Queridos Cinéfilos:
El musical que más he disfrutado en mi vida, de los que he visto en directo, es una ópera (no
os asustéis los no aficionados a la ópera clásica, ésta es del siglo XX y, afortunadamente
en esa ocasión, con todos los textos cantados en español): “Ascenso y caída de la ciudad de
Mahagonny”, en la inauguración de “Las Naves del Español” del
“Matadero” de Madrid, en junio de 2007, montaje de Mario Gas, a la sazón director del Teatro Español, que, según las
críticas, superó de largo al que tres años después programó el Teatro de la
Ópera de Madrid con dirección escénica de La
Fura dels Baus. Desde luego en el que yo vi, con un irrepetible escenario
“apaisado” de 36 mts de embocadura y una anchísima grada de asientos para el
público a lo ancho de todo él con sólo siete u ocho filas de profundidad, visión
panorámica perfecta y un juego escénico que permitía que coches reales, con
aspecto de los años 20, pasaran velozmente de lado a lado del escenario,
orquesta completa en directo y ¡más de 60 intérpretes en escena!.
Punto fuerte
era la muy crítica historia vertida en acidísimas letras por Bertolt Brecht (si lees esto, LGS, ¿te acuerdas de nuestro, al
menos mío, primer Brecht cuando fuimos
juntos a ver “El círculo de tiza caucasiano” al María Guerrero en el curso
70/71, si recuerdo bien?, desde entonces masoquistamente acepto que BB me cante
las cuarenta de vez en cuando… por eso de la contrición penitencial, supongo,
porque ¡anda que el tío no te “atiza” con fuerza!; ¡cuánto me gustó “La persona buena de Sezuan” en el
María Guerrero en 2006!), pero no menos lo fue la magnífica música de Kurt Weill, compositor calificado por los nazis de “degenerado” junto
con otros artistas y autores, como Brecht,
Stefan Zweig, Thomas Mann, Otto Dix y
muchos más, por lo que escapó de su patria a la llegada de aquéllos al poder,
muriendo Weill en USA, donde trabajó
durante 15 años para el Cine entre otras áreas, sin haber vuelto a Alemania.
Me encantó “Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny” y supongo que también al Sr. Alcalde de la época (Gallardón) que en la función aplaudió a rabiar a 10 mts de mí, manifiestamente orgullosísimo del nuevo espacio cultural de propiedad municipal recién inaugurado (eso sí, con el horrendo nombre de “Matadero” por estar instalado aprovechando los restos de tan tétrico antecedente).
Ese no
había sido mi primer contacto con Weill,
antes ya había visto en el Cuartel de Conde Duque un humilde, pero muy
inteligente, montaje de otra ópera del tándem Brecht-Weill, “Happy End”, y, más recientemente, en
los Teatros del Canal, el firmado por Marina
Bollaín, de la famosa “Opera de los cuatro cuartos” (“Die
Dreigroschenoper” en su título original, traducido otras veces como de los tres peniques, tres centavos o de la perra
gorda) de los mismos autores, del que no me gustó nada su escenografía y
ambientación “actualizada” que ya critiqué aquí.
Tuve las primeras noticias de Ute Lemper hace pocos
años y, como las críticas eran muy buenas, me animé a escucharla en directo en
junio de 2010 en los Teatros del Canal en “El proyecto Bukowski”, cantando las
letras vitriólicas de ese poeta maldito americano en un montaje de Mario Gas, que también actuaba haciendo
del propio Bukowski rodeado de
libros, periódicos desparramados y botellas vacías, donde nos leía sus poemas
que inmediatamente interpretaba una fatalmente seductora Ute. Desde luego estoy plenamente de acuerdo con un comentario que he
leído según el cuál Ute Lemper es, sin
duda, la heredera viva de Marlene
Dietrich sobre un escenario. Pero no inventemos la
rueda. Mejor os transcribo la opinión de Julio Bravo sobre dicho espectáculo, que
suscribo al 100% y no soy capaz de mejorar su redacción en una coma:
“Tiene Ute Lemper un oscuro magnetismo, un
irresistible poder de atracción. Camaleónica, felina, sinuosa, poseedora de una
garganta caleidoscópica en la que habitan todos los sonidos del mundo, es una
de esas artistas a las que se adora o se detesta. Conozco algunos a los que no
les interesa nada. Yo estoy entre las víctimas de su hechizo, y me confieso
seducido por su arte, como he dejado patente cada vez que he escrito sobre ella
en ABC. Estos días se ha presentado en los Teatros
del Canal dentro de este descolocado Festival
de Otoño madrileño. “The Bukowski
Project” es el título de su nuevo espectáculo, en el que ha contado con la
colaboración de Mario Gas, responsable del revuelto
escenario y de la pretendidamente caótica puesta en escena. Bukowski, autor provocativo y
provocador, políticamente incorrecto, símbolo del realismo sucio y de escritura
áspera y comprometida, vivió, según cuentan, en permanente estado de
embriaguez; y es ese vaporoso ambiente el que se trata de reproducir en este
espectáculo donde Ute Lemper se
yergue majestuosa a bordo de unas canciones que tienen un perfume jazzístico e
íntimo. La alemana se agiganta, claro, cuando se sumerge en ese repertorio
canalla del que es referencia indiscutible desde hace muchos años: Kurt Weill, Bertolt Brecht, Jacques Brel...
A ellos se arroja con una entrega total, sabedora de que las canciones se ciñen
a su garganta como un perfecto vestido.
La seducción es total. Ute Lemper, vestida para matar, maneja a la perfección a su público, sabedora de que está ya entregado de antemano. Tira del hilo y lo va llevando hasta donde quiere tenerlo: callado, expectante, impaciente... Hasta que concluye con un emocionante “Ne me quitte pas” que es lo mismo que, entre ovaciones, le suplica al público mientras lentamente abandona el escenario”
La seducción es total. Ute Lemper, vestida para matar, maneja a la perfección a su público, sabedora de que está ya entregado de antemano. Tira del hilo y lo va llevando hasta donde quiere tenerlo: callado, expectante, impaciente... Hasta que concluye con un emocionante “Ne me quitte pas” que es lo mismo que, entre ovaciones, le suplica al público mientras lentamente abandona el escenario”
Pero no os
comento esto para provocar vuestra envidia, sino para aconsejaros que, si estáis
en Madrid hoy (a esta hora, imposible, ya ha empezado), mañana o el domingo y los “antecedentes” que os he trasladado os
han atraído, asistáis en el Auditorio Nacional de Música al concierto nº 15 del
ciclo III OCNE (tres pases: viernes y sábado a las 19:30, domingo a las 11:30)
en el que se integra la interpretación de “Los siete pecados capitales” por Ute
Lemper con un pequeño grupo vocal de apoyo y, naturalmente, con la Orquesta
Nacional de España. Los precios, como todos los conciertos de los ciclos
anuales de la OCNE, están muy subvencionados. Para los que no conocéis
el Auditorio: el domingo entre 16 y 4 €, aconsejo de 9 para arriba, ya que los
de 4 son entradas posteriores al escenario; viernes y sábado cuesta de 29 a 6
€. Yo ye pagado 13 por estar en la primera fila de butacas que, aunque no es lo
más aconsejable para oír una interpretación
sinfónica, sí me encanta para estar lo más cerca posible de la cantante.
Vamos, una oportunidad única para conocer a Ute Lemper por este precio, porque acabo de constatar que queda todavía un nº importante de entradas (¡debería haber escrito antes esto!, bueno no es así, que parece que no tengo abuela ... y a lo peor a nadie le interesa lo que escribo). Pero no
seamos obsesos de Dª Ute, que el programa completo es (para mí, todo muy
atrayente salvo Hindemith, que no es fruto de mi devoción):
§
J.
Strauss II (1825-1899)
Kaiser-Waltzer (Vals del Emperador), Op. 437
Kaiser-Waltzer (Vals del Emperador), Op. 437
§
P.
Hindemith (1895-1963)
Metamorfosis sinfónicas sobre temas de Carl Maria von Weber
Metamorfosis sinfónicas sobre temas de Carl Maria von Weber
§
F.
J. Haydn (1732-1809)
Die Schöpfung (La Creación), Hob XXI:2, preludio
Die Schöpfung (La Creación), Hob XXI:2, preludio
§
K.
Weill (1900-1950)
Die sieben Todsünden (Los siete pecados capitales)
Die sieben Todsünden (Los siete pecados capitales)
Obviamente no
puedo asegurar que la actuación de
Ute Lemper en este concierto me vaya
a gustar tanto como en “El proyecto Bukowski”. A lo peor
resulta más “fría” en un marco tan presuntamente clásico y, por otra parte, no
va a haber canciones francesas... Pero yo soy optimista y la espero con mucha
ilusión.
Según creo
haber entendido, al menos tres “Cinéfilos” vamos a estar allí el domingo. ¿Os
veremos a alguno más?.
Bueno, si
no estáis en Madrid, tomad nota, que uno de estos links es de una actuación de
Ute Lemper en Santiago de Compostela… ¿Vale JM de J-G?:
Entrevista
de hoy en el ABC con Ute Lemper: “Hoy
en día es terrible ser alemana”:
Comentario transcrito
de Julio Bravo de la actuación de Ute
Lemper en “The Bukowski project”
en los Teatros del Canal:
Comentario
de María José S. Mayo sobre “The
Bukowski project” en los Teatros del Canal:
Página
oficial de Ute Lemper en:
“Dans le Port d’Amsterdam”, canción que me encanta de Jacques
Brel, cantada por Ute Lemper:
Actuación
de Ute Lemper en Santiago de Compostela:
“Los Siete Pecados Capitales” por Ute Lemper:
“Alabama Song” de “Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny” por Ute Lemper:
Comentario
de Pérez Rasilla (con reparto completo y muchas fotos) sobre el montaje citado
de “Ascenso y caída de la ciudad de
Mahagonny”:
Otra, muy
entusiasta, de dicho montaje en:
Comentario
sobre el montaje citado de “La persona
buena de Sezuan”: en el Teatro María Guerrero:
http://www.madridteatro.eu/index.php?option=com_content&view=article&id=440:la-buena-persona-de-sezuan-&catid=63:informacion&Itemid=18
Buen TEATRO
y MÚSICA, amigos
Yo soy uno de los tres cinéfilos apuntados al concierto de Ute Lemper, a los que hace referencia Manrique en su comentario. Y tengo que reconocer que pocas veces me he alegrado tanto de haberle hecho caso y haberme acercado al Auditorio esta mañana de frío domingo en Madrid a escuchar este nuevo concierto de la ONE.
ResponderEliminarYo no conocía a Ute Lemper y me ha encantado su interpretación de "Los siete pecados capitales" de Kurt Weill acompañada de un cuarteto vocal" Die Singphoniker" de mucha calidad y aspecto voluntariamente algo anticuado. Pero donde Ute Lemper ha explotado ha sido en los bises, las dos propinas con que nos ha obsequiado. Ahí la intérprete alemano-americana se ha deshecho de la rigidez impuesta por el formalismo de la composición de Weill y ha dado rienda suelta a toda la musicalidad que lleva dentro. Dos composiciones americanas de los años 50 han sido suficientes para que el auditorio agradeciera su generosidad interpretativa con un unánime bravo(creo que dirigido por Manrique desde la primera fila de butacas).
Ute Lemper es una magnífica intérprete de música de jazz, cabaret y cine negro que recuerda a Marlene Dietrich, a Edith Piaff, a Liza Minelli a Lauren Bacall y a todas esas divas ocultas en el corazón de cualquier cinéfilo de nuestra generación, pero que canta mejor que todas ellas.
JRL ( 10-03-2013)