sábado, 30 de noviembre de 2019

"Perfectos desconocidos" de Alex de la Iglesia: (son)risas, verdades amargas y algo de magia.


Queridos "Cinéfilos":

Nunca creí que llegaría el día que tuviera la necesidad, y el valor, de confesaros un comportamiento por mi parte incoherente con mi pertinaz defensa en este Foro de La 2 como la mejor cadena para un "Cinéfilo" y el corolario obligado de mi falta total de aprecio para Telecinco...

Lo confieso:  El pasado viernes 22, siguiendo un consejo del crítico de Cine de ABC Antonio Weinrichter , decidí probar a empezar a ver en esta cadena la película "Perfectos desconocidos" (2017) de Alex de la Iglesia, remake hispánico de la italiana "Perfetti sconosciuti" (2016), de Paolo Genovese, a la que según la mayoría de la crítica supera, y señalaba ABC como la mejor película para aquella noche.

Me dije, vamos a empezar y a ver qué pasa. 

Tras unos diez minutos iniciales, con algún detalle de sal gorda, la cosa empezó a ir a mejor. A la media hora de película estaba totalmente enganchado y así seguí hasta el final, a pesar de los anuncios. Vamos, casi lo mismo que, confiesa en El país, le pasó a Carlos Boyero.

Sonreí, y reí con más de una docena de detalles, y hacia el final se acabaron las risas y la realidad se mostró amarga...pero como no tengo abuela me envanezco de que dos minutos antes de que acabara la película, comenté cómo me gustaría que acabara, y, magia Borrás, ¡¡ASÍ ACABÓ!!. Será porque en el fondo creo que me parezco algo o mucho a Alex... salvo en que él consiguió llegar a Director de Cine y yo no. ¡¡Anda que no me hubiera gustado dirigir "El día de la Bestia", "La comunidad", "Las brujas de Zugarramurdi", como ya os lo comenté aquí,  o "Perfectos desconocidos"!!

El "selfie" de los personajes en la terraza
Y no puedo dejar de señalar la espléndida dirección e interpretación de actores. 

Ahora os escribo este rápido comentario porque me he enterado que esta noche, Cuatro TV, filial de Telecinco, debido a la gran audiencia registrada el pasado día 22, ha programado emitir de nuevo "Perfectos desconocidos"  a las 22:15 y quiero aconsejaros   que la veáis, la grabéis o la recuperéis, garantizándoos que no os arrepentiréis de hacerlo... confío.

Buen y muy ameno Cine para tiempos convulsos.

Manrique 

domingo, 17 de noviembre de 2019

DIA DE LLUVIA EN NUEVA YORK

Ficha técnica

Título original: A rainy day in New York
Año: 2019
Nacionalidad: USA
Género: Comedia romántica
Duración: 92 minutos
Director: Woody Allen
Guión: Woody Allen
Director de fotografía: Vittorio Storaro
Reparto: Timothée Chalamet, Elle Fanning, Selena Gómez, Jude Law, Diego Luna


Comentario

"A rainy day in New York", la película número 50 de Woody Allen, llega a las pantallas rodeada de polémica.  Como consecuencia del boicot del movimiento Me Too, todavía no ha sido estrenada en los EE.UU. y Amazon, que tenía los derechos de su distribución, no ha mostrado ningún interés por ella. Recientemente los ha perdido por sentencia judicial. En Europa sí ha sido estrenada, concretamente en España el pasado 11 de octubre. LLeva ya 5 semanas en cartelera, lo que no es poco para los recios tiempos que corren.

"Dia de lluvia en Nueva York" es la historia de un fin de semana prometedor de dos jóvenes universitarios, Gatsby (Timothée Chalamet) y Ashley (Elle Fanning) en la ciudad de Nueva York, antigua residencia del primero de ellos, que, por mor de hechos sobrevenidos como consecuencia de una serie de encuentros casuales, se convierte en algo muy diferente a lo planificado.

Se trata de una divertida comedia romántica, que reproduce multitud de situaciones, personajes y diálogos habituales en la filmografía de Allen.  Gatsby, un joven rico, sin una vocación profesional definida y amante del juego, la música de jazz de los clubs nocturnos, la filosofía, el piano y el arte, parece un personaje sacado de otro tiempo y que no acaba de encajar en el mundo actual. El alter ego de Allen, sin duda. El personaje que hubiera interpretado el propio Allen años atrás.  Ashley una joven estudiante de periodismo divertida, fresca, ingenua y optimista bordea la estupidez, pero sin caer en ella. Es, posiblemente, el papel más complicado de la película y, para mi, lo borda. Los dos protagonistas se ven envueltos en una sucesión de situaciones disparatadas, que se resuelven con fluidez y con humor.

La película discurre en una lluviosa ciudad de Nueva York fotografiada con arte por Vittorio Storaro, quien se recrea con bellas imágenes de sus parques, monumentos, locales de ocio y museos. La música es magnífica, como siempre en la filmografía de Woody Allen.

En resumen, "Dia de lluvia en Nueva York" es una película más de Woody Allen, que aporta muy poquito nuevo a su filmografía. Las situaciones, la ciudad, los personajes y los diálogos son conocidos de sus películas anteriores. Si me gustaría, sin embargo, resaltar una diferencia: Parece que, por fin, Allen, a sus 84 años, ha recobrado el optimismo y se ha quitado de encima las gotas de amargura que detectábamos en sus películas de los últimos tiempos. Eso es mucho, porque esta última película deja un dulce sabor de boca a un espectador que está presto a dejarse seducir por la calidad de los trabajos de Allen y que, a pesar de sus pocas novedades, no queda defraudado, sino todo lo contrario, por "A rainy day in New York".

                                                                                                                JRL ( 17-11-2019)


viernes, 15 de noviembre de 2019

Teoría del triunfo y el fracaso

     En mi opinión, la novela, la verdadera narrativa, es la de aventuras, la que cuenta una historia que pudo haber sido, o que, por lo atrayente, se convierte en un mito. Como Robinson Crusoe, El Quijote, Germinal y tantas otras, muchas veces escondidas en el fondo de una estantería, pero de las que nos resistimos a deshacernos en las mudanzas. Una buena novela no puede empezar diciendo: Me llamo Eva, que quiere decir vida, según un libro que mi madre consultó para escoger mi nombre. (Allende, Isabel: Eva Luna), indicando desde la primera frase que nos esperan interminables horas de aburrimiento. Mucho mejor comienzo es este: Una culebra ágil y oscura cruzó el camino, dejando en el fino polvo removido por los viandantes la canaleta leve de su huella. (Alegría, Ciro: El mundo es ancho y ajeno). Inquietud, exotismo, poesía: en resumen, aventura.

     Tan importante como el principio es el final. Si volvemos a los ejemplos del párrafo anterior, Isabel Allende parece no saber cómo rematar su libro: Escribí que durante esas semanas benditas, el tiempo se estiró, se enroscó en sí mismo, se dio vuelta como un pañuelo de mago y alcanzó para que Rolf Carlé —con la solemnidad hecha polvo y la vanidad por las nubes— conjurara sus pesadillas y volviera a cantar las canciones de su adolescencia […]. ¡Cuánta vaciedad, cuanta estulticia! Por no hablar de la cacofonía o del uso incorrecto de las comas. En el polo opuesto, Ciro Alegría termina así su obra maestra: Más cerca, cada vez más cerca, el estampido de los máuseres continúa sonando. La misma tensión que en el arranque, pero ahora con más fuerza. Una historia con un final intuido, que no narrado.

     Otro aspecto de la novela que puede contribuir a que alcance sus fines, sean estos la gloria literaria, el mero entretenimiento o ¿por qué no? la satisfacción del ego del escritor, es la ocultación, el fingimiento. En varias ocasiones (por ejemplo, durante la presentación de la obra colectiva Fauna y cuento),  he insistido en la cualidad intrínsecamente mentirosa de todo escritor de ficción, por no hablar de los ensayistas; solo algunos poetas se quedan al margen de esta circunstancia. No me refiero a que los hechos narrados no hayan sucedido jamás, ya que esto es lo que puede esperar quien se acerca a una novela, sino a la falsedad de lo que se suele dar por indiscutible: la biografía del autor, la sinopsis de la contraportada o incluso las notas a pie de página.

     Así, he leído (y escrito, tengo que confesar) agradecimientos a personas inexistentes, falsas referencias históricas y geográficas y citas pomposas salidas directamente de la imaginación del autor. En una vertiginosa huída hacia adelante, en la novela “Los cuadernos de Rekalde”, consciente de mi incapacidad de usar correctamente algunas formas del pasado verbal, incluyo la siguiente nota de un falso editor:

         El lector detectará un uso errático y en ocasiones incorrecto de los pretéritos perfectos simple y compuesto (“contó” en lugar de “ha contado”). En mi opinión, puede deberse al origen gallego del escritor, aunque en los propios cuadernos declara ser vasco.

     Entre el comienzo y el final, es evidente que la novela debe tener un cierto contenido. Si es demasiado escueto nos encontraríamos ante una de las tan denostadas nouvelles, llegando en casos extremos a la microficción.

     Y ese contenido no es válido per se, sino solamente como instrumento al servicio de una causa, sea esta la que sea. Desde las más altruistas, como la defensa de la identidad de los indios del altiplano que late en la novela de Ciro Alegría, hasta otras inusitadamente egoístas, como la venganza contra un familiar —léase a Manuel Vilas, en  “Ordesa”—.

     Pero el verdadero elemento que decidirá la suerte de una novela no es la mayor o menor calidad o cantidad de acción que contenga, ni el acierto de su principio o su final, y mucho menos la ética que en ella se defienda, por muy justa y universal que sea. Lo que de verdad hace que una novela triunfe se resume, como diría Monod, en una pareja inseparable: el azar y la necesidad.

     La novela debe ser necesaria, en el marco de la ley de la oferta y la demanda. Tiene que haber un público que la busque, aún antes de haberse escrito; unos acontecimientos, reales o imaginarios, que clamen por ser narrados, y un escritor que necesite —en el más amplio sentido de la palabra— escribirla.

     Pero la mejor novela del mundo no triunfará, ni siquiera bajo el magro consuelo de ser considerada una obra de culto, o, lo que es peor, una novela maldita, si no se cruza en el camino de un editor dispuesto a publicarla, y de varios críticos literarios que se arriesguen a escribir una reseña elogiosa.

Gracias a esto, si después de años de esfuerzo y dedicación no conseguimos salir de la dudosa categoría de escritores noveles, siempre podremos echarle la culpa al azar.

sábado, 9 de noviembre de 2019

"Joker": Cómo una víctima se convierte en monstruo. La historieta posterior será ya un puro cómic.


Queridos Cinéfilos:

La madura pareja estaba decidiendo qué película ir a ver para participar en/aprovechar la fiesta de otoño del Cine tras unos meses con muy pocas cintas interesantes, que desaparecían rápidamente de una cartelera que prima desaforadamente las “palomiteras” para adolescentes por ser el público mayoritario de fin de semana, salvo en un mínimo número de salas en Madrid, la gran mayoría de ellas localizadas en el entorno de la “plaza de los cubos” en ese oasis cinéfilo, vamos en la margen izquierda del nacimiento de Princesa, para los que no conozcáis demasiado la zona.

Les interesaba testar “El Crack 0” de José Luis Garci, tanto por sus buenas críticas como por ser la “precuela” de sus dos añoradas “El Crack” y “El Crack 2” que tanto les gustaron cuarenta años atrás e incluso, dos décadas después, también a alguna actual Space, no Spice, Girl de nuestro Foro, ¿verdad Ana M?. Era su primera propuesta pero tuvieron que renunciar a ella porque no la ofrecían en horario de tarde más que en un par de cines situados a cinco kms de su casa y sin la mínima posibilidad de aparcar.

En la consensuada “lista corta” de la pareja las dos siguientes películas eran muy dispares: Ella había elegido la última de Woody Allen, “Día de lluvia en Nueva York”, y Él proponía “Joker”, ambas con buenas críticas.

En la negociación para elaborarla, Ella arguyó que jamás le había interesado Batman, como en general ninguna otra película de aventuras inspirada por un cómic o tebeo, como antes les llamábamos en España. Él prudentemente no recordó que la había engañado hacía años para ver la muy recomendada “El Caballero Oscuro”, ocultándole que era de Batman, película que a ella le pareció insoportable y a él técnicamente bien hecha pero en conjunto no le convenció en absoluto por su pretencioso guión, supuestamente “intelectual”, cosa bastante usual en el cine de Nolan, que para gusto de ambos sólo había brillado de verdad en la excelente, histórica y realista “Dunkerque”, cuando se dejó de trucos finales, zarandajas originarias o interestelares trampantojos

Como las parejas que se mantienen lo hacen gracias a llegar a acuerdos, en función de las entradas disponibles decidieron psicoanalizar esa tarde a “Joker”, con todas las reservas por parte de Ella, y dejar para la siguiente su visita a un lluvioso Nueva York guiados por Allen.

A primera hora de la noche, estando yo de pasmarote a la puerta de un cine por no haber conseguido entrada para “Joker” (película que sólo decidí ver tras leer muy buenas críticas sobre ella, porque inicialmente le concedía crédito nulo a su director, Todd Phillips, por haber rodado previamente unas “cosas” tituladas “Resacones” y “Escuela de pringaos”, ¡ahí es nada!) me crucé con la pareja conocida que salía de la sesión anterior y, como no nos veíamos desde hacía tiempo y ni ellos ni yo teníamos inmediato plan nocturno, nos sentamos a tomarnos unos vinos y que me dieran su opinión sobre “Joker”

Ella declaró que estaba encantada de haberse equivocado en su prejuicio, porque la película le había parecido excelente y así no había perdido la tarde, como se temía que podía pasar. Él feliz por no haber sido declarado “culpable” de una mala elección y sufrir el castigo correspondiente, pero no menos contento porque en “Joker”, en esa etapa previa de la futura historieta cómic, ni siquiera se mencionaba Batman, personaje cuya aparición en escena hubiera resultado ser como pisar una mina personal para ella y, por “simpatía” explosiva, también para Él.

Expertamente no me “destriparon” la película pero sí calificaron la interpretación de Joaquin Phoenix como extraordinaria y tras una hora de animada charla nos despedimos hasta el próximo reencuentro.

El día siguiente conseguí verla, me encantó y consecuentemente la aconsejé en un brevísimo WA sin casi dar razones para ello, por lo que quiero ahora justificar formalmente mi recomendación en nuestro Foro.


El Capitán Trueno añorando a Sigrid...
Previamente debo declarar que jamás, ni de niño, ni de adolescente, ni de mayor me ha atraído el personaje Batman, ni poco ni mucho y menos aún cuando utiliza su “coche fantástico”, perdón, batimóvil, ni con Robin y no sé si hasta con Cat Woman, actuando siempre enmascarado tras su “uniforme”, vamos, para no llamar la atención, muy en la línea del Capitán América o de Supermán, aunque yo, de tener forzosamente que elegir uno entre los anteriores gigantes de cartón piedra, me inclinaría por el último, del que sí me compraron algunos tebeos en mis veraneos de Torremolinos, pero eran pura basura frente a la ilusión de cada domingo al conseguir el semanal Capitán Trueno de mi niñez, héroe también de mis compañeros de la cosecha de 1950 en el cole. Además, a partir de los 10 años, entonces éramos menos precoces que ahora, ya empezaba a atraernos su rubia y esbelta novia, Sigrid de Thule… 

Volviendo a Batman, es que además me repugnan los murciélagos, con excepción del singular caso de Drácula/Nosferatu, de una categoría infinitamente superior a aquél. ¿Os imagináis a Murnau o a Coppola habiendo dedicado una de sus míticas películas a Batman?

Haré una salvedad, me divirtió mucho el “Batman” de Tim Burton hace treinta años, de facto hasta tengo su DVD, porque este director es tan genialmente caricaturesco y rompedor que ha sido capaz de filmar cosas como “Mars Attack”, “Eduardo Manostijeras”, “Big Fish” o “La novia cadáver”.

Tras tal soliloquio por mi parte, me temo que nada inusual a estas alturas, entenderéis perfectamente que haya apreciado mucho más este “Joker”, como le ocurría a Ella, porque no sale Batman, ni se le espera, ni falta que hace para que esta precuela sea una historia individualmente completa, porque lo que ya nos contaron que seguirá serán/eran puras historietas, “cachondas”, como las dos de Burton, o impregnadas de una impostada complejidad moral, incoherente para un puro personaje de cómic, como ocurría en las tres en las que, al menos en mi opinión, malgastó su talento Nolan con sus tres “Batman” salvo en la primera parte de “Batman begins”, para la que suscribo la crítica de Javier Ocaña en el País “Los 50 primeros minutos de “Batman begins”… son magníficos…Sin embargo, es enfundarse Christian Bale el disfraz de Batman, y la película se viene abajo porque se convierte en más de lo mismo”. Por cierto, difícilmente le voy a perdonar a Nolan que ningunee a Michael Caine, uno de los mejores actores de la segunda mitad del pasado siglo, en papeles serviles, no cameos, de sus protagonistas, magos o héroes de cómic, en varias de sus películas.

Habréis captado que la primera razón por la que me ha gustado “Joker” ya la he desvelado en el título de este comentario, la historia personal de “cómo una víctima se convierte en monstruo” cuando estalla violentamente, más aún por su enfermedad mental, ante el cúmulo de agresiones que recibe o injusticias que sufre y, como inesperada consecuencia de ello, es aclamado como un ejemplo revolucionario para las masas de desfavorecidos, protagonismo absolutamente ajeno a sus intenciones.

A mí, como luego he descubierto que le había pasado a muchos críticos, “Joker” me recordó inmediatamente a la mítica “Taxi Driver” de Scorsese, pasando el protagonismo del desequilibrado taxista Travis, allí genialmente interpretado De Niro, al no menos enfermo mental Arthur Fleck, encarnado por Phoenix, pero aquí malviviendo con su enferma madre y su mísero sueldo de payaso “para todo”, actuando para niños internados en hospitales o anunciando tiendas como hombre sándwich en el Bronx.

Considero que este original e instructivo argumento ilustra impactantemente lo injusto y peligroso que es tener un sistema social que permita la existencia de enormes diferencias en el nivel de bienestar de la población porque en tal caso los desfavorecidos y crecientemente “enragés” pueden acabar siendo liderados por falsos libertadores, de los que ha habido muy abundantes ejemplos en la Historia, sumando a los indeseados efectos secundarios negativos de todas las revoluciones concluir con una situación final igual de injusta o incluso peor para la inmensa mayoría de la población que la anterior, enseñanza vital que nadie impartió mejor que George Orwell en sus imprescindibles “Rebelión en la granja” y “1984”, y también en su “Homenaje a Cataluña”, especialmente para los españoles.


Arthur Fleck (Phoenix) cuando no está trabajando de payaso
Entre las interpretaciones, suscribo la calificación de extraordinaria para la de Joaquin Phoenix, que tuvo que adelgazar 20 kilos para la  película. Tras su Cómodo de “Gladiator” ya me impactó como protagonista de la excelente “Two Lovers”. Las de los personajes secundarios me parecen buenas en general, aunque me “cruje” que Robert de Niro, que las ha tenido excepcionales en su larga carrera, no me gusta demasiado como el presentador estrella de un Late Night Show, aunque puede ser que me caiga humanamente fatal esa categoría de personaje y su aparente impostura es exigida por el papel. ¿Habrá Oscar para Phoenix?

Quiero destacar la ambientación y fotografía, ambas plenamente coherentes con la tremebunda historia, y también la muy coherente música ambiental, que he leído es de la para mí desconocida Hildur Gudnadóttir, compositora necesariamente islandesa con ese apellido, también autora de las bandas sonoras de la serie de TV "Chernóbyl" y de las películas “El renacido”, “La llegada” y “Sicario”, de las que sólo he visto las dos últimas, de las creo recordar que también me gustó mucho su música.

Yo le doy un 9 a "Joker" y entono el mea culpa por haber dudado inicialmente de la decisión del jurado de la Mostra de Venecia al concederle nada menos que su León de Oro a la Mejor Películapor lo que reitero vehementemente mi consejo de verla por las razones que ahora he dado, pero, según mi costumbre, paso el turno de opinar a la crítica profesional, que ha juzgado:

“Días de Cine” de La 2 (a partir del minuto 47 del vídeo del programa completo, dedica 11 a “Joker”, incluyendo su tráiler comentado):
 “Este «Joker» no debe nada a nadie”

Oti R. Marchante en ABC: “Crítica de 'Joker': Joaquin Phoenix rompe moldes” **** 
“A mil millas de la previsión, Phillips desmantela al Joker, lo reconstruye, lo convierte en algo triste, doloroso, patético y brutal”

“Lo que el personaje de Joker, tan risueño, villano y de tebeo, podría dar de sí en las manos de Todd Phillips, el de los «Resacones» y el de «Escuela de pringaos», era previsiblemente una cosita gamberra y de mucho jijí y jajá. A mil millas de la previsión, Phillips lo desmantela, lo reconstruye, lo convierte en algo triste, doloroso, patético y brutal, y lo explica en su origen y tan fuera del universo del cómic, como en una especie de «Batman Begins Cero», que explosiona contra la pantalla y contra un espectador inerme ante lo que ven sus ojos.

Heath Ledger había agotado por completo las posibilidades del Joker en «El Caballero Oscuro» de Christopher Nolan, pero aquí, Joaquin Phoenix se deshace a patadas de todo lo visto antes con un trabajo descomunal en lo físico y de descontrolado gobierno en lo psicológico. Arthur Fleck (Phoenix) es un don nadie, un ser sin entorno, que se disfraza de payaso y que ansía (con poco éxito) hacer reír a los demás, y tiene una resquebrajadura mental y vital que no la taponan ni las sesiones de terapia, ni su mundo ilusorio compuesto por una madre, una vecina que lo ignora y una obsesión por un presentador televisivo… La película se sumerge y muestra todo el exterior del personaje, pero también su distorsionada percepción de lo «real», y coloca a un tiempo al espectador con y contra él...”

Luis Martínez en Metrópoli de El Mundo: “«Joker»: Manifiesto contra la dictadura de la felicidad” *****

"La cinta coloca a un pobre payaso en mitad de una ciudad cualquiera. Gotham City quizá. Trabaja para una compañía de clowns que, como todas, se dedica a hacer feliz a la gente. Ya saben, canta canciones, se cae, aúlla, llora porque la pena le abruma y se vuelve a caer. Es un sentimental. El carablanca acude a los hospitales a hacer reír a los niños enfermos, anima los cumpleaños de los críos ricos, sirve de reclamo publicitario para templos del colesterol y, dado el caso, asesina a tres impresentables acosadores en el metro. En realidad, esto último no figura en el convenio. Sucede por accidente. El problema es que hace gracia. Hace la misma gracia que ridiculizar a un pobre psicópata que se cree gracioso.

Y así, sobre el último párrafo, Phillips, con la inestimable colaboración de un descomunal (otra vez) Joaquin Phoenix, levanta la más desconcertante metáfora de lo que somos y del mundo que pisamos. Dice el director que su película no es política pero que no tiene ningún reparo en que los demás lo crean. Y, de hecho, lo es. Y lo es con la misma violencia y claridad que lo eran Taxi Driver y El rey de la comedia, las dos películas de Martin Scorsese que delimitan el perímetro de referencias de ésta. No en balde, es Robert de Niro, protagonista de las dos cintas mencionadas, el que en el papel de ocurrente conductor de un talk show le da la réplica al personaje protagonista que todo lo puede. Y aniquila…" 

Javier Ocaña en El País: “Tiempos de indecencia” 
“La podredumbre moral que lleva a Joker, un demente diagnosticado, a ser visto como un héroe habita también en la masa embriagada de furia” 

“…Recogiendo el testigo de negrura de Nolan, y llevando el universo de indecencia hasta una nueva dimensión, aún más política e infinitamente más social, Todd Phillips ha compuesto Joker, grandioso ejercicio de energía visual y sonora. Un categórico golpe contra el sistema que, debido a su complejidad más que a su ambigüedad, corre el peligro de malinterpretarse. Una obra radicalmente alejada de las películas de superhéroes al uso, donde no hay un solo acontecimiento o ambiente fuera de lo realista, que claramente entronca en su estilo con parte de lo mejor del cine americano de los setenta, con preponderancia para dos obras de Martin Scorsese: Taxi Driver (‘Algún día llegará una verdadera lluvia que limpiará las calles de esta escoria’) y El rey de la comedia, con el protagonismo del aspirante a cómico, del payaso sin gracia, del acosador loco, punteadas ambas por la presencia de Robert De Niro en el reparto... 

...Desde la recuperación del logotipo de la Warner de los años 70 y el ruido de las calles, en el primer segundo de metraje, Joker, reciente León de Oro en Venecia, un galardón histórico para una producción de estas características, aspira a la trascendencia de aquel Nuevo Hollywood. Y la consigue. Es la demencia del individuo como metonimia de la locura social. Es la película más incómoda que este crítico haya visto en mucho tiempo. Desagradable, cruel, perturbadora, tristísima. Y donde el despliegue físico de cuerpo, rostro y mirada de Joaquin Phoenix se convierte en un recital de puro genio…” 

 Muy buen Cine, Amigos, y todo mi reconocimiento, que cumplidamente se lo merecen, a Todd y Phoenix

Manrique