domingo, 1 de abril de 2012

"La ciudad y los perros" de Mario Vargas Llosa

Queridos Cinéfilos:

En tiempos de crisis parece importante invertir nuestros ahorros, ilusiones, años menguantes de nuestra vida y hasta el tiempo dedicado al ocio en (respectivamente) muy sólidos negocios, objetivos que merezcan serlo, cultivar las relación familiares o con los buenos amigos y en actividades que, además de entretenernos, nos enriquezcan anímicamente, ya que, siendo más fuertes material, sentimental y racionalmente, podremos soportar mejor la tempestad “multidisciplinar” que atravesamos.

Para mi “plan de pensiones intelectual” tengo un “blue chip”, como diría un “tiburón de Wall St”, que nunca me ha fallado: Mario Vargas Llosa, ya que el dividendo que me reparte por cada novela suya que leo siempre se acota entre “muy bueno” y “extraordinario”. Es de las inversiones más seguras y rentables.

Recientemente he leído su obra de juventud “La ciudad y los perros”, novela que, por su título, nunca me atrajo, aunque esta actitud por mi parte fuera infantil: He quedado fascinado. Y más aun si tengo en cuenta que la comenzó a escribir en Madrid (en un café-bar no muy lejano de mi actual domicilio) con ¡¡¡22 años!!!, aunque la terminara ya en París y ganara con ella el premio Biblioteca Breve en aquel lejano 1962 y el de la Crítica, ambos en España, el año siguiente.

En esta novela se narra la durísima “convivencia”(?!) de los alumnos (los “perros” del título) del Colegio Leoncio Prado en Lima, una especie de instituto militar destinado a que los presuntos futuros cadetes del ejército cursen sus años de bachillerato entre los 14 y 17 años. Brutal… Y más aun si consideramos que Vargas Llosa realmente estudió allí. Pero lo magistral es que no se limita relatar una historia magníficamente, por más que sea una espléndida descripción, lo magistral es cómo es capaz de desvelar profundísima e indirectamente los sentimientos y comportamientos de los personajes, así como su evolución a medida de que pasa el tiempo. Y todo ello manteniendo una gran amenidad. Vargas Llosa escribe para "gente normal", no para sesudos eruditos, ni requiere casi conocimientos previos: sus novelas son como los muebles de IKEA, incluyen toda la información esencial para que el lector pueda "montarlas" y al realizar ese proceso va a profundizar progresivamente en el conocimiento de la esencia de los, digamos, componentes del comportamiento del ser humano: prepotencia, amistad, soberbia, avaricia, honor, traición, amor, ... con realista ausencia de personajes prototípicamente "planos".

De una “nota-epílogo” de Alberto Cousté a la edición de la también excelente “La guerra del fin del mundo” (Círculo de lectores 1983), transcribo los siguientes párrafos:

Hace algo más de quince años , cuando aún residía en Londres, Vargas Llosa hizo pública su “teoría del aguafiestas”. Según ella, la función del escritor es la de ser incómodo, la de poner el dedo en la llaga, la de recordarnos perpetuamente que no todo va tan bien como alegremente pudiéramos creer…

Otra faceta a la que tampoco ha mezquinado su tiempo - y que conforma, junto a su aspecto creador, la síntesis de su personalidad - es la de su responsabilidad como intelectual. Con Octavio Paz y otros escasos nombres de nuestra cultura, Vargas Llosa forma parte de esa minoría disidente que no acepta la doble moral de las capillas sectarias, ni el compromiso entendido como arbitrariedad


Peco de inmodestia, pero hace casi exactamente cinco años, el 11.04.2007 en un comentario sobre la ética en el Cine (“De Cine”), en este Foro transcribí un pensamiento de Octavio Paz:

Ahora me doy cuenta de que el deber del escritor no es solamente mostrar los crímenes de los enemigos, sobre todo si esos enemigos son también los enemigos de la libertad. No se deben ocultar los crímenes del propio partido o del propio país. Hay una frase del doctor Johnson que es absolutamente exacta: 'Ni el patriotismo, ni la lealtad ideológica, ni la lealtad religiosa pueden justificar que uno sea cómplice de los crímenes de su partido, de su familia o de su casa.'

Y para terminar, hago referencia a la entrevista de Laura Revuelta a Vargas Llosa que ayer (31.03.2012) publicó el ABC Cultural con motivo de la salida de su último libro, un ensayo, “La civilización del espectáculo”, en la que afirmaba:

…la cultura persigue hoy, aunque no lo diga explícitamente, sobre todo divertir, entretener. Y tradicionalmente no era la función de la cultura. La cultura trataba de responder a las grandes preguntas: qué hacemos aquí?, ¿tenemos un destino o no?, ¿somos realmente libres o somos seres más bien movidos por unas fuerzas que no controlamos?. Toda esa problemática, prácticamente hoy se ha extinguido, ha desaparecido…..

…Creo que el desarrollo económico es fundamental, y sin duda alguna el desarrollo tecnológico; el desarrollo científico es la base del conocimiento. Sobre eso no puede caber ninguna duda. Ahora, si el desarrollo se cifra exclusivamente en ese aspecto y desaparece lo que llamábamos justamente la dimensión espiritual, cultural, de valores, estamos creando una especie de estructura vacía, hueca; sociedades que al final no van a ser de ciudadanos conscientes, racionales, sino de zombis que van a funcionar más por reacciones encadenadas, a través de mecanismos que tienen que ver sobre todo con la publicidad y la manipulación de la información. A mí me parece gravísimo, y por eso creo que hay que defender la cultura en su sentido más tradicional….

…No me considero un redentor en absoluto. Siento terror por los redentores de todo tipo. Soy simplemente un escritor. He escrito este ensayo expresando una problemática que he vivido, como digo en el capítulo final, en carne propia. En un momento dado, he sentido en mi propia experiencia que había unos vacíos tremendos, que había unas deformaciones tremendas, y todo eso, de alguna manera, se refleja en la preocupación por la cultura. La cultura es la vida de las personas, es lo que da sentido, orden, más o menos espiritual, a una sociedad.


La verdad es que hay que reconocer a Ana (D) y Rogelio que, con motivo de sus sendos homenajes a Tabucchi publicados aquí hace muy pocos días, parece que ya mostraban convergencia de ideas con las expuestas por Vargas Llosa en su entrevista publicada ayer.

Escribid en este Foro, tanto los que lo habéis hecho como los que aún no o muy poco. Enriquecednos …. aunque “sólo” sea moral y culturalmente.

Buena Cultura, amigos

Manrique

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