lunes, 12 de octubre de 2009

Ágora

La película comienza sorprendiendo con la calidad de su recreación de Alejandría y el lujo de detalles arquitectónicos entre los cuales la cámara se mueve con maestría, en este asecto nos recuerda a Gladiator a la cual posiblementre supera.

Ahora bien, además del reportaje recreativo tipo National Geographic tiene que haber una película y ahí empiezan los problemas. Por una parte el tema es excesivo, o poco definido: la grandeza del Universo, la aventura del saber científico, la intolerancia religiosa, la discrminación de las mujeres... por otra parte la reconstrucción histórica es confusa, probablemente porque no se sabe lo suficiente, esto conlleva idas y venidas que confunden al espectador y a que algunos actores no sepan muy bien si están en una pelicula de guerrilleros sudamericanos o de romanos.
Para colmo de males la historieta paralela de amores y desamores es bastante floja.

El resultado es que la película, que es larga, se hace interminable. Al final Amenabar salva los muebles con los típicos títulos que te cuentan lo importante que fué la Biblioteca de Alejandría y lo malísima que es la Iglesia Católica con lo cual el espectador se reconforta pensando que al menos ha enriquecido su cultura, eso si acompañados por unos planos soberbios tipo National Geographic.

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