Queridos/as Cinéfilos/as:
Por motivos familiares, no he tenido demasiada oportunidad de participar últimamente en nuestro foro, justo ahora que empiezan a intervenir miembros de la "mayoría silenciosa".
Del "Gran silencio" y de "El último rey de Escocia" no puedo opinar ya quee no las he visto.
De "Diamantes de Sangre", después de lo que nos circuló Marga, cualquier cosa que yo dijera sería absolutamente superflua. Solo darle las gracias por pasarnos estas cosas.
De los últimos comentarios de Josechu y el escrito de José Mª acerca de "La vida de los otros" pasa casi lo mismo. Únicamente quiero señalar una "conexión" que a mí me parece que existe: "1984". Creo recordar, no podría jurarlo, que es el año en el que se desarrolla la historia de la película y, en tal caso, creo que es un guiño casi obvio del guionista. Desde luego está impregnada del puro espíritu de la "novela" de Orwell (me atrevo a reiterar el consejo de Samuel y mío de que, los que no la hayáis leído, lo hagáis).
Ya sabéis que pertenezco a la escuela de amantes del cine "sesudo", por edad (lo del cine de "arte y ensayo" a los veinte años me dejó marcado para bien o para mal, como seguro pensáis más de uno) y por inclinación, aunque no me niego el placer de frecuentes divertimentos (siempre que no pertenezcan a las, para mí, nefastas categorías de jovencitos de la escuela secundaria americana pletóricos de hormonas, Rocky Balboa 17, la historia de una tal Mary con chistes descerebrados/escatológicos, el tío de la máscara y otras cosas por el estilo) y, sin ir más lejos, considero "El golpe" como una película que merece un 9,5 o 9,75.
Pero dicho lo anterior creo que el cine, como la literatura y, también la pintura e, incluso, la música y la danza, además de producirnos una satisafcción artística puede ser un mecanismo de potenciación de la civilización en el sentido más amplio y magnánimo de tal concepto. Quiero creer (como mantiene Carl Sagan en su excelente libro "Cosmos" que alguna vez os he recomendado) que la civilización es un reconstituyente para mejorar el mundo, bueno, el era mucho más drástico, realmente creo que mantenía que la civilización era la vacuna que, si le dábamos tiempo a actuar, evitaría que la humanidad se suicidara en la "adolescencia tecnológica" que vivimos en esta fase de nuestra historia. El creciente acceso a las armas nucleares de regímenes fanáticos, religiosa o políticamente hablando, enfría mi optimismo.
En esa línea me parece muy conveniente que se produzcan y se vean películas que expandan ese espíritu civilizador constructivo. A lo peor, no son las más divertidas. Pero permitidme una pregunta: ¿De verdad se siente uno mejor tras una cena de 2500 calorías rica en ácidos saturados que después de una larga caminata por el campo en un agradable día de primavera?.
No digo que no nos tomemos una fabadita de vez en cuando, un heladito con nata, etc., pero nuestra salud demanda también unas cuantas ensaladas, pescado azul y frutas: Creo que es bueno que veamos películas como las recientes "Babel", "Pequeña miss sunshine", "La vida de los otros" o "Diamante de sangre". Que conste que PMS además es muy divertida. Siguiendo el símil gastronómico diría que es como una caballa con piriñaca (los gaditanos y cañaillas me entienden).
Distinguiría diversas categorías entre estas películas:
Las que nos muestran situaciones en las que una persona o grupo actúa injustamente contra otra persona o grupo, poniéndonos en el lugar de espectadores de una injusticia. Uno de mis ejemplos favoritos es "La jauría humana" obra maestra de Arthur Penn con guión de Lillian Hellmann sobre una novela de Horton Foote: Me parece una magistral lección sobre el ejercicio de lo que creo que es (puede que me equivoque, pero cada día lo tengo más claro) la más profunda raíz del mal: aplicar a alguien que está en desventaja un castigo con el único fin de demostrarle nuestra dominio sobre él. La quintaesencia de la soberbia. Estimo que debería ser de visión comentada obligatoria para último curso de ESO.
Una segunda categoría serían las películas que nos muestran las injusticias de un sistema económico o social. A bote pronto me salen "Las uvas de la ira" y "El gran combate", la primera sobre la gran depresión de 1929 y sus secuelas sobre los pequeños agricultores americanos y la segunda sobre el expolio de los indios americanos una vez que se han doblegado a vivir en las reservas y se rebelan ante el incumplimiento por parte del gobierno americano de los pactos suscritos. Ambas son de John Ford (sí ese al que acusaron poco menos que de racista, machista, militarista y no sé cuántos istas más). Otro ejemplo podría ser "Danzad, danzad, malditos" de un joven Sydney Pollack, que también se desarrolla en la depresión.
Una tercera categoría, para mí muy valiosa, es aquélla en la que personas básicamente honestas descubren las faltas de "los suyos" y actúan consecuentemente con su conciencia y en contra de sus intereses. Yo creo que una cosa muy loable y que es imprescindible para tener alguna autoridad moral, es ser capaces de reconocer los errores propios y de nuestra tribu, y, diría más, ser muy exigente con los nuestros para poder demandar lo mismo de los otros. Permitidme una cita de una antigua entrevista con Octavio Paz de la que he leído la transcripción en un suplemento cultural:
"Ahora me doy cuenta de que el deber del escritor no es solamente mostrar los crímenes de los enemigos, sobre todo si esos enemigos son también los enemigos de la libertad. No se deben ocultar los crímenes del propio partido o del propio país. Hay una frase del doctor Johnson que es absolutamente exacta: 'Ni el patriotismo, ni la lealtad ideológica, ni la lealtad religiosa pueden justificar que uno sea cómplice de los crímenes de su partido, de su familia o de su casa'".
La antítesis de esa postura es (doy dos ejemplos para equilibrar babor y estribor) la famosa frase de hace años de un ex alto cargo del gobierno americano sobre un dictador sudamericano proclive a Washington "Sí, es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta" o la muy reciente declaración de un notorio antifranquista tras el estreno de "La vida de los otros": "Sabíamos que esas cosas pasaban en la RDA, pero no lo decíamos para no dar argumentos a nuestros adversarios" (en ambos casos, lo he leído, yo no estaba presente).
Aquí entrarían "Missing" (fantástico Jack Lemon) y "La caja de música" de Costa Gravas: En la primera un honesto americano medio va a Chile a sacar a su estúpido idealista hijo del lío en que se ha metido por culpa de su mala cabeza y peores amistades. Paso a paso va descendiendo a los infiernos constatando como le van fallando sus seguridades previas ante el comportamiento de las autoridades de su país en el golpe. Similar me parece el caso de la abogada en la segunda película, cuando .... prefiero no destriparlo por si alguno no la ha visto.
Y otra categoría sería.....Bueno ya es muy tarde, llevo más de dos horas escribiendo, esto no es mi tesis doctoral ni yo soy doctor para dar clases a nadie y menos de ética, pero antes de despedirme permitidme una cosa, creo que las películas que nos trasmiten una actitud positiva serán más beneficiosas si nos trasmiten la idea e que podemos actuar siempre en mejorar algo nuestro entorno, humíldemente, todos no podemos ser tan valientes como Gandhi ni algo menos, como Schindler (curioso, en las dos actuaba Ben Kingsley), pero podemos apoyar a nuestra pareja como en "Cuando el río crece" (el muy denostado Gibson con...Sissy Spacek, una de las películas de más positiva relación de pareja que he visto), ayudar a un viejo "loco" que inicia un viaje a ver a su hermano montado en una moto segadora de cesped (vaya, su hija también era Sissy) o a nuestra familia como "En pequeña miss sunshine" o sentirnos solidarios planetariamente como en "Babel", películas estas dos últimas para las que suscribo de cabo a rabo los comentarios que nos circuló Javier.
Pues eso, buenas noches, buena suerte y buen cine....y que entren otros Cinéfilos a la arena.
Manrique
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