El otro día oyendo la radio medio me enteré, porque estaba a otras cosas, de que en el Verdi echaban una película que no había que perderse y que trataba sobre un artista. No recuerdo de qué estaban hablando ya que fué como un inciso pero recuerdo que no era un espacio de crítica cinematográfica. Fué tal la convicción de la chica que lo decía que decidí ir a verla.
Cuando llegué al cine no sabía ni el título y pensaba que el artista era un pintor. Más por descartes que por otra cosa me metí a ver "Searching for the Sugarman".
Desde que comienza la película se percibe la impresión de que vamos a ver un reportaje. Mi primera reacción fue de pavor - un reportaje - Yo había arrastrado a mi mujer a verla y un fallo podría tener consecuencias.
Sin embargo a medida que la historia se va desarrollando nos va cautivando cada vez más. Es la historia de cómo puede influir el azar en nuestras vidas, de cómo puede haber personas íntegras, de hasta que punto son ridículas las dictaduras. Y es una historia que ha pasado delante de nuestras narices hace cuatro días, especialmente de los que hemos trabajado en Bazán Madrid.
No os cuento más, no dejéis que nadie os anticipe de que va. Cuanto menos sepáis al entrar más os gustará haber ido.
Al menos esta ha sido mi vivencia.
La he visto hoy. Coincido plenamente con la opinión de Rogelio.
ResponderEliminarUn matiz: algo que me ha resultado asombroso. Casi al final de la película, en las imágenes reales del concierto en Ciudad del Cabo del 06.03.98, vamos ya con Mandela de Presidente, entre 5.000 asistentes (cifra que se comenta en la película), no pude distinguir a nadie "de color". La única explicación que se me ocurre es muy poco correcta políticamente y, por eso, me la callo.
Documental muy logrado sobre un caso inusual, pero real.
Buen CINE, amigos.
Manrique
Se me olvidaba: lleva más de seis meses proyectándose sin interrupción en el Renoir Plaza de España (eso sí, en una sala de no más de 40-50 butacas). Hoy estaba al 75 u 80% de ocupación.
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