martes, 21 de abril de 2009

Slumdog Millionaire: La peor medicina, con azúcar pasará...


Aunque acertadamente comentada ya en este foro por José Ramón y Pedro y no siendo, desde luego, una gran novedad a estas alturas, me gustaría no obstante compartir en este foro mis impresiones sobre esta cinta, ya coronada a lo más alto del estrellato hollywodiense con sus 8 premios de la academia en su edición de este año.

La frase del título (sí, es de Mary Poppins, no darle más vueltas) se me antoja una descripción ajustada a la sensación con la que salí del cine después de ver esta película. Estoy de acuerdo con José Ramón acerca del marcado estilo "made in hollywood" de Slumdog Millionaire. Los medios, la producción y claramente en el final feliz con el que debe terminar una película que quiera hacer taquilla. Danny Boyle, un veterano director, no es precisamente ajeno a estas lides (La playa, 28 días después, aunque también la destacable Trainspotting). Sin embargo es el comienzo de la historia, la de los niños y después adolescentes en esos arrabales de Bombay (ahora Mumbai) míseros hasta desafiar la cordura, la que en mi opinión otorga cierto valor, digamos testimonial o documental, a la película.

La India es un país fascinante para occidente, probablemente porque sea difícil encontrar otro lugar donde se entremezclen tan indisolublemente la más profunda miseria, el dolor, la desesperanza y la corrupción humanas y la mayor espiritualidad, riqueza, progreso, alegría y esperanza en el futuro. Desde el punto de vista de alguien que no ha estado allí nunca (aunque si cuente con testimonios de primera mano), la India me parece un epítome no solo de la condición humana sino del propio mundo en que vivimos. Los conflictos religiosos y étnicos, la desigualdad extrema entre ricos y pobres, el abuso infantil, la violencia sin sentido, el crimen, las mafias, la violencia de género, el abuso de la autoridad, la tortura, las más modernas tecnologías y las comunicaciones, la contaminación ambiental, la amistad, el amor, la esperanza, la avaricia, el poder de la tevisión como bien de consumo de masas y un largo etcétera que cualquiera podría continuar, todo esto es lo que se va mostrando ante nuestros ojos desde el comienzo de la película. Sin embargo el director, sabedor de que lo que tiene entre manos es un producto de entretenimiento que debe siempre mostrar la revindicación de un mundo mejor y un final feliz para los protagonistas, va envolviendo lentamente la crudeza de su realidad en finas capas de almíbar hasta llegar a su alegre conclusión. Pero si uno es capaz de deshacerse del almíbar creo que se puede llevar algo más enriquecedor, en el fondo, a casa. Más allá del espectáculo made in Hollywood (o Bollywood), creo que es una película que nos muestra la cara más desagradable de nuestra propia condición. Como anécdota, decir que en la propia India la película ha sido un fracaso y es que allí, al sentarse en la oscuridad de una sala de cine, creo que prefieren que Bollywood les proporcione todo el azúcar y almíbar posible con el que sobrevellevar el día a día. Algunos medios Indios incluso acusaban a la película de "pornografía de la pobreza" y de repetir estereotipos occidentales de la pobreza en aquel país (por ejemplo http://www.usatoday.com/life/movies/news/2009-01-22-slugdog-mumbai-protest_N.htm). Quizá tengan razón, pero aunque sea de vez en cuando, creo que nos conviene no olvidarnos de esa amarga medicina que representan algunas secuencias de la película.

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