Andrea Camilleri
Porto Empedocle,
1925-Roma, 2019
Una vez leí a un crítico
literario comentar: ¿Qué tienen las
novelas de Camilleri que se venden rápidamente desde hace unos años? Escogí
una al azar, no recuerdo cuál fue la primera que leí, pero siguieron una tras
otra, hasta que dije, basta, debo leer a otros autores. Pero, al cabo de un
tiempo volví con Camilleri, esa vez con las novelas históricas y fue un nuevo
descubrimiento.
Camilleri tardó diez años en
encontrar un editor para su primera novela: El
curso de las cosas (1978). En mi opinión es una obra maestra. Los lectores
vamos viendo cómo se van desarrollando los acontecimientos de la peor manera
posible. El policía (todavía no había creado a Montalbano) se siente impotente
para impedir un crimen que se veía venir. Posteriormente, introduciría un
cambio importante: el punto de vista lo situó en el comisario y no en un
narrador omnisciente que lo ve todo y lo sabe todo. Según el propio Camilleri,
con este cambio le llegó el éxito. Los lectores se sentían mucho más cercanos a
la investigación.
Escribió veintiséis novelas de la serie Montalbano, casi todos
saben que el nombre se debe a su amistad con Vázquez Montalban, otro gran
escritor, que yo admiro muchísimo. No las he leído todas, pero sí muchas, más de diez, así que todavía puedo
deleitarme con algunas.
El otro Camilleri, el de las
novelas históricas como La conexión del
teléfono o La ópera de Vigata, nos sumerge en la Sicilia rural,
inculta y obtusa. Esa Sicilia que él amó pero, que también, le dolía.
Estas últimas son de una calidad
extraordinaria. En realidad, cuando se trata de un ambiente rural no hay
grandes diferencias de un país a otro (estoy pensando en el nuestro). Entonces
me pregunto qué es lo que le hace diferente en este caso. La respuesta es
relativamente sencilla, el carácter terco de los habitantes de dicha isla.
Terquedad hasta unos límites insostenibles, mientras que en el ambiente flota
el deseo de venganza. En La voz del
violín pero también en otras, aparece la Mafia más o menos indirectamente. Cada
cierto tiempo aparecía un muerto de una familia o de otra. Tan acostumbrados
estaban los policías a estas situaciones que no les daban mayor importancia. Esta
ironía en temas tan dramáticos nos puede
sorprender a veces, aunque no para los habitantes de la isla. De esta
manera no se justifica pero se desdramatiza.
El mejor homenaje que se le puede
hacer es leer sus libros, más de uno y más de una vez. Desde luego es lo que yo
estoy haciendo desde que me he enterado del fallecimiento del autor.
He leído que dejó escrita una
novela con la muerte de Montalbano, prohibiendo a su editora publicarla. Me
parece una gran idea no hacer desaparecer a un personaje tan carismático. Es
posible que ahora se publique pero no me
gustaría leerla.
Gracias a Camilleri que me ha
hecho pasar unos maravillosos ratos de lectura. Espero que también a todos
ustedes y si no le conocían les ánimo a
probar con uno cualquiera.
En este foro se ha hablado de las
series de TV que se han hecho con sus novelas, así que no voy a mencionarlas.
Cada uno que elija lo que más le guste.
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