jueves, 30 de octubre de 2008

Quemar después de ver, perdón, de leer.

Me resulta difícil empezar esta aportación por que, hasta ahora, siempre había coincidido casi totalmente con la opinión de Rogelio expresada en las suyas (y no lleva pocas). Esta aseveración también podría aplicársela a Pedro respecto a su única participación previa: a mí también me gustó mucho "Un toque de canela".

Pero como una de las mejores cosas de nuestro grupo es que no buscamos unanimidades a la búlgara voy a echar una capa de arena sobre la última película comentada.

El caso es que confiado en la muy fiable opinión de estos dos destacados space cowboys he ido a ver "Quemar después de leer" absolutamente convencido de que iba a disfrutar un par de horas gracias al tradicional buen hacer de los hermanos Coen.

Me gustó el comienzo desde la primera secuencia googleearthiana, la entrevista en la CIA, etc., pero a partir de los veinte minutos iniciales me pareció que la película se desmadraba especialmente por la actuación de los actores (salvo la de Tilda Swinton, que no sé donde la he visto antes) traspasando el peligroso límite que separa una mordaz farsa a una absurda astracanada, en lo que, para mí, claro, sobreactúan de manera brutal con interpretaciones tipo "Los albóndigas" o "Porky's" y con el guión en caída libre obsequiándonos con algunos chistes tan malos como los de esas subpelículas (¡anda, que el inventito del sillón que monta George Clooney!, y ¿para qué?).

Mirad, puedo citaros dos películas supuestamente clasificables en la misma categoría de ésta, pero que, para mí, eran-son magníficas: "El gran Lebowsky", de los mismos directores, y "American beauty", lo mejor que recuerdo de Sam Mendes.

Lo que no procede, ni sé, ni puedo, ni quiero hacer es tratar de convenceros razonadamente de que yo estoy en lo cierto y Pedro y Rogelio se equivocan. Después de Einstein los humanos debemos ser conscientes de la relatividad de muchas de nuestras falsas certezas. Salvo de algunas, como, por ejemplo: da gusto tener amigos como Pedro y Rogelio y... los otros ¿31?.

Buen cine, amigos.

Manrique

PD: Pero que conste que Rogelio se equivoca en su opinión respecto a "Lunas de hiel", ¡hasta ahí podíamos llegar!.

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