domingo, 5 de marzo de 2006

1984

Samuel comienza su correo justo en el resorte. Dice con sus palabras... 'No suelo escribir mucho en este foro, pero esta vez Manrique ha tocado mi fibra sensible'. Justo eso !!! De leer 1984 en 1985 me quedó justo eso: tenemos en nosotros un pequeño íntimo mundo con temores inconfesables, insoportables, más allá del dolor físico que por evitarlos traicionaríamos. Y sería inevitable, como respirar. El que nos vigilen más o menos... qué más da? El que sepan o no lo que hablamos, qué importa? Que quieran subyugarnos.. bua!!! Nada tiene importancia mientras creamos que no pueden (el sistema sea el que sea o lo que sea) entrar dentro de nosotros. Pero... en 1984 ENTRAN en los personajes (no recuerdo los nombres) y no sólo entran sino que consiguen que traicionen. Las ratas, la jaula, la careta de esgrima, el terror, 'hacérselo a ella!!!! a ella!!!!' no sólo lo decía...lo pensaba... lo deseaba!!! realmente lo deseaba en lo más profundo. En algún momentos antes de finalizar la novela, ambos protagonistas se reencuentran y se confiesan que se traicionaron. Cuando eso sucede, decían en la novela, nada vuelve a ser igual entre dos personas.

Lo de las camaritas y los ministerios... qué más da? lo que sí me da es pensar en mi fibra sensible. (Tendré que ir armando de nuevo la coraza).

Marga.

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