es el título
de la siguiente sala. La zapatería de
Elizabeth Sparthawk-Jones, El cerezo
de Berthe Morisot, Las lavanderas de
Marie Petiet o mujeres trabajando en el campo como Alice Havers y Eloisa
Garnelo.
Nuevas maternidades refleja con ternura la dependencia del bebé. Escena de empeño de la sevillana María Luisa Puiggener muestra una pobre mujer cargando con su hijo y esperando que el prestamista le dé algo por las baratijas que le muestra. Maternidad, retrato de mujer desnuda dando de amamantar a su hijo, de Paula Modersohn-Becker. Cuidadoras de enfermos de Henriette Browne.
Complicidades: retratos de mujeres charlando en grupo como Un día de verano, Las hermanas de Berthe Morisot. Otras impresionistas como Lola Anglada, Verbenas de Maruja Mallo, Mary Blanchad, En el palco de Helene Funke, Niña tehnocana Lucha María de Frida Kahlo.
Las hermanas de Berthe Morisot |