martes, 13 de enero de 2009

Australia

Una larga película que para contarnos el problema de la integración de los aborígenes tiene que darse un largo paseo en plan western para seguir por una especie de Pearl Harbour y volver al campo. Una estructura de personajes estereotipos, bueno – malo, y una línea argumental muy previsible. La verdad es que cansa y dice poco, con escasa profundidad. Los actores, regular; Nicole Kidman forzada y “el bueno de Drover”, interpretado por Hugh Jackman, es el típico “bueno” americano, hombre capaz de todo.

Bonita? Sí, es posible pero con una fotografía demasiado convencional, muy de postal. Lo peor, desde luego, el guión, con gags y secuencias remedo de varias películas ya vistas como Memorias de África, (la copa en el bar exclusivo de hombres donde se reconoce el valor de la mujer valiente, la actitud de Drover apareciendo y desapareciendo sin querer compromisos) pero más simple y demasiado explícita, esa secuencia en la que el hermano de la amada muerta le explica a Drover cuál es su problema es casi un insulto a la inteligencia del espectador. Estoy de acuerdo con Javier Luengo en su comentario, incuso en el hecho de considerarme con menos ciencia que la mayoría de los que aquí escriben, pero no creo que nuestra opinión se deba a querérnosla dar de listos sino a que no nos gusta que nos tomen por tontos.

En definitiva, cine fácil y predecible que termina cansando.

Pedro.

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