Parece que en las salas del antiguo Alphaville, ahora Golem, se están especializando en mostrarnos por el ojo de la cerradura la vida interior de familias "sui géneris" de todas las longitudes y muchas latitudes, así, en lo que va de año, he conocido a una familia japonesa ("Still walking"), unas alemanas en 1913 ("La cinta blanca"), una chilena actual ("La nana", de la que peroraré otro día) y, lo más sorprendente, en una Grecia que parece que no ha sido capaz de conservar nada de sus virtudes clásicas que amamantaron a la cultura europea, al más extravagante ensayo de familia que pueda imaginarse...negativamente, porque la no menos extravagante familia americana de "Pequeña Miss Sunshine" estaba justo en el extremo "admirable" del arcoiris, pero ésta cae de hoz y coz en el detestable.
Al grano: una pareja de clase media alta decidió mantener a su prole, desde su nacimiento, aislada y "protegida de contagios anímicos" en una burbuja-cárcel de cristal materializada en un chalet en el campo. Los hijos, un varón de unos 18 años y dos hermanas de 16 y 14, nunca han salido de los muros que rodean el jardín, viviendo en un entorno esterilizado, sin más noticias e información que la que les hacen llegar sus padres (a pesar de su posición económica, no hay sirvientes en la casa, que, por otra parte, se puede considerar como cómoda, disponiendo incluso de piscina).
A partir de esta situación, la película se desarrolla como un plácido-delirante relato, si se me permite el, creo que se llama, "oximorón", que seguro es palabra de raíz griega. Algunos dicen que el director-guionista (Yorgos Lanthinos) delata la influencia de Haneke, pero a mí me parece que al más caústico Buñuel le hubiera gustado tenerlo de discípulo. Desde luego los diálogos son surrealistas, retardando la bomba que parece va a estallar. Así, por ejemplo (lo transcribo en "argentino" para no dañar sensibilidades a este lado del Atlántico):
Hija: "Mamá, ¿qué es una concha?".
Madre (responde sin inmutarse lo más mínimo): "Es una clase de lámpara. Así se puede encender por la noche y apagarla después" (citado de memoria, quizás no literal).
"Es una especie de película de ciencia ficción, de unos padres que piensan que la familia está en peligro de extinción y deciden crear un mundo dentro de su propia casa. Un mundo aislado con reglas diferentes, y el lenguaje, como principal fuente de comunicación, era el primer cambio que había que mostrar", explica el director.
Las dignas señoras de la tercera edad, vamos de la mía, que inusualmente asistían a una película en el Golem en VO (cosas que pasan con el regalo que la Comunidad de Madrid nos hace a los que hemos cumplido los 60, que podemos ir los martes al cine por 1 €) salieron de la proyección con la cara demudada por estas frases y algunas situaciones comparables en su esencia, que no en su forma, a la escena de la navaja que corta un ojo en "El perro andaluz".
Bueno, pues a pesar de todo, y de que no me entusiasma, creo que es una película original e interesante...para cinéfilos y entomólogos del alma humana. Por otra parte, obtuvo el premio Un certain regard en Cannes y del Mejor película joven y Mejor Director revelación en Sitges.
Pues ya sabéis de qué va. Un trailer en: http://peliculas.labutaca.net/canino
El que se anime de vosotros.... que nos la comente. ¿Habrá alguno que lo haga?. ¿Alguno saltará el muro de la casa?. Apuesto a que no. ¡Ojala pierda!
Buen Cine, Amigos
Manrique