viernes, 9 de diciembre de 2022

"Surcos" (1951) obra maestra de J. A. Nieves Conde e iniciadora del neorrealismo en España

Queridos Cinéfilos:

El pasado viernes, a las diez de la noche, José Luis Garci presentó la película española "Surcos", dirigiendo el habitual debate posterior a su emisión en el programa de Cine de Trece TV "Classics", espacio semanal que permite descubrir, o volver a disfrutar, películas de probada calidad en una muy buena selección de cintas clásicas, lo que no ofrecen las otras cadenas abiertas de televisión, con excepción de La 2  de TVE en su programa de los lunes "Cine Clásico", pero en éste no siempre prima la calidad frente al éxito popular de algunas de las películas que emite ("Superman", "El bueno, el Feo y el Malo", "Aterriza como puedas"... no son precisamente obras maestras, en mi opinión)  y, desgraciadamente, sólo con una presentación grabada con voz en off de pocos minutos y sin un mínimo debate tras cada proyección, como sí, en cambio, hizo durante más de una temporada esa cadena, La 2, en su añorado programa "¡Que Grande es el Cine!", también dirigido por Garci, y mucho antes, durante la Transición, con el mítico espacio "La Clave", dirigido por José Luis Balbín, si bien en éste el debate posterior se centraba, más que sobre ella en sí, en un tema político o social presente en la trama de la película que fuera relevante con la situación histórica de nuestro país en esa singular época, en la que una gran mayoría del Pueblo  español reedificamos consensuadamente una solidaridad nacional, inexistente durante casi medio siglo de nuestra Historia, que ahora algunos, tan ignorantes, ¿o malintencionados?, como prepotentes, pretenden demoler.

"Surcos" (1951) es la obra maestra del director español José Antonio Nieves Conde, responsable de casi una treintena de películas, entre las que destacan otras dos muy buenas, "Los peces rojos" (1955)  y "El inquilino" (1957). Yo sólo la había visto una vez, hace bastante tiempo y por ello decidí grabar el programa completo y revisionarla con todo detalle. Me ha encantado, tanto por motivos ético/humanos como por su técnica, y por ello he decidido subir este comentario al Foro para animar a que la veáis a todos los que aún no la conozcáis, cosa que podréis hacer vía una web de pago o, si tenéis servicio de Movistar TV, recuperando la película de los últimos 7 días, esto es, hasta hoy inclusive, en su canal 42, a través del que se emite TRECE TV.  

La familia campesina llega a Madrid

¿De qué trata?: En esos años, en los que se produce en España un enorme movimiento migratorio del campo a la ciudad, buscando una mejores condiciones laborales como obreros en la construcción y la industria, una familia de campesinos, los padres, ya maduros, con dos hijos varones veinteañeros y una chica de 16 o 17 años, llegan para establecerse en Madrid, ilusionados porque esta gran ciudad creen que ofrece grandes posibilidades a gente con ganas de trabajar. alojándose como realquilados en un humilde piso de una corrala de Lavapiés, donde ya viven unos parientes de su mismo pueblo.

El hijo mayor y su novia madrileña

Pronto descubren que, como antes se decía, en Madrid "no se ataban los perros con longanizas, ni se apedreaban con lomos", vamos, que no era fácil conseguir un trabajo honesto medianamente pagado y que los recién llegados, "gentes de pueblo", como les llaman los ya establecidos, eran presa fácil para ser explotados y engañados por los desaprensivos en su nuevo entorno. De los dos hijos varones, uno acaba siendo captado por una banda de delincuentes a sueldo de un "señor" establecido, el otro malvive como chico de reparto de una tienda de ultramarinos  y la hermana pequeña, atractiva y con supuesta madera de cantante, es ... "engañada" miserablemente. 

Muy sucintamente expongo mis razones para calificarla tan bien:

  • Socialmente toma posición inequívoca a favor de la honrada clase trabajadora, en un retrato nada complaciente con la imagen oficial del Régimen de una España donde presuntamente ya se estaba instaurando un orden social justo. Pero es que el hombre es el lobo del hombre, y eso solo se puede revertir en una nación tras una largo periodo de desarrollo material y social, lo que obviamente era imposible en 1950, y es exactamente lo que ácida y amargamente denuncian el director y los  coguionistas en esta película (como el "No es esto, no es esto" de Ortega y Gasset en los primeros años de la República) , los novelistas gallegos  Eugenio Montes, Gonzalo Torrente Ballester (sí, el excelente autor de "Los gozos y las sombras" y otras magníficas novelas, como "Don Juan" y la rompedora "La saga/fuga de J.B.")  y la singular artista/cineasta Natividad Zaro. ¿Cómo consiguieron realizar y estrenar esta película con la censura de 1950? Difícilmente imaginable, pero se supone que fue esencial que al menos dos de los anteriores tenían conexión con el ala más progresista de la Falange, fracción absolutamente expulsada a todos los efectos del Gobierno vencedor tras el final de la Guerra Civil. De todas maneras, Garci comentó  que el Director General de Cinematografía fue inmediatamente cesado tras el estreno y éxito de crítica internacional a la película. 
  • Técnicamente es muy buena, con unas localizaciones en el humilde Madrid de la época que son documentación valiosísima de unos momentos durísimos de nuestra Historia. Consecuentemente la ambientación es realista al 100%, porque la acción tiene lugar exactamente en la época del rodaje. Similarmente el guión recoge unos modos y costumbres que hoy consideramos enormemente machistas, pero que me temo que lo único que hace es reflejar la realidad de la sociedad de esa época. 
  • Muy importante, porque es la primera película neorrealista española y, como tal, la que inicia nuestro Cine moderno (Garci dixit), que no desentona de las  mejores de Rossellini y los otros maestros italianos de este movimiento.
  • No quiero dejar de subrayar el realismo en las interpretaciones de los actores del reparto, de los que no reflejo aquí sus nombres por ser hoy en día no recordados en general, pero sí quiero hacer una excepción con la magnífica interpretación de María Asquerino como la madrileña que se "ennovia" con el hijo mayor de la familia llegada del pueblo, actriz ya consagrada y que fue muy famosa los años siguientes. Y añadiría a la entonces jovencísima debutante Marisa de Leza en el papel de la hija menor, también con una muy larga carrera posterior.
Tonia, la hija menor, en su debut artístico

No escribo nada más porque son casi las ocho de la tarde y reitero mi consejo de que veáis "Surcos" hoy mismo, si es que aún no la conocéis... y os da tiempo en Movistar "últimos 7 días"  o por otro método.

Muy buen Cine Español, Amigos.

   Manrique

PD:     El vídeo de la a presentación y debate posterior a la película están disponibles en el enlace https://www.cope.es/trecetv/programas/classics/noticias/vuelve-ver-classics-con-jose-luis-garci-sobre-surcos-dirigida-por-jose-antonio-nieves-conde-20221203_2432080




Los enamoramientos.

Debo ser una tía rara porque de tres personas de mi entorno a las que he preguntado por una novela que me ha encantado dos me han dicho que no la terminaron de leer.

Aparece de pronto la cronopia que hay en mí y me desconcierto porque no entiendo cómo puede ser que una lectura tan enriquecedora no pueda despertar el interés en todo ser viviente que sepa leer.

La riqueza que encontré en su lectura fue algo parecido a la función que hace la poesía al ser capaz de expresar con palabras sentimientos y emociones que normalmente a las personas les cuesta expresar y que una vez leídas se reconocen como propias y experimentadas. Algo así me ha sucedido. En la novela encontré el razonamiento desmenuzado de cómo la casualidad es la causalidad del encuentro entre dos personas que recíprocamente marcarán sus vidas. A partir de esos encuentros, o de esas coincidencias, parten historias vitales de trascendencia determinante.

Además, si no bastaba lo anterior, en la novela se desmenuza el impacto que la muerte de una persona cercana tiene en la vida de quienes le rodeaban. La reflexión sobre la conveniencia de la muerte es exquisita y no le va a la zaga el papel que juega la inconveniencia del regreso a la vida desde la muerte de los seres que fueron más queridos y el “roto” que le produce esta situación a los vivos. Y de regalo de la casa, Marías nos sirve en bandeja «El Coronel Chabert», de Honoré de Balzac. Ahí es nada.

Quedará para siempre la magistral, provocadora e incisiva pluma de Javier Marías; y en una de mis estanterías, mientras yo viva, «Los enamoramientos».

Sirva este texto para no dejar pasar de largo la muerte de Marías, quien tan casualmente se cruzó en mi vida y que ha sido la causa de alguno de mis pensamientos.

' Ha sido un placer, Javier. Si regresas de la muerte, avísame. '

jueves, 8 de diciembre de 2022

A la mañana siguiente.

La califican de película de suspense, pero yo diría que es de amor.

Despertar, mirar hacia el otro lado de la cama y no reconocer el rostro de quien está a tu lado es una auténtica pesadilla. Pero es justo en ese instante en el que comienza la pesadilla del personaje de Alejandra. Algunos intérpretes logran que su presencia en el reparto me haga ver la película y acercarme a ella con entrega y ese ha sido el caso de “A la mañana siguiente”, de Sidney Lumet y con una sublime Jane Fonda acompañada de Jeff Bridges, más adorable, si puede ser.

Me gusta ver películas de los años anteriores a los teléfonos móviles, las pantallas planas y la web. No es que sienta añoranza, es que me ayudan a recordar sensaciones, sabores y emociones que han quedado vinculadas a aquéllos años. Era otra forma de vivir. Una escena sencilla de la película me trajo a la memoria la tarde-noche madrileña de mediados los años ochenta en que fui a cenar a la casa de Ana Ayala tras aceptar su reiterada invitación, que yo siempre declinaba porque no sentía que entre ella y yo hubiera cosas en común como para acercarme a su vida. Fue en esa casa donde supe que alguna gente compraba libros al peso para llenar estanterías. O, incluso, libros por metros lineales, acorde a las medidas de las baldas a cubrir y colores de lomos al gusto. Me lo desveló el marido, Juan. Para mi sorpresa, él estaba en la casa y el hijo de ambos se había quedado a dormir en la de los abuelos. La amabilidad de los anfitriones competía con la espléndida cena que Ana preparó y todo dentro de un ambiente delicado y confortable. Es magnífico como la memoria almacena y recupera recuerdos. De ese recordar el detalle de los libros al peso, recordé la propuesta velada de Ana y Juan para que fuésemos una pareja de tres.

Creo que en los años en que se visionó la película en España no era muy habitual hablar de parejas abiertas en donde cabían más de dos; en cambio, muchas mujeres habían perdido el miedo social a vivir su sexualidad por simple amor al sexo y no por sólo amor.

Pasa desapercibida la diferencia de once años de edad entre Fonda y Bridges cuando lo habitual es que sea ella la más jóven, no hay la menor pista de este detalle en la película. Y es un placer ver cómo para los personajes tampoco supone ningún abismo entre ambos.

Los desafortunados personajes de Fonda y Bridges se entrelazan con los aparentemente triunfadores que están metidos en sus miserias movedizas llenas de pornografía, mentiras, traiciones y asesinatos, eso sí, con mucho glamour y distinción. Igual que siempre, sigo prefiriendo el rico mundo de los no-triunfadores.

Lo mejor queda para el final. Un extraordinario final que más que un terminal es un inicio.

El viejo truco del uno, dos, tres... y, ¡chas! Desapareces. Pero no, no ha dado resultado. Afortunadamente la película era una historia de amor, si no, vean el rostro de Jane.

Y no puede extrañar el final; en definitiva, Bridges dedicaba su tiempo a reparar lo dañado, pero de valor.