jueves, 25 de febrero de 2016

Una película española rompedora: "Peppermint Frappé” (1967) de Carlos Saura



Queridos Cinéfilos:

Hace días circulé uno de mis frecuentes “avisos a Cinéfilos” advirtiendo que en el programa “Historia de nuestro Cine” en La 2  iban a emitir la película "Peppermint Frappé” (1967), de Carlos Saura, recomendando verla, al mismo tiempo que anunciaba que la comentaría en el Foro por considerarla muy interesante, lo que paso a hacer:

Fue la primera película del entonces llamado “nuevo Cine español” que me impactó, me gustó mucho y asumí como plenamente innovadora (había visto otras presuntamente “muy modernas”, jaleadas por muchos jóvenes críticos de la época como “rompedoras”, que la implacable “moderna inquisición cultural” nos imponía so pena de echarnos de la “élite culta”, así nos tragamos productos de la autodenominada “Escuela de Barcelona”, felizmente olvidados salvo por los yeyés con eterno síndrome de Peter Pan, como las fallidamente ambiciosas y hoy absolutamente insufribles (¡fijaos en sus títulos!) Fata Morgana”, “Dante no es únicamente severo”, “Ditirambo”, “Después del Diluvio”, “Aooom”, “Nocturno 29” ...).

En cambio he vuelto a ver "Peppermint Frappé” tres o cuatro veces a lo largo de las últimas décadas y sigo opinando que es una buena o muy buena película que en su factura casi no ha envejecido, al menos en mi opinión. Claro está que la sociedad española ha cambiado una barbaridad y evolucionado, para bien, habiendo disminuido, aunque no desaparecido, ciertas aptitudes que se reflejan en la trama, siendo aconsejable que nos situemos mentalmente en el entorno de esa época para entender plenamente las reacciones de los personajes en el desarrollo de la historia.


La americana Elena (Geraldine Chaplin)
Y, como suelo desvelar en mis comentarios, ¿de qué va?:

En Cuenca, Julián, un médico solterón (José Luis López Vázquez, que con esta película se reveló como capaz de representar papeles dramáticos, por primera vez en su vida) recibe la perturbadora visita de Pablo, un antiguo amigo de la infancia y juventud (Alfredo Mayo), que se ha casado con Elena, una americana treinta años más joven que él (Geraldine Chaplin, sí, la hija de Charles Chaplin) que inmediatamente deslumbra a Julián con su dinamismo y alegría de vivir. Éste se ofrece como guía para visitar la ciudad y les invita a unos días de descanso en su casa de campo, situada junto a un antiguo balneario abandonado. Ya tenemos los componentes de un cocktail que puede resultar explosivo…

Referenciada así, la historia parece tópica y previsible pero su desarrollo sorprende con varios recovecos muy bien tramados y astutas elecciones, como el hecho de que Geraldine Chaplin represente otros dos papeles más como facetas diferentes de un personaje femenino caleidoscópico (la enfermera empleada con Julián, a la que éste trata de modelar, como Pigmalión, y la fugazmente vista participante en la famosa tamborrada de Calanda, evidente homenaje a Buñuel, que siempre fue un admiradísimo maestro para Carlos Saura).


La española Ana (también Geraldine Chaplin)
El guión (como os recuerdo a menudo, para Kurosava y, modestísimamente, para mí, es el componente esencial para conseguir una buena película) fue escrito por el propio Saura junto con el mejor guionista de esa época, Rafael Azcona (lo fue de “El pisito”, “El cochecito”, “Plácido”, “El verdugo”, “La escopeta nacional”…) , y Angelino Fons, otro notable director español. Con semejantes “padres” y en esa época tardofranquista, cuando ya era posible realizar un cine crítico con el Régimen siempre que se hiciera “no explícitamente”, la película mostraba una clarísima condena de la cerrazón y falta de “europeísmo” que griseaba España, con figuras antitéticas evidentes, como:
  • El triste, provinciano y reprimido solterón Julián frente al cosmopolita y rejuvenecido, por su tardía boda, Pablo, viejos amigos de la misma edad, educación y origen.
  • La vivaz y extrovertida Elena frente a la rancia enfermera Ana.
  • Hasta se contraponen dos estilos de música cantada diametralmente opuestos: la tardomedieval de “El Misterio de Elche” (declarada Patrimonio Inmaterial por la UNESCO), que tanto le gustaba oír a Julián, frente a la canción que baila Elena cuando lo deslumbra, “The incredible Miss Perryman”, de Los Canarios (cuyo líder y cantante era Teddy Bautista), canción que rebautizaron como “Peppermint Frappé” tras incorporarla Carlos Saura a la banda sonora.
La interpretación fue muy buena colectivamente (especialmente rompedora la de José Luis López Vázquez respecto a todos sus anteriores papeles; recuerdo que, al salir del cine cuando la estrenaron, la gran mayoría de los que ya no eran jóvenes salían comentando muy negativamente la película, la nueva “actitud” del actor y el chasco que se habían llevado cuando habían ido a ver otra comedia del cine español) y sirvió para que Geraldine Chaplin conociera a Carlos Saura, con el que formó una pareja vital y artística durante más de diez años, siendo ella la protagonista de casi todas las películas dirigidas por él en ese periodo, entre las cuales yo destacaría especialmente “Cría cuervos”, de la que quizás ya os comenté anecdóticamente que se rodó en un gran chalet de la calle María de Molina de Madrid, a menos de 100 metros del edificio de Velázquez 132, donde muchos de vosotros y yo trabajáis o hemos trabajado.


El triángulo principal
La fotografía de Luis Cuadrado, entonces uno de los mejores “cameramen” españoles, fue más que correcta, aunque su obra maestra la consiguió con la espléndida, en todos los sentidos, “El espíritu de la colmena” (Gran Premio del Jurado en Cannes 1976), de Víctor Erice, de la que ya hemos hablado alguna vez en este Foro. Recuerdo que el desgraciado Luis perdió la vista totalmente por una enfermedad y tuvo que contar con la ayuda de su magnífico auxiliar y sucesor Teo Escamilla para poder acabar alguna película. Murió en 1980.

Concluyo: no puedo juzgar impersonalmente esta película por las razones arriba señaladas, pero si tomo las nueve críticas consideradas como “más útiles” por los participantes en Filmaffinity, todas sus calificaciones oscilan entre 8 y 9. Yo dudaría entre ambas, por lo que matemáticamente elegiría la mediana 8,5. 

Por si fueran de vuestro interés, incluyo los siguientes enlaces:

Ficha de la película en Filmaffinity:

Presentación de la emisión de la película en “La noche del Cine español” en TVE2 el 16 de febrero de 2016 (5 min):

Comentario de Antonio Lázaro en ABC “45 años de una obra maestra rodada en Cuenca”:
“El envoltorio de ese pasional y letal triángulo es fastuoso, hipnótico, aunque también previsible”

Buen CINE, Amigos. O al menos a mí (y a otros también, por ella le dieron a Saura el Oso de Plata al Mejor Director en la Berlinale de 1968) me lo parece, a lo mejor porque me recuerda mi juventud…

Manrique

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