Queridos "Cinéfilos":
Hace ya varias semanas fui a ver "Incendies" a los cines Golem, película que llevaba unos tres meses siempre en el tercer o cuarto puesto de la tabla de valoración realizada con las opiniones de los críticos de los 8 o 10 medios de prensa supuestamente más importantes de Madrid.
Estoy bastante de acuerdo con esa clasificación global, ya que es una película, en mi opinión, muy bien realizada, excelentemente interpretada, con un impactante arranque, eficaz fotografía ... y una resolución que a mí no me gustó demasiado.
Una mujer madura, cristiana libanesa, culta, emigrada al Canadá, con un aceptable nivel de vida social pero callando un dramático pasado, fallece por causas naturales de forma muy rápida. Su hijo e hija, gemelos veinteañeros, únicos parientes, ya plenamente canadienses, reciben junto con su testamento el encargo de que busquen en el Líbano a su desconocido padre (que ellos creían muerto) y a un ignorado tercer hermano y les entreguen sendas cartas que ella les ha dejado escritas. Mientras no lo hagan, pide que su entierro sea puramente temporal, ya que no podrá descansar en paz hasta que sus hijos cumplan el mandato.
Madre e hija, en el civilizado Canadá, 25 años después |
Hasta ahí podría ser una historia de denuncia, bien hecha, pero tiene dos o tres aspectos que me crujen un poco: determinadas circunstancias de la trama difícilmente asumibles, unos aspectos formales de la imagen brutal de una masacre que no encajan "estéticamente" en los datos que yo tenía sobre esa guerra (aclaro: no porque yo exculpe a cualquiera de las partes actuantes en ella, ya que personalmente considero archiprobado que, en todas las guerras civiles, los "sádicos natos" de cualquier bando que domine una zona suelen hacerles pagar a sus adversarios indefensos todas las "deudas pendientes", reales o imaginarias, de las últimas décadas) y el insólito desenlace.
Ante la masacre |
Lo dicho: Si no hubiera sido por esos aspectos del guión, la hubiera considerado mucho mejor y me hubiera apresurado a aconsejarla sin dudas. Tal como están las cosas, creo que es bastante mejor que la mayoría de lo que dan en los cines, pero que será suficiente con verla el lunes que corresponda en TVE2: es típica de ese nicho y, en esas circunstancias, sí la aconsejaría sin dudas, a pesar de mis "peros".
Me apunto la frase de un crítico (Eduardo Casanova): "pero en el poso queda el mensaje de la irracionalidad de los odios y de la violencia descerebrada y la apuesta por la comprensión, el perdón y la convivencia".
La estupenda actriz protagonista, Lubna Azabal |
Me hubiera encantado haber podido conocer la opinión de Oriana Fallaci sobre la trama de esta película. ¡Ella que tanto se involucró, personalmente, en esa guerra! (y en otras muchas, hasta en el 11S cuando ya casi se estaba muriendo, ¿verdad Space Cowboys?) Tráiler en YouTube
"..., y que se visualiza en escenas sorprendentemente duras, inexplicables, intolerables, como la del fatídico encuentro de un autobús con un grupúsculo de milicianos, donde se da una definición rotunda del fundamentalismo (con esas «postales» religiosas en las metralletas), que es cuando tu dios aprieta el gatillo"
Buenas noches:
ResponderEliminarUn activo Cinéfilo que siguió mi consejo de ver la película ayer en TVE2, me comenta que a él tampoco le gustó el final.
La verdad es que quizás debí ser más explícito en mi crítica original. Ahora, lo voy a ser en este comentario adicional, exponiendo mis pegas a la trama, por lo que si esperáis ver la película alguna vez, os sugiero no seguir leyendo (aunque no desvelo explícitamente la principal "sorpresa"):
La trama es muy "alambicada" e imposible de asumir la serie de "casualidades" en las interconexiones que se descubren hacia el final.
Ya "paso a paso", me volvió a resultar incomprensible:
Que tras asesinar la madre al líder de la Falange cristiana, no la ejecutara su escolta y colaboradores tras "amigablemente" haberla interrogado a fondo para que delatara todas las conexiones posibles, asumiendo que hubiera logrado un puesto tan familiarmente íntimo como profesora interna del niño hijo del líder, cuando estaba bastante claro que ella, a pesar de ser cristiana, pertenecía a la facción progresista estudiantil.
Que a su hijo primero, ya convertido en un francotirador letal palestino, tras ser capturado en combate por la Falange, no lo maten de inmediato y encima se convierta en torturador de prisioneros palestinos.
La casualidad de que un ex torturador de la Falange, presuntamente auxiliado por ella, se refugie en el mismo país y ciudad del planeta Tierra que su madre, ex colaboradora destacada de los palestinos "duros" (y si era así, ¿por qué la familia palestina que ofrece un té a la hija cuando llega 20 años después buscando las raíces de la madre, al conocer su nombre le indican airadamente que no es bien recibida?).
La cronología de los hechos: Los gemelos parecen tener no menos de 25 años. Su padre, cuando los engendra, otros tantos y él debió nacer no antes de, como pronto, 1966-7, ya que en la tumba de su madre se lee que nació en 1949. Pero en 1966-7 el Líbano era todavía un oasis de paz como para que los hermanos de la madre lo mataran de un tiro, por lo que me inclino a pensar que debió nacer ya en los primeros 70, por lo que 1970 + 25+25 = 2020, vamos, todavía no podía pasar la historia. La película es de 2010.
Una crítica mía de tipo, digamos, "político", es que los únicos "malos" de la película son los cristianos (por cierto, no puedo entender por qué los milicianos de la Falange cristiana que realizan la matanza asaltan el autobús que masacran disfrazados de miembros de Hizbolá. ¿Para qué?, si no iban a dejar ni un solo superviviente. Ni siquiera a la niña de dos años... En cambio no se explicita ninguna matanza ni atentado por parte de los palestinos radicales ni, curiosamente, del ejército de Israel, cuando los judíos han aplicado implacablemente la ley del Talión en esa infinita guerra.
Eso sí, reitero que la "factura" y desarrollo dramático de la película los seguí encontrando formidables.
Buen Cine, amigos, aunque otra vez fallos del guión, al menos para mí, dejen en notable lo que podría haber llegado a ser sobresaliente.
Manrique