sábado, 31 de enero de 2015

Los pollos también cuentan de izquierda a derecha

El artículo publicado en El País de ayer acerca de unos científicos italianos que han conseguido demostrar la afirmación que da título a este comentario,  me ha provocado unas reflexiones que necesito compartir.

En primer lugar, el solo hecho de que unas personas serias, como se supone que son los autores de la investigación, se planteen siquiera este problema me parece esperanzador. Cuando creíamos que los recortes –que no ajustes- presupuestarios en los países del sur de Europa habían conseguido cargarse la imaginación y las ganas de investigar de nuestros científicos, vemos que nuestros vecinos no han tirado la toalla, y siguen planteándose temas de investigación relacionados con la ciencia pura.

No creo que el objeto del estudio pueda dar beneficios prácticos a corto plazo,  por lo que ninguna empresa farmacéutica o informática estaría dispuesta a financiarlo. Una prueba más de la necesidad de mantener bajo control público aspectos tan estratégicos como la investigación básica. Y digo esto sin ironía ninguna, sino con envidia de la imaginación que siguen demostrado los italianos. Pero estoy convencido de que abre un nuevo campo apasionante sobre la relación entre las matemáticas y la mente, aunque como en este caso sea la mente animal, no la humana.

Me asombra no sólo que a alguien se le haya presentado la duda de si los pollos cuentan o no, sino de que también le preocupe saber cómo cuentan. Observando la naturaleza se han planteado dudas de consecuencias trascendentales, como por qué se caían las manzanas (Newton y su ley de gravitación universal) o por qué los pinzones de las Islas Galápago eran diferentes entre una isla y otra (Darwin y la teoría de la evolución). Sólo el hecho de hacerse una pregunta como estas, que a nadie se le había ocurrido antes, demuestra la inteligencia y la mente abierta de algunos científicos.

Y más apasionante todavía me parece el método elegido para demostrar su tesis de que los pollos cuentan de izquierda a derecha, como la mayoría de la humanidad. Lo de que los pollitos de tres días, después de  aprender a asociar la comida con un símbolo formado por cinco puntos negros, la buscan automáticamente hacia la izquierda si se les presentan ocho puntos, y a la derecha si el símbolo que ven es de dos puntos, demuestra claramente que no sólo son –de alguna manera- capaces de contar y de distinguir el concepto “dos” del concepto “cinco” o del “ocho”, sino que suponen que el cinco está situado a la derecha del dos y a la izquierda del ocho. Esto demuestra algo que todos intuíamos, pero que no sabíamos cómo comprobar: los pollitos pueden ser, en algunos aspectos, más inteligentes que algunos concejales gaditanos.

Lo digo porque en Cádiz hay unas cuantas calles que se numeran de derecha a izquierda,  con lo que un pollito, por muy inteligente que fuera, jamás encontraría el camino al gallinero.

1 comentario:

  1. Como chirigota, (ya que estamos cerca del carnaval y viniendo de Cádiz) no está nada mal. Pero es que los humanos no tenemos porqué ser lógicos, de hecho somos contradictorios y en esto reside, precisamente, nuestra libertad de expresión, que unas veces es lógica y sensata y otras arbitraria y colérica.
    ¿No tiene Jasmine, protagonista de Blue Jasmine una reacción colérica y sentimental al conocer la infidelidad de su marido, hundiéndose ella misma en un pozo de sufrimiento y dolor?

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