domingo, 22 de mayo de 2011

“Woyzeck” de Georg Büchner en el María Guerrero



Queridos "Cinéfilos":

Realmente debería dirigir esta recomendación únicamente a los que seáis "amantes del teatro, que estéis hoy en Madrid y tengáis disponibilidad personal", ya que es el último día de esta obra.

Sin lugar a dudas su autor, Georg Büchner, debía ser una persona absolutamente singular: murió a los 23 años (en 1837) y mientras que en el resto de Europa triunfaba el romanticismo más feroz (con muy temprana fecha de caducidad, diría yo) este tío va y, basándose en una historia real, se marca una obra como "Woyzeck" que, con toda seguridad, les hubiera parecido un horror a los triunfantes burgueses postnapoleónicos alemanes y a las pálidas damiselas de la época ... si la hubiera acabado antes de morir. Parece ser que tras varios intentos de algunos autores para completarla, sólo se publicó en 1879, y se representó por primera vez en 1913. Alban Berg escribió su ópera sobre dicho libreto y 90 años después de que muriera Büchner es cuando esta obra encaja perfectamente en el entorno europeo de las entreguerras. Werner Herzog realizó la película del mismo nombre en 1979, ¿con qué protagonista?: obviamente con Klaus Kinski. ¡No podía ser otro!.

Gerardo Vera, cineasta y Director del CDN, la ha montado sobre una versión de Juan Mayorga, con un protagonista excelente, Javier Gutiérrez (perfecto en su papel), con una estética de los años 20 alemanes (incluyendo el "desfile de carnaval o cabaret" inicial, no sé si aportación de Juan Mayorga) muy apropiada (en línea a los montajes recientes del CDN sobre Brecht) y un escenario bastante minimalista pero muy eficaz y atractivo a pesar de la sordidez de fondo de la historia. Tranquilizo: aquí no existen los excesos de crueldad o "expresividad" que parece ser escandalizaron a muchos espectadores en el montaje de la ópera en el Real hace pocos años.

A mí me ha gustado (y al público que casi llenaba la sala el otro día, Carmelo Gómez entre ellos) y, como supongo que el autor y los responsables del montaje pretendían, me ha hecho pensar sobre el fondo de la historia del pobre soldado Woyzeck.

He comprobado que queda más de la mitad de la sala sin vender (será cosa de que hoy sea el 22M y todo el mundo esté políticamente absorto) por lo que, al que le haya interesado este comentario, le sugiero vaya al teatro directamente un poco antes de las 19:30, saque sus entradas y dedique 90 minutos a esta obra (en un solo acto) que, seguro que cuando salga a las 9, aún no se conocen los resultados de las elecciones.


Enlace de la obra en el CDN:

sábado, 14 de mayo de 2011

Carta a Santiago Martín Criado

Bueno, Santiago, la rebelión de unas células locas ha triunfado al final a pesar del magnífico espíritu de lucha que en este último año has demostrado tener y, como le pasaba al astronauta Poole de “2001”, asesinado por la rebelión del superordenador de la nave, HAL 9000, nos abandonas y, parafraseando lo que escribió Arthur C. Clarke (“Frank Poole sería el primero de todos los hombres en alcanzar Saturno”), tú eres el primer “Cinéfilo” que podrá conocer la respuesta a la pregunta que Ana (Díaz) se hacía en este Foro hace tres meses, al final de su comentario sobre la última película de Clint Eastwood.

Pero lo que yo quiero, ahora y aquí, es proclamar (y trasmitir a los “Cinéfilos” que no te conocieron personalmente) algunas de tus grandes virtudes humanas (dejando aparte las técnicas y profesionales, que éste no es el foro adecuado para ésas), así tu socarrón sentido del humor: fue buena la “trola” que mantuvimos activamente frente a todos, salvo los amigos cercanos, durante nuestro primer año laboral (¡1973/74!, como compañeros de piso de solteros) de que tú eras “mi cuñado”, vamos, el hermano de mi novia madrileña, y cuidabas de que yo no me desmadrase en Ferrol, claro que pronto conociste a Luisa y ya estabas algo más ocupado para seguir pastoreándome. También de tu optimismo, tu cultura y, aquí es clave, de tu acendrado amor al CINE (así, con mayúsculas). Únicamente puedo afearte que no hayas participado más activamente en el Foro, como ya te eché en cara por enésima vez en una conversación telefónica hace pocos meses … intentando animarte a que lo hicieras. ¡Con lo que tú sabes de CINE!.

Pero como optimistas que somos (al menos tú y yo), quiero creer y espero que ahí no vas a estar sólo ni te vas a aburrir: encontrarás a muchos maestros del CINE, que seguro te admitirán en sus tertulias. ¡Ojo al dato!: recuérdale a Claude Chabrol (ya sabes: sección "Cineastas", subsección "Franceses", sala "Nouvelle Vague") que, en la carta que le envié allá por septiembre pasado, remitida a través de este Foro (también destinada colectivamente a Truffaut, Rohmer y Louis Malle), ya te citaba a ti como admirador de su CINE. Seguro que con este enchufe te aceptan (me paso de presuntuoso, la verdad, pero es que, además, eres un “Cinéfilo” categoría “Space Cowboy”, ¡ahí es nada!). Lo peor que te puede pasar es que, como reparación a tu vagancia en participar más activamente en el Foro de aquí, ahí te hagan pasar por el purgatorio de ver “Matrix”, “Algo pasa con Mary” o “Destino oculto” antes de admitirte en sus tertulias. No muy grave si luego puedes disfrutar indefinidamente de "La novia vestía de negro", "Besos robados", “La noche americana”, "Ascensor para el cadalso", "La pequeña", "Adiós muchachos", "Herida", “La rodilla de Clara”, “Pauline en la playa”, “La buena boda”, "La ceremonia" o "Gracias por el chocolate".

Cuando ya tengas el status de “Cinéfilo del Séptimo Cielo”, te ruego me hagas una reserva para cuando el HAL 9000 que me corresponda me golpee y, como Bowman en “2001” al situarse sobre el ojo de Japeto, me toque exclamar, o mejor dicho, pensar, como él: “¡Dios mío, está lleno de estrellas!".

Hasta entonces, Santiago.

Manrique

sábado, 7 de mayo de 2011

Ojo por ojo o poner la otra mejilla: “En un mundo mejor” (Hævnen) de Susanne Bier

Queridos “Cinéfilos”:

Nunca he conocido personalmente a una danesa, pero cinematográficamente sí, y me voy “enamorando” de ellas (esta capacidad es una de las secuelas de la cinefilia terminal que algunos padecemos): empecé con la escritora Isak Dinesen (con careta de Meryl Streep) en su granja africana, muchos años después con Lone Scherfig (directora de la muy buena “Italiano para principiantes”, la interesante “Wilbur se quiere suicidar” y la excelente “An Education”, pero hoy no toca hablar de ella) y más recientemente de Susanne Bier (inicialmente miembro del grupo DOGMA de Lars Von Trier) de la que acabo de ver en el cine “En un mundo mejor” (merecidamente ganadora, en mi opinión, del Globo de Oro y del Oscar a la mejor película de habla no inglesa de este año) y hace meses, en sendas noches de lunes de TVE2, sus anteriores trabajos “Hermanos” y “Después de la boda”, ambos muy notables.

La verdad es que si hay películas que merecerían ser declaradas de utilidad cívica, “En un mundo mejor” es una, como lo fueron en su día “Matar a un ruiseñor” o “La jauría humana”, ya que trata de temas esenciales para la convivencia ahora y aquí, vamos en el conjunto de la Tierra de 2011. Y además, lo hace desde una estructura paralela en dos escenarios absolutamente contrapuestos: la salvaje guerra (masacre) de Darfur en Sudán (que, gracias a Dios, parece que ya se ha acabado, mejor que peor) y la civilizadísima Dinamarca, conectados por uno de los protagonistas, médico sin fronteras o similar, que descubre amargamente que en la retaguardia nórdica también hay bombas, planteándose como tema troncal de la película aplicar la ancestral Ley del Talión de "ojo por ojo" o la alternativa de "poner la otra mejilla".
Los dos adolescentes amigos


Dejando aparte su mensaje ético (y práctico, diría yo) la película es muy atrayente (interpretación, fotografía, música, localizaciones, … ), está muy bien dirigida y los espectadores salieron del cine encantados, por lo que les oí. Yo también, añorando que la vida a veces no tenga, desgraciadamente, una rúbrica reconfortante.

En este link tenéis completo el reportaje que incluyó TVE en “Días de Cine” sobre la película

Buen CINE, amigos

Manrique

viernes, 6 de mayo de 2011

"Tokio Blues" de Tran Anh Hung. ¿O quizás "Tokio Bluff"?

Queridos "Cinéfilos":

Estoy completamente desorientado porque:

Conozco lo suficiente a Samuel para confiar plenamente en su gusto y criterio.

Samuel escribió en este foro hace más de tres años: "Y de libros, un autor, Haruki Murakami, japonés. Me he leído dos libros suyos y ambos me han encantado “Tokio Blues” y “Kafka en la orilla”. Buena narrativa y mucha imaginación, sobre todo en el segundo, en el que la realidad y la ficción se entrelazan y se hacen a veces inseparables".

Creo que se han vendido más de 10 millones de ejemplares de "Tokio Blues", pero yo no he leído nada de Murakami... todavía.

Consecuentemente fui a ver la película recién estrenada con bastante ilusión y:

Me pareció que el guión giraba y giraba y giraba … y giraba pausadamente … sobre problemas sutilmente etéreos de las complejidades del amor entre jóvenes de veinte años, todo ello mediante unos diálogos con la pretenciosidad propia de las más petulantes películas francesas de los años 60, con una bonita fotografía que inserta a los humanos en los paisajes de la naturaleza japonesa, bonita música, pero al final me interesaba tanto esa disquisición sobre tan esencial problemática del Cosmos como la diatriba sobre el sexo de los ángeles, que se dice apasionaba a los habitantes de Constantinopla-Bizancio mientras los turcos estaban a punto de asaltar su ciudad en 1453.

En esa sinfonía no podía faltar Rinko Kikuchi, actriz que en “Babel” representaba el papel de la adolescente japonesa cuyo comportamiento no entendí en absoluto, aunque, creo que ya lo he comentado, a lo mejor era por que a mí no se me había muerto mi madre de niño ni era sordomudo. Aquí se le ha suicidado el novio (minuto 1 de la película). En “Mapa de los sonidos de Tokio” me enteraré de qué le pasa cuando la vea, espero que pronto, presumiblemente en TVE2.

He de confesar que “Tokio Blues” (Norwegian Wood) me ha defraudado profundamente, claro que soy consciente de que la literatura es una cosa y el cine otra, y que no siempre es fácil, y a veces casi imposible, conseguir expresar en el cine determinados pensamientos profundos o en un libro mostrar la expresión de una cara. Son mundos aparte que a veces se entrecruzan y crean obras maestras, como para mí lo es “Muerte en Venecia”, circunstancia que lamentablemente estimo no se da, ni de cerca ni de lejos, en esta película.

http://www.blogdecine.com/trailers/tokio-blues-cartel-y-trailer-de-la-adaptacion-de-murakami

Otra vez será buen cine, amigos.

Manrique

PD. Una pregunta a quien me la pueda y quiera responder (a ser posible en público): ¿Qué libro de Murakami me aconsejáis para empezar a conocerlo?. ¿“Kafka en la orilla” como apuntaba Samuel?. ¿El muy reciente ”1Q84”?. Desde luego este último tiene un título muy sugerente tanto para Samuel como para otros que también nos hemos definido como orwellianos en este foro.

lunes, 2 de mayo de 2011

"De dioses y hombres" de Xavier de Beauvois


Queridos Cinéfilos:

Esta es una película inusual que, además, trata de un tema con gancho comercial presuntamente nulo. Pero es real, vamos, histórica al 100%, con nombres y apellidos.

Todo ocurrió hace sólo 15 años, en los años de plomo y barbarie en Argelia, cuando el GIA se dedicó a sembrar el terror islamista degollando poblaciones enteras al ser “reelaborados” los resultados de unas elecciones por el sempiterno gobierno del FLN y, como reacción, la durísima represión del ejército.

Pero no os esperéis la típica película de denuncia con sangre a raudales (tan sólo hay una escena, breve y nada explícita visualmente, donde unos técnicos croatas al frente de la construcción de una carretera son degollados).

Tampoco es la usual hagiografía meliflua de unos seres “especiales” predestinados a ser “santos”. No, la película no “huele a incienso”.

Es humanamente conmovedora, no “sobrehumanamente” conmovedora: hombres reales, con sus miedos, dudas, debilidades y limitaciones deciden no ocupar los asientos que tienen reservados en el bote salvavidas cuando el barco se hunde y quedarse allí a petición de los lugareños, que tanto los necesitan como… médicos, gestores administrativos, “escudos humanos” contra la barbarie, pero no como curas de oficio, ya que parece que en toda la zona no había más cristianos que ellos mismos, eso sí, perfectamente integrados en la población tras décadas de convivencia cultivando su huerto, recolectando su miel, vendiendo sus productos en el mercado semanal, habiendo llegado a tener una amistad profunda con aquellos bereberes, asistiendo y participando en sus celebraciones religiosas islámicas, en sus pequeñas fiestas populares, ayudándoles en su día a día.

La ética y espíritu de servicio prevalece sobre su miedo o sobre la responsabilidad que atenaza al prior, y eso les costó la vida. En un exquisito ejercicio de honestidad, el director y guionista no certifica la autoría (o mejor dicho, la inducción “indirecta”) de la matanza, dando, de alguna manera, la razón a los monjes protagonistas cuando sus principios les forzaban a ayudar tanto a los lugareños como a las partidas del GIA que los masacraban.

Hasta ahí el tema que, como muy bien señalaba hace días José Ramón, en este caso me hace “comulgar plenamente” con la película.

Si ahora pasamos a la crítica “técnica”, diré que la encuentro formidablemente hecha (supongo que al Jurado del Festival de Cannes también, ya que le concedió el “Gran Premio” de 2010) y maravillosas las interpretaciones en general: para mí, en particular, un secundario (el que hace el papel de padre Amédée, el más anciano fraile) me parece portentoso y no puedo dejar de señalar su parecido gestual al del protagonista de la excelente “Una historia verdadera” (The Straight Story) de David Lynch , especialmente esa mirada húmeda de anciano que ha visto tanto y que ya lo juzga todo con la serenidad que le permite su previsible fin, especialmente para un hombre con fe. El único actor conocido previamente por mí es Michael Lonsdale (interpretaba al abad del monasterio de “El nombre de la rosa”, trabajó recientemente en "Ágora" de Amenábar y con Spielberg en "Múnich", y en mi añorada "Besos robados" de François Truffaut, hace 40 años) que aquí es el fraile y único médico de la zona que, con sus 82 años, declara con cierto desparpajo y orgullo que es un hombre totalmente libre porque no le teme a nada y ya se jugó la vida en la Francia ocupada.

Termino subrayando la inspiradísima secuencia de la “última cena“ (apuesto a que os equivocáis si malpensáis por qué lo digo) con “El lago de los cisnes” de música de fondo (de la acción en sí, no de la película) y la gran excepcionalidad en la humilde vida de aquellos hombres de un par de botellas de buen vino francés, que nunca tuvieron ocasión más justificada para ser descorchadas.

Para mí, la mejor de la cartelera actual … y hay dos o tres muy buenas.

Muy buen CINE, amigos.

Manrique

PD: Me ha gustado mucho la película danesa ganadora del óscar a la mejor de habla no inglesa de este año, "En un mundo mejor" de Susanne Bier, de la que también pienso escribir en este Foro.





domingo, 1 de mayo de 2011

"Las uvas de la ira" de Steinbeck y "Las uvas de la ira" de Ford







Últimamente oigo hablar mucho de “Las uvas de la ira” comparándolas con el momento actual: político, social y económicamente que estamos viviendo.
El libro en el que está basada la película narra, como casi todo el mundo sabe, el éxodo de una familia, despojada de sus tierras, desde Oklahoma hasta California buscando en “la tierra prometida” un trabajo por humilde que sea para poder sobrevivir.  Durante el viaje se cruzaran con familias en iguales o peores circunstancias que les irán desencantando del ideal de futuro.
El libro mucho más rotundo que la película, muestra una dureza terrible de la vida de estos personajes en las que cada vez la esperanza es más remota, la meta más inalcanzable y la pérdida de vidas humanas y de enseres acuciante.
Es el final lo que hace diferentes el libro y la película, cosa que no quiero desvelar.
Si comparamos, aunque sea superficialmente, ambas épocas: la de los años treinta, después del crack de la Bolsa del 29 y la actual, vemos diferencias muy importantes, pero... ¿Hasta qué punto se puede repetir la historia?
Algunas semejanzas serían, por ejemplo:
1º El derecho al trabajo.
2º Descripción de practicas usureras y extorsionistas de los Bancos.
3º El desengaño.
4º El sentido ético.
5º La simbología religiosa
6º Utopía.
Todas ellas son para analizar. Pero mientras tanto habremos leído uno de los libros clásicos de la literatura universal, que nunca pasará de moda y habremos visto una de las mejores películas de John Ford, con una magnífica interpretación de Henry Fonda, inolvidable.