lunes, 22 de septiembre de 2008

Un poco de buen cine británico de entrante, siguiendo con algo afgano, bastante más amargo y duro






Queridos Cinéfilos:

La verdad es que los menús cinematográficos de las cadenas televisivas más vistas son un seguro garantizado para acabar con las transaminasas mentales por las nubes, destruida nuestras papilas gustativas y adictos al chopped cinematográfico comercializado por los hermanos Farrelli, los hermanos Watchowsky, Eddie Murphy, Ben Stiller, Jim Carrey y resto de la nefasta compaña.

Para los que no apreciamos bocados tan "deliciosos y nutritivos", de vez en cuando cae algún plato sencillo, honesto y sano para el corazón y la mente en Telemadrid y, más a menudo, en TVE2, aunque en ésta desgraciadamente se cuelen demasiado frecuentemente algunas películas españolas de muy discutible interés... por que la cuota es la cuota y la subvención, la subvención.

Una vez que las olimpiadas han hecho su Agosto, para recuperar clientes de buen gusto la 2 ha empezado a ofrecer su oferta de preotoño. Así está resultando un menú largo y estrecho (un día a la semana, los lunes a las 22:00) que empezó con :

Un plato agridulce cocinado por una danesa interesada en el aprendizaje del italiano pero que, esta vez, se decanta por los ingredientes escoceses y así conocimos a "Wilbur (que) se quiere suicidar" . Manjar curioso, con sabor a vida irisada de tristezas y chispas de alegría, en el que destacaría la excelente interpretación de unos actores absolutamente desconocidos para mí (salvo el "doctor") que daban perfectamente el tipo de personas normales, en Escocia, claro. Tengo en el congelador guardado una ración casi completa (me faltan los primeros 3 o 4 minutos). Si algunos estáis interesados, podéis probarlo.

El siguiente entrante tenía su origen en las Islas Británicas, en Irlanda del Norte, vamos, en Irlanda, en una pequeña ciudad llamada "Omagh". Este plato era más amargo; a los españoles, en general, y a los vascos, en particular, les recuerdaría desagradables historias vividas y, desgraciadamente, vívidas estos días. Para recalcar nuestra involucración basta señalar que varios jóvenes españoles que estaban estudiando inglés en Irlanda aquél verano (1998, creo) murieron en el atentado. Aquí el protagonista es un secundario visto n-veces en películas británicas y, al igual que en el caso anterior, los actores parecen personas enroladas en la calle. Diría que Ken Loach la firmaría con gusto.

En la tercera entrega descubrimos el primer producto afgano de la época postalibán: pura esencia natural sin ninguna manipulación. Áspero, duro, amargo, pero un maravilloso reconstituyente para el corazón y una lección para la conciencia: "Osama". El resultado es que, al menos para mí, esta película me ha hecho sentirme más solidario con las Mujeres que 10 ministerios/as de igualdad con sus correspondientes ministras. Tremenda. Estoy casi convencido de que aquí no es que los actores parezcan gente de la calle, es que, con seguridad, lo son.

Hoy es la cuarta entrega: "Buda explotó por vergüenza" de una joven directora iraní sobre la historia de otra niña afgana en la época talibán. No la he visto. Espero que me/nos guste. Ahora mismo empieza. Hablaremos ¿no?.

Buen cine amigos

Manrique

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