Queridos “Cinéfilos”:
A veces me entusiasman algunas películas que representan una ruptura formal o una innovación en el estilo, como el ejemplo paradigmático, al menos para mí, de “Dogville”, pero de vez en cuando aparece una película formalmente clásica que cuando termina descubres que ha sido tremendamente amena, reflejando una historia con tonos grises, inserciones negras, guiños verdes y destellos rosas, lo que resulta en un collage muy atractivo y, además, con muy buen fondo… Es el caso de la argentina "El secreto de sus ojos", excelentemente dirigida por Juan José Campanella.
Un muy atrayente guión (únicamente chirría un pelín el golpe de suerte de encontrar una aguja entre ¿30000? pajitas o cierta dificultad en aceptar algunas soluciones que son esenciales para el mensaje central de la película, pero ¿acaso no nos maravilló “El coleccionista” o no nos han sorprendido algunas recientes sórdidas historias centroeuropeas?, claras referencias, ¿no?), muy buena interpretación de Ricardo Darín, Guillermo Francella, Soledad Villaamil y el "gallego" Javier Godino (una cinéfila, que me la ha alabado, solamente le pone una pega a la película, fallos en el maquillaje de algunos personajes al envejecer tras una elipsis de 25 años en la historia), dirección, correcta fotografía realista,…
Si esto fuera una crítica gastronómica, estaríamos ante el símil de un sobresaliente plato de la cocina galaica: excelente materia prima con una preparación sencilla. No es de extrañar: en Argentina hay muchos gallegos. A lo mejor la madre de Campanella lo es.
Absolutamente aconsejable. A mi acompañante le pareció de lo mejorcito que ha visto en los últimos años. A mí también.
Buen Cine, Amigos.
Manrique
De acuerdo, yo he visto tres películas en una:
ResponderEliminarLa primera y mas obvia, una película policiaca mas bien floja, muy apoyada en la casualidad ( la parte gris? )
La segunda una película política que nos enseña bastante bien como los absolutismos, en realidad los sistemas que se consideran a sí mismos por encima de la ley, necesitan a los peores elementos de nuestra sociedad para medrar ( la parte negra? )
La tercera, que más que con diálogos está interpretada con miradas, es la relación personal entre un hombre y una mujer que han trabajado juntos muchos años ( la parte rosa? )
El resultado es que se pasa el tiempo volando y... es curioso pero cuando el tiempo se va con rapidez casi nadie piensa que lo ha perdido.
Seguid bien.
PD. No os emocionéis con la parte verde que dice Manri, porque no hay.