Queridos Cinéfilos:
Durante febrero del pasado año la cruel guadaña de la Muerte se llevó en su anunciada e inevitable danza final (me han venido a la memoria y no puedo quitarme de la cabeza las magistrales secuencias con las que Ingmar Bergman finalizaba su mítica “El Séptimo Sello”; los que aún no conozcáis esa obra maestra ignoráis lo que os estáis perdiendo) a una pareja de creadores del CINE que admiro: un muy destacado actor, Albert Finney y un magnífico director, Stanley Donen.
A lo largo de mi vida he tenido la gran suerte de poder disfrutar muchísimo con las películas en las que trabajaron y como no les rendí hace un año el mínimo homenaje en este Foro, por razones personales varias, quiero hacerlo ahora, aunque sea tardíamente, cuando se va a cumplir el aniversario de su ascenso al “Cielo de los Cineastas” y si de paso despierto el interés de los insultantemente jóvenes Cinéfilos miembros del Brat Pack por conocer sus obras maestras… y las descubren, ¡¡carambola completa!!
Prosigo tratando de ser más conciso y útil, recordándolos en el orden cronológico de su incorporación a la cadena de danzantes:
Albert Finney (1936), fallecido hace hoy exactamente un año, fue un destacado miembro de la generación de cineastas británicos conocida como “angry young men” (grupo que tomó como marca de referencia la obra de teatro de John Osborne, con inmediata versión fílmica dirigida por Tony Richardson, “Mirando hacia atrás con ira“, en su título original “Look Back in Anger”), escuela entonces de alguna manera equivalente en Gran Bretaña a la “nouvelle vague” francesa.
Como otros muchos actores británicos obtuvo una solidísima formación trabajando en la Royal Shakespeare Company antes de debutar en el Cine con “El animador” ("The Enterteiner" ,Tony Richardson, 1960) y conseguir su primera nominación al Oscar, ya como protagonista, en “Tom Jones” (Tony Richardson, 1963), papel que le lanzó a la fama mundial, además de conseguir el Globo de Oro como Actor Revelación. Candidato de nuevo en otras cuatro ocasiones al Oscar, que nunca le fue concedido, tuvo más suerte con sus nueve nominaciones para los Globos de Oro, de las cuales ganó tres.
Pero yo recordaré siempre como lo descubrí a comienzos del verano del 68, a mis 18 años, en el cine Avenida de la Gran Vía, en su papel protagonista en “Dos en la carretera” (“Two for the Road” 1967), ganadora de la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián y Nominada al Oscar por el Mejor Guión Original, de la que, mira por donde, el director era el segundo cineasta que hoy rememoro, Stanley Donen, película en la que Finney, emparejado en su trama con la añoradísima Audrey Hepburn (Space Cowboys: ¿verdad que nunca podréis/podremos olvidarla encarnando a la Holly de “Desayuno con diamantes”, cuando nos enamoró para siempre?) realizaban un profundo análisis de la inevitable erosión del tiempo en la relación de una pareja a lo largo de los años, pero no representada de una manera grandilocuente y trágica, como ocurre con ese tema en decenas de películas mediocres, sino de una forma realista en un combinado que mezclaba la chispeante ilusión de la juventud con el inevitable toque de angostura de la madurez. La verdad es que que no era un tema especialmente apropiado para el primer día que salía con aquella chica... Aquí podéis ver su tráiler en inglés.
Finney como Poirot en "Asesinato en el Orient Express" |
Finney cometió errores al no aceptar algunos papeles que le hubieran lanzado al máximo estrellato, destacadamente cuando rechazó protagonizar “Lawrence de Arabia” (David Lean 1962), papel que recayó en Peter O’Toole, cuya interpretación fue considerada en una famosa encuesta entre críticos de aquella época como la mejor de la historia del Cine. Pero tampoco a O’Toole le valió para ganar una estatuilla ya que nunca consiguió el Oscar al Mejor Actor a pesar de sus ocho nominaciones, como José Ramón y yo aquí lo hemos recordado, vamos que Finney se fue al “Cielo de los Cineastas” con el incomprensible menosprecio de los falibles miembros de la Academia porque, nominado cinco veces, tampoco se pudo llevar ni un solo Oscar cuando nos dejó el año pasado.
Donen recibiendo su merecido Oscar...honorario ¡en 1998! |
Imberbes miembros del Brat Pack, aprendices de Cinéfilos, si no la habéis visto y no corregís inmediatamente esa vergonzosa ignorancia, nunca os admitiré en un debate de CINE. Como "aperitivo", aquí tenéis un trailer de 4 min, en el que no podéis captar su ingenioso guión, cualidad que no es usual en los musicales.
Pero es que, además, Donen también fue el responsable de la excelente comedia policíaca “Charada” (1963), la muy entretenida “Arabesco” (1966) , la divertidísima “Lío e Río” (1984) y, no olvidemos, otro muy buen musical anterior a los dos magistrales arriba citados, “Un día en Nueva York” (1949).
Estoy seguro que a él, al que como director también le negaron un Oscar los cutres miembros de la presuntuosa Academia (bueno, le dieron uno honorario en la entrega de ¡¡1998!!, que recogió cantando "Cheek to Cheek" y bailando claqué, alucinante, tras años de estar retirado) le habrán recibido encantados sus colegas europeos Chabrol, Malle, Rohmer y Truffaut en la perpetua tertulia cinéfila que mantienen en el “Cielo de los Cineastas”.
Ya sólo me queda, chicas y chicos del Brat Pack, aconsejaros que descubráis estas maravillosas películas como homenaje al aniversario de Finney y Donen en vez de perder vuestro tiempo con las simplezas que, salvo contadas excepciones, nos suele ofrecer el cine, con minúsculas, de hoy.
Y dejo para otro comentario específico mi personal homenaje al gran Kirk Douglas, que nos dejó hace pocos días.
Buen CINE, Amigos.
Manrique
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