viernes, 1 de abril de 2016

Emma Bovary se reencarna ante un Space Cowboy francés: "Primavera en Normandía" (“Gemma Bovery” 2014) de Anne Fontaine


Queridos Cinéfilos:


Creo que a Woody Allen le hubiera gustado hacer esta película porque:
  • La idea raíz de su guión se basa en un substrato literario, cosa que él siempre ha adorado, y además lo es de una novela mítica de Flaubert, “Madame Bovary”, el no va más de la seducción para un intelectual neoyorquino, como Allen (o, incluso americano, en general, como Vargas Llosa, que le dedicó su famosísimo ensayo “La orgía perpetua” a la infiel Emma Bovary).
  • El protagonista es un antiguo editor literario, reconvertido desde hace pocos años en panadero “artesano y perfeccionista” tras retornar a su pueblo en Normandía, que ya no cumple los ¿65? y se considera avejentado para cualquier “tentación carnal”, pero que pierde toda su “calma” cuando aparece una atractiva nueva vecina … que se llama Gemma Bovery. ¿No le “pega” a Woody esta trama?.
  • La poderosísima atracción que una joven mujer ejerce sobre el maduro panadero, ¿no es un remedo de las tramas de tantas películas de Allen, empezando por “Manhattan”?.
  • ¡¡Las escenas con reuniones de las parejas alrededor una buena mesa en esta película!!, con buen vino francés, claro. ¿Algo mejor para un cosmopolita americano como él?. Desde luego las ha prodigado en muchas de sus películas.
  • En "Primavera en Normandía" se habla mucho. A lo mejor es porque Anne Fontaine lo ha heredado directamente de Eric Rohmer, pero no cabe duda de que Woody también es de esa Escuela.
  • Y para acabar, el desenlace: Puro match point, con la pelota no superando la red. ¿O deberíamos decir que un demasiado mal trago para la deliciosamente adúltera Gemma?. Puro Allen.

Nuevos vecinos llegan al pueblo
Y al final, el panadero retorna a su decrepitud… ¿a la espera de otra Anna Karenina?.

A mí, que soy un Space Cowboy, también me gustaría haber protagonizado esta película, haber convivido con Bovary-Arterton y haber soñado esos meses de vida en Normandía.

Estoy casi seguro que si no es por el boca a boca entre Cinéfilos, casi nadie la vería ya que es europea y no una gran producción americana, siendo su promoción comercial prácticamente nula (diez días tras su estreno la vimos 17 personas, el miércoles por la tarde, día del espectador).

Buen Cine, Amigos.

Manrique

PD: Tras tan personal “confesión”, que no evita que, pasado el efecto del “coup de foudre” (quien no sepa francés, no sabe lo que se pierde), mi calificación global se deba quedar en 7, por más que haya disfrutado al verla (como espero que os pasaría a la gran mayoría de vosotros, muy especialmente a los de la quinta de los Space Cowboys), como es habitual incluyo los enlaces para que tengáis acceso a otras opiniones, mucho más profesionales, entre las que no existe unanimidad respecto a la “atracción” que Gemma Arterton insufla a su personaje de Gemma Bovery, que no Emma Bovary (esto no esa errata ni un trabalenguas, es… la película); ni que decir tiene que yo me alineo con los dos primeros críticos en esta ocasión:

Tráiler en castellano (1:21 min):

Presentación de la película en el programa semanal “Días de Cine” en La 2 de TVE (5 min) incluyendo el tráiler de fondo:

Gemma en su clase práctica de amasar pan
Crítica de Oti R. Marchante en ABC “El pastelero de Madame Bovary”:

“Sin Gustave Flaubert y sin Fabrice Luchini esta película dirigida por Anne Fontaine no tendría tanta gracia, y sin la presencia de la actriz Gemma Arterton, no sería tan sensual. ... 
La cámara es precisa y sugerente; la actriz es un portento de física y química; la descripción trivial, irónica y sentimental tanto de los personajes como de los ambientes rurales, primaverales y normandos es muy jugosa, y es imprescindible no perderse el magnífico guiño final de amasijo entre realidad, cine y literatura”.

Comentario de Alberto Bermejo en El Mundo “Fijaciones literarias”:

“Bienvenidas sean las revisiones originales de los clásicos. Por ello, esta pintoresca aproximación al mundo de Flaubert y su Madame Bovary desde una óptica contemporánea no puede sino despertar simpatía. Anne Fontaine se inspira en una novela gráfica para contar en tono de comedia amable la fascinación obsesiva de un panadero normando, en realidad profesor de Literatura y editor frustrado, por una bella mujer en la que cree reconocer el destino melancólico de la heroína de Flaubert… 
Lo mejor: La sensualidad de Gemma Arterton bajo la mirada obsesiva, casi psicótica, de Fabrice Luchini”.


Jordi Costa en El País “Espiando a Madame Bovary”:

“… El personaje le sienta como una segunda piel a Fabrice Luchini, que aporta un sustrato de claro patetismo a su ensoñación romántica de mediana edad. El problema está en la carnalidad de Arterton, que no ofrece la más adecuada encarnación de esa Gemma que, en las páginas de Simmonds, pasa de mujer con sobrepeso a cisne infiel y atormentado. Con todo, Fontaine no estaba tan fina desde su ya lejana Limpieza en seco”

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