Queridos “Cinéfilos”:
Hace pocos días, movido por unas pocas excelentes críticas, decidí que mientras el 90% de bilbaínos y madrileños veían la final de la Europa League Athletic-Atlético (mi más sincera enhorabuena a los seguidores del segundo o solidaridad con los del primero, que nos puedan leer) yo iría a ver “La gaviota” de Chéjov en el Teatro Galileo de Madrid para compensar su falta de espectadores esa noche, aunque fuera mínimamente,…. y a conocer esa importante obra que nunca había visto ni leído. Y no me arrepiento en absoluto ya que me pareció que:
La versión y dirección fueron muy buenas (Rubén Ochandiano). En este caso la actualización de la acción al tiempo presente no me cruje en absoluto, ya que no hay ninguna referencia histórica o cultural "perdida o ganada" que afecte a la trama.
El montaje me resultó inteligente y original, obviando decididamente un imposible realismo teatral, con el escenario en un rectángulo rodeado de espectadores (que, al tratarse de un teatro más bien pequeño, resulta muy cercano y los actores no tienen que “gritar” para ser oídos, facilitando la buena dicción y la inmersión del público) y con un claro guiño a la escenografía de “Dogville” (como podéis comprobar si os fijáis en un detalle de una de las fotos que adjunto, detalle que, por ser perfectamente superfluo para la obra, evidencia que es un puro homenaje a esa película, al menos yo así lo percibo).
En mi opinión, todo el reparto (¡10 actores!) actuó “volcado en su trabajo” y en algunos intérpretes el resultado fue excelente (a destacar el de Toni Acosta, la “Arkadina” protagonista, a la que no conocía previamente en absoluto, o la jovencísima Silma López, que en muchos momentos hasta parecía tener la misma carga genética que se le suponía a su personaje, Nina, la “gaviota”; la identificación de ambas con sus respectivos papeles me gustó muchísimo).
Y respecto a Chéjov, he de confesar que ha sido la primera obra suya que he visto en directo (grave pecado ahora que, tras veinte o más años de perseverar en su empeño, acaba de cerrar o va a hacerlo inminentemente el Teatro Chéjov, una pequeña sala alternativa que en su nombre se confiesa) y me ha parecido de “buena” para arriba. En muchas de las obras maestras de los autores dramáticos “cumbres”, paradigmáticamente Shakespeare, se nos ofrecen unas esencias destiladas de comportamientos y sentimientos humanos que se han convertido en ejemplos universales de tales actitudes (Macbeth, Hamlet, …) que nos dejan realmente maravillados. En “La gaviota” los personajes quizás estén menos “destilados”, pero se nos antojan tremendamente reales e intemporales sus sentimientos, por ello hasta más cercanos a la gente como yo, grises mortales que no nos podemos comparar ni en lo bueno ni en lo malo a Lear, Ricardo III, Enrique V o Marco Antonio, del gran dramaturgo inglés, o a Edipo o su digna y valiente hija Antígona, estos últimos de mi muy admirado Sófocles.
Una crítica al cartel anunciador: No me parece lógico ni justo que el nombre del Autor esté en caracteres tan pequeños ni, por otra parte, que la foto que se incluye no corresponda a una escena de la obra, sino al director de la misma junto con la actriz protagonista con su look fuera de tablas, por más que ellos dos hayan sido los impulsores de este montaje.
En el link adjunto, podéis ver un corto vídeo de este montaje en sus primeras representaciones en el hall del Teatro Lara hace una año, que ya obtuvieron muy buenas críticas, razón por la que ahora se repone, ya más en serio. El espacio teatral actual en el Galileo es, obviamente, mucho más amplio.
Conclusión: Salimos muy satisfechos y os lo comento por si os interesara ir a ver “La gaviota”, esperando que si lo hacéis, también os guste.
Buen Teatro, amigos.
Manrique
PD: La última vez que había estado en el Teatro Galileo (en esta sala interna, ya que en los Veranos de la Villa, antes de la crisis, solían montar en su gran patio aledaño unas funciones nocturnas con obras de Jardiel Poncela, combinadas con una cena a base de tapeo en mesas con sillas en vez de butacas, funciones a las que me consta que al menos dos Cinéfilos habéis ido alguna vez) fue en diciembre de 2003 cuando programaron, gracias al esfuerzo del director y adaptador Manuel Canseco, un extraordinario “ciclo tebano” incluyendo la trilogía formada por “Edipo Rey”, “Edipo en Colona” y “Antígona” de Sófocles, mas “Eteocles y Polinices” (esta última, una versión combinada de “Los siete contra Tebas” de Esquilo y “Las Fenicias” de Eurípides), resultando en un espectáculo integral que se ofrecía en dos tardes o, con una rebaja considerable de la entrada, concentrada en la del sábado en un maratón de casi siete horas. Seguro que alguna(s) decena(s) de lectores del Foro pensará “éste está como un cencerro”. Respondo: El ciclo se programó con motivo del 2500 aniversario de Sófocles. ¿Resistirá alguna figura "superestar" mundial del espectáculo, teatro o cine actual un 2 o 3% de ese tiempo activa en la memoria?.
Si me permitís el consejo: los del Brat Pack deberíais probar el Teatro Griego Clásico cuando se os presente una ocasión, tan magistral y ameno, pero, por favor, en un montaje sin experimentos iconoclastas de atrevidos "correctores" de aquellos genios de hace 25 siglos, huyendo de montajes en los que la guerra fratricida de los hijos del rey tebano, por ejemplo, se nos ilustre con soldados vestidos de marines americanos en Irak como figurantes o cualquier majadería semejante, como sufrí con la versión de "Las troyanas" en Las Naves del Matadero de Madrid hace pocos años y os comenté aquí…
Habrá que ir al teatro, si la chavalería nos lo permite.
ResponderEliminarYo leí La Gaviota hace tiempo y no me gustó demasiado, en este caso, creo que el teatro le puede sacar mucho partido a una obra así.
Hablando de Chéjov, muy recomendable cualquier selección de cuentos suyos, son muy buenos.
Hay unas cuantas, yo tengo varias de Alianza Editorial.
Saludos
¡He conseguido ir!
ResponderEliminarAcabo de volver y me ha parecido fantástica. ¡Qué modo de romper la cuarta pared (en el escenario, en las referencias, en los "apartes")! y menudos actores para poder hacerlo de un modo tan natural.
Hace mucho que leí el texto original, pero me da la impresión de que es una muy buena adaptación. Desde luego no "chirría" nada y los personajes cobran vida con una personalidad muy marcada. Es curioso como una escenografía en apariencia tan sencilla puede convertirse en algo tan grande.
Y tengo que repetir que los actores son fantásticos actuando a menos de un metro de las filas de delante y en algunos momentos hablando a los espectadores mirándoles a los ojos.
Gracias por la recomendación.
PD: Me encanta Antígona.