El 2 de septiembre de 1941
las fuerzas de la Wehrmacht, al mando del mariscal von Leeb, iniciaron
el asedio de San Petersburgo, la Leningrado bolchevique. El asedio duró hasta
el 12 de enero de 1943, fecha en la que las tropas soviéticas consiguieron
levantar el cerco alemán a la ciudad. 500 días de lucha que despertaron el
ardor patriótico de los sitiados, entre los que se encontraba Dmitri Shostakovich,
nacido en esa ciudad en 1906 y considerado ya un reputado compositor, aunque
cuestionado, en numerosas ocasiones, por los órganos oficiales y oficiosos de
la URSS, por su supuesta música decadente y su falta de compromiso aparente con
la revolución. Años más tarde Shostakovich acabaría siendo diputado del Soviet
Supremo.
Shostakovich escribió
su séptima sinfonía durante el asedio alemán a Leningrado, en muy corto
espacio de tiempo para los estándares habituales, con la intención de que la sinfonía motivara a la
resistencia a los ciudadanos de Leningrado
frente al invasor alemán. Se estrenó en marzo de 1942 con un éxito sin
precedentes y la sinfonía se convirtió pronto en todo el mundo en un símbolo frente
al nazismo. A Shostakovich le gustaba matizar que la sinfonía Leningrado era un
símbolo frente a todo tipo de nazismo y un homenaje a la ciudad que “Stalin
destruyó y Hitler remató”.
Con estos antecedentes, ya puede adivinarse que la séptima
sinfonía de Shostakovich tiene un lenguaje musical apasionado, cercano al
ambiente bélico y al totalitarismo que la rodeaba durante su gestación. El
primer movimiento, el más famoso, tiene una melodía sencilla, que se repite “in
crescendo” innumerables veces, tensionando al extremo al espectador, a la
forma, quizá mal comparada, del bolero de Ravel. El segundo movimiento, con
protagonismo de la música de viento y las arpas y el tercero, un adagio con
momentos de gran sensibilidad, dan paso al cuarto, que comienza con una apabullante
marcha fúnebre y finaliza con una espectacular conmemoración de la victoria
frente al invasor, con la orquesta, cuerda y viento, a todo volumen y la
percusión completamente “desenfrenada”. El final es apoteósico y muy difícil de
olvidar para quien lo haya escuchado alguna vez.
La séptima sinfonía Leningrado de Shostakovich dirigida por el
americano James Conlon es la composición seleccionada en el programa de la Orquesta
Nacional de España de este fin de semana. En la representación del viernes la
sala del auditorio nacional estaba al 80 % y el público disfrutó premiando a la
orquesta y a su director con fuertes aplausos y numerosos bravos.
Sin duda merece la pena escuchar la Séptima Sinfonía
Leningrado de Dmitri Shostakovitch y esta puede ser una buena oportunidad para
ello.
JRL (13-12-2014)
Y para mí lo ha sido, ya que hoy he tenido la suerte de disfrutar este concierto del ciclo anual de la ONE en su habitual tercera y última ejecución de domingo a las 11:30, lo que me permite refrendar plenamente la opinión de José Ramón sobre su enorme atractivo y agradecerle el aviso, que he aprovechado.
ResponderEliminarMuy similarmente a lo que José Ramón señala, yo diría que hoy la ocupación también rondaba el 80% (saqué la entrada esta misma mañana) y que los aplausos y bravos al final han sido mucho más que notables (y tanto más ya que hubo un pequeño homenaje posterior a dos maestros de la OCNE que se jubilaban con este concierto, a los que se les ha entregado sendos ramos de rosas e interpretado en su honor un mínimo corte de Wagner).
Me agrada daros la buena nueva de que el concierto de esta mañana ha sido grabado por las cámaras de TVE, por lo que, con seguridad, lo emitirán en "Los conciertos de La 2" (y espero poder avisaros de su emisión).
Si tenéis la oportunidad en el futuro, no os perdáis disfrutar de la maravillosa 11ª Sinfonía "1905" de Shostakovich, desde mi punto de vista no inferior a la 7ª, de la que ya os hablé en un comentario que hice a la aportación original que José Ramón subió al Foro el 5 de junio de 2011 comentando la 3ª Sinfonía de Mahler.
Por último, quiero agradecerle al Cinéfilo (desafortunadamente "mudo" todavía) que hace unos 20 años me recomendó vivamente a Shostakovich como uno de los mejores compositores del Siglo XX, lo que yo, ahora, también opino.
Muy buena Música, Amigos.
Manrique
Me dice Manrique que el asedio a Leningrado no terminó hasta el 14 de enero de 1944. Lo he comprobado y, como siempre, tiene razón. Lo que ocurrió el 12 de enero de 1943 fue una gran victoria de los soviéticos en la denominada operación Iskra que expulsó a los alemanes de sus fortificaciones al sur del lago Ládoga en Leningrado. Total que siguió el asedio de los alemanes un año más, pero un poco más blando.
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