La película es muy lenta y cuesta
centrarse. Durante muchos minutos de cinta el juego consiste en
tratar de adivinar cual es el tema, o de qué va, como se dice ahora.
Sin embargo, en un momento de la
proyección puede que el espectador se de cuenta de que por ensalmo
del director Alfonso Cuarón, ha sido transportado a los años 70 del
siglo XX. Radios omnipresentes a todo volúmen, actividad
bulliciosa, claxons de automóviles, salidas dominicales de cines
atestados - ¡ay! cómo me dolió esta imagen cuando me di cuenta de
que estaba viendo la película en Netflix.
Pero ¿cómo es posible que la
recreación del ambiente de México DF en los primeros 70 presente
delante de mis ojos el ambiente de mi barrio de Argüelles en esa
época en Madrid? ¿será que no eran tan distintos? ¿será una
reedición del milagro de las lenguas de Pentecostés?
Una vez captados por la batuta de
Alfonso Cuarón vemos que la película tiene más mensaje que una
pura recopilación de recuerdos - he oido o leido por ahí
comparaciones con Amarcord de Fellini. Nada que ver, Roma tiene tésis
y muy bien expuesta, es uno de los alegatos contra el
machismo mejores que puedo recordar.
La verdad es que Alfonso Cuarón es un
gran director. Incluso el viejo truco de crear un personaje abyecto y
ridículo y asignarle después una ideología deleznable le funciona
y casi ni se nota.
¿Qué si recomiendo ver la película?
Eso es cosa tuya, a mi me ha encantado.
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