domingo, 22 de abril de 2012

Gracias, Mingote.

Querido Antonio:


La verdad es que me resulta inusual llamarte así, ya que, para los que no tuvimos la suerte de tratarte personalmente, siempre has sido, y seguirás siendo, Mingote, sinónimo de:


Maestro de humoristas. No hay mejor jurado para dictaminarlo que tus compañeros (Forges, Peridis, Máximo, Gallego y Rey, ...) que así lo han constatado en los comentarios y homenajes con que te han despedido. En la foto que adjunto estás con algunos de ellos y de otros ya desaparecidos, como Chumi Chúmez o José Luis Coll, en una reunión en tu piso de siempre en el Barrio de la Estrella, teniendo también invitados a tu casi vecino de cuando todavía no era Presidente del Gobierno, Felipe González, y a Eduardo Sotillos.


Agudísimo y permanente crítico de la estupidez humana, el nacionalismo troglodítico, el egocentrismo de los políticos o la intolerancia  social en tus viñetas diarias en el ABC, lo que ha dado lugar a que en varias ocasiones tu "chiste" haya sido el protagonista único de alguna de sus portadas (creo que caso rarísimo, no sé si no único, en los diarios españoles), como una que aquí publico: inteligente crítica de la "arquitectura moderna" con ocasión del muy desafortunado diseño de la última ampliación del Museo del Prado.


"Buena gente", persona tolerante y educada, ya que, incluso cuando expresabas una opinión negativa, lo hacías desde una moderación, espíritu constructivo y toque de humor que hacía que fuera imposible que nadie en su sano juicio lo pudiera considerar como una descalificación personal. No me consta haber sabido nunca que nadie se haya considerado ofendido por uno de tus viñetas (ni siquiera los fervientes taurinos ante tus inteligentes críticas a la "fiesta", que nunca fue ceremonia que apreciaras).


Modelo de ciudadano partidario de la concordia y el abrazo entre todos los españoles, como cientos de veces has proclamado en tus viñetas, superando de una puñetera vez aquella maldita guerra que, como creo que dijo Salvador de Madariaga, republicano de pro, "los que ganaron, no merecieron ganar, y los que perdieron, merecieron perder". Seguro que si te encuentras a D. Julián Besteiro y Dionisio Ridruejo, a los que tanto admiro, y lo comentáis, os apenaréis al comprobar como algunos la intentan reeditar como arma política o para su medro personal.


Madrileño de pro, por más que nacieras catalán, dando carta de veracidad al principio de que Madrid es ciudad y sociedad que considera suyos de verdad a los que aquí vivimos y trabajamos, no importa de donde vengamos, cosa que no ocurre en todos los sitios. Y si no que se lo dijeran, por ejemplo, a D. Santiago Bernabeu (si te lo has encontrado ahí, seguro que estaréis hablando de muchos temas comunes).


Persona autocrítica, cosa tan poco común en este País, llamado España, y con el necesario sentido del humor como para reírse de sí mismo, componente imprescindible de la inteligencia humana. Me encanta tu chiste sobre "Las Meninas" (que adjunto) el día que no te venía la inspiración... ¡Si te llega a venir!.


Pero como en este Foro fundamentalmente hablamos de Cine, recordemos tu participación como coguionista de varias películas por encargo de José Luis Dibildos  (“Pierna creciente, falda menguante”, “Hasta que el matrimonio nos separe”,...), en algunas junto con Rafael Azcona, del que eras un gran amigo, o como actor amateur en varios cameos ("La colmena", ...), diseñando decorados de obras de teatro, de películas o del mítico archipremiado episodio "El Asfalto" de la añorada serie "Historias para no dormir" de TVE, hasta uno de tus últimos trabajos: el cartel de la película, "Nene, los muertos no se tocan" con guión del genial Azcona y dirección de José Luis García Sánchez, estrenada con promoción estrictamente nula hace pocos meses.


Perdona que me haya enrollado. Siempre he envidiado tu capacidad para trasmitir tanto con tan pocas palabras, pero no todos podemos ser como tú, además ¡Académico de la Lengua!. 


Termino: Muchas gracias por todo lo que nos has divertido ... y favorecido nuestra convivencia.


Manrique

lunes, 16 de abril de 2012

Dos naufragios: Titanic y Wilhelm Gustloff

Foto oficial del Titanic
Queridos Cinéfilos:

Como todos sabéis, a las 23:40 del 14 de abril de 1912, en su primer viaje, el Titanic sufrió un muy largo desgarro en su costado de estribor contra un iceberg que no pudo sortear al detectarlo un vigía sólo cuando el transatlántico ya estaba a pocos cientos de metros de la gran montaña de hielo. A las 02:20, ya en el 15 de abril, se hundió salvándose únicamente 705 personas del total de 2.227 que se contabilizan embarcadas. Con toda seguridad, es el naufragio más conocido de la Historia.

El pasado jueves 12 de abril, en la ETSIN de Madrid y organizada por el Colegio de Ingenieros Navales, se celebró una sesión técnica sobre las lecciones aprendidas de los naufragios más destacados y su repercusión en la reglamentación aplicable al diseño, construcción y operación de buques de pasaje con motivo del centenario de la pérdida del Titanic, seguida de un concierto ofrecido por la propia Escuela (que programa anualmente en torno a una docena, no limitados a profesores y alumnos, excelente servicio cultural al que otro día dedicaré un comentario de reconocimiento en estas páginas). El emocionante final del concierto fue la interpretación del himno religioso que la “orquesta” del Titanic tocó desde su cubierta en los momentos finales del hundimiento, mientras que en la pantalla del salón de actos donde nos encontrábamos se proyectaba una secuencia de “La última noche del Titanic” (película británica de 1958 dirigida por Roy Baker que, obviamente, no puede competir técnicamente en efectos especiales y recreación visual con la de James Cameron rodada 39 años después, que es muy buena en esos aspectos, pero sí, y yo diría que ventajosamente, en guión y dramatismo: en la versión antigua no había lugar para una inverosímil historia de amor plagada de personajes planísimamente buenos o malos). A la terminación del himno, aceptando una sugerencia previa, los asistentes abandonamos la sala en respetuoso silencio y sin aplaudir.

Abandonando el puerto en su primer, y último, viaje

La escena del himno "Nearer My God To Thee" con el buque hundiéndose en la versión anterior a la de Roy Baker (la de ésta ha sito retirada de youtube), una película de 1953,  la podéis ver en: 

https://www.youtube.com/watch?v=EUV_YbmHk6Y

y la equivalente en la moderna “Titanic”, se podía ver en:
pero la Fox la ha mandado retirar recientemente.

Sirva esta modesta reseña como emocionado recuerdo dirigido a las víctimas de aquel desgraciado accidente y, especialmente, a los esforzados miembros de la tripulación del Titanic que, según todos las noticias, tuvieron un comportamiento colectivamente ejemplar, quizás un punto más heroico todavía por parte del equipo de fogoneros, engrasadores, mecánicos y oficiales que en las cámaras de máquinas consiguieron mantener funcionando (entonces de forma absolutamente manual y no automática) el servicio de calderas y generación eléctrica, y que así funcionara la iluminación y otros servicios esenciales del barco hasta casi el final, mientras ellos seguían allí abajo. Descansen todos en paz.


El Wilhelm Gustloff antes de la guerra
Pero también quiero aprovechar la ocasión para llamar la atención sobre el que realmente ha sido el más mortífero naufragio de la Historia, aunque no por un accidente: el hundimiento del Wilhelm Gustloff, transatlántico alemán sobrecargado “a tope” con unas 10.500 personas (totalmente imposible dar una cifra exacta habida cuenta las circunstancias: unos 8.500 refugiados civiles, de los que la mitad se estima eran niños, varios cientos de soldados heridos que eran evacuados, unos 900 marinos y 400 auxiliares femeninas de la Marina de Guerra, y 173 tripulantes de dotación del buque) fue torpedeado a las 21:10 del 30 de enero de 1945 por el submarino ruso S-13 cuando salía del puerto de Gotenhafen (hoy Gdynia, actualmente Polonia) participando en la gigantesca operación de evacuación de Prusia Oriental, que acababa de ser cercada por tierra por el Ejército Rojo: se salvaron 1.239 personas (por lo que debieron morir más de 9.200, vamos, seis veces más que en el Titanic). Sobre este hundimiento se hizo una modesta película en Alemania en 1955 (creo que inédita en España) y Günter Grass escribió “A paso de cangrejo”, donde se recoge esta tragedia.

Inútil masacre, amigos, cuando la Segunda Guerra Mundial estaba ya totalmente decidida. Las últimas horas de la vida de esas personas, escapando de un terrible frente, me parecen más dramáticas aun que las de los pasajeros del Titanic. Del porcentaje de niños muertos, mejor no estimarlo. Descansen en paz.


Tristes historias, amigos, para los que amamos los barcos…. y aún más a las personas.

Manrique

sábado, 14 de abril de 2012

El exótico Hotel Marigold (The Best Exotic Marigold Hotel)

El exótico Hotel Marigold (The Best Exotic Marigold Hotel)
Director: John Madden (GB 2011)
Intérpretes: Judi Dench, Maggie Smith, Celia Imrie, Penelope Wilton, Tom Wilkinson, Bill Nighy, Ronald Pickup, Dev Patel.

Sinopsis (oficial):
Un grupo de jubilados británicos decide disfrutar de su retiro en la exótica India atraídos por la publicidad del recién renovado Hotel Marigold, embriagados con la visión de una vida de placer y lujo. Sin embargo, lo que encuentran a su llegada es la sombra de lo que este palacio fue en su día, e igualmente, se sienten desorientados por una India repleta de contrastes, que es al mismo tiempo embriagadora y aterradora, tradicional y moderna, hermosa y extraña. Al principio, estos recién llegados se muestran inseguros acerca de lo que el futuro puede depararles, pero a medida que empiezan a establecer nuevas amistades y a realizar inesperados descubrimientos, se dan cuenta de que la vida y el amor pueden surgir de nuevo cuando consiguen dejar atrás su pasado.
Queridos Cinéfilos:
He de confesar que siempre he sentido una envidiosa admiración por determinados aspectos del tradicional modo de ser y la cultura británica (desde luego, ninguna por su gastronomía): desde su amor a la mar y acendrada devoción por su Royal Navy hasta su total falta de complejos con lo extranjero (recordemos la noticia en el Times: Temporal en el Canal. El Continente aislado), desde su presunta deportividad (Messieurs français, ouvrir feu d'abord = Señores franceses, disparen primero) a su ácido e ingenioso sentido del humor capaz de lanzar (y encajar) las más mordaces críticas o feroces indirectas con exquisita educación formal (me viene a la memoria la extraordinaria esgrima dialéctica de “La huella”, película de la que tantas veces hemos hablado bien en este Foro; me refiero, naturalmente, a la primera versión, la de Mankiewicz).

Con semejantes antecedentes junto con la masoquista tentación de ver sufrir-gozar-supervivir a unos representantes ingleses de la subespecie humana a la que pertenezco (vamos, space cowboys, aunque esta vez lo sean de Her Majesty) y teniendo la experiencia de lo mucho que me gustó, hace no demasiados años, “Shakespeare in love” de John Madden , me animé a ir a ver la última película de este director, “El exótico Hotel Marigold”, a pesar de algunas críticas regulares, siendo finalmente convencido para ello por el comentario de “Termitone” en Filmaffinity (http://www.filmaffinity.com/es/review/78621281.html), comentario cuyas conclusiones suscribo mayormente con dos o tres puntualizaciones:

1.- El guión me parece desigual en su valoración: junto a excelentes diálogos, plenos de acidez e ingenio, hay no pocos desafortunados episodios, cuya eliminación habría enriquecido la película (p. ejp: la temprana e inexplicable “confesión” del personaje de Tom Wilkinson, la escena de “error de cama” ya avanzada la película, la repetitiva insistencia en la tópica aversión hacia los indios por parte del personaje de Maggie Smith y su simplista “conversión” en su visita a la casa de la sirviente “intocable”,…).

2.- Destaco la actuación de los intérpretes de estos space boys and girls (mucho más atrayentes ellas, como seres humanos, que su hijas o nietas spice girls), especialmente de Judi Dench, Maggie Smith, Celia Imrie y Tom Wilkinson. En cambio el joven dueño indio del hotel, Dev Patel (protagonista de "Slumdog Millionaire"), para mi gusto sobreactúa desaforadamente.

3.- La fotografía, ambientación, montaje, música y, en general, la factura de la película son muy buenas.

4.- Con todo ello en cuenta, creo que con un 7 (“Termitone” le da un 8) la calificación es más justa.

Al igual que “Termitone” asumo plenamente el mensaje de la película y adoptaré el optimista dicho indio que en ella varias veces se cita: ”Las cosas al final siempre terminan bien, y si no terminan bien …. es que no es el final”.

Tras todo lo anterior, space boys & girls: ¿Iremos a la India?.

Buen Cine, amigos.

Manrique

domingo, 1 de abril de 2012

"La ciudad y los perros" de Mario Vargas Llosa

Queridos Cinéfilos:

En tiempos de crisis parece importante invertir nuestros ahorros, ilusiones, años menguantes de nuestra vida y hasta el tiempo dedicado al ocio en (respectivamente) muy sólidos negocios, objetivos que merezcan serlo, cultivar las relación familiares o con los buenos amigos y en actividades que, además de entretenernos, nos enriquezcan anímicamente, ya que, siendo más fuertes material, sentimental y racionalmente, podremos soportar mejor la tempestad “multidisciplinar” que atravesamos.

Para mi “plan de pensiones intelectual” tengo un “blue chip”, como diría un “tiburón de Wall St”, que nunca me ha fallado: Mario Vargas Llosa, ya que el dividendo que me reparte por cada novela suya que leo siempre se acota entre “muy bueno” y “extraordinario”. Es de las inversiones más seguras y rentables.

Recientemente he leído su obra de juventud “La ciudad y los perros”, novela que, por su título, nunca me atrajo, aunque esta actitud por mi parte fuera infantil: He quedado fascinado. Y más aun si tengo en cuenta que la comenzó a escribir en Madrid (en un café-bar no muy lejano de mi actual domicilio) con ¡¡¡22 años!!!, aunque la terminara ya en París y ganara con ella el premio Biblioteca Breve en aquel lejano 1962 y el de la Crítica, ambos en España, el año siguiente.

En esta novela se narra la durísima “convivencia”(?!) de los alumnos (los “perros” del título) del Colegio Leoncio Prado en Lima, una especie de instituto militar destinado a que los presuntos futuros cadetes del ejército cursen sus años de bachillerato entre los 14 y 17 años. Brutal… Y más aun si consideramos que Vargas Llosa realmente estudió allí. Pero lo magistral es que no se limita relatar una historia magníficamente, por más que sea una espléndida descripción, lo magistral es cómo es capaz de desvelar profundísima e indirectamente los sentimientos y comportamientos de los personajes, así como su evolución a medida de que pasa el tiempo. Y todo ello manteniendo una gran amenidad. Vargas Llosa escribe para "gente normal", no para sesudos eruditos, ni requiere casi conocimientos previos: sus novelas son como los muebles de IKEA, incluyen toda la información esencial para que el lector pueda "montarlas" y al realizar ese proceso va a profundizar progresivamente en el conocimiento de la esencia de los, digamos, componentes del comportamiento del ser humano: prepotencia, amistad, soberbia, avaricia, honor, traición, amor, ... con realista ausencia de personajes prototípicamente "planos".

De una “nota-epílogo” de Alberto Cousté a la edición de la también excelente “La guerra del fin del mundo” (Círculo de lectores 1983), transcribo los siguientes párrafos:

Hace algo más de quince años , cuando aún residía en Londres, Vargas Llosa hizo pública su “teoría del aguafiestas”. Según ella, la función del escritor es la de ser incómodo, la de poner el dedo en la llaga, la de recordarnos perpetuamente que no todo va tan bien como alegremente pudiéramos creer…

Otra faceta a la que tampoco ha mezquinado su tiempo - y que conforma, junto a su aspecto creador, la síntesis de su personalidad - es la de su responsabilidad como intelectual. Con Octavio Paz y otros escasos nombres de nuestra cultura, Vargas Llosa forma parte de esa minoría disidente que no acepta la doble moral de las capillas sectarias, ni el compromiso entendido como arbitrariedad


Peco de inmodestia, pero hace casi exactamente cinco años, el 11.04.2007 en un comentario sobre la ética en el Cine (“De Cine”), en este Foro transcribí un pensamiento de Octavio Paz:

Ahora me doy cuenta de que el deber del escritor no es solamente mostrar los crímenes de los enemigos, sobre todo si esos enemigos son también los enemigos de la libertad. No se deben ocultar los crímenes del propio partido o del propio país. Hay una frase del doctor Johnson que es absolutamente exacta: 'Ni el patriotismo, ni la lealtad ideológica, ni la lealtad religiosa pueden justificar que uno sea cómplice de los crímenes de su partido, de su familia o de su casa.'

Y para terminar, hago referencia a la entrevista de Laura Revuelta a Vargas Llosa que ayer (31.03.2012) publicó el ABC Cultural con motivo de la salida de su último libro, un ensayo, “La civilización del espectáculo”, en la que afirmaba:

…la cultura persigue hoy, aunque no lo diga explícitamente, sobre todo divertir, entretener. Y tradicionalmente no era la función de la cultura. La cultura trataba de responder a las grandes preguntas: qué hacemos aquí?, ¿tenemos un destino o no?, ¿somos realmente libres o somos seres más bien movidos por unas fuerzas que no controlamos?. Toda esa problemática, prácticamente hoy se ha extinguido, ha desaparecido…..

…Creo que el desarrollo económico es fundamental, y sin duda alguna el desarrollo tecnológico; el desarrollo científico es la base del conocimiento. Sobre eso no puede caber ninguna duda. Ahora, si el desarrollo se cifra exclusivamente en ese aspecto y desaparece lo que llamábamos justamente la dimensión espiritual, cultural, de valores, estamos creando una especie de estructura vacía, hueca; sociedades que al final no van a ser de ciudadanos conscientes, racionales, sino de zombis que van a funcionar más por reacciones encadenadas, a través de mecanismos que tienen que ver sobre todo con la publicidad y la manipulación de la información. A mí me parece gravísimo, y por eso creo que hay que defender la cultura en su sentido más tradicional….

…No me considero un redentor en absoluto. Siento terror por los redentores de todo tipo. Soy simplemente un escritor. He escrito este ensayo expresando una problemática que he vivido, como digo en el capítulo final, en carne propia. En un momento dado, he sentido en mi propia experiencia que había unos vacíos tremendos, que había unas deformaciones tremendas, y todo eso, de alguna manera, se refleja en la preocupación por la cultura. La cultura es la vida de las personas, es lo que da sentido, orden, más o menos espiritual, a una sociedad.


La verdad es que hay que reconocer a Ana (D) y Rogelio que, con motivo de sus sendos homenajes a Tabucchi publicados aquí hace muy pocos días, parece que ya mostraban convergencia de ideas con las expuestas por Vargas Llosa en su entrevista publicada ayer.

Escribid en este Foro, tanto los que lo habéis hecho como los que aún no o muy poco. Enriquecednos …. aunque “sólo” sea moral y culturalmente.

Buena Cultura, amigos

Manrique