Los dragones son la representación del mal en el imaginario occidental. ¿Existen? y si es así ¿dónde están? La existencia del mal, a veces dando la impresión de dominarlo todo y el llamado silencio de Dios, exasperante para muchos creyentes, están en el fondo de esta película.
Película que nos cuenta una historia, una historia de la Guerra Civil Española, una historia que no es la de Monseñor Escrivá de Balaguer, es una historia dura pero que desgraciadamente se hace muy creible al final, cuando se sabe todo. Es cierto que la figura del fundador del Opus Dei es fundamental en la narración, pero no es su biografía ni mucho menos su hagiografía.
La película no pasará a la lista de las 10 mejores de la historia (que por cierto deben ser 25.000), pero tiene buen ritmo y capta el interés del espectador, aunque tiene algunos fallos de documentación; cualquiera que haya leido un poco sobre la guerra civil puede encontrarlos. Incluso parece que Escrivá no se exiló en Andorra como se afirma en la película, sino que pasó a Burgos en plena guerra.
Obviamente la película está escrita desde el punto de vista de un creyente y al final ofrece una respuesta sobre los dragones. Se parece a esta: a principios del siglo XX un periódico inglés publicaba las respuestas de los lectores a la pregunta "¿Cuál es a su juicio la causa de los males del mundo?" dicen que K.G. Chesterton escribió "Yo, señor director, soy la causa"
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