Queridos "Cinéfilos":
Esta vez va de gente buena, la auténtica sal de la tierra.
Siguiendo el consejo de Marga, asistí junto con mi acompañante habitual de cine a la conferencia de Chema Caballero en Caixa Fórum, donde me encontré a Paco (Viejo: lo de "y señora" suena más cursi-cutre que lo de Chiquilicuatre). Y, desde luego, fue una muy bien empleada hora, ya que si solo nos dedicamos a lamer dulces piruletas, aunque sean en cinemascope y sensurround hollywoodiense, nos convertiremos en los indiferentes paseantes que casi pisaban, sin ni siquiera mirarlo, al hombre yacente en la acera neoyorquina de "Midnight cowboy". Me atrvería a asegurar que esa escena llamaría la tención de Chema.
La conferencia me dejó un saludable mal cuerpo: Chema nos explicó que lo malo que pasa, en África en general y en Sierra Lona en particular, no se debe a un tornado, maremoto o castigo divino que ahonde la tentación al moderno deicidio. Se debe a la ambición extrema humana de prácticamente todas las partes que intervienen en el conflicto. Es más, saqué la conclusión de que, por las razones que sean y sobre las que no soy digno de pontificar, una muy buena parte de culpa la tienen los propios dirigentes africanos que han sustituido con envidiable aplicación a los antiguos colonialistas en su papel de explotadores de su propio pueblo. Que las guerras africanas no tienen motivos ideológicos o religiosos, son puramente comerciales (como muchas, claro). Y ahora llegan los chinos y parece que se quieren quedar con la parte del dragón, que decía Napoleón. Hubo documentados comentarios al respecto por parte de varios asistentes miembros de diversas ONG que tenían experiencia directa.
Total, el panorama que nos pintó parecía que no dejaba espacio para la esperanza, y así le dirigieron una pregunta directa a Chema con esta cuestión. Él respondió que sí alentaban algunos destellos de mejora: las dos primeras chicas que habían acabado el ciclo de enseñanza secundaria en todo el distrito, el primer joven que había ido a la universidad ... Señalaba que a más eficaz solución es la actuación en el mayor número posible de actividades de perfil humilde pero en contacto directo con los beneficiarios y no en enviar de estado a estado grandes inversiones que se "diseminan" en el tránsito.
Este mensaje me recordó un comentario que nos circuló un "Cinéfilo" sobre "Babel":
La tesis del pesimismo es que nada se puede cambiar. Si nada se puede cambiar, para qué me voy a levantar del sillón: ¡pasa las palomitas y a vivir que son dos días!
Iñárritu nos sumerge en lo más común a la condición humana: el dolor y la soledad. Sin embargo, deja siempre abierta una puerta, un hilo de esperanza, precisamente para reivindicar lo más cercano y lo más esencial, lo único que nos puede salvar de esta soledad radical a la que parecemos abocados: el amor del que tenemos cerca.
Y en eso está la buena gente como Chema, otros como él y los que les apoyan. Hermosa gente a la que habría, hay, que apoyar.
No es lo mismo, es un hermoso cuento, una positiva parábola, pero el viernes dan con "La razón" el DVD de "¡Qué bello es vivir!". Puede ser que como decrépito space cowboy me haya vuelto un sentimental, pero no me avergüenzo de admitir que esta película me sigue emocionando por su positivo mensaje.
Buen cine, amigos
Manrique
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