Queridos Cinéfilos:
Invitación para la presentación de "LOS CUADERNOS DE REKALDE" |
Confieso “que en mi vida me he visto en tanto aprieto”, por lo que podría aventurarme a relatar mis fracasos en un soneto, parafraseando el inalcanzable modelo del Fénix de los Ingenios hace cuatro siglos:
Hasta veinte veces he fracasado,
cumplidamente lo merece Arturo
y el libro de Rekalde, tipo duro.
¡Tanta derrota me ha desalentado!
…
La vergüenza torera me impide seguir, ni siquiera “inspirándome” en Lope. Continúo en prosa para poder terminar de una vez este comentario tras tantos múltiples desnortados intentos:
Nunca había tenido que comentar en el Foro ninguna obra literaria, musical o cinematográfica que hubiera realizado o en cuya generación participara ningún amigo, conocido o, menos aún, otro Cinéfilo, situación que en honor a la honestidad implicaría tener un exquisito cuidado para no sobrevalorar la calificación por amistad o caer justamente en lo contrario, por evitar lo anterior.
Hasta ahora, porque en la presente ocasión el autor de la obra, que por fin comento, es Arturo Martínez González, no sólo amigo mío sino también uno de los más destacados miembros activos de este Foro, como lo demuestran, principal pero no solamente, las crónicas de sus numerosos viajes por él aquí publicadas: Indonesia, la Ruta de la Seda, prolongada hasta Persia y Armenia, Georgia (la del Cáucaso), Brasil, Nueva York, Japón, Nápoles y la Costa Amalfitana, Grecia, el río Congo, Tánger y más sitios.
Pero es que Arturo, además de pertinaz Cinéfilo y amenísimo cronista de sus viajes, emprendidos siempre con un objetivo cultural y nunca destinados a estancias en un “resort” TI de una playa paradisíaca, es profesionalmente un magnífico ingeniero y como tal fue un cercanísimo compañero mío durante cuatro años en el más complejo, ingrato, correoso e imposible proyecto de nuestras (me atrevo a utilizar la primera persona del plural en vez de la del singular) vidas laborales (aclaro para los que trabajabais en IZAR o lo habéis hecho en el sector de la construcción naval: diseñar e implantar un completamente nuevo sistema de codificación de materiales común para el conjunto de todos los astilleros y tipos de buques ofertados por la Empresa y, en paralelo, buscando la mayor efectividad sinérgica, una paralela estandarización de componentes y productos intermedios repetitivos para ser aplicada en los procesos de diseño, acopio y construcción; ¡menudo embolado!, ¿no?; me atrevo a apostar que apoyarán mi calificación, si les consultáis, los también miembros del Foro José Ramón y Juan T., entonces altos responsables de la Ingeniería de IZAR). Ese proyecto fue como nuestro Stalingrado, con nosotros en el papel perdedor de los alemanes, aclaro. Para ser más correcto, políticamente hablando, y Cinéfilo, escribiré que al final de aquella pesadilla nos sentíamos más o menos como los dos jóvenes idealistas de “Leones por corderos” o, mucho mejor aún, como Butch Cassidy y Sundance Kid en la última secuencia de “Dos hombres y un destino”… y eso une mucho, ¿verdad?, Arturo von Paulus.
Trato de olvidarme de mi relación con el autor y paso a intentar juzgar de la forma más equilibrada posible “Los cuadernos de Rekalde. Diario de un superviviente”:
Como preámbulo, una aclaración: Arturo, ya en su prólogo, afirma que en esta obra él no es más que un adaptador para la publicación de un relato contenido en cuatro cuadernos manuscritos que llegaron a su poder de manera fortuita y afortunada, añadiría yo, que contenían las anotaciones a lo largo de dos años y medio, en forma de diario, de un curioso individuo español que en un determinado momento se autoidentifica, verdadera o falsamente, como Eliseo Rekalde, ¿vasco o gallego?, de pasado oscuro, arrancando como activista político en su juventud, convertido con el paso del tiempo en suministrador más o menos legal de armas de fuego, generalmente destinadas al mercado centro y sudamericano, no siempre producidas en el País Vasco.
Me parece que, como poco, Arturo ha mejorado en profundidad el original preexistente, como asegura que es, con su muy diestra pluma porque, como ya habréis testado todos los que hayáis leído sus crónicas viajeras, maneja perfectamente el castellano, con una redacción precisa y una sintaxis impecable, que dudo mucho fueran las formas originales en los cuadernos, condición de estilo que estimo absolutamente necesaria para poder calificar como sobresaliente cualquier obra literaria.
La historia que se nos narra es una auténtica odisea (hasta la cita que encabeza el tercer cuaderno es una adaptación para el particular caso de Rekalde del famoso poema de Constantino Cavafis “Viaje a Ítaca”, del que incluyo este enlace donde podéis conocerlo muy bien recitado por José Mª Pou en la Fundación Juan March, al que puso música y añadió alguna estrofa de su cosecha, en clave nacionalista catalana, Lluís Llach en su muy conocida homónima cantata) con delaciones traidoras, juicios sumarísimos, estancias en tétricas prisiones, huidas por tierra y mar, combates en la selva colombiana, un par de descansos en sendos refugios seguros y hasta una “movida” con los restos de una ballena muerta, la travesía de un gran océano en un carguero y una larga singladura a vela en una goleta a la que, por si faltaba algo, atacan los piratas smls al norte de Sctr…. (sic: complete las vocales el que lea el libro, no quiero adelantar más datos). Que conste que entre estas secuencias de esa “odisea” no he citado ninguna perteneciente a los antecedentes de la vida de Rekalde que se rememoran en la narración.
Es digna de destacar la habilidad del autor en el “montaje”, como se diría en cinematografía, para relatarnos unos hechos que se desarrollan con varios cambios de referencias cronológicas, por no utilizar el anglicismo “flashbacks”, perfectamente insertados, enganchándonos en una aventura humana secuencialmente engranada respecto a datos históricos y políticos constatables. Y este es uno de los aspectos más sólidos del libro: la abundantísima documentación que Arturo ha debido consultar y destilar para poder “transcribir” esta historia con fidelidad, datos de los que facilita su origen a menudo.
Son de agradecer las referencias gastronómicas, literarias y cinéfilas (que recuerde, una específica a “Feliz Navidad, Mr. Lawrence”) que salpican la narración de Rekalde, así como gotas de humor, como la secuencia de la compra de un bikini en un aeropuerto o la crítica al comportamiento de las masas de turistas en el típico complejo hotelero caribeño TI.
No es menos subrayable la verosimilitud de la descripción de los múltiples ambientes geográficos y humanos entre los que se desarrolla la trama (Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Indonesia…) lo que únicamente ha sido posible por la ingente experiencia de Arturo como culto viajero bien informado, no simple turista, por esos escenarios y, por lo tanto, “restaurar” los datos tomados de los cuadernos originales. Si no tuviera ese bagaje, no le hubiera sido posible “transcribir” el abigarrado contenido de unos cuadernos que, de una forma tan laberíntica, llegaron a su poder sin que él tuviera la oportunidad de haber conocido a Rekalde. Puestos a aventurar hipótesis, siempre cabe la posibilidad de que Arturo nos esté ocultando que sí lo llegó a conocer y hasta que le hubiera dado refugio en su casa en la costa gaditana, sin delatarlo a las autoridades, ya que no en vano varios presuntos servicios secretos andaban tras su pista. O que en el Bajo de las Puercas… Pero ya está bien de desvelar la trama y osar aumentarla con hipotéticas secuelas por mi parte.
Yo no sé si la comparación la encontrará Arturo acertada o rechazable, le agradará o no, pero a mí me parece que su estilo literario e inspiración están muy en sintonía con otro Arturo, Pérez-Reverte, lo que yo considero una virtud habida cuenta que éste, además de merecidamente exitoso y no banal escritor, es un notable académico de la RAE, y también subrayo que ambos prestan exquisito cuidado en documentarse más que suficientemente sobre el tema y las circunstancias de lo que escriben, otro aspecto fundamental para mí a la hora de apreciar una novela. También me parece que en ambos “Arturos” predomina claramente la acción sobre la introspección al tratar de sus personajes, lo que no quiere decir que sus personajes sean personas simples, pero nunca caen en disquisiciones, como hace muy a menudo otro académico con muy altos méritos, Javier Marías (creo haber leído que es el escritor español vivo con más éxito de ventas y mejores críticas en varios países europeos, especialmente en Alemania y Austria), del que la también Cinéfila Ana Moya ya era ferviente seguidora cuando la conocí, hará ahora unos 20 años. Aquí nos recomendó “Los enamoramientos”, novela que a mí me gustó mucho. Recientemente he leído un artículo de Pérez-Reverte en el que circunstancialmente revela que ambos académicos cultivan una fructífera amistad literaria, sin que para ello sean óbice sus estilos tan diferentes, en mi opinión.
Me ha sorprendido a lo largo de la lectura de “Los cuadernos de Rekalde” algo que a los más observadores ya os habrá hecho saltar una alarma: ¡Qué casualidad que Arturo haya visitado todos los países y zonas por donde transcurre la odisea de Rekalde! ¿O sería que en sus viajes nuestro colega iba guiado a posteriori por los hechos de los cuadernos que previamente ya habían llegado a su poder? Si leéis el libro, Arturo os responderá a esta cuestión en el epílogo, donde me quedé pasmado por cómo encajaban perfectamente los datos personales de sus viajes, que los Cinéfilos conocíamos a través de sus citadas crónicas en este Foro, con su proceso de documentación para esta obra. ¿O será al revés?
Inquietante dibujo alegórico de Escher |
Clarificadora puede ser la interpretación de lo que “cuenta” Arturo en la entrevista que le hicieron en RNE de Cádiz en mayo de 2017 en el programa “Se ha escrito un libro”, cuyo audio aquí está a vuestra disposición.
Recuerdo que Arturo ya presentó su obra en este Foro, insertando su prólogo íntegro para que tuviéramos un primer contacto. Más aún, en los “agradecimientos” al final del libro hay un reconocimiento específico por su parte al Foro como su primer ágora literaria, que todos debemos agradecer porque, como he mantenido muchas veces y reitero, éste es nuestro Foro, Cinéfilos, en absoluto mi Foro, por más que Marga lo bautizara con mi nombre.
Aclaro que fuera de Cádiz no sé cómo encontrar la novela, ya que imagino nada fácil, para un autor novel y publicado por una modesta editorial, El Boletín, conseguir distribución en librerías de referencia, como son Casa del Libro o El Corte Inglés, donde busqué hace tiempo y siguen sin tenerla en catálogo, al menos a esta fecha. A ver si conseguimos revertir esta situación entre todos los Cinéfilos. Copio aquí las dos direcciones de contacto que figuran en el libro impreso, el autor en eliseorekalde53@gmail.com y la editorial en contacto@el-boletin.com
En mi caso, la Violante que me metió en este lío de comentario, regalándome el libro con una cálida dedicatoria de Arturo, fue Marga, que me lo envió en julio pasado desde Cádiz, a la que quiero reiterar públicamente mi agradecimiento porque, si ella no lo hubiera hecho así, yo tendría que haber esperado a realizar de una vez mi permanentemente pendiente próximo viaje a Cádiz, visita que tantísimas veces estoy posponiendo, para poder conseguir un ejemplar, imprescindiblemente dedicado por Arturo, como el que gracias a ella he disfrutado leyendo.
Hasta aquí mi comentario literario sobre “Los cuadernos de Rekalde”, que concluyo con un claro consejo, ¡leedla!, Cinéfilos, porque creo firmemente que no os arrepentiréis. Que quién lo haga saque sus propias conclusiones y, a ser posible, aquí las comparta. Espero que, por una vez, alguien me haga caso en esto último.
Y por fin me despido de vosotros porque me gustaría enviarle al mismísimo Rekalde un mensaje a través de este Foro, ¿cómo o adónde podría hacerlo de otra manera?, pero como en el mismo voy a desvelar demasiados datos sobre su odisea, a lo peor “destripando” episodios del libro (el barbarismo anglosajón “spoiler” mejor lo dejamos para los “modernos”), prefiero hacerlo en una posdata cuya lectura os desaconsejo vivamente si no lo habéis hecho antes con el libro.
Buena y amena Literatura, una odisea muy bien documentada y excelentemente (trans)escrita, esta vez por mi amigo, compañero de ingratos trabajos y colega Cinéfilo en el Foro, Arturo.
¡Ojala obtenga con “Los cuadernos de Rekalde” el éxito de ventas y lectura que merece!
Manrique
PD (reitero, en la que se desvelan algunos hechos y circunstancias de la trama del libro).
A LA ATENCIÓN DE D. ELISEO REKALDE
Presunto ex timado (sic), y en tal caso también será por mí estimado, Sr. Rekalde:
Confiando que todavía Vd. no se haya esfumado definitivamente o (re)convertido en puro ectoplasma, éste es mi mensaje “en una botella”, que diría Sting, que le envío confiando que de alguna manera puede llegar a su conocimiento y, si lo considera oportuno, responderme, lo que le ruego porque espero que me aclararía las dudas sobre sus principios que me han asaltado tras la lectura de la transcripción de sus cuadernos. Si Vd. opta por hacerlo, le ruego que sea a través de este mismo Foro, ¿qué mejor medio?, además de que así sus razones quedarían accesibles para las personas que habiendo conocido sus cuadernos tuvieran la oportunidad, o el infortunio, vaya Vd. a saber, de destinar un rato a leer este comentario.
En el transcurso de su extraordinaria aventura a lo largo de dos años y medio, mas los retazos con algunos antecedentes muy significativos, nos relata Vd. cómo se involucra en una serie de conflictos por diversos motivos, desde el puro interés crematístico hasta la propia supervivencia, pasando por el apoyo activo a levantamientos armados por alineamiento ideológico o, en algún caso, incluso a un encubierto choque de egos por temas de “faldas” (“Cherchez la femme”, solían decir los franceses).
Con la sabia perspectiva que la edad da a las personas razonables, como confío sea su caso, me gustaría poder conocer su grado de satisfacción actual respecto a los resultados constatados de los proyectos en los que Vd., hombre de acción, cooperó entusiastamente a lo largo de su vida, ya que considero que la herencia que cada uno dejemos calificará nuestro paso por el mundo, según hayamos ayudado a mejorarlo, con nuestros aciertos y buenos actos, o degradarlo con nuestros errores y acciones que resultaron ya entonces, o posteriormente, reprobables.
Si me permite, revisemos algunas actuaciones suyas de las que nos ha informado en sus “cuadernos”:
Vd. desvela que en su juventud actuó como activista de extrema izquierda durante la fase final del franquismo y la siguiente transición democrática, en ETA durante los primeros años, al menos en mi interpretación de lo que Vd. cuenta, lo que hace que me salte una alarma en rojo porque en dicho entorno sería bastante coherente sospechar que Vd. hubiera llegado a pasar de la acción política a la “armada”, por utilizar la terminología de la citada organización, en esos años que militó hasta su abandono de la rama “dura” en la autodenominada VIª asamblea de esa organización en agosto de 1970.
La triste Historia es que ETA llegó a asesinar en España entre 1968 y 2011 al menos a 829 personas perfectamente identificadas, aunque la cifra que se le imputa varíe, según las fuentes, desde la anterior hasta los 955 muertos según la Asociación de Víctimas del Terrorismo, que contabiliza también el “misterioso” y pavoroso incendio del hotel Corona de Aragón de Zaragoza en julio de 1979, que causó nada menos que 78 muertos y 113 heridos registrados, ya que casi todos los huéspedes debían estar todavía en sus habitaciones al iniciarse a las 8 de la mañana y que su expansión fue “inexplicablemente” rápida, donde se alojaba el día del “siniestro” la viuda de Franco con su hija, yerno y parece que dos nietos, ¿posibles “objetivos”?, que escaparon ilesos. Aclaro que en febrero de 2009 el Tribunal Supremo reconoció que fue un atentado y que hubo al menos tres personas involucradas en su causa.
Por ser precisos también procede recordar que hace pocos años se desveló una víctima que parece no había sido contabilizada con anterioridad, aunque lo fuera en la modalidad “accidental”: Begoña Urroz, de 22 meses, que sufrió, nunca mejor aplicado el verbo, gravísimas quemaduras recibidas del estallido de una bomba colocada en la estación de ferrocarril de Amara en San Sebastián en 1960, según informaba El País en su número de 21.01.2010, lo que la convertiría en la primera víctima mortal de la naciente ETA. Lamentablemente no fue la única infantil, ya que al menos una decena fueron asesinadas no “colateralmente”, como las que dormían antes de amanecer en la expertamente dinamitada casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza (5 niñas entre los 11 muertos, y supongo que muchos menores entre los 88 heridos, porque una casa cuartel, como su nombre indica y todos sabemos, especialmente quienes la eligieron como objetivo de atentado, sirve para alojar a los miembros del instituto armado junto con sus familias) o a los que tuvieron la mala suerte de estar comprando en el Hipercor en Barcelona cuando ETA hizo estallar en su garaje un potente coche bomba (4 de los 21 muertos fueron niños), ambos atentados llevados a cabo en el año 1987.
He referenciado sólo estos tres atentados por su elevado número de cifras mortales, aunque tampoco fueron pocos los 12 jóvenes guardias civiles, en fase de formación, asesinados colectivamente en el atentado con coche bomba en la madrileña plaza de la República Dominicana en 1986, pero no quiero dejar de recordar el cruel asesinato individual a sangre gélida de Miguel Ángel Blanco en 1997 tras varios días de secuestro; ser concejal del PP en Ermua resultó ser su pecado mortal, (podéis ver un magnífico reportaje elaborado para TV en el décimo aniversario de su muerte), o en 1981 el 100% equiparable en maldad secuestro y asesinato del hoy casi olvidado José María Ryan, ingeniero de 38 años, culpable para ETA del terrible delito de trabajar en la construcción de Lemóniz, del que recuerdo en TV la desencajada imagen de su joven esposa y prole infantil al recibir la noticia, ni tampoco dejar de mencionar a las víctimas malheridas, como Irene Villa, que perdió sus piernas con 12 años. Para no alargarme más, tendré que ser injusto al no relatar toda la lista de atentados con víctimas mortales, de los cuales casi un tercio siguen sin estar policialmente resueltos porque se desconoce la autoría personal de los mismos, fundamentalmente por la falta de arrepentidos que aportaran datos de los responsables.
Teniendo en cuenta que la gran mayoría de estos asesinatos se ejecutaron ya durante la Transición y consiguiente normalización democrática en España, Sr. Rekalde, ¿se arrepiente de haber colaborado con ETA durante sus primeros años, aunque Vd. no hubiera llegado a participar personalmente en los atentados previos a su temprano abandono de la “rama militar”?
Tras haber trabajado años para la histórica empresa vasca Astra y Unceta y quedar en el paro cuando ésta se cerró un par de décadas después, Vd. se dedica a la venta internacional de armas cortas a personajes y organizaciones variopintas principalmente de los mercados centro y sudamericanos, oferta que acabó ampliando a la de armas largas de combate de producción y con destinos no siempre legales.
Durante una operación comercial con Venezuela, Vd. se reencuentra en 2003 con antiguos camaradas de lucha juvenil en España, ya reconvertidos en influyentes personajes al servicio del Gobierno Bolivariano, con los que colabora activamente hasta el punto de llegar a ser invitado a participar en entrenamientos de fuerzas de élite de la seguridad del régimen, además de establecer una relación estable con Malena, su antigua compañera de activismo en España, que a comienzos del siglo XXI es ya una destacada comandante de la Guardia Nacional Bolivariana, lo que afortunadamente no ha rebajado significativamente su legendario atractivo físico juvenil, ocupando un puesto tan sobresaliente en la milicia como para poder permitirse pasar juntos un romántico fin de semana en la residencia oficial de Isla Orchila, paraíso reservado únicamente para jerarcas gubernamentales o de la Armada.
Pero ¿qué ha pasado en Venezuela tras darle moviola avante una década?, Sr. Rekalde: Muerto el Presidente Chávez en 2013, fue nombrado sucesor Nicolás Maduro al que los candidatos venezolanos miembros de la oposición tuvieron la osadía de ganar las elecciones a la Asamblea Nacional Bolivariana (aclaro, órgano legislativo supremo creado en 1999 conforme a la nueva Constitución, estando ya en el poder el Presidente Chávez) en las elecciones legislativas de 2015, obteniendo 112 diputados frente a los 55 del partido gubernamental, mayoría que les hubiera permitido aprobar cambios legislativos profundos al disponer de más de 2/3 de los asientos de la Cámara, escaños que se esfumaron en su totalidad cuando el Presidente Maduro decidió disolver el parlamento elegido y sustituirlo por uno constituyente, con nuevas reglas de elección que dificultaban o impedían de facto la presentación de opositores, eliminando así de raíz la representatividad democrática del régimen mediante el puro y más duro derrocamiento del poder legislativo. Lo de disolver el Parlamento, ¿no lo hizo un canciller alemán, también con pelo negro y bigote, 82 años antes? A mí me suena que sí. ¿A Vd. no?, Sr. Rekalde.
Sigamos con Venezuela, donde el Presidente Maduro acompañó sus dictatoriales actuaciones con el encarcelamiento indefinido de gran parte de los líderes de la oposición, uno de los cuales, Fernando Albán, presuntamente se “suicidó autodefenestrándose” hace pocos días cuando estaba siendo “interrogado” por el SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional), en un edificio cuyos planos, publicados en la prensa española, muestran la inverosimilitud arquitectónica del relato oficial del suicidio. Sus familiares y amigos insisten en que las profundas creencias católicas de Albán no le hubieran permitido suicidarse. Por otra parte, no parece probable que hubiera llegado a tal grado extremo de desesperación, ya que no llevaba demasiados días detenido tras su vuelta a Venezuela de un viaje a la ONU, adonde se desplazó para denunciar la presunta represión política gubernamental en su país. A lo peor es que …hablaba demasiado.
Sr. Rekalde, como presumo que conoce tan bien como yo la canción, ¿cree que en la Venezuela de hoy procedería cantar de nuevo “Què volen aquesta gent?”? Si necesita el disco que la contiene, cantado por María del Mar Bonet, se lo puedo prestar. Lo poseo desde hace unos 40 años.
Completemos la situación: Como telón de fondo, el Gobierno Bolivariano ha acompañado su actuación política con paralelas medidas sociales y económicas destinadas a someter clientelarmente a la población, lo que es estrategia común de todas las dictaduras que ha habido, hay y habrá, de forma que para conseguir los bienes materiales esenciales para la vida, incluyendo los más básicos para la alimentación y la salud, es necesario disponer de carnets o autorizaciones facilitados por las autoridades, lo que físicamente mina cualquier disidencia ante la amenaza de “o me apoyas o no comes”. ¿Cierto?
El inevitable resultado en los últimos años ha sido la mayor caída del nivel de vida de la población registrado en la historia de ese país y de cualquier otro mundial en la época actual, descendiendo hasta niveles de pobreza incluso para escalas tercermundistas, con una hiperinflación anual de cinco dígitos (Refª ártículo de 05.09.2018 en El Economista: “Cómo Venezuela acumula una inflación de 34.680% en lo que va del 2018”) producto de una demencial, ¿y profundamente corrupta?, política económica, siendo Venezuela uno de los mayores productores de petróleo del planeta, obviamente nacionalizado.
Eso sí, parece ser que las élites bolivarianas están encantadas con su privilegiada presente situación y los altos mandos militares serán fieles hasta la muerte al Gobierno de Maduro, ya que seguirán disfrutando de un excepcional tren de vida, incluyendo el uso exclusivo de la Isla Orchila y "resorts" similares, mientras la población venezolana no “enchufada” ni siquiera tiene asegurado el acceso a alimentos y medicamentos esenciales. Necesariamente había que llegar a tal simbiosis Gobierno & Fuerzas Armadas, porque ningún régimen dictatorial ha podido ni puede sobrevivir sin una estructura piramidal represiva.
También es notable resaltar el importante apoyo internacional al Gobierno Bolivariano de los exquisitamente democráticos países con los que estrecha alianzas: Cuba, Irán, China, Rusia, Turquía…
Esto es simplemente una opinión mía: ¡¡Cómo recuerda el comportamiento del Presidente Maduro al de “Napoleón” en “Rebelión en la Granja”!! Los que conocéis esa fábula podréis juzgar el nivel de acierto o exageración de mi apreciación.
Alguien podrían argüir: Todas esas descalificaciones son intoxicaciones de la extrema derecha mundial. A ellos les sugiero leer la denuncia de la muy respetada ONG Human Rights Watch.
Sr. Rekalde, habida cuenta de todos los datos constatables que le he dado, ¿cree Vd. que debería entonar algún tipo de mea culpa por su ayuda hace años en la incubación de la versión bolivariana 2015 de “El huevo de la serpiente”, según bautizó Bergman ese tipo de apertura de la Caja de Pandora en su clarividente película?
Para cerrar este capítulo le hago notar que unos cuantos destacados miembros históricos del chavismo han tenido la honradez y el valor de abandonar sus puestos dirigentes (como la ahora ex Fiscal General del Estado Luisa Ortega, nombrada para el cargo por Chávez en 2007 y destituida por la anticonstitucional nueva Asamblea Nacional Constituyente en agosto de 2017 como represalia a sus críticas al Gobierno Maduro), teniendo que escapar subrepticiamente al extranjero por ello, poniendo en riesgo su libertad personal y familiar y con pérdida de sus patrimonios inmovilizables, requisados inmediatamente, como mínimo, cuando han constatado la inasumible deriva dictatorial del Sr. Maduro apoyado en su Guardia Imperial Pretoriana, perdón, Nacional Bolivariana, debí escribir para seguir aceptando las mentiras oficiales.
Si pasamos a tratar de Colombia, también sería interesante, Sr. Rekalde, que nos explicara cómo pudo ser que, considerando Vd. a las FARC como el brazo armado de la generalidad del pueblo humilde contra las muy minoritarias clases dominantes, según nos informa en sus cuadernos, hayamos sido asombrados testigos pocos años después, con ocasión del referéndum organizado para aprobar el acuerdo de paz del Gobierno de Colombia con dicha “guerrilla”, de como el SÍ, apoyado tanto por todos los simpatizantes de las FARC como por el propio gobierno del Presidente Santos (con su correspondiente aparato de poder oficial y partidarios políticos, contando además con el prestigio de su entonces recién recibido Premio Nobel de la Paz, precisamente por el citado acuerdo), contra todo pronóstico fue derrotado por el NO, cuyos votantes rechazaron los términos del pacto por considerar que en exceso se premiaba políticamente y amnistiaba a las FARC a pesar de su constatado sangriento historial terrorista e involucración en gran escala en el narcotráfico como medio de financiación de su lucha armada. Este inesperado resultado desmintió drásticamente su simplista idea, Sr. Rekalde, de que las FARC actuaban como liberadores del pueblo frente al gobierno y ejército opresores, tanto más cuanto que en las siguientes elecciones generales colombianas, vamos las últimas, ha ganado el partido que defendió el NO en el referéndum.
Tras estos constatados hechos, Sr. Rekalde, ¿reconsideraría su pasada entusiasta cooperación con las FARC?
Creo conveniente que sepa, Sr. Rekalde, que personalmente coincido plenamente con el “adaptador” de sus cuadernos, Arturo Martínez, en el rechazo de las insultantes diferencias sociales, y hasta racistas, existentes en muchos países latinoamericanos (interesante su entrevista en RNE, de la que he incluido un enlace en la primera parte de este mismo comentario), lo que constituye un caldo de cultivo ideal para la irrupción revolucionaria de extremistas soluciones radicales para aplicar políticas igualitarias, alternativas que no parecen haber sido medianamente eficaces en casi ningún país y, cuando rara y parcialmente lo han hecho, como es el caso en las zonas desarrolladas de China en los últimos 20 años, siempre ha sido a costa de mantener un estatus político basado en la eliminación de las libertades individuales por gobiernos más que extremadamente autoritarios, dictatoriales, que han asegurado la sustitución de las anteriormente existentes élites económicas por unas nuevas inexorablemente encuadradas por altos miembros del Partido Único. ¿Es consciente, por citar un ejemplo, Sr. Rekalde, de que la República Popular China es ya la segunda nación del planeta en volumen de consumo de artículos de lujo? Ello resulta bastante sorprendente cuando seguimos comprobando que las fotos actuales de la China profunda muestran una sociedad agrícola inequívocamente subdesarrollada.
El problema histórico es que cuando los movimientos populistas consiguen el poder de forma revolucionaria, operación en la que el vencedor siempre se mancha de sangre, tienden a “conservarlo” indefinidamente, con diferentes grados de falsedad desmintiendo su inicialmente supuesta actitud democrática.
Tomemos a Cuba como ejemplo paradigmático de gobierno americano calificado como “socialista” por una gran mayoría de la “progresía” occidental. Por estar Vd. con toda seguridad mejor informado que yo, le pediría que me facilitara algunos datos que no soy capaz de encontrar: ¿Cuál ha sido el número de diputados obtenidos por la oposición al gobierno castrista en las últimas elecciones a La Asamblea Nacional del Poder Popular en marzo pasado? ¿Y en las penúltimas? ¿Y en las antepenúltimas?… ¿Y en todas las anteriores convocatorias tras el triunfo de la Revolución en enero de 1959? Por favor, sáqueme de mi ignorancia.
Historia y Vida (y no me refiero únicamente a la prestigiosa revista barcelonesa con dicho nombre que insufló un aire de libertad entre los amantes de la Historia en España desde los finales 60, a la que yo estuve suscrito 15 años) nos han enseñado múltiples veces que no existe mayor opresor que un falso libertador, como tempranamente denunció respecto a la URSS el honestísimo George Orwell, convencido trotskista en su juventud y combatiente voluntario en la Guerra Civil Española en las filas del POUM, aplicando esa calificación a la tiranía estalinista, tanto en su muy merecidamente famosísima fábula “Rebelión en la Granja” como en su definitiva obra maestra “1984”, libros esenciales que parece que Vd. no pudo o no quiso leer en su vida. Se las aconsejo. Tampoco estaría nada mal para que entendiera algunas realidades políticas que leyera su autobiográfico “Homenaje a Cataluña”, donde narra su testimonio vital de los meses que estuvo luchando en primera línea en el frente de Aragón y su desconcierto total ante el enfrentamiento armado entre POUM y CNT contra ERC, PSUC y PCE en mayo de 1937 en Barcelona, donde él se encontraba convaleciente, tras lo que tuvo que escapar urgentemente para volver a Inglaterra para no ser represaliado por los vencedores de aquella pequeña guerra civil dentro del bando republicano, en plena Guerra Civil Española. Como Vd. parece ser aficionado al Cine, le recomendaría ver “Tierra y Libertad”, de Ken Loach, película interesante, aunque en mi opinión de guión demasiado simplista y “militantemente didáctico”, que trata precisamente de los meses que pasó combatiendo en el citado frente.
Supongo, Sr. Rekalde, que no será necesario que documente aún más la veracidad de mi diagnóstico. No lo sigo haciendo porque creo que es una verdad constatable por cualquier persona honesta medianamente conocedora de la Historia reciente y no deseo espantar a los ya aburridos lectores de este comentario, si queda alguno.
Volviendo a Vd., también me resulta “chocante” su excesiva querencia con personas que parecen tener un pasado oscuro y no desvelado de lucha política ¿por la libertad e igualdad?, como puede ser el de Anja, una polaca “progresista” que, caso insólito, se “ausentó” rápidamente de su patria cuando cayó la dictadura comunista que la había estado sojuzgando 40 años. ¿No es un comportamiento extraño en una amante de la libertad? O su emocionante reencuentro con Piero, el activista italiano colega suyo en los años 70, que en esa época llegó a ser experto fabricante de artefactos explosivos destinados a atentados. Pertinaz fidelidad ideológica la suya, por más que Anja se reconvirtiera en dueña de un entrañable local de copas en una playa ecuatoriana o el segundo, mejor aún, hubiera acabado creando una escuela residencia para jóvenes humildes en Indonesia. Durante su larga huida se dan bastantes otros ejemplos de sintonía ideológica, como con los alemanes Klaus y Helmut, los “tintinianos” Hernández y Fernández, la pareja francesa Brigitte y Marcel o Claudia y Mario.
Aunque fuera solo por variar, es una pena que en su periplo por América no haya tenido Vd. la suerte de contactar con algunos dignos misioneros de los 12.000 españoles que están por esos mundos de Dios ayudando a la gente pobre a salir de su postración, no por medio de la lucha armada, sino de la educación y mejoras en infraestructuras o establecimiento de organismos sociales cooperativos. Fíjese que su “negro transcriptor”, Arturo, agradece en una nota a pie de página en el libro el auxilio de “Sor Angustias” por traducir las frases que Vd. insertó literalmente en sus cuadernos según la fonía de la lengua de los ngöbe, tribu india centroamericana en la que dicha monja navarra estuvo colaborando como misionera muchos años. ¡Y Vd. sin enterarse!
Tampoco se ha topado en su largo recorrido por Centro América, Colombia y Ecuador con ningún continuador de las labores del Arzobispo Romero (canonizado hace dos semanas), ni del grupo del jesuita Padre Ellacuría, todos ellos asesinados en los años 80 por fuerzas paramilitares al servicio de la ultraderecha por su defensa de las clases humildes en sus países frente a élites explotadoras de ambición insondable.
Ya en Asia, es una pena que no tuviera la suerte de contactar con Kike Figaredo, que jamás puso una bomba y está dedicando décadas de su vida a mejorar la calidad de los camboyanos que han quedado mutilados por las antipersonales con que está ampliamente sembrado su país, como puede informarse en el programa “Héroes invisibles” en TVE. Lástima que Figaredo sea jesuita, lo que me temo le invalida ante Vd.
Por su edad y afición al Cine es presumible que Vd. haya visto “La misión”, de Roland Joffé, película de la que lo más notable no es su magnífica factura sino la impactante historia real que saca del olvido: la enorme labor civilizadora y liberadora de las misiones jesuitas en el Paraná y bajo Brasil, conocidas como “reducciones” hasta su prohibición real y expulsión de los jesuitas en el último cuarto del siglo XVIII (¡el de las luces!, y algunas sombras, me temo, como el diseño y la puesta en utilización industrial masiva de la guillotina en los años denominados históricamente como “del Terror” en la liberada Francia de Robespierre, por ejemplo).
Aclaro la utilización que he hecho del calificativo “liberadora”: Los indios que eran acogidos poblacionalmente en las “reducciones”, que funcionaban como comunidades autogestionadas de trabajo y propiedad compartida, se libraban de estar asignados a las “encomiendas”, que según tengo entendido eran ni más ni menos que derechos de señorío sobre los habitantes nativos de las grandes zonas que, en nombre de la Corona, las autoridades coloniales concedían a sendos grandes propietarios “encomenderos”, razón por la que estos últimos detestaban a los misioneros jesuitas.
Tomo prestada una frase de un artículo de ABC sobre las “reducciones”: ”Debido a sus resultados, la experiencia jesuita ha sido única en el Continente. Para muchos, fue la concreción de una utopía, «la fundación del reino de Dios en la Tierra»“.
La duda que me surge es, ¿no será que llevado por su declarado anticlericarismo, a lo mejor sería más exacto diagnosticarlo como anticristianismo, Vd. rechaza de partida a cualquier persona cristiana?
Resulta llamativo el retrato tipo espantapájaros que Vd. hace del único sacerdote con que presuntamente se topa, el capellán en el presidio de Isla Escudo: explotador inmisericorde de los presos, a los que cobraba sustanciosas comisiones por franquear y llevar sus cartas a Correos y traerles noticias desde el exterior, llegando hasta el extremo de exigirles favores sexuales a cambio de la “mensajería” si no disponían de dinero y Vd. afirma taxativamente que “No hay prisionero lo suficientemente viejo, enfermo o repulsivo como para que el cura rechace su cccc o bbbb como pago”. Aceptando que es posible que existan curas tan absolutamente despreciables como el que Vd. reseña, le juego mil a uno a que tal “bestia carnívora” no aceptaría en su menú carne de viejos o decrépitos “machos cabríos”, como es lógico que deberían encontrarse los encerrados en una cochiquera como Vd. caracteriza la prisión de Isla Escudo, pudiendo obtener tiernos “corderos lechales” en los campos del Señor del exterior.
Vamos a ver, Sr. Rekalde, difícilmente encontrará Vd. un fiscal más duro que yo para juzgar a un clérigo indigno, como lo son, por ejemplo, los cientos o miles de pederastas que ahora están saliendo a la luz y a los que ya Jesucristo señaló su castigo con aquello de que, de memoria escribo, “El que escandalizara a un niño, más le valiera atarse una piedra de molino al cuello y tirarse al mar”. Pero es que vuelvo a mi criterio sobre el tema de los falsos libertadores, ahora los religiosos, no los políticos: Para mí, no existe ser más despreciable que aquél que traiciona la sincera confianza de un inferior para explotarle o aprovecharse de él de cualquier otra manera.
Lo que ocurre, Sr. Rekalde, es que no me es fácil creer algunas de las cosas que Vd. cuenta de la penitenciaría de Isla Escudo porque ya he detectado un dato manifiestamente incongruente en su relato sobre ella: ¿Para qué tenían que medir nada menos que cuatro metros de altura las dos jaulas fijadas en la playa (las “nasas”) que Vd. afirma que estaban destinadas para torturar/dar una muerte lenta al prisionero castigado encerrado en ellas con las pleamares si en la costa caribeña de Panamá la amplitud de las mareas son del orden de los 60 cms y no llegan nunca el metro? ¿Se da cuenta de que con esas dimensiones las jaulas nunca serían mortales y hasta no resultarían excesivamente dolorosas por "inundación"? Da la sensación de que sólo resultarían diabólicas en la costa del Pacífico con sus mareas de más de 5 mts. ¡Lástima que la Isla Escudo se encuentre en el Caribe!
Francamente Sr. Rekalde, es inimaginable que Caracortada y sus secuaces desconocieran las alturas de las mareas en la isla que habitaban e instalaran un mecanismo de tortura que no torturaba, pero que Vd. afirma en sus cuadernos que sí lo hacía y hasta la muerte. Sólo se me ocurre una posible explicación para tamaña incongruencia: presuntamente Vd. lo ha debido soñar para dramatizar más su estancia en Isla Escudo. Pero entonces, ¿cómo podemos estar seguros de que sus drásticas descalificaciones para sus enemigos ideológicos y humanas virtudes que asigna a sus camaradas no están maniqueamente orientadas en sus sueños por sus fobias y filias en vez de reflejar la realidad?
Martin Scorsese fue mucho más cuidadosamente realista rodando la tortura de los católicos japoneses crucificados en las playas en su película de base histórica “Silencio”, claro que ésta le debe producir una repulsión inaceptable a su anticlericalismo cristiano, que no ateo ni mahometano, ya que Vd. se convirtió al Islam, supongo que más por interés que por convencimiento. Deseo que le vaya o haya ido bien en su nueva fe.
Por último, le voy a citar un antecedente que Vd. desconoce: el 11 de abril de 2007 escribí en este Foro un comentario sobre las películas con “valores”, con mi opinión sobre diversas categorías de dicho tipo de películas, apoyando la correspondiente a la tercera (que inserto en azul) con una cita del premio Nobel Octavio Paz (que inserto en rojo) cuando ya maduro hizo un examen de conciencia de sus actuaciones juveniles:
"Una tercera categoría, para mí muy valiosa, es aquélla en la que personas básicamente honestas descubren las faltas de 'los suyos' y actúan consecuentemente con su conciencia y en contra de sus intereses. Yo creo que una cosa muy loable y que es imprescindible para tener alguna autoridad moral, es ser capaces de reconocer los errores propios y de nuestra tribu, y, diría más, ser muy exigente con los nuestros para poder demandar lo mismo de los otros. Permitidme una cita de una antigua entrevista con Octavio Paz de la que he leído la transcripción en un suplemento cultural:"
"Ahora me doy cuenta de que el deber del escritor no es solamente mostrar los crímenes de los enemigos, sobre todo si esos enemigos son también los enemigos de la libertad. No se deben ocultar los crímenes del propio partido o del propio país. Hay una frase del doctor Johnson que es absolutamente exacta: «Ni el patriotismo, ni la lealtad ideológica, ni la lealtad religiosa pueden justificar que uno sea cómplice de los crímenes de su partido, de su familia o de su casa»“
Pues hubo un Cinéfilo que me envió un correo solidarizándose con mi comentario y, muy especialmente, con la cita de Octavio Paz que incluí: Arturo Martínez.
Le sugiero que actúe como Paz y Johnson aconsejan para revisar su vida y tomar justas y prudentes decisiones futuras, si se da la infinitesimal probabilidad de que Vd., estando vivo, lea esto. Soy un optimista feroz.
En tal caso, quedo a la espera de su respuesta a las dudas que quisiera haberle sembrado con esta larguísima carta, cruzando los dedos para que Vd. haya realizado un honesto examen de conciencia y, como resultado, lamente su presunta participación en aquellas acciones que finalmente resultaron manifiestamente contraproducentes para sus progresistas objetivos previstos. Si así fuera, Vd. sería, como otras muchas personas bienintencionadas de múltiples ideologías, un "ex timado" por falsos líderes y obtendría a cambio la socialmente insignificante categoría de "estimado" por mí.
Atentamente
Manrique
Respondo en dos partes, ya que el software en que se apoya nuestro blog no permite una respuesta tan amplia como Manrique se merece.
ResponderEliminarEn primer lugar, quiero agradecer a nuestro querido fundador por la lectura a fondo que ha hecho de “Los cuadernos de Rekalde”, y —sobre todo— por la crítica tan extensa que ha escrito. No es frecuente recibir comentarios que vayan más allá del “me ha gustado” o “le sobran cien páginas”. Dicho eso, voy a tratar de aclarar, confirmar o corregir algunas de sus afirmaciones.
En primer lugar, aunque agradezco el piropo, poco he tenido que cambiar al transcribir los cuadernos originales; he tenido la suerte de que Rekalde, salvando sus problemas con los pasados verbales y las comas, redactaba bastante bien, aunque quizás fuera un poco escueto. Uno de los lectores del libro, también ingeniero de carrera pero editor de profesión, me decía que echaba en falta en el texto la expresión de los sentimientos secundarios de Eliseo, aunque —añadía mi amigo— es verdad que la mayoría de los ingenieros no somos capaces de mostrar nuestros sentimientos, ni siquiera los primarios.
Es curiosa la referencia de Manrique al “flashback”, analepsis le llaman los teóricos de la literatura. Lo mismo me hizo notar Óscar Lobato en la primera presentación del libro. Tengo que confesar que transcribí los “cuadernos” antes de haber asistido a ninguna clase de literatura creativa. Estaba, parafraseando a Moliere, escribiendo una analepsis sin saberlo.
En cuanto a la anécdota de la compra del bikini, sigo sin saber si verdaderamente le ocurrió a Rekalde o se la apropió. Quizás sea una leyenda urbana, porque he escuchado a un excompañero del astillero de Puerto Real, cuyo nombre no voy a revelar, narrarla en primera persona.
Otra prueba de mi escasa intervención sobre los cuadernos originales, son las descripciones de los ambientes en los que se mueve el escritor-protagonista. Cuando transcribí el texto, no había visitado Colombia ni el Mar Rojo, y —por tanto— no había estado en contacto con las FARC ni con los piratas. Estoy en vías de solucionar esa deficiencia (la de viajar, no la de conocer a esos individuos); en septiembre pasé tres semanas en Colombia, como quizás hayáis leído en este mismo foro, y en febrero tengo intenciones de recorrer Yibutil y Danakil, que no es un fungicida, como he oído comentar en la cola de una farmacia.
Y no, no encuentro muy acertada la referencia a mi tocayo Pérez-Reverte, aunque casi acierta Manrique. Mi verdadero faro en asuntos de escritura de viajes y aventuras es otro Reverte, Javier, cuyos libros sobre África, Grecia o el Amazonas os recomiendo.
Sé que es imposible adquirir mi libro fuera de Cádiz. Como escritor novato que soy, la editorial que publicó el libro me tomó el pelo, y la distribución ha sido casi inexistente. De todas maneras, si después de leer la crítica de Manrique y esta respuesta, alguien tiene interés en leer el libro, no tiene más que escribir a cualquiera de las dos direcciones que cita Manrique, y con mucho gusto se lo remito, al módico precio de 15€, pagaderos en metálico o en vino. Y de regalo, con dedicatoria personalizada.
Y ahora viene la segunda parte:
ResponderEliminarEntro ahora a responder a las preguntas que Manrique le dirige a Rekalde en la segunda parte de su escrito, ya que estoy casi seguro de que el propio Eliseo no puede hacerlo. Como muchos de mis lectores —y sobre todo lectoras—, yo tampoco me quedé satisfecho con el abrupto final del último cuaderno. He dedicado los dos últimos años a intentar seguirle la pista al protagonista, y aunque no voy a revelar aquí los resultados de mi investigaciones, si leéis la segunda parte del libro, que espero publicar en breve, entenderéis la dificultad de que responda el propio Rekalde.
No es mi papel defender las acciones e ideología de Rekalde, que además no comparto totalmente. Él y solo él es responsable de sus actos. Simplemente, intentaré aclarar alguna de las dudas que suscita Manrique.
Dice Rekalde que él militaba en ETA VI Asamblea, lo que responde en parte a la pregunta que le hace Manrique. Esta organización surge de una escisión de la rama original de ETA, protagonizada por un sector más obrerista que nacionalista, y que defendía la lucha sindical frente a la acción armada. Poco después, este sector se fusionó con un movimiento trotskista, la Liga Comunista Revolucionaria. Es decir, que si nos creemos lo que cuenta Rekalde, es poco probable que participara o apoyara los múltiples asesinatos cometidos por la corriente principal de ETA. Él mismo habla de reuniones, reparto de panfletos y manifestaciones, acciones todas ellas que hoy serían perfectamente legales.
En cuanto a Venezuela, país tan de moda últimamente, es cierto que Rekalde hizo allí negocios, pero no recuerdo en ningún momento que colaborara con el régimen, fuera de la estricta intermediación en la compra de armas. Su estancia en isla Orchila, según él, se debe a sus relaciones con Malena, así como su entrenamiento paramilitar en río Cocollar. No lo he comprobado, pero creo que en ningún momento comenta o apoya la situación política de Venezuela en aquellos momentos, por cierto muy diferente de la actual. Leyendo sus reflexiones, dudo mucho que —si sigue vivo— apoye al actual régimen de Maduro. El mismo Rekalde parece haber sido víctima de alguno de los clanes-mafias que rodeaban a Chaves.
La cosa cambia en Colombia. Si sus primeros contactos con las FARC no son buscados por él, que se limita a intentar seguir con su negocio, es verdad que poco a poco se va involucrando en la lucha armada; no sabemos si por agradecimiento a los que le han salvado la vida, por amor a una mujer o por concordancia ideológica.
Tercera y última parte:
ResponderEliminarComo digo más arriba, he estado recientemente en Colombia, y he podido hablar con bastantes colombianos y alguna colombiana. Lo que me encontré es una situación de extrema división. Creo que la guerra civil ha durado demasiados años y ha dejado a pocas familias intactas, lo que explica ese lamentable encono. No se puede negar que las cuatro partes en conflicto (Ejército, FARC, narcotráfico y Autodefensas) han cometido todo tipo de barbaridades, pero también es verdad que una guerrilla no sobrevive cincuenta años sin un fuerte apoyo popular. El objetivo inicial de las FARC, recogido en parte en los acuerdos de paz de La Habana, era conseguir un reparto más justo de las tierras, arrebatadas a los indígenas desde los tiempos de la conquista, y acaparadas en gran parte por unas cuantas familias latifundistas. En ese sentido, me parece justa su lucha, a la vez que me alegro de que ese país haya avanzado tanto en el camino de la paz.
No comparto, evidentemente, las teorías de Manrique sobre la inutilidad de las revoluciones, pero creo que no es este el lugar adecuado para discutirlas.
A mí también me llamó la atención esa “querencia” de Rekalde por antiguos militantes de la izquierda más radical. Puede que hubiera en ello una cierta afinidad ideológica, o quizás que ese tipo de personas sean más proclives a ayudar a un fugitivo. Sinceramente, no lo sé, pero me imagino que Eliseo habría aceptado ayuda de cualquier persona que se la pudiera prestar, como de hecho sucede en Maracaibo.
Conozco las misiones jesuíticas de la “Triple Frontera”, que tuve ocasión de visitar hace años, y me admira la labor de aquellos iluminados, que parece ser fue la verdadera causa de su expulsión de España.
En cuanto a la figura del cura pederasta y violador, a los hechos me remito. Después de décadas ¿o siglos? de ocultaciones, está saliendo a la luz la vergonzosa conducta de un número no desdeñable de sacerdotes católicos, así como la no menos vergonzosa complicidad de las jerarquías eclesiásticas. Dada la extensión de los abusos, no me extrañó que Rekalde se topara con uno de los culpables. Lo que me llama la atención es el asunto de la altura de las mareas. En su momento verifiqué muchos de los datos que Rekalde recoge en sus cuadernos, e incluso visité algunas islas panameñas cercanas a isla Escudo, y ahora que Manrique lo dice, es cierto que la diferencia de nivel entre la pleamar y la bajamar no encaja con la descripción de las jaulas. Lo siento, pero no puedo explicarlo.
Lamento no poder contestar a todas las preguntas que Manrique le dirige a Rekalde, y lamento mucho más que no pueda contestarle el propio interesado.
Querido Manrique, me sienta muy bien tu agradecimiento público por haberte hecho llegar a las manos esta novela. Lo cierto es que pienso que esa tarea era mía. Posiblemente sólo hice lo que debía. Fui hilo conductor entre el Autor y el Lector. Creo que hice un regalo a tres bandas. Una carambola literaria hermosa. Y confieso que disfruté imaginándolo, haciéndolo y ahora recordándolo.
ResponderEliminarEn cuanto al nombre de este Foro, ahora que han pasado ya bastantes años, sigo pensando que se llama como se debe de llamar. Es como esos bebés que cuando nacen parece que ya traen el nombre puesto en la cara. Este Foro es propiedad de la coral de personas que participamos en él, pero el nombre no podía ser otro más que “El Foro de Manrique”. Me gustará contar aquí algún día cómo fue del nacimiento de este blog. Quiero hacerlo cuando sea capaz de restarle emotividad sin privarlo de encanto. Insisto, por todo lo que representa este sitio en el mundo virtual, este punto de encuentro, y por lo que representas tú, querido amigo, no podía tener otro nombre más que el que es.
Un beso.
Marga.