miércoles, 1 de febrero de 2012

“El Topo” (“Tinker, Tailor, Soldier, Spy”) de Tomas Alfredson

Queridos "Cinéfilos":

Tomas Alfredson, que saltó a la fama por una película que, de momento, no he visto (y me interesa) “Déjame entrar” (“Lat den Ratte Komma In“ o “Let the Right One in”, en inglés literal, para que nos enteremos), dirige ahora la adaptación de una novela de 1974 del muy famoso escritor John le Carré, experto en el mundo de los espías “de verdad”, donde supervive su protagonista habitual, Smiley, todo ello en un ambiente infinitamente más realista que el popularizado por Ian Fleming y su archiconocido Agente 007.

Tráiler en español en:http://www.youtube.com/watch?v=TaEE68g-qLU

Con esta carta de presentación, especialmente atractiva para los space cowboys, ya que pertenecemos a la generación que leía a le Carré, parecía claro que había que ir a verla, cosa que hicimos juntos cuatro personas, dos de ellas activas en este Foro.

Desde el comienzo, la película nos sumerge en un entorno, digamos cronológico, que recordamos perfectamente los que ya no cumplimos 60: guerra fría (pero muy “caliente” en la permanente batalla de ajedrez entre los servicios de inteligencia de la URSS y cía con el MI6 y CIA), ambiente de las calles, vestidos, coches… y lo que no conocíamos de primera mano ninguno de nosotros, supongo, aunque no es difícil imaginarlo y aceptarlo: el “ambiente” interior del servicio secreto británico. Toda esta recreación es perfecta (ilustrada con una fotografía que me recordó mucho la de “Múnich” de Spielberg) reflejando maravillosamente la espesísima y agobiante tensión de un mundo en el que ningún personaje puede confiar en otro.

La interpretación de todos los actores la considero de “buena” para arriba, siendo para mi gusto especialmente conseguidas la de Gary Oldman (está nominado al óscar como “Mejor actor principal) y la de mi muy admirado John Hurt (el Calígula de “Yo Claudio”), si bien debo puntualizar que me da la sensación de que la de Oldman (Smiley) no debe ser la más difícil de alcanzar, ya que es ante todo de un hieratismo y adustez apabullantes, siendo elemento fundamental mantener una mirada de alguien que ya ha visto y experimentado todo en la vida, lo que no me parece un hito para un actor. También trabaja Colin Firth en un papel no principal, aunque creo que esta no es su película más representativa.

La BSO de Alberto Iglesias está nominada al óscar y suena muy bien, no me siento capacitado para opinar sobre si es una de las cinco mejores o no.

Bueno, hasta aquí la parte positiva de mi crítica. Ahora llega lo que para muchas personas es lo fundamental (“Con un buen guión se puede hacer una película buena o mala; con uno malo es imposible conseguir una buena”, Kurosawa dixit) como le ocurre a vG, que he de reconocerlo, me preadvirtió antes de entrar: “tiene toda la pinta de ser una película liosa de las que no te deja nada claro”.

A lo peor es la decadencia por la edad, pero seguí la película con la mayor atención, luché para conocer a cada personaje (misión nada fácil), descubrir la esencia de la trama, atar cabos… y no lo conseguí con un mínimo grado de profundidad. Al final, ¡alehop!, de la chistera salió un conejo, quiero decir un topo, y tras unos disparos me quedé con la duda de si realmente aquello era una topera o qué. Lo suyo sería hacer moviola y volver a verla, espero hacerlo en su día en la tele, y reafirmar mi crítica actual o descubrir que me estoy volviendo gagá. Hoy por hoy, alucino en colorines de que la hayan nominado al óscar como “Mejor guión adaptado”.

Ahora la anécdota “rejuvenecedora”: Hacia la mitad de la película, la pantalla se quedó en negro y el sonido seguía avante (estábamos en una de las 18 o 20 modernas salas del Cinesa Manoteras). Tras más de cinco minutos de esa situación (aparentemente en la cabina de proyección no hay nadie físicamente al frente de ella), con coros de palmas de muchos espectadores y abandono definitivo de varios grupitos de jóvenes supuestamente no muy satisfechos de cómo se desarrollaba la peli, apareció una persona de la empresa que nos “aclaró” que había habido un problema, se paró el sonido, encendieron las luces y se reanudó la película cinco o diez minutos después desde una secuencia como cinco minutos anterior a la que se proyectaba en el momento del incidente, con lo cuál el retraso acumulado debió ser del orden de 20 minutos o quizás más, lo que implicó que un rato antes de acabar la película ya empezaran a entrar en la sala los espectadores de la siguiente sesión (en este cine no hay acomodadores) que pensaban que ya había empezado su pase. Fenómeno rejuvenecedor: el último caso de que se "cortara" una película (lo que implicaba entonces, época del celuloide puro y duro, una parada de mínimo cinco minutos para empalmarla) lo debí sufrir en los finales 60 o primeros 70… absolutamente en línea con la época en la que se desarrolla la acción de “El topo”. ¡Coherente!.

Amigos, amo el buen Cine… pero con un guión que encaje en un perfecto puzzle, como en “La huella”, “El golpe”, “El crepúsculo de los dioses”, “Chinatown”, “Mujeres en Venecia”, “Fuego en el cuerpo”, “Match Point” y otras muchas maravillosas películas que ahora no me vienen a la mente.

Manrique

martes, 31 de enero de 2012

Los Descendientes


LOS DESCENDIENTES (THE DESCENDANTS)


Ficha técnica:

  • Año 2011
  • Director: Alexander Payne
  • Intérpretes: George Clooney, Shailene Woodley, Amara Miller, Matthew Lillard, Judy Greer
  • Guion: Alexander Payne y otros
  • Nacionalidad: USA
  • Duración 110 minutos

Comentario

Cine de actor o cine de historia. Esta suele ser la primera decisión que hay que tomar cuando se plantea una nueva película. ¿Qué es lo que debe hacerla atractiva? ¿La personalidad irresistible de sus protagonistas o el interés de la historia que desarrollan?

En los últimos años hemos visto mucho cine de actor. Cualquier historia absurda se envuelve alrededor de un actor de campanillas, que llena el 90 % de la película rodeado de unos pocos actores de segunda o tercera fila. El resultado, la mayoría de las veces, es malo, pero es barato y el gancho del actor es suficiente para garantizar la rentabilidad de la inversión. Cine sin pretensiones, pero que mantiene la industria en movimiento.

Pues algo así me temía yo que me iba a pasar con “Los descendientes” y George Clooney, pero no es verdad, porque “Los descendientes” es cine de actor y cine de historia.

La historia se desarrolla en Hawai. Matt King (George Clooney) es un abogado en mala racha. El gran patrimonio familiar de miles de Has está a punto de ser vendido. Su esposa, que ha sufrido un accidente náutico, está en el hospital a punto de fallecer. Sus hijas adolescentes Alexandra (Shailene Woodley) y Scottie (Amara Miller) son insoportables y, además, le informan de una reciente infidelidad de su mujer con un tiburón local de las finanzas. Problemas médicos, problemas financieros, problemas familiares y problemas afectivos ahogan al protagonista, que lucha para resolverlos.

“Los descendientes” no es, en mi opinión, una película que vaya a hacer historia, pero a mi me ha sorprendido por su magnífico guión, su grata puesta en escena, el acompañamiento musical de calidad, su espléndida fotografía de Hawai y una buenísima interpretación de George Clooney y Shailene Woodley. La película va a mejor según avanza consistente y lentamente, manteniendo el interés del espectador, hasta su desenlace.

“Los descendientes” tiene 5 nominaciones al Oscar de este año (entre ellas mejor película, mejor guión, mejor director y mejor actor) y 2 globos de oro, que no me extrañan en absoluto. El espectador pasa un buen rato viendo la película y a su veterano galán por el que también pasan los años.

JRL (30-01-2012)

sábado, 14 de enero de 2012

Another year

Tom y Gerri son una pareja madura, feliz, segura de su relación y dispuesta a compartir con sus amigos parte de ese “estar bien”. Pero entre sus amigos las cosas no van también. Tom y Gerri están dispuestos a ayudar,pero hasta cierto punto, quizá no suficiente para Mary, que pide más y más, que cada vez se siente más sola.
Una película de diálogos, de silencios, magníficamente interpretada, sobre todo por Leslie Manville en el papel de Mary, o de Peter Wight en el de Ken, amigo de Tom.
Mike Leigh es el director que ya pudimos verlo en “Secretos y mentiras” del año 1996, en la que también trabajo con Leslie Manville.






El resto de los actores son: Jim Broadbent (Tom), Ruth Sheen (Gerri), Oliver Maltman (Joe), David Bradley (Ronnie), entre otros menos destacados.
Según mi modesta opinión tanto Leslie Manville como Peter Wight (aunque su papel es tan corto que no me hago ilusiones) merecen un Óscar. En fin habrá que esperar las sorpresas de Hollywood.

martes, 3 de enero de 2012

“La conspiración” (The Conspirator) de Robert Redford

Queridos Cinéfilos:

Creo no equivocarme si afirmo que Robert Redford llegó al conocimiento popular en España como actor con su papel en “Dos hombres y un destino” (“Butch Cassidy and the Sundance Kid”, 1969; todos conocéis la canción, aunque algunos no seáis conscientes de ello: “Raindrops Keep Fallin' on My Head”, ¿verdad?, space cowboys) con Paul Newman de compañero hasta la muerte, pero años atrás ya había participado en un papel secundario (aunque relevante en la trama) de la magnífica “La jauría humana” (1966) y como protagonista en la comedia “Descalzos por el parque” (1967), en ambas formando pareja con Jane Fonda, entonces mucho más famosa que él. Incluso hubo alguna película anterior (“La rebelde”) pero le dejo a José Mª de Juan que hable de ella.

Volviendo a Redford, su encumbramiento total como actor (sumamente atractivo para las chicas de entonces … y para sus madres) creo que llegó con tres películas consecutivas: “Tal como éramos” (The way we were”) con Barbra Streisand (1973), la inolvidable “El golpe” en ese mismo año, de nuevo con Paul Newman, y “El gran Gatsby” (1974) emparejado con Mia Farrow. Fue un auténtico bombazo… Y entonces nos dio la sorpresa de ponerse tras las cámaras (“Él no sale”, se quejaban sus admiradoras) para rodar “Gente corriente” (“Ordinary People”) … y ganar el óscar al mejor director con esta sensible película sobre una familia que recibe el mazazo del destino. Así nos enteremos de que no sólo era una cara bonita que sabía actuar. Siguió participando como actor en varias películas, entre ellas la muy admirada y amada “Memorias de África”, y dirigiendo otras, fundó una escuela de Cine y creó el festival de Sundance (les dio el nombre como homenaje a su personaje en “Butch Cassidy and the Sundance Kid”) como escaparate para películas off Hollywood, donde han brillado tantas que aquí hemos alabado (por decir sólo una: “Pequeña Miss Sunshine”, nada menos).

Hasta aquí, las referencias, por si alguien las necesitaba (la verdad es que temo repetirme como el abuelo batallitas… cosas de la edad y del amor al Cine) y en línea con su última película como director (y actor no principal) “Leones por corderos” (2007, de la que ya se ha escrito aquí, una defensa clara de los derechos sociales frente a la maquinaria de poder de los halcones del Partido Republicano, actualmente encuadrados tras las banderas del Tea Party) ahora Redford reitera su defensa de las libertades con la reconstrucción del juicio por el asesinato del Presidente Abraham Lincoln en las postrimerías de la Guerra Civil Americana (1865), aplicando un zoom en los “manejos” del Secretario de Guerra Stanton que, al frente de los “duros” del Gobierno y ante una opinión pública yankee que reclamaba un castigo ejemplar, se encargó de allanar todas las dificultades legales para juzgar militarmente (lo que no estaba claro que fuera constitucional) a un grupo de acusados, entre los que se encontraba Mary Surratt, sureña y católica (datos que parece que el guionista considera relevantes), patrona de una casa de huéspedes en Washington donde se reunían los conjurados, uno de ellos hijo suyo. Según la tesis defendida por el guión de la película, aquello fue un “arreglo” legal que acabó….(lo dejamos en blanco) … y que tuvo varios epílogos legales sumamente trascendentes que se relatan al final de la película.

Para el que quiera informarse más sobre el caso en sí, he encontrado un link que me ha parecido interesante:


Pero concentrándonos en el aspecto cinematográfico de la película de ahora: “La conspiración”. Creo que es una buena película, muy bien realizada formalmente: dirección, fotografía, montaje, interpretación, sobre todo la de Robin Wright como Mary Surratt y la de Kevin Kline como el Secretario Stanton (huelen a óscar); confieso que a éste no lo reconocí hasta que leí los títulos de crédito, antes le llamábamos el reparto, al final de la película; todo ello en un guión que se concentra en la descripción de los antecedentes, el juicio y los tejemanejes políticos durante el mismo. Por tratarse de un tema de 1865 puede parecernos mucho menos impactante que el caso mucho más inmediato de la Guerra de Afganistán y las actitudes personales de unos pocos jóvenes americanos “éticos y trascendentes” en “Leones por corderos” frente a un rampante político conservador, pero la verdad es que el tema troncal de “La conspiración” es el de la defensa de los derechos individuales frente a la todopoderosa maquinaria estatal, que puede gobernar hasta la Justicia. En conciencia, no creo que pueda haber muchos temas más trascendentes para la democracia. A mí me ha interesado e, incluso, su guión me parece más sólido que el de “Leones por corderos”, por más que aquél resultara más efectista. Al de esta película quizás le falte un poco de garra que nos “emocione”.

Varias críticas en:

De Rodríguez Marchante, el crítico con el que más suelo coincidir (incluye trailer):

De Carlos Boyero, con el que en este caso coincido bastante, aunque yo mejoraría su nota global de la película:

Poniendo por las nubes la interpretación:

Buen CINE, amigos.

Manrique

lunes, 26 de diciembre de 2011

The Artist

Ficha técnica:
  • Año 2011
  • Director: Michel Hazanavicius
  • Intérpretes: Jean Dujardin, Berenice Bejo
  • Guion: Michel Hazanavicius
  • Nacionalidad: Francia
  • Duración 100 minutos

Comentario

Michel Hazanavicius es un director francés, en la década de los 40, del que hemos conocido no más de 3 o 4 películas para minorías hasta la fecha; pocas, para un cineasta que, de repente, recibe todo tipo de premios, distinciones y nominaciones por la que es, hasta el momento, su última película: “The Artist”.

Pero es que “The Artist” no es una película normal. Se trata de una película muda, rodada en blanco y negro con los formatos habituales del Hollywood de los años 20 con la que el director pretende, como él mismo dice, imitar y rendir homenaje a los grandes cineastas de aquellos años por los que siente una fuerte admiración (Lang, Lubitsch, Murnau, etc.).

El cine mudo se entiende mejor en forma de melodrama y “The Artist” es un melodrama que relata el ocaso de una estrella de los años 20, George Valentin (Jean Dujardin), con la llegada del cine sonoro, al principio de la siguiente década, y el ascenso y triunfo de una joven extra de los años 20, Peppy Miller (Berenice Bejo), que alcanza la gloria con la expansión del cine sonoro. La vida de los dos protagonistas se cruza y su destino se entrelaza en un final tan convencional como el de las películas que le sirven de referencia.

“The Artist” es una película audaz, rodada, en mi opinión, con el deseo sincero de rendir homenaje al cine más puro de nuestra historia. Los protagonistas son magníficos actores que remedan, o incluso superan, a los cómicos de hace 90 años y transmiten los sentimientos de orgullo, odio, vanidad, pasión y misericordia con espléndidos gestos faciales y sin necesidad de diálogo. En mi opinión, el triunfo, los premios y las nominaciones de la película sólo han venido después, quizás sorprendentemente, como justo reconocimiento de los críticos y expertos cinematográficos actuales a los méritos e intenciones de la película.

¿Y puede tener un gran éxito comercial una película como ésta en nuestra época? Yo lo dudo. Evidentemente la película llama la atención y la sala donde yo la vi el día de Navidad estaba llena. Sin embargo, yo percibí cierto cansancio en la audiencia al ver la película por la sencillez de su trama y su elemental técnica y me temo que en cuanto la hayan visto los aficionados más conspicuos la película caiga paulatinamente en el olvido. Y esto es compatible con conseguir algún óscar.

José Ramón López

lunes, 19 de diciembre de 2011

Begginers - No sólo de Jedis Vive Ewan





AÑO
2010
DURACIÓN
105 min.
PAÍS
USA
DIRECTOR
Mike Mills
GUIÓN
Mike Mills
MÚSICA
Roger Neill, Dave Palmer, Brian Reitzell
FOTOGRAFÍA
Kasper Tuxen
REPARTO
Ewan McGregor, Christopher Plummer, Mélanie Laurent, Goran Visnjic, Bill Oberst Jr., Lou Taylor Pucci, Jodi Long, Kai Lennox, Jessica Elder
PRODUCTORA
Focus Features / Olympus Pictures / Parts and Labor
WEB OFICIAL

http://www.beginners.es/
PREMIOS
2011: Globos de Oro: Nominada a Mejor actor secundario (Christopher Plummer)2011: Premios Gotham: Mejor película (ex-aequo) y mejor reparto2011: National Board of Review: Mejor actor secundario (Christopher Plummer)2011: Independent Spirit Awards: 4 nominaciones, incluyendo mejor película y director
GÉNERO
Drama. Romance Familia. Enfermedad. Homosexualidad. Cine independiente USA. Comedia dramática



El otro día estuvimos viendo esta película y tanto a mi mujer como a mí nos dejó bonita sensación de esperanza. Es un film, muy agradable de ver, con ciertos toques de humor (algo escondidos) pero con unos personajes muy entrañables.


Os la recomiendo!!



Adjunto la crítica de José Arce (la butaca.net)



Simpática propuesta acerca de los inesperados giros de la vida y lo que ésta tiene de constante proceso de aprendizaje para todos. Estupendo trío central, con especial mención una vez más para el inagotable Christopher Plummer.
Oliver (Ewan McGregor), talentoso ilustrador, acaba de enterarse de que su padre (Christopher Plummer), viudo de 75 años, es homosexual. Una noticia, cuando menos, chocante tras más de cuatro décadas de matrimonio con su madre (Mary Page Keller). Mike Mills firma y dirige “Beginners (Principiantes)” (ver tráiler), una estupenda propuesta de aire indie ajena a parafernalias y adornos que nos devuelve de forma amena y simpática a esa gran verdad que reza que la vida no es sino un eterno círculo de sorpresa y autoaprendizaje. Nunca nos conocemos completamente, todos somos los principiantes del título, y todos tenemos ─o debemos tener─ la inteligencia suficiente como para querer aprender y mejorar.
«La mitad de la gente cree que todo va a salir mal. La otra cree en la magia. Y hay una guerra entre ellos». Tan sencilla y/o complicada como cada cual la quiera ver, esta comedia equilibra perfectamente humor, drama y romance, centrando su narración en una peculiar y efectiva presentación temporal de los acontecimientos en varias líneas paralelas que se suceden constante e inesperadamente; Mills, que nutre a sus personajes de vida y contenido a partir de informaciones bien diseminadas y escogidas ─especialmente en el caso de una estupenda Mary Page Keller, a la que define con gran acierto a través de tan sólo un pequeño puñado de recuerdos─, elige un planteamiento visual original, que encuentra en una muy buena y aguda edición el mejor de sus aliados.
A través las andanzas vitales del protagonista, el cineasta plantea en su esencia que el tiempo pasa para todos y que las oportunidades para ser felices están ahí, a la espera de recibir una oportunidad, aunque a veces el camino es arduo y enrevesado. Y cuenta con un estupendo reparto para sostener su tesis, desde un McGregor que confirma y subraya la recuperación del criterio profesional en su carrera, años atrás un tanto desnortada, hasta un Plummer siempre efervescente y enternecedor, capaz de sorprender infinitamente desde su lucidez humana e interpretativa; junto a ellos, Mélanie Laurent, hermosa y atormentada por la imposibilidad de desahogarse con un semejante que corresponda su sensibilidad. Todos nos invitan a empezar una y otra vez, un consejo nada desdeñable. Aunque muchas veces no sepamos cómo hacerlo.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Un Método Peligroso (A Dangerous Method)

Ficha técnica:
  • Año 2011
  • Director: David Cronenberg
  • Intérpretes: Viggo Mortenssen, Michael Fassbender, Keira Knightley
  • Guión: David Cronenberg ( basado en la obra teatral de Christopher Hampton)
  • Nacionalidad: Gran Bretaña
  • Duración 93 minutos

Comentario

No iba yo muy optimista a ver esta película. Las críticas publicadas y los comentarios de algún amigo que ya la había visto eran más bien parcas en halagos. Sin embargo, siempre me ha atraído el mundo del psicoanálisis y sentía curiosidad por ver una película, basada en un hecho histórico, en la que intervienen Sigmund Freud (Viggo Mortensen), Gustav Jung (Michael Fassbender) y Sabina Spielrein (Keira Knightley) con sus conocidas disputas sobre la estructura de la personalidad, la influencia de la sexualidad en nuestros traumas y la interpretación de los sueños.

La película transcurre a principios del siglo XX en una clínica psiquiátrica suiza cercana a Zúrich en la que un joven médico, Jung, trata a una joven rusa de 18 años con fuertes traumas infantiles, Sabina Spielrein, mediante el procedimiento del psicoanálisis puesto de moda por Sigmund Freud en Viena. Con este punto de partida, la película se desarrolla en dos planos distintos: Por una parte, la interpretación de la enfermedad psíquica, que enfrenta a Jung con Freud por sus discrepancias en la valoración de la influencia de la sexualidad en el comportamiento de la joven y, por extensión, en los humanos. Por otra, la gradual, pero indudable, curación de Sabina, que es capaz de transformarse ella misma con el paso del tiempo en un médico psiquiatra de prestigio reconocido y vivir una relación personal intensa con Jung, del que termina separándose.

A mi entender, la película, a pesar de su buen guión, no acaba de llegar al espectador, que se pierde en las discusiones técnicas de los psiquiatras y echa de menos un poco más de calor en la acción. La película resulta gris, incluso, a veces, aburrida. Correcta, pero impersonal. Ambiciosa, pero confusa. Sin embargo, la interpretación de los tres actores principales es excelente, lo que es bueno, pero no suficiente para hacer la película atractiva para el espectador.

Tarde de cine con una película que podía haber sido más importante.

José Ramón López

domingo, 27 de noviembre de 2011

"Melancolía" (Melancholia) de Lars von Trier

Queridos Cinéfilos:

Después haber visto las, al menos para mí, obras maestras "Rompiendo las olas" y "Dogville" (sin menospreciar "El elemento del crimen", "Europa" y "Bailar en la oscuridad", no tan destacadas), me negué a ver "Manderlay", "El jefe de todo esto" y "Anticristo", ya que no me convencieron sus críticas y no quería diluir la muy alta opinión que tenía de Lars von Trier. Ahora le ha llegado el turno a "Melancolía" y tuve dudas, pero finalmente decidí que me iba a arriesgar a visionarla como debe ser, en pantalla de cine. No me arrepiento, porque:

Su tema sigue en la línea de las más ambiciosas películas de von Trier... que es como decir entre las del mejor CINE actual con “aspiraciones fundamentales”. No me consta conocer muchos directores activos con un cine de tan altas miras y que no resulten un fiasco a menudo (me vienen a la cabeza Clint Eastwood, fuera de toda duda; López Iñárritu, no en “Biutiful” (sic), pero sí en su mejor trilogía: "Amores perros", "21 gramos" y “Babel”).

Incluye uno de los estéticamente más hermosos y terribles comienzos que conozco (según lo que habéis escrito algunos en el Foro, me puedo imaginar que en este punto, seguro, y en el anterior, ¿también?, se empareja de alguna manera con "El árbol de la vida", que no he visto, aunque, por lo aquí he leído, no existe acuerdo sobre si Terrence Malick triunfa en su intento).

Está magníficamente realizada, fotografiada e interpretada, esto último no sólo es aplicable a la actriz premiada por esta película en Cannes, Kirsten Dunst, en el papel de Justine, sino también a las dos Charlottes: Rampling, ¿alguna vez la olvidaremos, space cowboys, en "Portero de noche"?, y Gainsbourg, coprotagonista en el papel de Claire, que seguro trae a nuestra nostálgica memoria de Cinéfilos dinosaurios a su madre, la etérea Jane Birkin, que descubrimos en "Blow up", y a su padre , Serge Gainsbourg , que en dúo interpretaron la escandalosa y prohibida canción “Je t’aime, moi non plus” … hace 40 o más años. También trabaja mi muy admirado John Hurt (Calígula en “Yo, Claudio”), Kiefer Sutherland, Stellan Skarsgård (el marido de “Rompiendo las olas”) y Alexander Skarsgård, no sé si familiar suyo, que aquí es el novio de Justine.

Aunque no encuentro perfecto su guión, me parece muy destacable la “especialización” de von Trier en sus estudios de mujeres desgarradoramente singulares, desde la generosa y desorientada Bess de “Rompiendo las olas”, siguiendo por la terminal Selma en su creciente oscuridad, la esclavizada y sumisa Grace en un pueblecito transparente habitado por fariseos modernos y, en "Melancolía", la no menos compleja y deprimida Justine, insegura en la vida y estoica ante la muerte, acompañada de su hermana Claire, fuerte antes y desarbolada en el fin de los tiempos por el terror maternal a no poder proteger a su hijo, representantes antitéticas de las posibles Evas de este planeta.

Una vez dadas las razones anteriores, tan sólo un pequeño comentario sobre la estructura de la película: un prólogo de unos 10 minutos, en los que realmente se anticipa lo que va a pasar, los primeros cinco en clave onírica, los finales en plan “cósmico”, luego el banquete de boda (formalmente es el primer capítulo que, como en "El cazador", ocupa la mitad de la película, donde vamos conociendo a Justine, sus obsesiones y su familia, realmente ocurren muchas cosas) y un segundo capítulo con los cuatro personajes esenciales aislados en la maravillosa mansión familiar donde se desarrolla toda la historia contraponiendo el comportamiento de las dos hermanas ante el fin de los tiempos. Esta segunda parte no puedo dejar de relacionarla con "Sacrificio" de Andrei Tarkowski, mítica película en la estela del más puro Bergman, rodada por el maestro ruso en su exilio en Suecia cuando su particular fin de los tiempos era inminente.

“Melancolía” supongo que debería impactar a todo el mundo pero, a lo peor, no agradar a todos. Una pista para los desconfiados ante mis vehementes consejos: mi acompañante opinó al salir de verla, “impactante, excelente fotografía, me ha gustado más de lo que esperaba”; al día siguiente, “cada vez que pienso en ella, la encuentro mejor”; hoy, “es muy buena”.

Mi resumen: 8/10, porque no me convence plenamente el guión. Formalmente excelente. Y, además, es la antítesis de la execrable, para muchos y para mí, “Armageddon”. Consecuencia: Me sigue interesando mucho von Trier.

Dato: es la película favorita y con un mayor número de nominaciones para los premios de este año de la Academia Europea de Cine, que se fallarán el sábado que viene. Ya veremos qué pasa y si alguien le perdona a von Trier la idiotez ¿etílica? que soltó en Cannes.

Para contrastar sensaciones y opiniones os refiero a:

Traíler subtitulado en español:
http://www.youtube.com/watch?v=5BoxfRhdmco

Comentario de Carlos Boyero en El País:

Rodríguez Marchante en ABC:
Buen CINE, amigos.

Manrique

jueves, 10 de noviembre de 2011

"Kafka en la orilla" (Umibe no Kafuka) de Haruki Murakami

He dejado pasar casi un mes desde que he terminado “Kafka en la orilla” de Murakami (la primera novela suya que he leído) para tratar de objetivar (en tanto cuanto mi mediterráneo espíritu lo permita) mi comentario y que se sedimentasen las sensaciones que su lectura me ha producido. Ahora, tras meditarlo, creo que puedo realizar una serie de afirmaciones razonablemente “calmadas”, aunque no por ello menos subjetivas, eliminar la subjetividad es un objetivo obviamente inalcanzable (¡menudo falso retruécano me ha salido!).

Su lectura me ha resultado muy fácil (excepcional la traducción de Lourdes Porta, directamente del japonés, y sus mesuradas notas aclaratorias a pie de página), sorprendente el desarrollo de la trama, que me atrapó desde muy pronto, y sumamente audaces las posibilidades de “mensaje” de su abierto final (diría que en la línea de "Más allá de la vida", la última película de Clint Eastwood que varios hemos comentado en este Foro).

Desde un punto de vista “técnico y formal”, estimo que Murakami es un gran escritor, que domina la estructuración de la novela (llamaríamosle “montaje” en el cine) como los mejores que conozco.

En la “historia”, sobre un fondo perfectamente realista se manifiestan algunos hechos vocacionalmente irreales para una visión materialista del universo, espejos de Alicia por donde podemos asomarnos a un mundo paralelo desde el que se nos “aparecen” desde un audenominado “Johnny Walken” (sic, no Walker, vestido como el símbolo de la famosa marca de whisky) hasta un “Colonel Sanders” (icono de la cadena Kentucky Fried Chicken), por decir los dos más impactantes; un personaje, Nakata, capaz de hablar con los gatos como secuela de un “incidente” ocurrido en 1944 durante la Segunda Guerra Mundial... Vamos, una especie de “realismo mágico” con fondo de decorado actual japonés pero dirigido a una universalidad de lectores. Muy pronto me imaginé al David Lynch de “Mullholland Drive” intentando (no sé si lo conseguiría) llevar al cine esta “historia”. ¡Trabajo de Hércules!

Con estos antecedentes es fácil concluir que esta novela maravillará a unos y no será apreciada por otros: Samuel nos la recomendó en este Foro; como ya dije, mi sobrino Jaime la leyó por su consejo y … siguió con el resto de Murakami, me la prestó y a mí me ha gustado mucho (no le daría un 10, pero sí una muy buena nota). Pero en cambio, a mi amigo D, al que le aplico merecidamente una muy alta cualificación cultural, no le ha gustado nada. Yo creo que ello se puede deber al fenómeno que respecto a las películas señaló en este Foro José Ramón (y ya he referenciado alguna otra vez): El hecho de estar en sintonía con el “mensaje” de una obra influye poderosamente en el aprecio global que nos inspira. Y en esta novela hay espejos que nos dejan entrever hipótesis incompletas (en absoluto teorías elaboradas) de mundos paralelos sobre los que, al igual de lo ocurrido antes del Big Bang, por ejemplo, el racionalismo científico no tiene la menor explicación ni probablemente nunca podrá tenerla, por lo que, si uno se posiciona en nuestro palpable universo tridimensional desde una óptica materialista pura, no le gustará en absoluto, por más que el 99% de las imágenes y pensamientos del libro sean perfectamente realistas.

Me voy a permitir una atrevida especulación: Cuando era profesor de Álgebra Lineal en Ferrol, siempre me encantaba desadormilar a mis alumnos de la clase a las 4 de la tarde con exabruptos del tipo “imaginemos un espacio vectorial de dimensión 17.000; ¡¡he dicho DIECISIETEMIL, no diecisiete!!” aunque luego la imposibilidad de manejar matrices de esa dimensión hiciera que nunca se pudiera poner en un examen un problema de un espacio de más de tres o cuatro dimensiones. La verdad es que en mi fuero interno siempre me queda la duda de que estemos en un subespacio de 3 dimensiones, o 4 considerando el tiempo, de un espacio de muchas más dimensiones que nuestra humanidad no puede “ocupar ni entrever”, especulación fantasiosa pero menos que la hipótesis básica de la por mí muy poco apreciada “Matrix”, ¿no?.

Claro que de todo lo anterior Murakami ya nos envía algunos preavisos, empezando por el propio nombre “Kafka en la orilla”. No quiero hablar más de ella para no dar excesivas pistas sobre su contenido. Por otra parte, como es la única novela de Murakami que he leído, mi opinión sobre ese autor no está suficientemente fundamentada. El que parece que sí tiene una opinión elaborada y la publica, razonándola, es Pablo d’Ors en “Por qué funciona Murakami” (ABC Cultural 08.10.2011) artículo que podéis leer en

http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/cultural/2011/10/08/009.html


También podéis, si os apetece, encontrar otra opinión en “Retrato robot de Haruki Murakami según The Times” (Paolo Fava. Papel en Blanco 07.08.2008)
“Murakami divide a la gente. Básicamente entre quienes le consideran un clásico contemporáneo y quienes no. En el año 2000 los miembros de un programa literario de la televisión alemana (Das Literarische Quartett) tuvieron un enfrentamiento tan agrio sobre Murakami que uno ellos dimitió tras 12 años en antena. El enfrentamiento está exarcebado en su Japón natal, en el que multitud de jóvenes se matriculan en la Universidad de Waseda con la esperanza de acabar en la residencia descrita en Tokio Blues (Norvegian Wood). La crítica institucional lo considera en cambio un escritor pop sobre-occidentalizado, prefiriendo a auténticos vernáculos como Tanizaki, Kawabata o el gran aborrecido de Murakami, Mishima”

http://www.papelenblanco.com/biografia/retrato-robot-de-haruki-murakami-segun-the-times

El debate está servido. ¿Entrará alguien más?. ¿Alguna acotación de Samuel?. ¿O de D?. ¿Y de Jaime?.

Buena Literatura, amigos.


Manrique

sábado, 5 de noviembre de 2011

Michel Camilo

Descubrí a Michel Camilo hace 5 ó 6 años, actuando como pianista de uno de los conciertos de la Orquesta Nacional. Me impresionó tanto, que no había olvidado su nombre. Pues hoy viernes, mañana sábado y el domingo por la mañana vuelve a tocar con la ONE. Yo no me lo podía perder, he ido hoy, he disfrutado con su música y, a mi vuelta, escribo esta pequeña nota para que, quien pueda, vaya a verle. Seguro que le gustará y, a lo mejor, le entusiasmará como a muchos de los espectadores de hoy.

Michel Camilo es un dominicano de 57 años (no los aparenta) que domina el piano e interpreta como nadie el jazz. “La Rapsodia in Blue” de Gershwin que ha tocado hoy, acompañado de la ONE, ha hecho vibrar al público de los viernes del Auditorio, bastante conservador, por cierto, en sus gustos musicales. Antes había interpretado música brasileña de Villa-Lobos, un compositor del Siglo XX. Hubo excelente propina y la mejor ovación de la temporada en merecido agradecimiento.

Completan el programa de estos 3 días otra composición brasileña de Respighi, buen telonero, y, para finalizar, el sombrero de tres picos de Falla, muy bien interpretado y que, con su brillante jota final, ha hecho que, de nuevo, el público se volcara en sus aplausos.

El Auditorio estaba hoy lleno, por primera vez en mucho tiempo. Si tenéis la oportunidad, no os lo perdáis.

Un abrazo,
José Ramón López