miércoles, 23 de marzo de 2011

Liz Taylor, con un beso.

1 comentario:

  1. Muy bien, Marga.

    La verdad es que Liz Taylor resultaba algo mayor para haber sido uno de mis ídolos cinematográficos juveniles.
    Ni que decir tiene que a mis 16 años no supe, ni podía, "apreciar" la calidad interpretativa de la monumental bronca matrimonial, aderezada con grandes cantidades de alcohol, en que básicamente consistía "¿Quién teme a Virginia Woolf?" en la que el matrimonio protagonista era encarnado por el matrimonio real Burton-Taylor. Las malas lenguas decían que no actuaban...

    Antes hicieron de Cleopatra y Marco Antonio en la película más cara rodada hasta esa época, después con uno de los gurús del cine "de porestigio intelectual" de esa época, Joseph Losey, rodaron la extraña "La mujer maldita" ("Boom" en original) También hicieron otras películas pero prefiero quedarme con el recuerdo de "Gigante" cuando Liz llegaba a dudar entre su esposo, rico ganadero tejano (Rock Hudson, su gran amigo en la vida real), y el inquieto y rebelde joven que se convertía del día a la mañana en un millonario al encontrar petróleo en su desértica finca (papel representado por el ídolo de las jovencitas de entonces, James Dean, muerto en accidente conduciendo su Porsche muy poco después). Los enanos que íbamos a la sesión doble el sábado por la tarde abríamos mucho los ojos y nos asomábamos a aquella ventana mágica por la que veíamos la idealizada América.

    Hasta siempre, Liz.

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