lunes, 23 de julio de 2012

Histeria (Hysteria) de Tanya Wexler

Queridos Cinéfilos:

He dejado pasar un tiempo antes de opinar sobre “Histeria”, asombrado de su escaso éxito de taquilla (a pesar de que, en mi función, el público pareció salir encantado) y falta de atención de los críticos, pero, tras reposar mi primera impresión, sigo pensando que es la más ácida (no picante, no nos confundamos) y divertida comedia que he visto en las, digamos, dos últimas décadas, muy bien dirigida por la, para mí, perfecta desconocida, Tanya Wexler, con un elenco de espléndidos actores profundamente reconvertidos en educadísimos gentlemen & ladies del Londres de finales del siglo XIX: Maggie Gyllenhaal (hermana de Jake, ambos hijos de Stephen Gyllenhaal, director de la sobresaliente “El país del agua”, “Waterland”, no confundir con la insoportable “Waterworld”), Hugh Dancy, Rupert Everett, Jonathan Pryce, Felicity Jones … y los demás.

El tema no podría ser más potencialmente escabroso (tápense los oídos las pudibundas damiselas y conservadores pater familiae), la invención del primer vibrador (al final de la película se indica que el argumento está basado en hechos ciertos): Un famoso médico londinense trata, con gran éxito, en su clínica a señoras de alto nivel social (y económico, requisito fundamental) que padecen “histeria”. Ante la creciente demanda, opta por contratar a un joven colega, que se convierte en su ayudante, trasladándose a vivir a la casa del doctor anexa a la clínica. Una de las dos hijas del afamado doctor es una furibunda militante feminista de izquierdas, enemistada con su padre y …

Me puedo imaginar el tipo de película que con este tema podrían haber hecho los hermanos Farrelly (con Cameron Diaz en el casting, como no).  Pues nada de nada, esto no tiene nada que ver con semejante posible basura. Citando un título (real) de antigua película inglesa, yo diría: “No more sex, please. We are British”.

La directora consigue una muy notable comedia que durante dos horas nos hace olvidar la maldita crisis omnipresente... y a veces reír abiertamente. Todo ello, con el tacto y el acento (fundamental verla en VO) propio de un sobresaliente colegial de Eton, sin el menor detalle de mal gusto. Y remacho: según mi experiencia personal de la censura franquista, esta película, salvo segundas lecturas de las límpidas expresiones victorianas, hubiera sido calificada como 2 (aclaro para miembros del Brat Pack: la escala iba de 1 = todos los públicos, a 4R = gravemente peligrosa para mayores de 18 años, con reparos, como, por ejemplo, calificaron “Esplendor en la yerba”).

Por todo ello, aconsejo firmemente verla y, si es antes de septiembre, todavía con IVA reducido

Buen (y divertido) CINE, amigos.

Manrique

PD: Como me consta que al menos una Cinéfila de la banda del Brat Pack la ha visto, le digo: ¿ya podrías contrastar su opinión con la mía en este Foro?.


Información general:  http://www.hysterialapelicula.es/

1 comentario:

  1. Estoy muy de acuerdo con tu impresión, el tema podría haber dado lugar a una película terrible y de muy mal gusto, cuando es todo lo contrario (quizá lo más explícito que tiene sea la escena de los patos). La época, evidentemente, ayuda, pero se nota que es un trabajo que parte del propio guión. Como ya te dije, me encantó el trabajo de Rupert Everett (un poco irreconocible con esa barba), aunque si hablamos de secundarios creo que me quedaría con la "criada" o con la "abuelilla" (quien la haya visto me entenderá).

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