sábado, 27 de enero de 2018
Descenso al Infierno: "El hijo de Saúl" de László Nemes (Hungría 2015)
Queridos Cinéfilos:
Parece que, a estas alturas, ya estaría agotado en el Cine el tema de la Shoah, como en lengua hebrea llaman al Holocausto judío, terrible página de la Historia sobre la que se han rodado, supongo con seguridad, centenares de películas.
Pues no, en 2015 el director húngaro László Nemes, del que yo no tenía la menor referencia, filmó "El hijo de Saúl", cinta que ganó nada menos que el Oscar y el Globo de Oro a la Mejor Película de Habla no Inglesa, el Gran Premio del Jurado y FIPRESCI en Cannes, el BAFTA británico y el Donatello italiano a la Mejor Película Europea, y otros varios menos conocidos, que no copio para no aburriros.
A pesar de este palmarés creo que ningún Cinéfilo la ha comentado y, como la van a dar esta noche en La 2, a las 22:00, he decidido hacerlo brevemente, ya que la he visto en DVD hace pocos meses, para que tengáis una referencia de esta película a través de nuestro Foro.
¿Por qué verla?. No es fácil dar una respuesta clara que sea a la vez concreta e inequívoca, porque sería más exacto apuntar a varias razones parciales pero, como esto no es más que un comentario rápido, me quedo con la razón fundamental que yo daría: creo que es el más preciso "docudrama" que desde el interior del matadero, que fue Auschwitz-Birkenau, nos muestra cómo era el proceso "industrial", funcionando a plena potencia, para aplicar la "solución final" decidida por los más altos jerarcas de las SS nazis (en la reunión de Wannsee, enero 1942) destinado a borrar físicamente de la faz del Tercer Reich a los judíos, fundamentalmente, y, de paso, a otros estamentos "degenerados" y/o de razas "inferiores".
¿Por qué su título?: Por muy buenos técnicos que tuvieran los nazis, no debió ser fácil que, en menos de dos años desde la decisión de pasar a la "solución final", fueran capaces de poner en marcha su matadero estrella, entre otros, con capacidad para eliminar 3000, o más, personas por día con una sistemática precisa, pero que exigía un alto número de operarios que "manipularan" la ingente masa de víctimas.
¿Y quiénes hacían la labor de operarios?: Naturalmente ni un sólo miembro de las fuerzas SS que guarnecían los campos de exterminio (los efectivos del ejército profesional alemán estaban en el frente ruso y los altos mandos de las SS dudaban de su fidelidad nazi para emplearlos en la "solución final") aceptaba rebajarse a tocar a un judío, por lo que, para hacer esa labor, se reclutaban a los "capos", prisioneros del propio campo que a cambio de su "trabajo" recibían un trato algo menos horrible e incluso podían soñar con salvar la propia vida...
Saúl (Géza Röhrig, excelente en su papel, actor absolutamente desconocido para mí) es uno de los "capos" y un día encuentra entre el "material bruto" que se va a "procesar" a un niño al que "adopta", tratando de... No doy más datos.
La película es impresionante, oscura, agobiante y le hace a uno imaginar con más viveza el Horror, destilado y químicamente puro. Y todo ello sin excesos innecesarios: los nazis generalmente no aplicaban torturas extras a los condenados, tan sólo los "procesaban" como si fueran basura a eliminar.
Espero que tras leer esta reseña podáis decidir conscientemente si queréis verla o preferís no hacerlo.
Como es habitual en mis comentarios, incluyo varias críticas profesionales:
La de Luis Martínez en El Mundo: "La primera obra maestra"
"... Nemes, en la que es su primera película, huye con una precisión que asusta tanto del melodrama como de la espectacularidad impúdica de la violencia. No estamos, para entendernos, delante de la 'La lista de Schindler'. Tampoco se trata de un pueril ejercicio de estilo. Al revés, se trata de penetrar la sustancia misma del horror hasta alcanzar su más orgánica, fría e incuestionable dureza. Se ve únicamente el palpitar de una odisea a ninguna parte y, detrás, fuera de foco, el ruido de una pesadilla brutal e inmisericorde. Es cine enorme construido desde la intimidad. Es cine que duele, arrasa y, definitivamente, abre los ojos.
En 1989, el debutante Soderbergh ganó la Palma de Oro con 'Sexo, mentiras y cintas de vídeo'. Háganme caso y dejen un hueco e n su agenda. 'Son of Saul' es una cita inaplazable."
Muy completo artículo de Antonio Weinrichter en ABC: "«El hijo de Saúl»: La mirada pasmada"
"Después de ver «El hijo de Saúl», el rostro de Géza Röhrig, un actor húngaro de currículo relativamente corto, ya no nos abandonará de por vida. Interpreta a Saúl, uno de los «sonderkommandos» o «comandos especiales» que los administradores del campo de exterminio de Auschwitz tienen para ejecutar el trabajo cotidiano en una factoría de la muerte: pastorear a los presos hacia las duchas manteniendo la ficción de que sólo van a desinfectarlos, rebuscar entre sus ropas algún objeto valioso… (fundido en negro o elipsis o el recurso formal que prefieran para sugerir lo irrepresentable)… recoger los cuerpos exánimes arrastrándolos por el suelo, llevarlos a incinerar, esparcir las cenizas por el río. Los comandos los formaban judíos que gozaban de algún privilegio en el infierno del campo a cambio de sus servicios; pero su destino final iba a ser el mismo..."
Comentario de Sergi Sánchez en La Razón:
"... «El hijo de Saúl», en la que el debutante László Nemes, ex colaborador de Béla Tarr, consigue lo imposible; esto es, evitar los clichés sobre el cine de la Solución Final sumergiéndonos en una experiencia inédita gracias al rigor de su puesta en escena. Primo Levi, que fue superviviente de Auschwitz, decía que los «sonderkommandos» eran colaboracionistas, y que no había que confiar en su testimonio porque querían «rehabilitarse a sí mismos a expensas de la verdad». Saúl forma parte de un «sonderkommando», uno de los equipos de judíos y no judíos que, a cambio de unos meses más de vida y un plato de comida extra, conducían a los prisioneros a las cámaras de gas, las limpiaban de cadáveres, los llevaban a los hornos crematorios y tiraban montañas de cenizas al río. La cámara de Nemes se pega a la cara o la espalda de Saúl, y el formato académico de proyección, cuadrado ergo asfixiante, condena a lo que ocurre a su alrededor a un fuera de campo que no lo es del todo. El horror que le rodea está desenfocado o se expresa a través de un espectacular trabajo sonoro. Es decir, la película se desarrolla en el intervalo entre lo visible y lo invisible, un «entre imágenes» que hace aún más insoportable su visionado. Cuando Saúl cree reconocer en uno de los cadáveres a su hijo ilegítimo y se impone como meta enterrarlo bajo el ritual judío, el espectador ya está dentro del campo, vive el caos, el miedo, el absurdo, la crueldad de lo que allí ocurre. La película lo atrapa y no lo deja escapar hasta el final."
Impresionante película, muestra de un muy buen Cine, pero durísimo ... por histórico, Amigos.
Manrique
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Siguiendo la recomendación de Manrique, ayer vi "el hijo de Saul", que me pasó desapercibida en su momento. Me pareció muy dura. Con muy poco argumento, mantiene la atención del espectador hasta el final por la crueldad de las escenas. Plato de mal gusto. Cine histórico de un pasado del que no podemos sentirnos orgullosos.
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